Capítulo 73.
─┈ꗃ ▓▒ ❪ act four ― chapter ten. ❫ ▒▓
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AGATHA LLEGÓ A LA RESERVACIÓN al poco rato que el resto de la manada. Aprovechó para llamar a Charlie, citándole en la casa de la familia Black. No le había adelantado nada, ni tampoco mencionado la razón por la que había sido llamado. Ella solo quería protegerle, evitar que le pasase algo a su padre. Suponía que, en el fondo y tras varios meses arreglando la relación que nunca tuvieron, no se podía permitir pasar el luto por otra pérdida. Mucho menos quedarse sin su padre, siendo su culpa por no haber tenido más cuidado.
Cuando faltaron diez minutos para las ocho, la joven Zorkin se acercó a la casa donde vivía Jacob, su amigo del alma. Su hermanito. Había quedado a las ocho en punto con su padre en ese lugar, donde sería ayudada de los Ancianos de la Tribu para aclararle todas las dudas. Sin embargo, paró en seco cuando llegó a la puerta. Su audición mejorada gracias a las ventajas que adquirió por el vampirismo le permitió escuchar la voz masculina y grave de Charlie Swan, así como pudo diferenciar las voces de Sue Clearwater, el viejo Ateara y Billy Black.
Agatha no sabía el tiempo que llevaban hablándole ni lo que le habían contado ya, por lo que esperó unos minutos antes de hacer acto de presencia. A pesar que la puerta estaba abierta, la híbrida llamó con los nudillos antes de entrar, saludando a los presentes con un ligero movimiento de cabeza.
―No sé hasta dónde te han contado, papá ―murmuró, con el nerviosismo carcomiéndola por dentro―, pero no te asustes por lo que verás. Te prometo que no es nada malo. . . depende de cómo lo veas, claro.
Todavía manteniendo el misterio que Charlie Swan no llegaba a comprender nada de lo que le habían contado, pues siempre había pensado que aquellas leyendas con las que había crecido no eran más que eso, cuentos para niños que hablaban sobre la Push, Zorkin salió nuevamente de la casa y se quitó la ropa, dejándola a un lado de la entrada, en el suelo, bien doblada.
Entonces, su cuerpo disminuyó en altura ―aunque la diferencia de altura entre su forma humana y su forma lobuna tampoco es que fuera muy distinta, en realidad― y se encorvó. Sus extremidades se alargaron y adelgazaron hasta dejar salir las pezuñas en sus patas. De su rostro, salió el hocico y, por todo el cuerpo, su bronceada piel fue cubierta de pelo. Un pelaje de color marrón con tonalidades blancas, asemejándose a manchas blanquecinas que se extendían por todo el cuerpo de la loba. Así pues, una vez transformada en su forma lobuna, entró nuevamente a la casa, pero manteniéndose a una distancia prudente.
Si bien controlaba perfectamente sus instintos, tampoco quería causar un desmadre o una masacre accidentalmente.
"¿Agatha?" escuchó a Charlie hablar. La loba, en respuesta, asintió ligeramente con el hocico, a la par que escuchó algunas voces cerca de ahí. Eran los chicos.
― ¡La loba ya salió de la bolsa! ―gritó Jared, a lo que Sam reaccionó golpeándole la nuca, por impertinente.
Salió nuevamente y volvió a su forma humana, vistiéndose tan rápido como pudo. No quería que la vieran desnuda y, por supuesto, tampoco quería perder más tiempo sin darle explicaciones a su padre.
Seguiría ocultándole cosas pero, por lo menos, podría contarle parte de la verdad y, así, también tendrían un aliado por si durante la batalla se excedían las muertes.
―Siéntate, papá. Vamos a charlar antes de la fogata de esta noche ―sonrió, algo forzada, la fémina―. Sé que debí contártelo antes pero, comprenderás que no era solo mío el secreto. La manada estaba involucrada en cierta manera, por lo que debí consultarlo con la Tribu antes de decirte nada. Billy accedió, luego habló con Sue y el viejo Ateara. . . y bueno, más que nada, es para que lo supieras. Intentamos pasar desapercibidos pero no es fácil. Es el deber de la manada cuidar de los ciudadanos de Forks, ¿sabías? De cualquier amenaza.
―Me hubiese gustado estar ahí para ti la primera vez que te convertiste en una loba ―susurró, pues tendría tiempo para asimilarlo más adelante.
―No te preocupes. Siempre estuve acompañada y no dolió tanto como parecía ―sonrió, sentándose a su lado, para después poner una de sus manos sobre el muslo de su progenitor―. Y con el tiempo, me he ido acostumbrando y adaptando a mi condición. Sin embargo, debes saber algo más. No soy solo una loba. ¿Tú recuerdas las historias de la Tribu? Sé que mi madre te llevó alguna vez.
―Algo recuerdo, aunque hayan pasado años ―asintió.
―Otra criatura son los fríos ―comentó, soltando un largo suspiro―. Tienen unas cualidades diferentes a los metamorfos o, como en mi caso, los lobos diamante. Ellos son rápidos, tienen la piel fría como el hielo y dura como un diamante, pueden poseer dones especiales y no comen ni duermen, pues no lo necesitan. Los fríos son vampiros, Charlie. Aunque sean especies enemigas, no puedo decir lo mismo de mí.
―Esto... es mucho que procesar ―admitió el mayor, suspirando―. Pero sigue contándome, después ya iré a casa. ¿Podrás disculparme ante Billy?
―Sí, claro... no te preocupes, papá ―le consoló la menor, tranquilamente―. Bueno... eso es más delicado. ¡No te enfades, por favor! ―le pidió, soltando un pequeño grito, sin poderlo evitar―. Los lobos diamante tenemos una impronta y una alma gemela, dos parejas destinadas con las que pasaremos toda la vida. Yo encontré a ambos, Charlie. Y sí, he estado enfadada mucho tiempo con ellos, dolida y cabreada como nadie. Pero les quiero, y estoy enamorada de ellos.
― ¿Dos parejas? Está bien... si tú estás bien con eso, yo lo aceptaré ―suspiró, aunque estaba reacio ante eso, Charlie, mirando fijamente a su primogénita―. Pero quiero conocerles, decirles algunas cosas antes de que se sobrepasen contigo.
La loba, si pudiera, empalidecería de golpe al escuchar sus palabras. ¿Cómo iba a presentarles a los Cullen oficialmente como sus yernos? ¡Eso era una completa locura! No se lo tomaría nada bien, sino todo lo contrario.
Tragó saliva, sabiendo que lo peor llegaría ahora.
―Son Edward Cullen y Jasper Hale ―musitó, en un tono casi inaudible, dejando sin habla a su padre.
Después de la confesión, decidieron dejar la charla en ese punto y Agatha le prometió que les presentaría a ambos chicos lo más pronto posible. Y como no quería que estuviera en Forks durante la batalla, decidió que en dos días tendrían una reunión familiar.
Ahora, solo le faltaba avisar a ambos hermanos para que lo supieran. Y rezar para que Isabella no estuviera ahí estorbando, ni metiéndose dónde no la llamaban.
* *
n/a. tacháaaaan, charlie swan sabe sobre los lobos y los fríos, es solo cuestión de un par o tres de capítulos que los neófitos lleguen a forks.
¿qué pensáis que va a pasar? lo único que puedo decir: me gusta mucho el drama, ahre.
Próxima actualización: domingo, 4 de agosto.
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