─┈ꗃ ▓▒ ❪ act three ― chapter sixteen. ❫ ▒▓

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LLEVABA CASI DOS SEMANAS EN Volterra. Los primeros días se le habían hecho duros y complicados. Extrañaba estar con la manada, cocinar con Emily o leer hasta altas horas de la noche. Echaba los patrullajes que realizaba, ir a clases en el Instituto con regularidad y hablar con Ángela sobre estudios y el periódico escolar donde escribía los artículos que le gustaban.

Resopló molesta ante la idea de seguir ahí. Necesitaba volver a Forks. Volver a la Reserva. Saber de sus amigos, de cómo iba la situación por esos lares. Esa fue la razón por la que decidió ponerse al día con los mensajes y llamadas perdidas que tenía.

Sam la había llamado en numerosas ocasiones pero la joven no estaba lista para responder, por lo que dejaba que sonase hasta que dejase de hacerlo.

Charlie Swan también la había llamado y había dejado un par de mensajes en el contestador, preocupado por su repentina desaparición.

También había recibido mensajes y correos electrónicos de Alice Cullen. Irónico, teniendo en cuenta que la dejaron tirada sin siquiera despedirse unos meses atrás. Ni siquiera tenía la intención de leerlos.

Tragó saliva al buscar el contacto de Sam, dándole al botón de videollamada. No estaba segura de sí eso era lo mejor, mas, necesitaba calmar ese nerviosismo interno que sentía.

Un pitido.

Dos pitidos.

Tres pitidos.

Cuatro pitidos...

Y en el quinto pitido, cuando ya estaba a punto de darle a finalizar llamada, la pantalla de su Smartphone de última generación se iluminó, permitiéndole ver el rostro de su hermano mayor.

"— ¡Aggie! —gritó Sam, con cierta felicidad.

Estoy bien, lo prometo. Os contaré todo cuando vuelva. 

¿Cómo estás? ¿Cómo están todos?

—Estamos bien. Se han unido más a la manada. Embry, Jacob y Quil. Pero... también los Clearwater.

¿¡Seth!? Pero sí es un niño todavía... ¿Y Leah? Vaya, es la primera loba de la manada en varias generaciones...

¿Cómo es eso posible? ¿Ha ocurrido algo grave?

—Es Harry, hermana. Tuvo un infarto."

A Agatha pareció que se le cortaba la respiración. Su corazón se paró por unos segundos al escuchar las palabras de su hermano. ¿Harry había muerto en su ausencia? No... no podía ser cierto. Él no podía haberla dejado, le consideraba su tío. Igual que Sue era como su tía también. La había visto crecer, madurar, reír y llorar. Siempre le contaba las historias y leyendas de la tribu, aun cuando no tocaba noche de fogata. Harry Clearwater había sido siempre su ejemplo a seguir. Un hombre fuerte, sabio y valiente, protector y cariñoso. Era todo lo que buscó en el padre que nunca estuvo para ella.

"Yo... estaré de vuelta en los próximos días. Necesito asimilar la noticia.

—Agatha, hermana...

Por favor, Sammy. Quiero despedirme de él.

—Está bien, te esperaremos. Te has perdido de muchas cosas más, pero creo que es mejor que lo sepas en persona.

Samuel. ¡No puedes dejarme así! Cuéntame todo, porfi.

—Isabella descubrió lo que somos, aunque intentamos ocultar que tú formabas parte de la manada. Fue cuando Jacob tuvo los síntomas y justamente entraba en fase.

Jodida e insufrible humana... la detesto, te lo juro.

¡No la soporto!

—Y golpeó a Paul, eso causó una pelea... en fin, pero todo acabó bien.

¿¡Se atrevió a tocar a mi hermano!?

LA MATO.

—Está bien, no te preocupes. No fue a más la cosa.

Hmmm, te creeré.

Salúdame a todos y diles que les quiero mucho.

Estaré por ahí mañana, si puedo viajar.

—Nos vemos, hermanita. Te queremos.

Y yo a vosotros, mucho."

La híbrida estuvo tentada de tirar el teléfono móvil al suelo, sabiendo que se rompería en añicos por la fuerza que emplearía, pero se contuvo las ganas. Lo dejó sobre la cama, para después rebuscar en el gran armario de su habitación la mochila que consiguió Victoria de su casa. Metió un par de mudas que le pertenecían, sus pertenencias privadas y también el móvil, su pasaporte y alguna golosina que Demetri le había conseguido a escondidas de Marcus, que no dejaba que comiera dulce porque le causaba hiperactividad y no, ya habían aprendido, en cuestión de días, que eso no era bueno y por ello se lo prohibieron.

Esa era una de las cosas buenas de ser una híbrida. A pesar que necesitaba la sangre para saciar la sed, todavía podía comer comida mundana, por lo que seguía amando la pizza. ¡Y podría seguir atiborrándose del delicioso pollo al limón que preparaba su cuñada!

Salió de la habitación, para dirigirse a la sala del trono. Debía contarles a los reyes la situación tan delicada en la que se encontraba y prometería volver, como en cada ocasión que iba de visita. Hasta el momento, jamás había faltado a su palabra. Aunque, teniendo claro que tan solo había estado una vez en Volterra, tampoco era de extrañar.

Caminaba con un paso firme y rápido, sin poder evitar ser comparado con un andar aristocrático tan característico de la realeza. Sus tacones repicaban contra el frío suelo de piedra, escuchando varias voces distintas al otro lado de la puerta de la sala del trono, cuando llegó.

Agudizó sus sentidos —que habían mejorado con su nueva condición—, intentando distinguir las diferentes voces que se escuchaban. Una de ellas era la de Aro, también escuchó a Caius. Pero había otras voces en la sala. . .

Jadeó, apoyando una de sus manos a la puerta. ¿Qué hacía Isabella en ese lugar? Sin poderlo evitar, soltó un gruñido que, muy probablemente, no pasó desapercibido por los vampiros al otro lado de la puerta. A sus espaldas, asustándola, apareció Afton.

—Joder, Afton —bramó, llevando una mano a su corazón, suspirando—. Cualquier día me matas de un infarto.

—Eres una exagerada, Atha —bromeó el vampiro, ganándose una mirada asesina por parte de la adolescente.

—Abre la puerta, Afton. ¡Ahora mismo! —exigió, amenazadoramente—. O lo haré yo, y créeme que no te gustará probar el dolor del don de Jane.

El rostro del vampiro centenario se descompuso. Él había visto a la pequeña Jane en acción. Y no, no quería sufrirlo en persona. Por ello, aun sabiendo que los reyes no querían la presencia de Agatha Zorkin en aquellos momentos en la sala del trono, se vio obligado a dejarla pasar. Abrió las puertas y entró primero, mirando a los reyes.

—Lo siento, amos. Quise detenerla, pero... —no pudo continuar, pues fue interrumpido.

— ¡Tío Marcus! Mi tío Harry falle...—Agatha pausó sus palabras, observando lo que ocurría.

Vio como Edward y Jasper estaban ahí. ¿Qué demonios hacían ahí? También, los tres reyes. Demetri, Félix, Alec y Jane. Alice Cullen. Y la inútil de su medio hermana. Abrió los ojos como si de naranjas se tratasen al ver como Félix agarraba a Edward, prácticamente agrietándole el rostro.

—Te agradecería, amigo, que no lastimases a mi impronta —pidió, con una sonrisa falsa, sin dirigir la mirada a Eddie—. Comprenderán que si él muere, también lo haré. Es decir, otra vez, me refiero. Todavía quiero disfrutar de mi condición.

Dejando a todos sorprendidos y sin darles tiempo a reaccionar, a velocidad vampírica acorraló a Isabella Swan contra la pared, alzándola a la par que la cogía del cuello, apretándolo con fuerza. Y, a pesar de todo, todavía no empleaba toda su fuerza.

—Que sea la última vez que golpeas con tus sucias manos a mi hermano —gruñó, cabreada, fijando su oscura mirada en el pálido rostro de la humana—. Te mataré, con mis propias manos, si vuelves a tocar a uno de ellos. Y eso implica, desgraciadamente, a los vampiruchos del demonio.

La soltó, tras asegurarse de tocar su antebrazo descubierto. Había absorbido algo... ¿A caso poseía un don? Se giró hacia Jane, sonriendo ladinamente, y gesticuló: prueba ahora, patito.

Olvidando todo por unos segundos, Agatha se acercó a Aro, susurrándole al oído:

—Deja que Jane pruebe de nuevo, creo que he absorbido algo de la humana con mi don —solo para aquellos con un oído sobrenatural pudieron escuchar sus palabras.

"Seguro que no logrará dañarme, soy poderosa" pensó Isabella, a lo que Edward Cullen leyó, por primera vez, sus pensamientos. "Ahora que vine a salvar a Edward, por fin me verá y será mío. Como siempre debió ser" Edward soltó un jadeo, sorprendido. ¿Aquello era lo que siempre había pensado y deseado la tua cantante? No podía creerlo.

Jane conectó la mirada con la humana, una sonrisa malvada se dibujó en el rostro de la vampiresa de cabellos rubios. Si mamá pato decía que lo hiciera, ella obedecía como si de una orden dada por los reyes se tratase. Y, con una sola palabra. Dolor. Los gritos se hicieron presentes. Minutos más tarde, cesaron al mismo instante que Jane Vulturi paró.

—Un ¿escudo?... Esa era la razón por la que Edward Cullen no podía leer su mente. Por eso mismo a Alice Cullen se le dificultaba tanto ver sus decisiones —habló Agatha, sentada junto a Marcus, en su regazo—. Lástima que lo he absorbido con mi don, ahora ya solo eres una patética, estúpida, cobarde e insufrible humana.

Al haberse desahogado y todavía sin atreverse a mirar a los rostros de Jasper Hale y Edward Cullen, soltó un suspiro. Había olvidado el motivo de su intromisión. Se acercó a Aro, su labio inferior tembló al recordar a su tío Harry y sus ojos se aguaron. No quería aceptar el hecho que hubiese fallecido.

—Mi tío ha muerto, están organizando el funeral. Quiero... necesito despedirme de él —musitó, en un susurro, limpiando la lágrima traicionera que recorrió su mejilla—. Volaré de vuelta a Forks para el entierro. Volveré, siempre vuelvo a casa.

La joven americana besó la mejilla de los tres reyes, totalmente agradecida por la ayuda que le brindaron cuando más lo necesitó, antes de seguir a Demetri y a su, ahora, ex familia política. Volver a Forks tan pronto no estaba entre sus planes, eso era un hecho, pero no podía no hacerlo. Lo necesitaba. Sabía que todos la necesitaban allá. Y ella también les necesitaba.

Necesitaba empezar a sanar, dejar de estar rota para volver a ser la Agatha Zorkin que todos conocían. 

FIN DEL TERCER ACTO.

* *

n/a. aaaaaaaaaaaaaaaaaa finalizó el tercer acto. no sabéis lo mucho que me ha gustado escribir este último capítulo, me ha removido emociones del pasado con el fallecimiento de harry clearwater.

¿qué os ha parecido? contadme vuestro feedback en los comentarios, me encanta leeros y contestar a vuestras teorías (bastante acertadas, he de decir), soy muy fan JSJSJS

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Próxima actualización: miércoles, 3 de julio.

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