❥ Creativo en pocas palabras...

( Edad, 7 años )

.
.
.

Sábado por la mañana, aproximadamente las 9 am

Yugo estaba frente al espejo, untando en su mentón y mejillas crema de afeitar. Aquella era una de las mañanas libres de servicio, así que con toda la tranquilidad del mundo tomó la afeitadora de mano y comenzó a rasurarse los rastros de bigote que crecían bajo su nariz y sobre los costados de su ya definida barba

Sin mirar a otro lugar que no fuese su reflejo, el adulto identificó el sonido de las pisadas de un par de pies descalzos detrás de él

-¿Qué haces?

-Me estoy afeitando.

-¿Para qué?

-¿Te gustaría verme con un bigote?

-No, te verías ridículo.

El adulto sintió un tic, ante el peso de las palabras de la niña

"Qué sincera", pensó

-¿Ya desayunaste?

-No, de nuevo te bebiste toda la leche. Papá.

-Uh...

"Supongo que habrá que ir a la tienda hoy"

La pequeña se acercó al lavamanos, subió al pequeño banco debajo de este para estar a la altura del espejo y luego se fijó con atención en lo que hacía su padre

-¿A que edad te salieron pelos en la jeta?

El mayor nuevamente tuvo un tic en el ojo izquierdo; esta vez por la pregunta impertinente. Sin girarse hacia a su hija, Yugo sacudió la afeitadora en el lavamanos para quitarle los residuos de crema y vello

-Desde los 14.

-¿Por qué Lucas nunca se afeita?

-Por que Lucas es lampiño.

-¿Oliver, Nigel y Violet también lo son?

El adulto chistó

-Nah, no todas las personas.

-¿Un día voy a tener los cachetes peludos y feos como tú?

Yugo gruñó, girandose hacia su hija. Era una buena oportunidad para ser un mal ejemplo

-Si. Y no solo te saldrán pelos en los cachetes, tambien te crecerá un enorme bigote debajo de la nariz.

La peliroja abrió los ojos y se cubrió la boca con ambas manos, por la impresión y el susto. El adulto satisfecho de jugar con la inocente mente de la menor, volvió a lo que hacía con una sonrisa

-¡Entonces tienes que enseñarme a afeitarme la cara!

-¿Eh?

-Tienes que enseñarme cómo se hace; no quiero ir a la escuela con un feo bigote en la cara.

-¿Que tiene de malo? También podría salirte barba.

Preguntó sarcasticamente, divertido de jugar con la mente de la menor

-Soy muy joven para verme como tú.

El adulto gruñó pesadamente, posando ambas manos sobre el lavado y cerrando sus ojos por un momento

Se giró hacia la pequeña peliroja. ¿Como le dices a una niña pequeña que no le va a crecer un bigote, una vez que ya la convenciste de lo contrario?

↷𖡎...

Untó crema de afeitar en toda la mitad inferior del rostro y mejillas de la menor, exceptuando su nariz; le dió el cepillo alargado de hebras de plastico que Lucas usaba para peinarse cada mañana y luego la acercó a su lado. Frente al espejo

Aquello era más práctico que decirle la verdad

-Empieza de arriba hacia abajo, preferiblemente desde las mejillas hacia el mentón.

Explicó vagamente. Mientras terminaba de afeitarse, Yugo había resuelto como hacer que Tn dejase de hacer preguntas y comentarios sobre su bigote

Y así mientras él se afeitaba con una navaja real, la niña a su lado se afeitaba todo rastro imaginario de vellos, con un cepillo de plastico. Bastante entretenida con lo que hacía

Al terminar, la menor se lavó el rostro y luego lo miró fijamente al espejo buscando rastros de crema de afeitar, antes de voltear a su padre y sonreir

-¡Te faltó una parte!

-¿Donde?

La niña extendió su mano, señalando un poco de crema en los costados de su barba. Yugo se labó la cara con agua pura para luego tomar la toalla junto al lavamanos y secarse el mentón, odservando como la pequeña lavaba y sacudía su afeitadora de plastico como si fuese una autentica. Ante ello sonrió

Yugo era consciente de que tarde o temprano Tn descubriría la verdad sobre como funcionaban los cambios de la pubertad. Pero mientras tanto, no tenía la más mínima intención de decírselo

.

.

.