Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

⨟ 12

Jadeaba, buscando respirar bajo el cuerpo que se ponía encima de él. Lo único que recordaba era él, abriendo la puerta del departamento sin siquiera haber preguntado quién era, aunque no era necesario al percibir el aroma que tanto volvía loco a su gato. No se arrepentía de haberle dicho que ya había tomado sus supresores, valía la pena.

La respiración que se movía por su cuello fue una señal para que gimiera quedito, los labios del alfa era suaves y gruesos, le encantaba. ―Armando...

Diablos, Armando no debería estar haciendo eso, era su mejor amigo y padre de su hijo, se supone que hablaría con él sobre lo sucedido, pero ahora se encontraba en una calurosa situación y con un gran bulto en los pantalones. ―Ve y toma esos supresores, no quiero cometer algo de lo que te arrepientas más tarde. ―Se quitó de encima, alejándose lo más que podía del pelirrojo, pero las feromonas que seguían flotando por el departamento eran una amenaza para el humano pero una agradable invitación para el tigre.

El omega se burló. ―¿Arrepentirme? Dudo que me dejes otro bebé dentro. Ya me dejaste uno y creo que no debes temer dejarme otro. ―Respondió tranquilamente, no era lo que esperaba.

Armando estaba muy confundido. ―¿Lo sabías? ―No podía ser cierto, le hubiera dicho y no hubiera buscado de otro alfa, o al menos que no lo quisiera cerca del bebé, que no lo viera como un padre responsable o algo.

Asintió, sentándose en la cama, llamando con un ademán a que el alfa se sentara junto a él. ―Lo supe hoy, mi omega me dijo que recordaba todo y que tú eras el padre de mi cachorro. ―Explicó. Tomó la mano de Armando y la acarició con cariño. ―Al principio no le creí y pensé que solo jugaba para que yo tuviera sexo contigo... ¿Tú cómo te enteraste?

¿Cómo podía actuar tan normal? ¿Hablaba de eso como si hablara del clima? ¡Estaban en una situación que los comprometía a ellos en un embarazo y para joderlo, en un encuentro sexual!

―¿No estás enojado? ¡Soy el padre del bebé que llevas ahí! ―Señaló el vientre un poco abultado del omega. Yun enserio no podía creer que el alfa se lo tomara con más seriedad que él. ―Tu hermano me dijo que yo era el padre y aunque no me acuerdo de aquella noche, sé que no me está mintiendo.

En cuanto mencionó a su hermano, las alertas se activaron en su cabeza y su gato se alteró ¡Había escuchado gemidos por el celular! ¿Se habrá acostado con su alfa?

Grrr.

―¿Estás gruñéndome? ―Armando preguntó en cuanto escuchó el gruñido, miró al omega y supo que estaría en problemas. Yun asintió y sin ningún permiso saltó al regazo del mayor, haciéndolo jadear por la presión que se había creado entre las nalgas del mayor y el pene del alfa. ―Y-yunnie...

Inició un vaivén con las caderas, gimiendo leve con la fricción. ―Si no te molesta, me gustaría reforzar la amistad. ―Murmuró en el cuello del mayor. Se atrevió a lamer la piel expuesta y suave, mordió y succionó, sintiendo cómo el cuerpo del alfa se estremecía. ―P-podemos hablar de lo otro cuando mi celo termine, claro, si es que quieres.

Grúas asintió totalmente de acuerdo, no desperdiciaría la oportunidad. Así que tomando la cintura ajena, aceleró los movimientos. ―¿Estás seguro? ―Metió una mano debajo de la camiseta del omega mientras la otra seguía marcando el ritmo desde la cintura del menor. Acarició el vientre y subió con lentitud hasta los pezones erizados, torciéndolos y escuchando unos que otros jadeos del gato. Yun sentía quemarse, su cuerpo pedía a gritos ser profanado por las caricias que el alfa le estaba dando. ―¿Gatito? Vamos, dime si estás seguro... ―Yun asintió, joder, él estaba más que seguro. Quería ser empotrado contra la pared, el sofá, la mesa o cualquier otro sitio, solo quería ser llenado nuevamente, no había disfrutado del todo aquella noche de borrachera. ―Quiero escucharte.

¿Qué se traían los alfas con querer escuchar todas las peticiones? ¿No les bastaba un asentimiento? Así a cualquiera se le bajaría la calentura.

―¿Podemos solo tener sexo? ―Se desesperó, él no estaba para soportar jueguitos previos ni nada, tal vez más tarde, ahora solo quería acción y ya. ―Puedes tocar todo lo que quieras.

Y créanle a Armando, él quería tocar todo, pero no quería deshacer la amistad que tenían por lo caliente del momento. Pero Yun no pensaba los mismo, así que recostó completamente el cuerpo del alfa en la cama y se acomodó mejor entre sus piernas, sin dejar se lento pero profundo movimiento de caderas. Sentía la dureza de Armando en su trasero y gimió, lo quería todo, por Dios, quería solo llegar al final y si se podía; repetir otras rondas.

¿Cómo debía actuar? Estaba claro que él ya había tenido sexo con otras personas, pero era completamente diferente, era Yun con quién lo haría y la desesperación era mucho más que las ganas de penetrarlo. ―No estoy seguro...

El omega ignoró lo que escuchó, sabía que Armando era bastante miedoso cuando se enfrentaba a situaciones de las cuales creía no poder sobrellevar, pero no se preocuparía, lo haría sentir en confianza, porque no solo lo beneficiaría a Armando, también a él.

Se levantó y se colocó de rodillas frente a la cama. ―Vamos, siéntate. ―Animó, quería probar lo que el alfa tenía entre las piernas y estaba desesperándose por mirar lo que escondía esas dos telas. Grúas obedeció, sus piernas le temblaban y sabría lo que el omega haría con él, estaba nervioso, por Dios, siempre soñó con eso pero ahora que iba a suceder le aterraba la idea ¿Y si todo salía mal? ¿Cómo miraría a la cara a su mejor amigo? Ignoró todo aquello cuando Yun colocó su mano encima de su pene y acarició por encima de la tela, se estremeció. ―Veamos... ―Curvó sus labios en una mueca que a Armando le pareció atractiva. El omega bajó de una su pantalón y su bóxer, dejando a relucir su creciente erección. ―Dios mío.

―Y-yun. ―Gimió cuando sin previa petición Yun metió la mitad de su pene en su húmeda boca y succionó. Eso se había sentido bastante bien, sobre todo si venía del gatito.

Yun no se pudo resistir ver chorrear la cabeza del pene ajeno e hizo lo que tenía que hacer, lamer y succionar.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro