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01

——¿Por qué lo hiciste?

——Porque me agradas.

"Tú no a mí" quise decirle.

¿Por qué tuvo que decirle a Kim que yo me había ofrecido a darle un tour?

Cuando preguntó por voluntarios en la clase y todos levantaron la mano, él muy idiota dijo que yo ya me había ofrecido muy amablemente. Y ahora estaba cerca de los lavadores del tercer patio, todo para poder hablar con ese imbécil sin tener a una masa de gente a nuestro alrededor babeando por él.

——No es que no quiera ——mentí ——. Pero tengo cosas que hacer ahora. Tienes a docenas de fans a tu disposición, esperando a que chasquees los dedos para ir tras de ti.

——Y es exactamente por esa razón que deseo que seas tú. ¿Crees que en estos momentos quiero estar firmando autógrafos o tomándome fotos? Solo quiero estudiar como un chico normal y si todos paran detrás de mí, me sentiré de todo menos normal.

Oh vaya, el chico estrella, modelo a seguir, ícono, sufría porque no tenía una vida normal, sufría con todos sus millones y el amor incondicional de la gente. Pobrecito.

Bufé una risa.

——Eres el Justin Bieber de Corea, claro que jamás serás normal, tonto ——Apreté con fuerza mis labios después de que todo eso se escapara de ellos. Tonto no es el gran insulto de la vida, pero no debí dejar que mi irritación por él le ganara a mis principios. Apenas lo conocía, o bueno, algo así.

Me miró divertido.

——Me agradas ——me repitió ——. Me gustan los haters.

——No soy hater ——me defendí rápidamente.

——Mis fans no me andan diciendo tonto, ya sabes ——se burló de mí.

——Tampoco soy fan. Solo creo que eres un chico como yo, pero suertudo y mimado. Como sea, de verdad no necesitas un tour mío, sino pídele a un profesor.

——Mmm... Nop. Ya lo decidí, Soobin, me quedo contigo ——dijo como si fuera lo más natural del mundo, balanceándose de un pie a otro, yo mirándolo con el ceño fruncido.

——¿Disculpa? ——quise reír.

——Que me voy a quedar contigo ——repitió volviéndome a mirar.

——¿Quién decidió eso? ——bufé una risa.

——Yo, claro.

——¿Se te olvidó que yo puedo no querer, pequeño principito?

——¿Principito? Aww, los halagos son diferentes de tu parte ——se burló con sarcasmo haciendo que mi paciencia desapareciera ——. Justo como creí, eres interesante ——me analizó ——. No eres convenido tampoco, y tu actitud reseca me resulta refrescante, solo que pareces ser muy aburrido ——Hizo un puchero.

¡Un jodido puchero con esos labios ya abultados! Un bebé.

——¿Estás juzgándome? ——cuestioné alzando una ceja. No podía creerlo.

Yeonjun formó una sonrisa pícara y burlona a su vez.

——Solo te voy a probar. No creo en las coincidencias, Soobin ——De nuevo estaba esa pronunciación rara, pero esta vez en mi nombre, que de nuevo decidí ignorar.

Sin previo aviso, me tomó de la muñeca, sorprendiéndome. Me jaloneó entre los pasillos hasta la entrada, donde todos me miraban con mala cara.

¿Por qué me dejé hacer eso?

Debí empujarlo y decirle que se vaya al diablo.

——Bien Choi, dame una buena bienvenida.

Extrañamente, ya para el segundo día, todo el revuelo que causó Choi Yeonjun, bajó considerablemente. Seguía ahí, pero el notición había sido ayer, por lo que la gente estaba más tranquila.

Seguía llevándose miradas y viéndose bonito cuando se sentó a mi costado de nuevo.

Toda la bendita clase estuvo empujando mi muslo con el suyo.

¿Me molestó? Claro que sí
¿Lo detuve? No, porque soy idiota.

No quería romper mi concentración, fue por eso.

Kim al final de la clase me pidió que estuviera pendiente de Yeonjun para acoplarse.

Genial.

Yeonjun sonrió victoriosamente al ver mi reacción de: "¿Oh, en serio? Mierda".

Como era de esperarse, me siguió por el pasillo hasta el almuerzo.

Tomé una bandeja, él hizo lo mismo y nos sentamos en una mesa.

Me extrañó no ver a Kai cerca, pero como tenía hambre, solo lo ignoré.

Yeonjun no dijo nada en ese momento, solo me observó devorar mi porción de macarrones con queso y tomar agua.

——Vaya que comes rápido ——retuvo una risa. Él recién estaba por comer la entrada.

——Tengo hambre ——dije con la boca llena de comida.

——Pero no modales ——contratacó con una mueca que logré ver con mi vista periférica ——¿No vas a comer el postre? ——Señaló mis fresas intactas.

——No me gustan.

Su mandíbula cayó

——¿No te gustan las fresas? ——cuestionó ofendido ——¿Estás loco? Es la fruta más deliciosa que puede existir.

——No, no lo son, yo las odio.

——¿Sabías que es mi fruta favorita?

——Sí, siempre lo mencionas.

Una sonrisa traviesa se curvó en sus labios.

——¿Seguro que no eres fan de closet?

Su desvergüenza me sacó una carcajada.

——Sí, claro.

Solamente lo sabía por mis compañeras obsesionadas.

——Si no vas a comer tus fresas, dámelas. Sería pecado dejar que las eches a perder.

No iba a comerlas, así que le extendí mi plato.

Empezó a comer las suyas con una lentitud inusual. Me miraba mientras lo hacía. Me avergoncé por quedármele viendo tanto tiempo y bajé la cabeza algo tarde. Sentí a su sonrisa formarse.

El pequeño imbécil era demasiado guapo y sabía cómo usarlo a su favor.

Lo esperé hasta que terminara de comer... porque sí.

Yeonjun, en lo que caminábamos a casa (porque por alguna razón su residencial quedaba camino a mi casa), intentaba sacarme tema de conversación de lo que sea.

——¿Quieres que seamos amigos? ——le pregunté por ver su repentino entusiasmo.

——Me parece estúpido caminar 10 cuadras juntos en completo silencio.

——Me gusta así. Y no es en silencio, yo tengo mis audífonos.

——Préstame uno entonces ——me arrebató uno y se lo puso.

Fastidiado, inmediatamente se lo quité. Y el idiota tuvo los huevos como para poner cara ofendida después de que le quitara mis cosas, que intentó tomar sin mi permiso.

——Los audífonos son personales ——Me lo puse de vuelta el instante.

Yeonjun bufó y me entornó los ojos.

——¿Te han dicho que eres realmente, muy, muy, muy, muy, muuuuuy aburrido?

——¿Te han dicho que tú muy irritante?

——¿Soy irritante por querer conocer a mi nuevo compañero, señor aburrido?

Increíble. Jodidamente increíble.

——Creo que ya te dije que no me interesa, pero está bien, podemos hablar, pero mañana. Esta canción me gusta, no me molestes ——Apresuré el paso.

Con mi vista periférica, de nuevo, lo pude ver entonar los ojos de nuevo.

——Hasta con la viejita bibliotecaria me divertiría más, a-bu-rri-do ——atacó canturreando con un tono infantil.

——No soy aburrido ——me defendí ceñudo.

No tenía la necesidad de explicarme, y menos con él que solo quería molestarme. Yo le estaba dando lo que buscaba, pero es que llegó a irritarme tanto que no podía quedarme callado.

—— Déjame adivinar... ——empezó con tono burlón ——¿Eres de los raritos estudiosos asociales que solo tienen dos amigos iguales? ——preguntó con una clara inocencia que me picaba los huevos.

¿A dónde se había ido su comportamiento respetuoso? ¿Y el caballero? La verdad era bueno que se mostrara tal cómo era. Era un +1 para mi ego que yo siempre supiera que la gente así de perfecta no podía existir. En su caso, su amable personalidad solo era una máscara.

——Uy, ¿a dónde se fue mi principito? ——me burlé ——Creo que se te cayó la máscara por aquí cerca, ¿volvemos para buscarla, niño malcriado?

Bueno, mi plan era hacerlo enojar, no que sonriera más, y no era de esas sonrisas lindas que mostraba en televisión. Era claro que el Yeonjun que tenía en frente era otra persona, no era el principito al que todos le rezaban.

——¿Ves? Hasta tus chistes son horribles ——bufó una risa bobalicona ——. De verdad no entiendo por qué eres tú, te juro que no.

——¿Soy qué? ——Detuve mi caminar para enfrentarlo, él hizo lo mismo.

Su ceño se frunció y, muy extrañamente, me analizó unos segundos. Desvergonzado, me escrutó de pies a cabeza, como si buscara algo en mí.

Me sentí ansioso y pequeñito bajo sus ojos oscuros, yo siendo casi dos cabezas más alto que él.

——¿Soy qué? ——repetí, esta vez mi tono delatando mis repentinos nervios.

——Bueno... ——No me respondió. O por lo menos no directamente ——Eres diferente, eso sí. Pero no sé si eso sea bueno o malo. Por lo menos eres guapo... ——Se me quedó mirando confundido unos segundos más y yo solo me quedé ahí parado porque sí, esperando a que me analice, sin entender a qué se refería. Aunque de todas formas fue otro +1 para mi ego que un súper modelo considerara que yo era guapo ——. Ah, de verdad necesito entender para qué y por qué eres tú ——Estaba seguro de que Yeonjun seguía hablando solo.

——¿Pretendes que voy a escucharte hablar de mí sobre... quién sabe qué, como si yo no estuviera aquí? ——cuestioné incrédulo enarcando mis cejas.

——Más o menos ——Hizo una mueca con los labios y asintió.

De verdad, ¿qué tan caradura podría ser?

Ya no quería seguir hablando con él.

Bufé una risa y le subí el volumen a mis audífonos, volviendo a tomar rienda. Para no quedarse atrás, él hizo lo mismo.

Caminamos unos veinte segundos en silencio.

Por fin...

——Bueno, odia las fresas, eso es todavía peor.

Suficiente.

Me quité los audífonos y frené en seco, desconcertándolo.

Sus ojitos de cachorrito confundido no eran lindos, de verdad que no.

——¿Estás hablando solo? ——cuestioné casi impresionado, buscando en su cara pequeña algo que comprender.

Su mirada confundida no era tierna, eso me repetía en ese instante, que esos labios abultados no se veían para nada bien.

——Bueno... Ya que tú no quieres hablar conmigo... E-Es que no me gusta el silencio ——bajó la mirada, huyendo de la mía inquisitiva.

¿Sería que se puso nervioso?

Ese chico era increíble, y no precisamente en el buen sentido, y aunque apeste admitirlo, pues también en el bueno. Pero a lo que yo me refería era que no podía creer que de repente era un idiota mordaz, y de un momento a otro, luego parecía un zorrito tímido, además que era literalmente, totalmente lo opuesto a lo que mostraba a la prensa.

Me sentí afortunado de alguna forma, pues estaba seguro de que esa imagen cruda de él, no se la mostraba a nadie.

¿Le inspire confianza a la persona más famosa de Corea incluso siendo un idiota con ella? Pues sí.

+3 para mí ego.

Bueno, tampoco era que no pudiera soportar una conversación amistosa.

Mis preciosos TXT podían esperar a cuando llegara a casa.

Exhalé antes de guardar mis audífonos en mi bolsillo de nuevo.

Y estoy seguro de que Yeonjun intentó ocultar una sonrisa, porque no le salió del todo.

——Bien ——suspiré ——. Hablemos.

Otra cosa curiosa del chico; era un confianzudo. Mucho.

Entrelazó mi brazo con el suyo como si fuéramos viejos amigos y me sonrió con disimulo, como si estuviera satisfecho, y yo me dejé y me le quedé viendo, pues... porque sí.

Jamás me gustó que me tocaran porque siempre me ponía tenso, solo se lo permitía a Heejin y Hyuka, por eso fue sorpresivo hasta para mí mismo, que el tacto del pequeño irrespetuoso que incluso se burló de mí y me insultó, no fuera tan desagradable.

——¿Viste que no era tan difícil? Si le echas ganas puedes hasta caer bien.

¿Era un halago?

——Triste para ti que tú sigas siendo irritante.

——Soobin ——suspiró como si yo fuera un caso difícil ——, a veces tienes que aprender a...

Sospecho que caminamos más de una hora así. Igual no me fijé en la hora en mi celular, porque por simple educación, estuve escuchando todo lo que Yeonjun decía.

Yo no hablaba, Yeonjun era un loro con cinco lenguas de frente, y es curioso que incluso en ese punto de nuestra historia, yo me sintiera tan... bien

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