» Iría a tus festivales escolares...
❥ Iría a tus festivales escolares... no podemos decir que a todos; pero si prometer que lo intentará...
( Edad, 7 años )
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Un lunes como cualquier otro luego del pesado turno nocturno como bombero, el hombre volvió a casa exhausto. Creyendo que descanzaría mínimo 2 horas en completa paz y silencio cuando la puerta se abrió y una pequeña pelirroja entró corriendo y dando saltos junto a un pelirrojo más alto que venía sosteniendo un portafolios
-¡Papá, papá! ¡Adivina qué, en la escuela haremos un festival en honor al día de la familia!
Yugo levantó perezosamente la mirada del refrigerador para ver a la mocosa sentarse en las sillas de la cocina
-¡Es un evento para padres e hijos! Y el tema de este año es una fiesta en el jardín de los valores y la familia, o una estupidéz así.
El hombre chistó al escuchar la palabra acertada para describir aquella tontería, sin duda la estaba educando bien
-¡El punto es que la maestra dijo que podíamos escoger un insecto para disfrazarnos en parejas con un miembro de nuestra familia!
-Dime que no me escogiste a mi.
-¡Lucas fué conmigo la última vez! ¡Lucas ha ido a todas las reuniones!
El pelirrojo asintió, sin escuchar la conversación ya que estaba ocupado hablando por teléfono con el molesto vecino
-Además, le dije a todos que tú vendrías esta vez. Incluso la maestra Isabella está esperando conocer al hombre que nunca hace acto de presencia en sus juntas para padres escolares.
El hombre rió entre dientes
-Díselo a Lucas.
-Lucas tiene reunión ese día y no puede faltar al trabajo, está anotado en el cronograma de la nevera desde hace una semana. Papá.
-Díselo a Oliver.
-Parciales, no vendrá a casa hasta dentro del próximo sábado. Mi festival es el miércoles.
Sonrió, Yugo cerró la nevera con el cartón de la leche en su mano. Mientras le quitaba la tapa
-Violet.
-Vive del otro lado de la ciudad, nunca contesta cuando tú llamas.
Yugo bebió del recipiente, con fastidio
-Niguel.
-Él ya dijo que no.
La niña sonrió victoriosa
-No tienes alternativa. Vendrás conmigo por las buenas o ambos faltaremos ese día por las malas. Y no quieres explicarle eso a Lucas.
"Tch, mocosa sabionda."
El adulto gruñó odiosamente
-¿De qué te tienes que disfrazar?
La niña estuvo por responder hasta que de nuevo la interrumpió
-Y si escogiste de mariposa o gusano u aveja, me voy a suicidar.
La niña negó
-Escogí mi insecto favorito, la catarina.
El rostro del hombre se desfiguró y casi escupe la leche por su nariz
-¡Yo no me voy a disfrazar de marica!
-¡Pero-...!
-¡Sin peros, y es mi última palabra!
↷𖡎...
Yugo no podía sentirse más estúpido frente al espejo, mientras acomodaba el estúpido cintillo con antenitas de chapulín. Y a su lado un Lucas intentando no reírse
-Recuérdame por qué estoy haciendo esto.
-No pudiste decirle "no" a una niña de 7 años.
Le recordó
-Iba a hacer un berrinche.
-Yugo, solo lo tomó con calma y luego se encerró en su habitación una hora.
-Una hora en silencio, sin llamarme "Papá". ¡Una maldita hora y además me llamó por mi nombre! ¿Sabes lo que es eso?
Lucas arqueó una ceja
-¿Cuándo te volviste tan mamá gallina?
El hombre adulto gruñó, al salir del baño usando maquillaje y una nariz roja de payaso. Lucas respiró profundo para no reírse
-Cállate y pásame mis alas.
↷𖡎...
Al bajar del auto, todas las miradas de las madres se dirigieron al sexy papá soltero con un par de antenitas de chapulín en la cabeza. Que venía tomado de la mano a una pequeña flama andante con sus alitas de bicho de la suerte
-¿Listo papá?
-Andando mocosa.
Hubo algunas risas adorables y miradas coquetas por parte de las mamás, pero nada más humillante que pasar por la butaca de los papás donde una Mantis y una avispa hombres lo miraron con burla bien disimulada
La cual él respondió con la mirada más hostil que podría dar un bicho de la suerte, para dejar en claro quién era el bicho alfa
↷𖡎...
-¿Oiga señor?
Yugo miró odiosamente hacia abajo una niña pecoso y castaña, vestida de libélula
-¿Ha visto a un hombre con disfráz de libélula por aquí?
Yugo negó lentamente, viendo a la pequeña ir con los demás y seguir buscando. El hombre suspiró y comenzó a buscar por la mirada a su mocosa
En ese momento la música ridícula comenzó y la pequeña catarina se acercó corriendo a su papá
-¡Ya es hora, ven! El festival ya va a comenzar.
-¡Hey! ¿Dónde diablos dejaste tus antenas?
La niña se alarmó
-¡Creo que se quedaron en el auto!
Yugo gruñó pesadamente viendo a la odiosa maestra llamar a los niños
-Ve con la maestra, vuelvo en un segundo mocosa.
↷𖡎...
Luego de haber visto cómo un par de padres fanáticos vestidos de granjero y girasol se lucían subiendo al escenario con un par de gemelos avejorros, Yugo se convenció de que no podría haber nada en el mundo que fuése más estúpido que eso
Así que cuando llegó su turno, tomó su pequeña catarina y la levantó en sus brazos para subir al escenario y ser objeto de las miradas coquetas de un montón de madres casadas y solteras babeando por sus antenas
Mientras su pequeña pelirroja molestaba a su amigo cabeza de cebolla a quien le había tocado ir vestido de saltamontes. Claro, que Yugo también hizo algunas bromas para molestarlo
Y al final del festival los padres se sentaron en su butaca y dejaron a las mamás tomarse fotos con sus hijos, ansiando el momento de volver a casa
-¿Lista para volver a casa?
-Se, ya fué mucha verguenza ajena por hoy. ¡Mira!
-Hey esas son dos bolsas, ¿A quién le robaste eso?
-A Daniel Heegins. El niño que dejó su goma de mascar en mi cabello la semana pasada.
El adulto miró al niño a la distancia. El cual tenía una bolsa en sus manos
-¿Segura de que sólo fué eso?
-A la cual le cambié su contenido por los dulces veganos de la señora Krone.
-¿Dulces veganos, qué no te enseñé nada?
La niña sonrió
-De los que dan diarrea.
El adulto imitó el gesto con orgullo
-Esa es mi mocosa. Andando.
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Extra:
Alas no tenía, pero demonios. Pies para qué los quería ese hombre al correr al estacionamiento a buscar las antenas de la niña y volver a las instalaciones de la primaria
Seguramente no faltaba mucho para empezar cuando Yugo se encontró con un hombre joven, discutiendo por teléfono. Casi un niño al parecer de Yugo
-¡No voy a hacer algo tan estúpido, se supone que eres tú la que debería cuidar a los niños!
Habló, Yugo detectó al instante las alas de libélula en su mano
-No estoy diciendo que sea culpa de tu mamá, solo digo que yo no soy el que debería estar aquí. Pudiste llamar a la niñe-...
El hombre dejó de hablar al sentir una mano intrusa sobre su hombro y volteo lentamente con una mirada sobrada en sus ojos
-Oye amigo, ¿Te importa?
Una actitud que no le duró nada cuando el mayor lo tomó de la camisa y lo empujó contra la pared
-No me importa si tu esposa no está aquí y piensas que tú tampoco deberías estarlo. Viniste a apollar a tu mocosa en su maldito festival, así que deja de llorar y ponte esas alas.
Amenazó
-Si tu hija quiere que seas una libélula feliz, tu eres una puta libélula feliz. ¿Entiendes?
El muchacho palideció y comenzó a asentir frenéticamente viendo como la catarina lo soltaba para ir de vuelta a las instalaciones no sin antes darle una mirada de advertencia
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