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04

Pero abrí los ojos y ahí estaba él.

Abrí los ojos, y una vez más, inexplicablemente estaba ahí, conmigo. 

Solo que esta vez no podía recordar nada.

Lo último en mi memoria era mi reciente rutina de universidad con Huening y Jiwon, sin embargo, eso no fue lo que vi cuando enfoqué mi vista.

——¿Sucede algo, amor? ——La voz de Yeonjun sonó lejana en mi cabeza.

Pude fijarme en el paisaje que nos rodeaba: Era un campo, un campo verde, de un verde realmente intenso y brillante como en las pinturas, sin flores de por medio, solo hierba tersa crecida en todo el recinto, el cielo cerúleo estaba despejado y el brillo del sol era justo el necesario. Por estar tan embobado por poco lo olvidaba; cada detalle era irreal, hermoso, perfecto...

Demasiado perfecto.

——¿Dónde estamos? ——cuestioné perdido. En algún momento abrí los ojos, y estaba sentado con Yeonjun en el medio de la nada. Necesitaba una explicación, por más que todo fuera perfecto.

——En nuestra cita ——respondió él con obviedad, como si fuera graciosa mi pregunta ——, ¿por qué? ¿Pasó algo? ¿No te estás divirtiendo?

——No recuerdo como llegamos aquí ——me sinceré ——, no recuerdo nada de esto.

——Bueno, cerraste los ojos bastante tiempo, creí que te quedaste dormido sentado ——dijo con gracia ——. No lo sé, amor, debe ser el estrés, me dijiste que últimamente no habías estado durmiendo bien, ¿verdad?

Era cierto, cada día sentía que dormía menos, amanecía más cansado, sintiéndome más pesado.

——La verdad tienes razón, no he estado durmiendo lo suficiente. Me siento más cansado.

——¿Ves? Por eso te traje aquí. Quiero que te relajes y no pienses en nada ni nadie más que no seamos nosotros, ¿entendido?

La voz de Yeonjun, no... No era ni siquiera su voz el problema, pero había algo diferente en su tonalidad, en la forma en la que lo dijo.

——Pero-

La mano de Yeonjun cayó sobre mi rodilla, dio suaves caricias.

——Mereces relajarte, mereces estar tranquilo y vaciar tu mente. Has estado muy estresado. ¿Por qué no nos echamos en el pasto un rato y-

Por alguna razón no me gustaba esto.

No fui delicado al levantarme, pero tampoco fue mi intención ofenderlo.

——No, es que no lo entiendes... ——Sentí la mirada triste y confusa de Yeonjun sobre mí. Yo por mi parte, me sentía estresado ——. No es normal esto, quiero decir, el no recordar nada. E-Estoy confundido.

——S-Soobin... ——La decepción la sentía en su voz, recién pude alzar la vista a ver sus ojos tristes.

¿Yo te hacía daño, Yeonjun?

Frustrado, amoldé con brusquedad la piel de mi rostro.

——Mi amor, lo siento, en serio lo siento. Yo solo... Ugh, me duele la cabeza, necesito una pastilla. ¿P-Podemos volver a casa? De verdad necesito descansar.

Aquella expresión triste me hizo doler el corazón, pero era peor pretender que estaba disfrutando de todo aquello.

Miró al pasto unos segundos más y asintió

——De acuerdo, vamos ——musitó con desánimo.

Caminamos hasta donde había estacionado el auto, solo unos metros de distancia. Subimos y Yeonjun encendió la radio donde una balada de Green day empezó a sonar.

Cuando el auto comenzó a andar, sentí a Yeonjun mirarme repetidas veces mientras manejaba, sin embargo, yo no quería hablar con él, aún no; todavía seguía muy confundido con respecto a los últimos eventos y tan solo quería dormir. Por ello, me dediqué a mirar a la ventana los primeros quince minutos de viaje, escuché la buena música que salía de los parlantes del auto, y me abracé a mí mismo porque de pronto sentí frío.

——Soobin ——me llamó serio de pronto ——. ¿Hice algo malo hoy?

¿Qué podía decirle? Nada de todo aquello era su culpa. Él no tenía la culpa de que aparentemente me estuviera volviendo loco.

Exhalé y me enderecé en mi asiento, sin dudar esta vez, tomé su mano libre.

——No, no lo hiciste. Yo... Siento mucho si te hice sentí mal. El lugar era precioso, tú eres precioso y cada momento juntos lo es. Pero no sé qué me está pasando últimamente. Mi cabeza me está haciendo malas jugadas.

——¿Cómo qué? ——Nuestros ojos se encontraron brevemente, los suyos exudaban preocupación.

——Los extraños sueños recurrentes eran algo que podía entender, pero esto... Olvidar pedazos completos de mi día... Creo que debería ver un doctor.

——No hay nada malo contigo, Soobin ——me aseguró apretando mi mano, viéndome a los ojos ——, solo descansa mucho. Esta cita no salió como esperábamos, pero... ¿Podemos tener otra mañana?

Yeonjun era el novio más comprensivo del mundo. Le sonreí abiertamente.

——Me encantaría, que sea después de clases. Y ahora sí te prometo que no molestaré con conductas raras... Solo debo descansar bien.

Yeonjun se acercó a mí por un beso breve.

——Te llevaré a tu casa ahora, debo hacer cosas.

Asentí emocionado, realmente agradecido de tener a alguien como él. Mañana sería un día nuevo, menos extraño, ojalá.


——¡Hola, adivinen qué! ——Jiwon saltó a nuestros campos de vista inesperadamente, se veía y escuchaba demasiado alegre, eso hasta que vio mi rostro ——¿Por qué esa cara?

Ya iban como tres personas que me preguntaban si estaba bien. No había ni tocado mi almuerzo.

——No sé, ha estado así desde que llegó ——respondió Hyuka por mí.

Las manos de Jiwon cayeron suavemente sobre mis hombros por detrás. Se inclinó un poco para verme el rostro.

——¿Estás triste, Binnie? ——preguntó dulce.

——Na, estoy bien ——contesté sin ganas ——, no me hagan caso. ¿No ibas a decir algo, Wonnie?

——¿Seguro que estás bien? ——insistió ella.

Asentí.

——Solo algo cansado.

No se vio del todo convencida, pero de todas formas se sentó junto a mí y dejó su bolso apoyado en la mesa, como dejándolo pasar.

——Bueno ——continuó ella ——, les iba a decir si recordaban qué día era hoy.

——¿Martes? ——intentó Hyuka.

——Ay, eso no, idiota. La fecha, yo les dije de hoy hace varios días, vamos.

No recordaba nada, mi memoria estaba más volátil que nunca.

——Ah, verdad... ——Huening Kai miró concentrado al piso, como si intentara acordarse. De pronto chasqueó los dedos viéndose satisfecho ——¡Tú Mamá llega hoy!

Jiwon sonrió y por encima de la mesa, cruzando mi bandeja, le tomó la mano a Hyuka y la apretó juguetonamente, como premio.

——¡Sí! ——chilló emocionada ——Dios, han sido dos años desde que no la veo.

——Eso es lindo ——comenté con una sonrisa ladina. Estaba algo ido, pero tampoco era como que no estuviera ahí.

——La llamé por teléfono hoy y me dijo que está muy emocionada, también les trajo cositas de Brasil ,chicos.

——Aww, la tía es tan linda, también la extrañamos ——dijo enternecido Kai.

——Por eso mismo quería pedirles ayuda ——Esa primera oración hizo que la viéramos expectantes ——. Quiero hacerle un almuerzo sorpresa a mamá. Ya saben, como un mini buffet, con postres y con varios de sus platillos favoritos.

——Ow, ¡qué linda idea! Yo me apunto ——confirmó Huening sin vacilar. ——. Soobin ——luego se dirigió a mí ——, ¿vamos? La tía HaeSoo siempre ha sido un amor con nosotros. Además que no creo que Wonnie pueda sola. ¿Vamos?

——Hyuka, mírale la cara, no se siente bien, está bien, nosotros dos podemos-

——Sí, lo haré ——corté, entonces mis dos amigos sonrieron.

Haría cualquier cosa para dejar de pensar en Yeonjun.

——¡Genial, saliendo de clases vamos de compras!

Fue más de una hora en el supermercado. Mis tontos amigos se la pasaron jugando y haciendo cosas hilarantes y cuestionables en los pasillos, por lo que sonreí un poco, y en cuestión de tiempo, se encargaron de esfumar mi estado triste.

Después de comprar todo, caminamos a casa de Wonnie, cada uno con dos bolsas grandes en mano. Wonnie había planeado muchísimas cosas. Honestamente no sabía si llegaríamos a preparar todo en tan solo unas tres horas.

Cuando llegamos a su casa, dejamos las bolsas en la alacena, y después de lavarnos las manos, empezamos con la acción.

La música era infaltable, así que Jiwon se conectó a su parlante desde el celular y puso unas cuantas canciones de Dua Lipa en lo que nos indicaba qué hacer, tal como haría una respetable jefa de cocina.

——Kai, prepara la masa porfa, la receta te la pasé al celular. Soobin, ayúdame a cortar los espárragos, yo voy haciendo la salsa.

Los vegetales estaban frente a mí junto al cuchillo y a la tabla para cortar. Empecé a hacer lo que me dijo.

——¿No pudiste dejarme una tarea como la de Kai? Amasar es divertido.

——Y cortar también, callado.

Kai y yo reímos por lo bajo por su actitud mandona. Bueno, era lo que tocaba.

Yo no sabía cocinar, nada en lo absoluto. Así que esperaba que mis malos cortes no fueran juzgados. Había intentado cocinar un par de veces, y de hecho la única vez que salió ligeramente bien fue cuando Yeonjun...

Yeonjun.

——¡Ah! ——En algún momento mientras pensaba, dejé de ver los vegetales frente a mí. El dolor del corte fue tan agudo que me hizo gritar.

——Oh Dios, está profundo ——dijo alarmado Kai al ver mi dedo bañado en sangre.

Jiwon fue más rápida al tomar un trapo blanco limpio del lavadero y envolver mi dedo con este.

——Fue la puntita noma, pero igual está profundo. Mantén el trapo aquí, ¿sí? ——me indicó y lo soltó, yo lo tomé observando al pedazo de tela pintarse de rojo gradualmente ——¿Duele?

——Sí, muchísimo ——admití con la voz ceñida, mi mueca denotaba el dolor que sentía. ——. Una pastilla o algo, porfa. Arde, ahh~

——Pero Soobin, uno cuando corta tiene ver el objeto que está cortando ——regañó Kai ——. Me hubieras puesto a mí a cortar.

——¿No estaba viendo lo que cortaba? ——Jiwon preguntó incrédula.

——No, estaba todo idiotizado viendo a la pared o no sé. Medio zombie.

Jiwon buscó en uno de los gabinetes algo, luego de unos segundos sacó de un cajón un botiquín, tomó una tableta de pastillas y un trozo de gasa de este.

——Soobin... ——Con solo pronunciar mi nombre me había regañado ——. Y tú Kai, si lo ves así y sabes que está cortando, debiste decirte algo.

Jiwon me extendió una sola pastilla de toda la tableta junto a un vaso de agua. Remojó el pedazo de gasa en alcohol yodado y quiso extenderlo a mi dedo.

——Gracias doctora ——Le sonreí como pude.

——¿Alcohol? ——preguntó Kai alarmado ——Won, no. ¿Has visto la cantidad de sangre? Es un corte pequeño pero profundo, vas a matarlo.

——El yodado no duele, cállate. Ven Soobin.

Me alejé casi asustado.

——No, no te vas a acercar a mi dedo si tienes alcohol ahí. Duele un 8/10 ahora. Kai tiene razón, ¿Quieres matarme?

——Shh, yo sé de estas cosas.

——Así como también sabías de rutas y nos terminamos casi yendo a Busan en vez de Incheon, ¿no?

——Kai, te callas. Ven Soobin ——Cuando Jiwon se ponía en modo mamá, no había quien la detuviera.

Bueno, no podía ser tan malo. Resignado, quité el trapo y dejé expuesto mi dedo.

——No duele, ¿no? ——pregunté mirando a mi amiga a los ojos.

Antes de responder acercó la gasa a mi dedo.

——No... ——Cuando cubrió la herida, me tomó dos segundos para asimilar ——Tanto.

——¡Ah! ¡Arde! ¡Arde! ¡JODER! ¡DEJA MI DEDO! ¡JIWON, DUELE, BASTA! ——La muy desgraciada sujetó mi dedo con más fuerza.

——Era necesario, ¿ok? No lo muevas.

——Es Jiwon, Soobin, no se puede confiar en ella ——agregó Kai en una mueca —-—. Oye ya, loca, está llorando.

——¡Suelta!

Y por fin me soltó.

——Con eso bastará ——resopló.

La vi con mis mejores ojos de traición

——Te odio ——escupí, mi dedo palpitando.

——Te estoy cuidando porque eres un bebé. Ahora, ve a descansar al sillón. Yo y Kai terminaremos todo.

Estaba molesto así que no respondí y solo me fui a la sala. Tomé un par de banditas que estaban dentro del botiquín y me las llevé. Incluso el aire que rozaba la herida me hacía ver a Judas.

——Se enojó ——dijo ella.

——Tengo un amigo estúpido y otra sádica. Creo que voy a cambiar de grupo de amigos ——dijo Kai.

Aunque estuve inválido el resto de la noche. Todo terminó muy bien: El reencuentro madre e hija fue muy lindo y emotivo, y para mi sorpresa, esos dos se las arreglaron para hacer platillos deliciosos sin mí, auch. Pero por lo menos comí a gusto y conversamos con su mamá, como los viejos tiempos, esos que extrañaba tanto en la vida real.

∆ LEVE SMUT ∆

Yeonjun dejó escapar un suspiro cuando puse mis manos en su cintura.

Echó la cabeza para atrás lo que me dio acceso a su blanquecino cuello, al cual consentí con besos efusivos y lentos.

Di una pequeña lamida a su manzana de Adán, lo que pareció hacerlo perder la cordura, pues apenas lo hice, se aferró a mis hombros como si tuviera miedo de caer.

Empezó a restregarse contra mi regazo, a moverse lentamente sobre mí, provocador, con la única intención de hacerme perder los estribos para que terminara follándolo en ese mismo coche.

Al sentirme crecer bajo él, Yeonjun se sostuvo de mi cuello y volvió a besar mis labios para cubrir sus propios gemidos, que también era amortiguados por la música de la radio.

El espacio era muy pequeño para poder hacerle todo lo que tenía en mente.

——Oh, Soobin~

Mi nombre en sus labios, sobre todo de esa forma rota... Jamás podría esuchar algo mejor que eso.

——¿Tan desesperado, amor? ¿Tan impaciente que no puedes esperar a llegar a casa?

Tomándolo de la cadera lo apegué aún más a mí. Cuando mi entrepierna rozó la suya por encima de la tela del pantalón, un gemido ahogado salió de esos labios pecaminosos cerrados.

Se supone que después de clases íbamos a tener otra cita para poder hablar bien las cosas, con calma esta vez, pero lo primero que hizo al venir por mí en su convertible rojo, fue provocarme para que terminemos de ese modo, con él gimiendo mi nombre ante cada mínima caricia. Era un alivio que los vidrios estuvieran blindados.

Seguí besando sus bonitos labios como si estuviera dispuesto a devorarlo completo. Y de hecho, ese era mi objetivo y mayor tentación. Me separé un segundo para apreciarlo, hecho un desastre, un hermoso desastre: sus labios rojos hinchados recubiertos por una capa fina de saliva, sus ojos cristalinos y deseosos, sus cabellos negros desordenados y aquellas perlas de sudor en su frente...

Yeonjun era una obra de arte. Me gustaría recordarlo siempre, pero sé que no voy a poder.

En ese auto... Era difícil pensar cuando Yeonjun seguía restregándose cada vez más rápido sobre mí, como un gatito desesperado.

——Soobin... ——Se quejó en un gemido sin detener sus movimientos. Solo me llamaba por mi nombre de pila cuando era un momento serio, de demanda.

Mis manos bajaron desde la piel fría de su espalda baja hasta por dentro de la ropa interior, el elástico de esta presionó mis dedos y me tentó a deshacerme de ellos.

——¿Qué? ——dije agitado, fingiendo desconocimiento, miré directamente sus ojos brillosos que pedían a gritos atención.

——Ya... Ah~ Soobin, ya.

——¿Ya qué, hm?

Lo tenté un poco más con mi índice, tanteando su punto dulce hasta que lo vi morderse con fuerza el labio inferior. No iba a darle lo que quería hasta oírlo de sus labios destrozados. Quería escucharlo.

Entonces él recargó su frente contra la mía, miró directamente a mis ojos encendidos mientras acariciaba dulcemente mis orejas, y sobre mis labios, susurró con la voz más sexy alguna vez pronunciada:

——Fóllame.

No podía aguantar mucho más de todas formas.

En un solo movimiento bajé la palanca que recostaba el asiento por completo.

Quería tener a Yeonjun a mi entera disposición, hacerlo pagar por descontrolarme de esa manera, así que lo volteé rápidamente en el asiento del copiloto y de un solo tirón me deshice de cualquier pedazo de tela que se interpusiera en mi camino.

Su respiración entrecortada, de sorpresa... Solo me encendió mucho más.

Sin retenerme, le propicié dos nalgadas fuertes que hicieron a su pequeño cuerpo temblar. Quedé deleitado al ver la marca roja de mis dedos pintarse en ese lienzo blanco, obra tan solo mía.

Yo como novio tenía muchas facetas, y el novio consentidor y considerado no estaba presente en ese momento.

De otro solo tirón fuerte, jalé de sus cabellos hacia atrás al mismo tiempo que apegaba mi pecho a su espalda, con mi otra mano, me aferré de su vientre plano y marcado.

Podía escuchar a Yeonjun lanzar gemidos dulces todo el día y estaba seguro de que no me cansaría jamás.

——¿Esto querías? ——le pregunté ya demasiado ido, mi mejilla rozaba la suya——¿Aquí y ahora?

Yeonjun se veía encantado, sonreía casi somnoliento.

——Me encanta cuando te pones dominante ——dijo entre pequeñas risas, adormecido.

Sus sonrisas burlescas no duraron mucho, no lo permití, porque rápidamente introduje mis dos primeros dígitos para prepararlo.

Su última risa terminó convirtiéndose en un gemido que pronto serían una orquesta de los mismos, cada vez más altos según la dirección en la que girara mis dedos. Una y otra vez, y de nuevo..

——Ya, más~ Basta, ah...

——¿Quieres que me detenga, amor, eso quieres? ——Irónicamente aceleré los movimientos de mis dedos.

——Ahg, no... T-Te quiero a ti, te necesito a ti, p-por- favor~

——Quiero que recuerdes tus palabras ahora mismo cada vez que hagas tus berrinches de principito mimado. Me vas a hacer caso, ¿verdad?

Yeonjun no respondió, mi precioso bebé se resumía a un desastre de gemidos.

——Vas a obedecer, ¿verdad?

Claramente no estaba respondiendo a propósito, pero no lo dejaría ganar. Detuve por completo mis movimientos, antes de sacar mis dedos.

——Hmm... ¡Sí, entendido, señor! Ahora por favor solo-

La música no pudo ahogar el grito que Yeonjun dio cuando me introduje en él en un solo movimiento. Necesitaba ver esas expresiones suyas tan preciosas, entonces lo empujé sobre su espalda y lo hice recostarse delicadamente sobre el asiento totalmente reclinado, yo me recosté encima de su cuerpo, su piel fría, suave y blanca como la nieve siendo mi peor perdición.

Empecé mis movimientos lentos, luego besé sus labios con ternura y se me contrajo algo dentro del pecho. Joder, me gustaban mucho sus labios, tanto...

——Te a-mo~ ——susurró roto por los gemidos, pero me sonrió viéndome a los ojos al decirlo, y eso me llenó. Nunca me sentí tan jodidamente lleno ——. Te amo mucho, Binnie ——Sus ojitos vidriosos temblaron y me abrazó por el cuello, eliminando así cualquier espacio existente entre nuestros cuerpos.

Aceleré mis embates a la vez que lo apretaba más contra mí. Ahora esos bonitos gemidos eran realmente solo míos, haciéndome recordar una y otra vez que yo era el hombre más afortunado del mundo.

Nunca lo había hecho un un auto, pero fue una experiencia graciosa y nueva para ambos. Experiencia de la cual nos reímos después de limpiar el desastre.

Después de ese momento íntimo en las afueras de la universidad, Yeonjun por fin me llevó a donde se supone sería nuestra cita inicial: la playa.

Pero no era cualquier playa; era nuestra playa. Por lo que cuando estacionamos ahí mismo, no pude evitar ahogar un suspiro lloroso.

Y es que ese solitario lugar, ese lugar que parecía estar triste por el cielo gris, significaba tanto...

Aquella que fue cómplice de nuestra primera escapada de clases, aquella donde dicha tarde de agosto lloré en sus brazos solo por hacerlo, aquella testigo de nuestra noche de promesas de tinta...

Era un lugar muy significativo para nuestra historia, para esos dos años que tuve la dicha de conocer al principito mimado que ahora descansaba en la arena junto a mí.

Mi primer amor.

Nos sentamos en la arena en el medio de todo, solo para apreciar la vista; el oleaje moderado y el cielo lúgubre, en esta ocasión corría más viento que otras veces, pero el ambiente y clima eran perfectos de todos modos. Todo a su lado lo era.

Mi brazo flojo rodeaba los hombros de mi chico, él tomó esa misma mano con la suya más próxima, y con la otra, sostenía una botella de whisky. De alguna forma siempre conseguía alcohol para momentos como esos.

Parte de su espalda chocaba con mi pecho, justo como lo había hecho horas antes, pero la calidez que me trasmitía la misma acción, ahora era diferente.

Sonreí embobado al ver al viento rebelde peinar sus cabellos negros para atrás. Dios, estaba tan tan enamorado...

Y justamente por eso, yo sabía que le debía una disculpa.

——Amor ——lo llamé.

Yeonjun no volteó porque estábamos cómodos así, pero le dio un apretoncito a mi mano para hacerme saber que estaba oyéndome.

——Lo siento mucho ——musité con la culpa viva.

Junnie giró ligeramente la cabeza, nuestros labios rozaron por encima.

——¿Por qué? ——susurró de vuelta.

——Lo de la ulitma vez... Yo... Yo... ——Las palabras, siempre las malditas palabras ——Yo no tengo idea de qué demonios me pasó la última vez. He estado raro estas últimas semanas, lo sé, pero es por los sueños que he estado teniendo; estos no se detienen y bueno, supongo que no he estado durmiendo lo suficiente...  ——Era estúpido volver a hablar de lo mismo ——Solo... Lamento haber arruinado nuestra cita. De verdad lo lamento.

Yeonjun esta vez sí se giró por completo, enfrentándome, rompió ese medio abrazo.

Me perdí en sus ojos, completamente, se sintieron como segundos lo que bien pudieron ser horas. Yo podía ver sus hermosos luceros todos una vida.

Sus preciosos ojitos se veían cada vez más brillantes, tanto, que en algún punto mientras los observaba, creía que Yeonjun rompería en lágrimas. No obstante, me tomó ambas manos y vio las nuestras juntas con cariño, con una sonrisa.

——¿Me amas, Soobin?

Fruncí el ceño porque creí que habíamos superado la etapa de dudas.

——No deberías preguntar eso, mi amor. Perfectamente sabes que sí.

——¿Y M-Me amarás siempre también?

No entendía. ¿Por qué en su voz encontraba de pronto miedo y ansiedad? ¿Por qué reconocía temor en sus palabras, inseguridad?

——C-Claro cielo, por qué-

——¿Sin importar lo que yo haga? ¿Sin importar lo que pase? ¿Puedes... P-Podrías prometerlo, Soobin? ¿Que te quedarás conmigo sin importar qué?

Los ojos de Yeonjun empezaron a brillar, me tomó tan solo segundos identificar que eran lágrimas retenidas. Ese puchero suyo me rompió el corazón. Apreté sus manos con más fuerza.

——¿Por qué lo dices así? ¿Por qué lo preguntas siquiera?

No me dejó terminar porque se me tiró encima en un abrazo necesitado, soltando un sollozo.

¿Por qué todo en esa maldita playa siempre terminaba en lágrimas?

Se supone que tendríamos una hermosa cita romántica, yo no quería que mi bebé llorara.

——Te amo mucho, mucho. En serio mucho ——lloró aferrado a mí. No sé si fue la verdad en sus palabras pero se me hizo un nudo en la garganta que casi no me dejó respirar.

Sus manos frías tomaron con delicadeza mi rostro y se separó de mí, me vio a los ojos, y cuando vi el recorrido de su llanto, me dolió el pecho. Tan solo quería verlo sonreír y reír como si no hubiera un mañana. Pero tampoco pude preguntar la razón de su repentina tristeza.

Acarició mis mejillas. Ahora el que quiso llorar era yo. Porque nadie, nadie me había visto con tal adoración, nadie nunca me hizo sentir tan querido, amado, deseado...

Peinó unos cuantos cabellos míos hacia atrás con la mano, y todavía con sus ojos lacrimosos, me sonrió mostrando sus dientecitos blancos.

——Maldita sea, Choi Soobin ——Me sonrió ——. Estoy tan enamorado de ti. ¿Qué me has hecho? ¿Por qué?

Sus palabras me dieron vida, una diferente. Lo miré atentamente.

——Quiero que te quedes para siempre conmigo. Siempre, siempre ——continuó. Acercó nuestras manos juntas a sus labios y cerró los ojos antes de dejar un beso en la mía. Una lágrima suya cayendo justo en mi piel.

Entonces no me contuve y lo abracé con todas mis fuerzas.

Si estábamos tan bien, ¿por qué me dolía el pecho?

——Eres mi primer y único amor, Yeonjun. Y quiero que sea así siempre. Te prometo, mi amor, que me quedaré contigo hasta el final, ¿sí? Te lo prometo.

Acarició mi espalda de arriba a abajo.

——Je veux vraiment vivre avec toi. Vraiment.

Eso de sus bromas poliglotas era lo que necesitábamos para volver a un ambiente menos intenso, o eso creía yo.

Lo separé de mí y con una sonrisa intrigada busqué sus ojitos.

——¿Qué significa eso?

——Vamos a casa. ——Me sonrió.

Cuando llegamos a su casa ese mismo día más tarde, fue entre risas estúpidas porque Yeonjun intentaba hacer malabares con todas las botellas que había llevado en el auto, botellas llenas que no tomamos.

——Eres un borracho ——lo acusé ——. Tienes como cinco ahí en mano, te apuesto que en la maletera hay más.

——De hecho hay tres más ——rió encantado.

——Dios mío... ——Negué con la cabeza en desaprobación. Como Yeonjun estaba haciendo lo imposible para que ninguna botella se cayera, yo abrí la puerta con la llave ——Estás loco. ¿Quién te dijo que tomaríamos tanto? A las justas terminamos dos botellas entre los dos.

——Es bueno siempre estar prepara-

El sonido de vidrio roto, una botella terminó por caerse.

El alcohol salió disparado por todas partes, al igual que varios pedazos de vidrios peligrosos.

Los vidrios... Inmediatamente vi los pies de Yeonjun, él había llevado sandalias para ir a la playa, si él daba un paso más, era probable que se cortara. Yo que estaba con zapatillas me apresuré a recoger los vidrios, pues justo ese día no había nadie del personal en su casa.

——No te muevas ——le pedí ya de cuclillas, recogiendo con cuidado——, lleva las demás botellas al auto. Espera a que termine de recoger esto.

——Amor, deja eso, te vas a hacer daño ——No le hice caso ——. Amor, déjalo ahí, mejor trae una escoba.

——Eso iba a hacer, déjame terminar de recoger los pedazos grandes para poder ir. Deja las-

——¡Ay, se me cae otra!

Había olvidado que detrás de mí Yeonjun seguía intentando sostener las cuatro botellas restantes. Sin mucho éxito de nuevo, pues un segundo después escuché el sonido sordo de otra botella reventar.

Como estaba usando shorts, esta vez el líquido mojó mis tobillos, y por la sensación fría y tan repentina, terminé cortándome parte de la palma que tenía los vidrios grandes, porque cerré un poco el puño por reflejo.

——¡Soobin!

Eran tres cortes pequeños; los vidrios escurrieron por mis manos, vi la sangre empezar a brotar, crecer en mi palma...

Pero había algo raro.

Recordé de pronto el incidente de mi sueño. Y esperé, dos segundos, varios segundos... Esperé por un dolor que jamás llegó.

No dolía. No dolía ni un poco. No dolía absolutamente nada.

Me quedé viendo las heridas, mi ceño fue acentuándose.

No sé si fue mi imaginación o mi mala vista periférica, pero me pareció ver a la expresión de Yeonjun cambiar. Lo vi sonreír.




























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