⨟ 10
―Conozco al padre del bebé. ―Juanjo no quería ocultarle nada a Armando, sabía que Yun no sabía nada porque se negó a escucharlo, pero esperaba que el alfa sí lo hiciera. ―Yun llegó a casa con un olor bastante conocido para mí y aunque le quise preguntar porque olía así, solo se fue y no me quiso escuchar.
Armando no quería saberlo, pero el bebé necesitaba de un padre y él no sería un mal tío. ―Si sabes quién es ¿Por qué me lo dices a mí y no a Yun? ¿Qué tengo que ver en esto? Yun anda desesperado por encontrar al padre y yo en definitiva no quiero darle esa noticia.
Juanjo se carcajeó ¿Cómo es que no se daban cuenta? ―Tú eres el padre, idiota. ―Por la cara que puso el alfa, supo el omega que no había sido muy amable en decirle. ―Sé que has de estar sorprendido, yo también me sorprendí.
Negó, de seguro era una broma. ―Eso no es posible, nunca tuve sexo con él.
―Claro que es posible, el día en que se metieron una borrachera, Yun me llamó y tuve que ir por él. ―Comenzó.
―Apestas a él, por Dios ¿Qué hicieron ahí dentro? ―Preguntó. ―Al menos dime que usaron protección o una bolsa, yo que sé.
Yun sollozó, preocupando a su hermano. ―Armando no me quiere ¿Sabes porque?
El mayor negó, empujando a su hermano hacía en taxi. Yun parecía estar demasiado borracho para tener algún sentido de razón y eso era lo de siempre, hablaba de Armando y cómo éste supuestamente lo rechazaba. El omega menor no era consciente de que Armando lo quería más que un simple mejor amigo, solo que él no se lo diría, su hermano tenía que darse cuenta de sus propios sentimientos y tal vez, dar el primer paso.
―¿Por qué lo dices? Justo ahora hueles a él. ―Lo acomodó en el asiento, asegurándose de decirle al taxista su dirección.
Yun lloró más, hipando y secándose las lágrimas. ―Mentira, mientras teníamos sexo me dijo "Fue un error, se supone que debería estar cuidando de mi mejor amigo y estoy aquí contigo, por cierto, te pareces a él" y me dejó solo en el baño para salir a buscar a ese chico... Él no me ama Juanjo, no me quiere tampoco. ―Se abrazó a su hermano en busca de consuelo. ―Dijo que amaba a Yun Kalahari y me llamo igual a ese bobo, que triste es el amor.
―Supongo que sí, no te preocupes, si mañana lo recuerdan todo, podrán estar juntos. ―Animó.
―No usamos condón.
―O tal vez no lo estén.
Armando estaba en shock, no podía ser cierto, lo recordaría. Era un estúpido, estuvo presenciando la cercanía entre Tonet y su omega cuando él siempre fue el padre. Sabrá Dios qué estaba haciendo Yun con ese alfa, tal vez tenía oportunidad antes, pero ahora Tonet se la había arrebatado.
―¿Qué hago? No llegaré al departamento y le diré que yo soy el padre de su bebé, me echará a patadas aunque sea mi propio departamento. ―Estaba ansioso, no quería perder a Yun por un acto de inmadurez, no sabía si lo había obligado, jamás se perdonaría eso. Estaban borrachos y la responsabilidad caería sobre el alfa por no saber controlarse.
Juanjo lo tranquilizó, tomando su mano entre las suyas. Ambos estaban en la habitación del omega, después de unas horas acomodando muebles había decidido tomar un descanso y platicar un poco. ―No debes preocuparte, es mejor que lo hablen con calma, se lo diría yo pero no quiero hacerlo por celular y Raúl no me deja salir.
―No sé porque aún sigues con él, después de todo puedes encontrar a alguien mejor o vivir solo con tus hijos.
Negó, él jamás le quitaría el padre a sus hijos. ―No puedo, mis hijos insisten en que me quede con Raúl, no quieren que la familia se separe por un capricho mío. ―Sus cachorros eran primero y él después.
―Ni siquiera es una familia Juanjo, él te está maltratando, debería denunciarlo o algo. Aparte tus hijos deben entenderlo, ya no son tan pequeños y deberían saber que si un día Raúl decide poner más fuerza, puede matarte.
―Estaré bien, puedo controlarlo. No es malo, solo vivió una infancia que lo traumó y quiero apoyarlo, aunque de eso depende mi estabilidad emocional y física, es mi deber como esposo. ―No quería exponerse más ni involucrar más gente en su vida, no sabía de lo que Raúl sería capaz.
Armando suspiró, tomando la mochila del omega y metiendo unas cuantas mudas de ropa. ―Irás conmigo al departamento nuevo que tu madre consiguió, dejarás una nota diciendo que te fuiste con Yun a pasar el rato y si te llaman no contestarás. ―Juanjo estaba entrando en pánico. ―Pasarás una semana allá y te relajarás, te lo mereces.
―¿Y mis hijos? No pueden quedarse con Raúl, puede lastimarlos o algo.
―Por lo que veo, tus hijos apoyan a su padre y no a ti, así que ellos se quedarán aquí y aprenderán a vivir sin ti para que aprendan a valorar el esfuerzo que haces por ellos. Pueden ser aún pequeños de edad, pero saben que el abuso familiar no es bueno, pero lo apoyan.
Grúas no esperó ninguna afirmación y se llevó al omega con él. Lo dejó en el nuevo departamento y partió a donde suponía que Yun se encontraba.
Tal vez no era momento de decir la verdad e ir a comprar algún supresor porque su mejor había entrado en celo y su tigre estaba dispuesto a salir para complacer cualquier capricho que el gato de Yun quisiese tener.
No había sido buena idea ir en primer lugar, esperaba no cometer el mismo error que aquel fin de semana, donde hizo suyo al omega y ni siquiera lo recordaba.
Podía escuchar los maullidos, cosa que ignoraría completamente por el bien de Yun y de él mismo. Después de todo el omega estaba embarazado y no lo dañaría por su calentura, a menos que el gato se lo rogara ¿Verdad?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro