Extra 3
Tu familia, mi familia
Andaban estresados por todo. Ochako e Izuku se sentían sofocados por igual desde que se habían comprometido con sus parejas.
Ahora estaban a un mes de la boda doble que empezaron a organizar. Los últimos detalles eran los que hacían falta, pero ahora estaban sintiendo el miedo y el estrés de unirse junto a sus parejas de forma permanente hasta la muerte.
—Bien, mi hotel ya aceptó la reservación del cuarto ¿Y el tuyo, Izuku?
—Uff, sí, pero no sé si el restaurante en la torre confirmó.
—Llámalos, deben de decirte algo.
—Bien, lo apuntaré en mi agenda para hacerlo en unas horas.
Sacó un pequeño cuaderno azul con el número 17 en la portada con un marcador permanente y un título de "notas para el futuro". Este tipo de libretas siempre habían sido las que más le ayudaban con notas de lo que sea y hasta el momento esta era sobre cosas de la boda doble con sus amigas.
Suspiró pesadamente mientras frotaba su desaliñado cabello verde en lo que veía a Ochako analizando varias revistas de flores al mismo tiempo. Estaban cansados y sus parejas no ayudaban mucho. Tsuyu y Shouto eran muy sinceros y "corrientes" al momento de decidir algún pequeño detalle como el color de las servilletas al momento de la recepción. El "cualquiera está bien" de ambos los desesperaban. Así que después de todo ese año entre estudios y uno que otro cover o video subidos estaban a seis meses de su boda.
Habían tenido suerte para encontrar invitaciones que los cuatro amaron y que ya habían sido repartidas hace un mes.
La ropa, hotel y detalles de cómo se organizaría la celebración eran las últimas cosas pendientes y serían libres de toda la presión que se estaba ejerciendo sobre ellos. Y como estaban en sus vacaciones de fin de ciclo estarían relajados en sus lunas de miel —independientemente de la otra pareja—.
Cuando quiso que la tierra se lo tragara para olvidar todo, la puerta del departamento se abrió con Shouto llegando junto con dos bolsas de tela blancas en sus manos, detrás de él estaba Tsuyu con una mochila y el cabello recogido en un gracioso "moño".
—Tadaima —dijeron los dos recién llegados cambiándose los zapatos.
—Okaeri —respondieron cabizbajos en la mesa de cristal en un comedor abierto a la sala y cocina.
Las parejas recién llegadas notaron lo explayados que estaban siendo Ochako e Izuku con los pequeños detalles como el tipo de florero para las mesas de los invitados. Sin estar muy seguros del que decir se miraron y comentaron con calma:
—Lo están haciendo bien.
Eso fue la gota que derramó el vaso para los dos cansados amigos sentados en la mesa.
—¡Lo estamos haciendo todo! —gritaron botando toda la frustración y cayendo con auras tristes y oscuras alrededor de ellos.
Si bien les dieron un buen susto a Shouto y Tsuyu ellos con sus claros rostros casi sin mortificarse supieron que debían relajar a sus parejas antes de que se quisieran tirar de lo más alto de la torre de Tokio.
—Ochako, has estado aquí todo el día. Vamos a casa, gero.
—No... Aún faltan...
—Iremos por mochis.
En un instante la mitad de la mesa estaba arreglada y la castaña con unas grandes ojeras al igual que su cansada sonrisa jaló a su prometida hasta la puerta del departamento.
—Vuelvo en dos días, Deku-kun. Por ahora iré a comer mochi y dormir.
—H-Hai... —susurró aún con la cabeza en la mesa.
Las chicas finalmente se fueron acompañadas por un portazo y dejaron a la pareja de chicos en medio de un profundo silencio.
—Traje todo para hacer katsudon —el bicolor levantó la bolsa con el logo del centro comercial donde se hallaban las cosas para preparar el platillo favorito de Izuku.
Este volvió un poco en sí y miró a su novio de forma seria.
—¿Puedo comer en la cama?
Shouto sonrió con ternura. Acercó su rostro a la cara del pecoso besando las mejillas rosadas y su frente por sobre los risos verdes.
—Por hoy te concederé ese capricho, mi amor —dijo esto último en español y junto al oído del contrario quien se sonrojó con fuerza recobrando vida casi al instante.
Pronto se hallaban ambos semi acostados en el futón de su habitación frente a la laptop viendo un anime shonen mientras comían katsudon.
No había nada mejor para calmar al pecoso que una de este tipo de tardes donde su novio y lo que le gustaban se volvían uno solo. Sonrió ante el cariño que el bicolor le hacía en la cabeza. Si bien se sentía estresado, ahora que se estaba relajando no dudó en hablar.
—Gracias, y lamento haber gritado.
Un beso aterrizó en su frente.
—No importa, ahora Asui y yo ayudaremos más, lo prometo.
—Nah, ya no falta casi nada, solo... la ropa, pero eso es cosa de cómo nos organizaremos con las chicas —sonrió abrazando a su pareja dejando en segundo plano el anime que seguía pasando y dejando el plato de katsudon a un lado.
—Cuidado, Izuku —tomó la laptop y puso junto a su plato de comida ya vacío a un lado aun siendo abrazado. Todo estaba bien de no haber sido porque Deku se subió y sentó sobre él comenzando un beso—. Izuku...
—Me disculparé como se debe.
Con una sonrisa engatusante dejó perdido a Shouto entre todos los sentimientos y empezaron una sesión nocturna hasta el día siguiente.
—¿Estás segura de que estaba bien ese traje?
—Segura, gero, Todoroki-chan lo amará.
—Eso espero, tú te veías muy linda con tu vestido —suspiró tomando el vaso alto de tapioca con leche y fresas.
—Creo que va con mi estilo, pero debo admitir que el blanco hacía resaltar tus ojos.
—¿En serio?
—Sí, gero.
Ahora la chica tomó un poco de su bebida también.
Se hallaban en una cafetería con especialidad en todo tipo de tapiocas y postres caseros. Estaban con sus bolsas de accesorios y vestido y traje respectivos para la boda sentados en una mesa casi en la esquina del bonito local lleno de detalles de pulcra madera.
Habían hecho un sorteo donde decidirían con quienes ir a por los trajes y vestidos. Y por obra magistral del destino los inseguros y organizadores de ambas parejas fueron separados. En ese mismo instante los dos peliverdes pensaban en el posible desastre que estaría haciendo Ochako acompañada del perdido bicolor.
Suspiraron al mismo tiempo comenzando una nueva plática entre ideas banales, ya sea para la boda o para el casi inexistente canal donde con suerte subían un cover cada dos o tres meses.
—¿Una canción?
—Sí, gero —tomó un sorbo de la bebida—. Puede ayudar a calmarte cuando entres en pánico por la boda. Ochako suele hacerlo, pero es una melodía con su guitarra.
Dudó unos segundos pensado con la cucharita de su postre apoyada en sus labios. Podría ser una buena idea, sobre todo porque podría usarla para su proyecto propio. La guitarra de Uravity, la batería de Froppy, las voces de Deku y Shouto... Como si fueran unos adolescentes aún a los treinta, cuarenta o cincuenta años.
Sonrió sincero.
—Me parece una gran idea.
Shouto levantó la bandeja con té verde y galletas hasta el estudio de su prometido. Empujó la puerta con aquella en manos encontrando a su pecoso en el piso del lugar rodeado de papeles llenos de notas musicales en ellos, la guitarra entre sus manos, los audífonos sobre sus orejas y una pluma al lado.
—Izuku, descansa —le avisó llamando la atención al pecoso.
—Ah, gracias —dijo volteando su cabeza quitándose los cascos y besando a su novio en la boca.
El bicolor se sentó a su lado y apoyando la bandeja en un espacio donde no había ninguna hoja. Tomó una de las tazas y se la pasó al pecoso, este agradeció y tomó un sorbo.
Cogió una galleta empezó a ojear los papeles.
—¿Me puedes explicar que haces? Llevas todo el día así.
—Oh, escribo una canción.
—Sí, pero, ¿por qué?
—Tsuyu me contó que Ochako lo hace para relajarse entre todo el alboroto de la boda —tomó la pluma entre sus manos y escribió palabras sobre el papel.
—¿Y cómo vas? —se acercó a su pareja viendo la hoja.
—Ah... —dijo desanimado—. Creo que podría ir mejor. Esta está más difícil de componer que "Peace sing".
—¿La usarás para Boku no hero?
—Si logro terminarla, tal vez.
Leyendo la letra que se hallaba sobre el pentagrama con las respectivas notas Shouto empezó a tararear lo que entendía. Al leer la letra notó los espacios vacíos esparcidos por toda la canción. Pero con lo que leía se sentía feliz.
—Tomaré tu mano si no puedes más
y ya
Nunca más tu cederás
Cantó sorprendiendo a su pareja quien pronto siguió su juego entre melodías de aquella canción que estaba seguro era una de sus favoritas porque Shouto estaría cantando con él. Estaba seguro que aquel momento en el altar, el amor de su vida junto a él prometiendo estar a su lado todo lo que les quedara por delante.
Con la voz gruesa de su prometido sentía como se enamoraba otra vez.
Finalmente, el día llegaba.
Sería en la tarde de mañana, porque las dos parejas se separaban.
El sorteo de quien con quien terminó como la última vez.
Tsuyu e Izuku fueron al hotel donde dormirían y se arreglarían para el gran evento.
Ochako estaba un poco frustrada; realmente le hubiera gustado ir con su amigo de pecas para fastidiarlo un poco y salir de sus propios nervios. Pero intentar hacer que Todoroki se sonrojara o hiciera alguna expresión que seguro solo sería causada por la mención de su amigo era algo que le gustaría intentar sin duda.
El bicolor y ella fueron a un hotel también, solo que estarían en una reunión con sus viejos compañeros de la secundaria. Al menos la mitad, la otra estaría con sus parejas en el otro lugar.
Serían como una despedida de soltero y soltera al mismo tiempo y en dos lugares, para nada complicado o confuso.
Bakugou, Kaminari, Hagakure, Momo, Tokoyami e Iida irían con Todoroki y Uraraka mientas que la otra mitad que eran Kirishima, Sero, Ojiro, Jirou, Mina y Aoyama estarían con Asui tratando de calmar a un muy nervioso Midoriya. Algunos de sus compañeros no podrían estar para la despedida, aunque prometieron asistencia en la boda.
Se podría decir que la repartición fue por sorteo, porque Izuku estaba seguro que su amigo de la infancia mataría a su prometido en lo que duraba la noche.
Nadie esperaba que por parte de ambos bandos casi todos terminarían ebrios y haciendo tantas locuras como se era posible en cuartos de hoteles durante una despedida de soltería.
—Estoy seguro que el pelos de mierda quiere proponerme matrimonio todo cursilón como tú hiciste con el Deku.
—¿Y aceptarás?
—¡Claro que sí, mierda! ¡Nadie en esta habitación ama más a su pareja que yo!
—¡Oye, eso no es verdad, pinche bomba con patas!
—¡Aquí hay dos mujeres y un hombre que amamos a nuestras parejas!
La castaña y azabache chocaron los vasos con cerveza para tomar de ellos entre quejas al rubio que por alguna razón le estaba contando su vida amorosa al bicolor. Iida tomaba con euforia pidiendo aplausos para las dos parejas siendo apoyado por una Hagakure y Kaminari ebrios que se reían abrazados por los hombros, todos ellos eran cuidados por Tokoyami que le prometió a Todoroki no tomar para no dejarle peso muerto en la mañana.
El bicolor agradeció aquello mientras miraba como su despedida de soltero se volvía una fiesta que pronto sería tirada por la ventana del penthouse del hotel de su padre.
Eso lo llevó a pensar en su pareja y su extraña pero vieja obsesión por las ventanas que pensaba tal vez incluir en su manga. Luego le diría que era una mala idea a usar.
¿Cómo la estaría pasando el pecoso?
Eso era fácil de responder.
—Estoy muriendo...
—Viejo, menuda suerte. Tu novio no te pega ni te niega con cariño para luego gritarte en la cara lo mucho que te ama y cocinarte estupendamente —un hipido salió del pelirrojo con los ojos irritados por frotárselos del cansancio mientras relataba su vida amorosa.
—¡Kiri! —la pelirrosa se tiró sobre el nombrado quien estaba acostado sobre el novio.
—Ashido-san, nos matas.
—¡Que cruel eres y todo porque ya te casas, Midoriya!
—¡Midoriya-kun, hagamos un karaoke! —gritó Mina.
—¡A la mierda la vergüenza! ¡Tráiganme un micrófono y los aplasto a todos en canto!
Jirou, quien no estaba más sobria que los ya nombrados, rugió con una lata de cerveza.
—¡A-Alto ahí, Esperancita! —Midoriya se levantó abruptamente del sofá dejando caer a sus dos amigos al alfombrado suelo café—. La reina del canto soy yop.
—¡Hermano, te quiero tanto! —Sero abrazó a Eijirou—. Aún no te cases con la rubia.
—¡Me odia, pero me ama Hanta! ¡Tu rubia también te ama!
—¡Lo sé, viejo, lo sé!
—¡Karaoke en el balcón, Deku!
—¡Reto aceptado, Earphone Jack!
—¡Arriba Jirou-chan, Arriba Midoriya-kun! —un hipido escapó de los labios pintados de rosa de Ashido. Esta fue recogida por sus dos amigos hasta el balcón donde todo se empezaba a descontrolar—. ¡Arriba los jotos!
—¡Arriba!
—Um... Tsuyu-chan, cuento contigo para detener a estos dementes.
—Gracias, Ojiro-chan. Espero que los demás estén bien, gero.
—Yo también.
Aunque nadie lo quisiera admitir, todos se divertían mucho mientras entre cervezas, risas y más locuras les dedicaban tranquilidad a las parejas por igual.
Una peculiar forma de darles la sensación aquella, pero mil formas existían y la clase A de Yuuei había creado una más.
El lugar era el hotel del cual era propietario el padrastro de Izuku, Toshinori Yagi. Uno donde los techos altos, las luces blancas y los elegantes muebles eran lo más resaltante en "One for All Hotel". Usarían el bello jardín para la ceremonia y una sala para la recepción aportadas por el dueño.
Si bien el lugar sería gratis los servicios los pagaron las parejas con el dinero de sus prácticas y empleos de medio tiempo.
Para la tarde ya todo estaba decorado con colores blancos y con ramos de rosas rojas y rosadas en los asientos que daban a los pasillos por donde aparecerían las parejas.
Las personas se hallaban vestidas de gala, vestidos largos o cortos de diversos colores y trajes con corbatas y camisas de muchas variedades se podían apreciar en todos los invitados, amigos y familia de las dos parejas que el aquel día contraerían nupcias. Los viejos compañeros de la clase A hablaban entre ellos con susurros, algunos conservaban una resaca de la noche anterior, esperando a que los novios y novias aparecieran.
•~Poner música de multimedia~•
Una música se instauró en el jardín con el amplio arco de flores dejando en silencio a todos los presentes. Aquella melodía no era la clásica que uno siempre escuchaba en las bodas, había sido creada por Midoriya y Uraraka justamente para ese momento un año antes.
Primero apareció la joven Mahoro de diesciséis años quien lanzó petalos rosas sobre la alfombra, luego de ella aparecieron Shouto, vestido con el terno de color blanco, camisa del mismo color, una corbata turquesa y una pequeña flor de color rojo en su pecho además de sus cabellos bicolores mezclados hacia su izquierda, junto a su madre. Rei se veía muy tranquila pero dentro de ella se sentía orgullosa de en quien se había convertido su hijo gracias al pequeño pecoso con el que se iba a casar en unos minutos, casi se podría decir que lloraba internamente por como ella era la elegida para llevarlo al altar.
Detrás de ellos iban Tsuyu, quien llevaba un vestido de similar corte y forma que al de la princesa Diana de Disney aunque sin ser del mismo color, llevaba cabello suelto ligeramente ondulado y adornado con trenzas bajo el corto velo blanco hasta su espalda baja. En su mano derecha llevaba un ramo de rosas blancas y otras pequeñas a su alrededor. Al lado de ella iba su padre tomados de la misma forma que los primeros. Él había sido el primero en celebrar el paso que dio su hija mayor, si bien su pequeña "ranita" se iba de su lado no podría estar más encantado de que la castaña fuera la esposa de su hija mayor.
Los padres ya mencionados le dieron sus palabras de apoyo a sus hijos en susurros y volvieron a sus asientos asignados.
Katsuma, de trece años, lanzaba pétalos blancos mientras detrás de él se veía a Midoriya vestido con el mismo traje que su novio, pero con una corbata roja y un pequeño retoño de color turquesa, su cabello ondulado estaba "peinado" como Shouto no había visto desde la graduación de la academia, aunque se podía notar un pequeño broche de pequeñas flores a juego con el lugar, en su manos sostenía un buque de lirios y orquídeas blancas además de rosas rojas. Shouto le había mencionado que no era necesario ni el ramo ni el broche, pero el pecoso había insistido en tener esos detalles por lo que su pareja no dijo nada del tema. Tomada a su brazo se hallaba su madre quien no podía contenerse al ver a su bebé a punto de casarse con el bicolor que había sido el mejor novio para su hijo, alguien que le dio tantas cosas buenas estaba por aceptar a su bebé para toda su vida. Ella quería ser fuerte y no dejar que las lágrimas se le escaparan más, era el día especial de Izuku y no lo pensaba arruinar.
Finalmente aparecían Uraraka con su vestido estilo sirena hasta su cadera, de ahí hacia abajo era pomposo con pliegues de brillos rosas, poseía un escote corazón decorado con piedras simulando ser cuarzos, además de unas mangas bordadas hasta la mitad superior de su brazo, entre sus manos llevaba un ramo similar al de Tsuyu solo que con tonos bergoña o rosa y camelias. Su padre sostenía su brazo con fuerza, no podía creer que llevaba a su princesa al altar con la chica de cabellos verdosos. Aunque cuando Ochako les había dicho a sus padres que era bisexual y ellos no entendieran bien aquello, no les importó aprender del tema y aceptar con cariño a su hija y a la novia de esta.
El camino al altar de los cuatro se sintió similar, había una emoción indescriptible, miedo, sorpresa, ansias y nervios que aparecían en los estómagos. Era extraño, pero al par de mejore amigos les recordó el primer gran cover que habían hecho hace siete años cuando contaban con solo diesciséis años.
Al estar al frente de todos la melodía de piano disminuyo el volumen dejando que la misa se hiciera, pasaron a los votos donde ambas parejas recordaron momentos emotivos lleno de risas, lágrimas, gritos y tantas cosas que hasta sus amigos de la secundaria y universidad rieron ante ellos. Los sentimientos fueron expresados mientras las manos eran sujetadas. Shouto y Tsuyu eran capaces de sentir los leves temblores de sus parejas, sin querer tomaron con fuerza a los contrarios para quitarles el miedo.
Ochako e Izuku se sintieron instantáneamente afortunados al ver las sonrisas más bellas y sinceras que nunca hubieran visto.
—Sí, acepto.
Las dos palabras fueron pronunciadas por los cuatro para seguir con los anillos que eran traídos por Kota y Eri sobre unas mullidas almohadas rojas, cada anillo fue puesto en los dedos anulares de las parejas y se procedió a los besos que anunciaban el inicio de una vida matrimonial. Secundando el acto se escuchó una melodía más animada para dar paso a los recién casados a la recepción donde se armó una gran fiesta llena de luces, música y comida, sin olvidar que los fiesteros de Yuuei no se resistieron a mejorar la celebración con sus locuras y tonterías mientras los mayores se quedaban charlando y comiendo en las mesas. Aunque Aizawa —invitado exclusivo de Izuku— vigilaba a sus exalumnos de cualquier posible accidente y a su hija en una mesa alejada de bebidas y con un festín para los cuatro menores invitados quienes charlaban probando los dulces, como las manzanas acarameladas que Izuku había hecho especialmente para ellos.
Las novias se habían cambiado sus vestidos a unos más cortos con una cubierta individual de tul sostenida por unos cinturones plateados a juego. Cuando volvieron la música alegre se cambió por un vals compuesto y cantado por Jirou y su prometida Momo como regalo de bodas. Las dos parejas fueron a la pista de baile para iniciar este.
Cada par fue a una esquina de la pista de madera adornadas por luces de colores en la oscuridad.
Entre unas pequeñas coreografías danzaron bajo el candelabro del lugar deslumbrando a todos con sus danzas bien sincronizadas, vueltas, pequeños saltos, movimientos lentos y rápidos generaron un espectáculo nocturno sorprendente para muchos.
Para Izuku y Shouto no había nada a su alrededor, solo eran ellos con el eco de una música suave, luces, el roce de sus manos la una con la otra al igual que sus cuerpos bajo el encanto de la danza.
Tsuyu y Ochako se enredaban en entre los brazos de la otra disfrutando del divertido y romántico momento al compás del piano junto al canto de sus amigas, se sentían dichosas de estar donde estaban en ese momento.
La música se detuvo, los aplausos de todos se hicieron presentes para los recién casados quienes reían y sonreían para sus invitados. El maestro de ceremonia que habían contratado los llamo a un pequeño escenario al lado de la mesa del bufet para que dieran unas palabras para sus invitados. Las parejas no lo dudaron un segundo y subieron.
—Primero que nada, gracias a todos los que vinieron a a celebrar esta fiesta con nosotros cuatro —inició el discurso el pecoso.
—No esperábamos que casi todos los invitados vinieran, casi nos queda chico este lugar —bromeo Ochako.
—Estamos muy felices de que hayan venido, gero, tanto nuestros amigos como nuestras familias nos han apoyado en nuestras decisiones hasta el momento, gero.
—Para nosotros este es un día inolvidable, por ello queremos hacer lo mismo por ustedes —finalizó Shouto quien giró a ver a los demás.
Ochako con su fiel guitarra rosa, Tsuyu en la espectacular batería, Izuku con la inigualable guitarra de colores verdes y Shouto con un bajo sorprendieron a sus invitados quienes sin poder reaccionar escucharon la canción escrita por el peliverde y el bicolor.
—Protegerte siempre fue mi meta.
Inicio Izuku.
—Lo mejor intentaré dar de mí.
Shouto le siguió.
Iniciaron con una melodía fuerte con las guitarras, era una canción dedicada a ellos mismos y sus parejas, tenía una intensidad especial por ello.
Si solo me queda mi vitalidad
Mira, solo trataré de mantenerme con vida
Quiero enseñarte lo mejor de mí y así
Ser el único que se gane tu amor
Relájate ya
Volaremos esos muros sin perder
Voy tan lejos no me detendré
Parar no es una opción debo ganar
Sé igual
Ya no importa es ganar o perder
Se feliz
Más tristeza ya no habrá jamás
Sé normal
Ya no llores de inseguridad
Protegerte siempre fue mi meta
Lo mejor intentaré dar de mí
Aquello que canto el bicolor le pidió a su ahora esposo que añadiera a la letra, pues deseaba expresarle en su canto que lo iba a cuidar siempre y que el juramento de nunca hacerlo llorar estaba en pie y así seguiría hasta el final de los tiempos.
Yo tan solo lucho por verte feliz
Mira
No me importa entregar mi vida si es por ti
No me rendiré, no puedo verte infeliz
No temo estar en pie si te debo salvar
Sé genial
Mantén fuerte toda tu dignidad
Sé moral
Protegerlos será tu deber
Sé normal
No limites esa fe por favor
Ya no quiero separarme ni una vez más
Ser normal no era literal, porque ellos sabían que la normalidad no existía ya. Todos desafiaban la normalidad de otros, pero les gustaba pensar que la normalidad de ellos era la rareza con la que vivían sus días.
Ciertas cosas son más rápidas de elaborar con voluntad se harán
Y requieren esfuerzo mucho más que sólo sonreír
Era una idea que Midoriya pensaba hace años, que con solo una sonrisa todo estaría mejor, pero no. Con el tiempo comprendió mejor que sonreír no es suficiente, necesitaba lograr demostrar por lo que luchaba. Quizás una sonrisa te podía motivar, pero de nada servía si luego te acobardabas y aunque no siempre podía mantener su sonrisa sabía que...
Tomaré tu mano si no puedes más
Y ya
Nunca más tu cederás
Shouto siempre estaría allí con él dándole esa sonrisa que no siempre podría mantener. Siendo su apoyo incondicional sabía que estaría bien en sus manos.
Sé igual
Ya no importa es ganar o perder
Sé feliz
Más tristeza ya no habrá jamás
Sé normal
Ya no llores de inseguridad
Protegerte siempre fue mi meta
Lo mejor intentaré dar de mí
El final se acercaba para volver a aquello que los llenó de vida un par de años en la adolescencia, los hizo crecer y comprender que no todo es fácil y sencillo, pero con las personas indicadas era lo que uno necesitaba para afrontar los problemas. Porque todos brillaban como una estrella, alguna más que otra, pero siempre habría un resplandor y...
Ese resplandor nos guiará ya sin temor...
¡Iré!
¡Iré!
Nuevos aplausos se instauraron en el salón, chiflidos, gritos, etc. Todos festejaban con ellos la fiesta que proclamaba el amor de los pares.
La fiesta siguió entre más bebidas y baile hasta que llegó la hora de que los novios y novias se retiraran a sus respectivas lunas de miel en destinos diferentes.
El primero en lanzar el ramo fue Izuku, este cayó en las pequeñas manos de Eri quien no estaba segura de la tradición que simbolizaba el atrapar el ramo. Aizawa estaba de cierta forma fastidiado.
La segunda fue Ochako, este lo sostuvo Sero con gran sorpresa y vergüenza junto a su novio. Se quedaron sonrojados y mudos para luego recibir burlas por parte de su pelirrosa amiga Ashido.
La última fue Tsuyu quien ya tenía una idea de más o menos hacia donde lanzar. Cuando lo hizo cayó sobre las piernas cruzadas de un sentado y tranquilo Bakugou que revisaba su teléfono celular algo alejado del gentío que estaba dispuesto a pelear por aquel buque. El rubio se quedó un momento pensando en lo que acababa de pasar.
—¡Gracias por darme paso, Tsu-chan! —se escuchó en el lugar.
—De nada, Kirishima-chan.
Sin entender que sucedió se levantó para preguntar a gritos que estaba pasando cuando su pelirrojo novio se arrodilló frente a él con un anillo dentro de una caja aterciopelada.
Todos veían como Eijirou se le declaraba a su pareja y como este aceptaba a su forma con un...
—¡Por una mierda, claro que sí!
Nuevos aplausos. Las parejas recién casadas se despidieron entre ellas antes de adentrarse en los autos que los llevarían a diferentes lugares.
—Gracias por todo chicas —dijo el peliverde conteniendo las lágrimas.
—Gracias a ti, Izuku-kun —lo abrazó Ochako—. Espero que Shouto-kun te cuide muy bien y viceversa.
—Lo cuidaré con mi vida, Ochako.
—Espero que cumplas tu promesa u Ochako te romperá en pedazos con su guitarra, Shouto-chan, gero.
—Eso es biológicamente imposible sin las herramientas neces-
—Creo que ya es hora, Shou-chan —interrumpió Izuku a su esposo.
Los cuatro se abrazaron y se retiraron del lugar con grandes sonrisas en sus rostros al igual que cansancio. Aquel había sido un día pesado, aunque satisfactorio.
Sus lunas de miel habían sido diferentes en muchos aspectos, mientras los chicos viajaron hacia Francia donde en su primera noche cenaron en el bello y caro restaurante 58 ubicado en la misma torre Eiffel, para luego pasear por las calles parisinas hasta el Grand Powers Hotel donde estuvieron juntos en las noches. Mientras ellos disfrutaban un viaje occidental las chicas decidieron que lo oriental era mejor para ellas, por lo que ir a Corea era una mejor idea para destino y The Shilla Seoul como hotel. Les causaba curiosidad las similitudes y diferencias que había entre su cultura y la coreana así que aprovecharon para realizar todo el turismo que pudieran, desde el mismo hotel al río Han o la playa Haeundae.
Cada quien vivió una experiencia increíble al salir del país que por primera vez visitaban.
Pero durante el mes que ambos se fueron hubo preguntas que los atormentaron, en especial con el paso del tiempo.
Cuatro meses después de la luna de miel Shouto llegaba de su trabajo en la empresa de su padre al departamento donde vivía con su esposo.
—Izuku, ya llegué.
Sabía que su pareja estaba en casa, una editorial muy conocida había mostrado interés en el trabajo que presentó como manga, por lo que se le pidió más material a presentar, si el primer tomo del manga vendía lo suficiente aceptarían totalmente el trato, así que Izuku se estaba esforzando con todo lo relacionado al manga. No contaba con un equipo muy grande de personas que lo ayudara así que se la pasaba en casa casi todo el día avanzando con el manuscrito y todo lo que envolvía a su nuevo trabajo.
Shouto no escuchó la bienvenida de Izuku, ni siquiera que una puerta se abriera o algún paso, esto causo que se preocupara. Se quitó los zapatos, los dejó en la entrada y a paso silencioso dejó sus cosas en el sofá para luego recorrer su hogar en busca del pecoso.
Lo buscó en la sala, en el comedor que estaba unido a la cocina, el baño y en el estudio donde se supone estaría trabajando el peliverde. Por último, decidió pasar al cuarto que compartían al final del pasillo. Escuchó unos suaves susurros, no los clásicos murmullos que en ocasiones hacía, sino como palabras que casi no podía escuchar. Entonces decidió acercarse de a pocos al balcón del cuarto donde se hallaba hablando por celular ahora que lo veía bien.
Iba a hablarle para saludarlo, quizás con un beso en su nuca, pero cuando dio pocos pasos dentro de la habitación escuchó unos leves sollozos. Decidió mantenerse callado y escuchar. Por lo que veía estaba escuchando un audio.
«Entonces Tsuyu y yo estamos queremos tener un bebé, aunque va a ser complicado, pero ya lo decidimos. Un médico nos va a ayudar con eso. Bueno, nos vemos otro día, solo quería darte la noticia.»
Otro sollozo escapó de los labios del pecoso que repetía el audio una y otra vez. El bicolor podía apreciar como aquel tema parecía ser muy delicado para su pareja, sin querer ver más el sufrimiento de este se le acercó por la espalda para abrazarlo con fuerza. Midoriya soltó un jadeo de sorpresa.
—¡Sh-Shouto! ¡p-pero tú-!...
—Izuku —lo sujetó más fuerte. Podía sentir como el más pequeño temblaba y al voltear las gruesas lágrimas corrían veloces por sus rojas mejillas—. Estoy aquí.
Sin ganas de negar sus deseos Izuku se dio una vuelta para ser estrujado entre los fuertes brazos de su esposo siguiendo con su fuerte llanto además de los continuos sollozos.
Shouto hizo hasta lo imposible por calmarlo, lo llevó a la cama y lo sentó sin dejar de abrazarlo. Le otorgó mimos en sus cabellos desordenados y besó cada lágrima que salía de aquellas esmeraldas en espera de una respuesta a lo que Izuku hizo.
Habría pasado casi una hora cuando el pecoso se removió entre los brazos ajenos para suspirar.
—Ochako-chan y Tsu-chan van a tener un bebé.
El bicolor no dijo nada, no quería comentar algo erróneo o incómodo a su pareja quien se veía muy afectado.
—Ellas van a poder tener un bebé, pero nosotros... —su cuerpo tembló. Su sueño desde que se comprometió con Shouto había sido poder formar una gran familia de tal forma que pudieran ser felices y enseñarle a su esposo que la crianza de un hijo era lo más bello y que aquello que le fue arrebatado podría ser le devuelto de esta forma. Pensó en que al ser hombres podrían adoptar algún niño en un futuro pero al buscar los requisitos necesarios se percató que Japón no permitía la adopción homoparental y empedernido por lograr formar la familia que tanto quería con su pareja investigó los requisitos de diferentes países a los que podrían viajar para adoptar, pero no contó con que los requisitos fuesen tan rigurosos o que les impedía volver a Japón por una buena cantidad de años o para siempre. Sin importar cuanto buscó no encontró lo que necesitaba encontrar. Aún así no dejo que eso lo deprimiera y pensó en comentarle sus pesares sobre el tema a Shouto pero pocos días después recibió unos mensajes de voz de su mejor amiga que le comentaba como pensaba en tener un bebé con su esposa y que ya tenían la ayuda necesaria por parte de un grupo de médicos y científicos. Al inicio se sintió feliz por la castaña, iba a responderle con felicitaciones cuando recordó sus propios problemas y desistió en la idea de responder. Pronto no podía dejar de escuchar ese audio y envidiar a sus amigas—. Lo siento, Shou-chan. Perdón por no nacer como una mujer.
Sin pensarlo mucho más el bicolor tomo de los hombros con una fuerza que no lastimaba a su pareja para encararlo. No quería escuchar nada de las falacias que salían de los bellos labios de Izuku.
—Izuku, no digas eso. NUNCA te atrevas a disculparte por eso —lo apresó entre sus brazos nuevamente acariciando con cuidado su espalda—. Eres perfecto tal como eres, te amo por lo que eres aquí y ahora.
—P-Pero no podremos t-tener hi-hijos... —un lloriqueo lastimero escapo de lo más profundo de su pecho.
—Ya hallaremos la forma —susurró junto al oído de su pequeño esposo. El deseaba una familia tanto como el pecoso lo hacía, pero sufrir por ello no estaba en sus opciones. Lograría encontrar a alguien que los ayudara.
Haría que el sueño de ser una feliz familia se volviera realidad. Sin importar cuanto tiempo tomara.
No fue tan difícil como pensó.
Poco después de encontrar a Izuku llorando por su sueño frustrado se encontró con Tsuyu en el supermercado comprando los víveres para la semana. La felicitó porque hasta donde se entendía en el audio ellas pronto tendrían la noticia de que podrían ser madres. Preguntó cómo funcionaba aquello y la chica le dio una tarjeta de presentación.
—Es el número y dirección de consultorio donde nos va a ayudar. Estoy segura que Izuku-chan y tú pueden ir y pedir que les atiendan, gero.
No quiso preguntar ni reclamar ni nada, solo agradeció la acción y siguió comprando lo que necesitaba para la cena que le tocaba cocinar ese día al igual que la chica siguió su camino.
Al llegar a su departamento la peliverde buscó a su esposa con la mirada, mas al no encontrarla supuso que aún seguía trabajando en el estudio por lo que arreglo todo para preparar la cena en espera de una cansada Ochako que llegó a las ocho de la noche casi muerta bajo el umbral de la entrada principal.
—Tsu, ya llegué.
—Bienvenida, Ochako —saludó Tsuyu mientras terminaba de servir el okonomiyaki en la pequeña mesa donde solo ellas se sentaban.
La castaña fue dejar sus cosas en su cuarto sobre su escritorio con cuidado de no botar algo por accidente. Se sentía extremadamente cansada, pero sabía que al llegar a casa podría encontrarse con su ranita que ayudaría a que la presión del trabajo desapareciera y pudiera relajarse pensando en el bebé que tendrían en casi un año.
—Me encontré con Shouto-chan hoy al ir a comprar —comentó Tsuyu cuando Ochako volvió al comedor, agradeció la comida y devoró con añoranza cada parte del plato que la peliverde había hecho para ella, pronto se lo recompensaría con un pastel de gelatina y unos días fuera de la ciudad.
—Oh, ¿y le diste la tarjeta del doctor?
—Sí, no sé si estoy en lo correcto porque quien lo conoce mejor es Izuku-chan, pero diría que se vio muy sorprendido y feliz.
—Seguro que los chicos también quieren un bebé, Izuku no paraba de hablar sobre como quería cuidar de sus hijos con Shouto-kun y al ver que nosotras vamos a poder tener la notica no pude hacer más que decírselo. Creo que debí lastimarlo —agitó su cabeza con fuerza hacia los lados, luego se disculparía con su mejor amigo—. Gracias por ayudarme, pero era algo que tenía que hacer yo.
—No te preocupes, ya te disculparás con Izuku-chan cuando lo veamos.
—Uhh, yo quería darle la tarjeta y detalles —la castaña hizo un puchero con sus labios apoyando su mejilla sobre su mano.
Tsuyu la veía enternecida, agradecía que el turno que le tocaba en la veterinaria le permitiera llegar antes que su esposa. Le gustaba ayudarla y mimarla mucho al ver que llegaba tan cansada, en ocasiones le hacía masajes que terminaban en otra cosa, pero sabía que animaba a Ochako de alguna forma. Sonrió a su esposa para seguir con su noche donde vieron una película ya que era viernes por la tarde y ninguna tendría que ir a trabajar.
Ese mismo fin de semana la pareja Todoroki fue a la dirección de la tarjeta.
Era un hospital algo conocido por la zona, pues realizaba muchos tipos de experimentos como curas para ciertas enfermedades o tratamientos para condiciones. Al inicio Izuku no quiso entrar sintió algo de miedo, si bien sabía que la reputación del lugar era buena porque sus experimentos terminaban siendo revolucionarios.
Tomando fuertemente la mano del bicolor ambos se adentraron entre los pasillos blancos, pulcros y ligeramente decorados hacia recepción donde una de las chicas sentadas ahí es dio las direcciones que necesitaban: piso 7 . Ahí algún enfermero les diría hacia donde entrar. Fueron hacia el área de elevadores donde tomaron este hasta su piso asignado, habían hecho una cita por internet por lo que solo tendrían que esperar a ser llamados.
Al llegar había una blanca e iluminada sala de espera con una televisión y cuadros de colores pasteles en las paredes, además de las al menos diez personas esparcidas entre las sillas azules, un escritorio con dos enfermeros y dos pasillos al lado del escritorio. Se sentaron a esperar a que dijeran sus nombres.
Unos cinco minutos después una mujer salió del primer pasillo muy feliz y con unos papeles en mano, Izuku supuso que estaría embarazada pues el piso era el área de ginecóloga y obstetricia, en los siguientes dos pisos era el de maternidad. Uno de los enfermeros junto a un portafolios fue a donde la chica había salido, unos segundos después escribió algo entre los papeles y llamó:
—Todoroki Shouto, Todoroki Izuku.
Ambos se levantaron hacia el joven.
—Consultorio 706, primer pasillo, tercera puerta a la izquierda.
Asintieron y siguieron las instrucciones hasta su respectivo consultorio. Tocaron suavemente la puerta recibiendo un "pases" por parte del doctor.
Entraron saludando observando a las paredes con imágenes de bebés o mujeres embarazadas. Todo ello dejó una sensación de anhelo en el pecoso, soltó un suspiro para ver al hombre sentado frente un escritorio negro que les recibía con una cálida sonrisa. Ambos se sentaron en los dos únicos asientos.
—Buenos días, jóvenes Todoroki, soy el doctor Ishikawa Kiseki.
—Buenos días, doctor.
—Bueno, supongo que han venido a participar en el siguiente proyecto que el hospital tiene planeado.
Ambos asintieron.
—Un par de amigas nos comentaron sobre esto y hemos decidido ser parte —indicó el bicolor.
—Ya veo, pero antes de que acepten ser parte y firmen un acuerdo debo explicarles específicamente lo que nuestro laboratorio planea hacer —la pareja asintió prestando atención a cada detalle que diría el médico—. Primero, pensamos en transformar los espermatozoides y óvulos en su contrario para una fecundación in vitro, esto llevaría alrededor de uno o dos meses aproximadamente, mas el porcentaje de éxito lo tenemos en un porcentaje del cuarenta al cincuenta por ciento.
—¿Cuantas parejas están en esto? —Shouto cuestionó.
—Alrededor de trescientas en todo el mundo, no solo en Japón.
—Continué, por favor.
—Bueno, esa sería la primera fase, la cual podemos decir que es la más difícil de pasar, la segunda consiste principalmente en el crecimiento del feto en los vientres de las mujeres.
—¿Y en el caso de los varones?
—Estamos buscando vientres de alquiler para ellos.
—¿Y si quiero llevar al niño? —preguntó Izuku sin pensar. Fue un arranque de sentimientos mezclados al pensar en que siquiera podría tener un bebé de Shouto y suyo, quería preguntar de una forma no tan directa pero la emoción pudo con él. Sus palabras sorprendieron a los otros dos hombres en el lugar.
El doctor levantó sus lentes en su debido lugar para responder.
—Es una opción que hasta el momento solo doce varones están dispuestos a tratar, no lo recomendamos mucho pues es algo arriesgado. El hombre no está hecho para sentir el dolor de un parto y el que uno pudiera embarazarse también llevaría a una operación experimental de inserción de útero además de un tratamiento para el cuidado del joven, sin olvidar el aumento paulatino de progesterona.
—Sin embargo, se puede.
—Bueno...
—Doctor, siga, luego Izuku y yo tomaremos una decisión —intervino Shouto antes de que su esposo atosigara más al médico.
—Bien, eh, la segunda fase es observación del feto, el haber modificado uno de los gametos es algo de lo que no tenemos grandes ideas de las consecuencias. Pero tenemos la teoría de que no hay un aspecto negativo, más bien es para estudiar el proceso de crecimiento. Finalmente, los bebés que hayan nacido serán estudiados en su primer mes de nacimiento para finalizar la investigación, posteriormente tendrían que venir a este hospital cada año por un chequeo en los niños, solo por precaución. Todo lo mencionado tiene el permiso legal de los gobiernos en los que se va a realizar este experimento, con eso sería todo.
La pareja veía al doctor de una forma seria que a este le parecía algo curiosa, pudo notar que sus manos se mantenían juntas y temblando por debajo. Soltó un suspiro, se levantó de su asiento y dirigió su paso hacia la puerta.
—Los dejaré pensar mientras traigo algo, discúlpenme unos minutos —finalmente se fue.
Hubo un tenso silencio entre los jóvenes esposos, luego el bicolor encaró a su pecoso para besar su frente mientras soltaba un suspiro contra ella.
—No entiendo como siempre logras sorprenderme.
—Shou-chan, hay algo que he querido decirte desde hace un tiempo.
El bicolor se alejó ligeramente de su pareja para verlo directamente a sus bellos ojos verdes.
—Adelante.
—Bu-Bueno, y-yo... —cerró sus ojos tratando de aguantar la vergüenza que sentía se avecinaba—. Ha-Hace unos años cuando iniciamos la universidad y-yo s-soñé que... ¡yo llevaba en mí a nuestros hijos!
Listo, no pudo más. Estalló un fuerte rojo que iba desde su frente hasta la punta de sus manos. No podía ver la expresión sorprendida del bicolor quien no sabía cómo reaccionar a lo que acababa de escuchar, imaginar al peliverde de aquella manera: despertando a su lado y que el pecoso le sonriera con el vientre abultado con su bebé dentro de él, un bebé de ellos. No sabía si podía sentirse feliz por ello, abochornado o tímido, pero sin importarle nada abrazó a Midoriya tratando de darle paz.
—Izuku, está claro que vamos a ser parte de esto, pero, ¿realmente deseas llevar tú a nuestro hijo?
En silencio el chico asintió.
—Sabes que puede ser peligroso.
—E-Estoy seguro d-de que si estoy contigo p-podré todo.
Shouto no podía evitar caer en el encanto de Izuku, habló un poco más con él tratando de convencerlo, como si pudiera. A los pocos minutos cedió ante las suplicas del pecoso, pero con la condición de hablar con mayor profundidad el tema para que la vida de Izuku no presente ningún riesgo.
Para cuando el doctor volvió le explicaron el acuerdo al que habían llegado junto con la decisión final. El médico les habló de todo lo necesario, desde como funcionaba la operación hasta el cuidado de un vientre en estado gestante, todo fue anotado mentalmente por el pecoso que no dejaba de preguntar por cada detalle que se le ocurriera. Para media hora después ya habían firmado todos los papeles aceptando términos y condiciones.
Al salir del hospital nadie podía quitarle la sonrisa del rostro pecoso de Izuku y aunque Shouto se hallaba algo preocupado también sentía "las mariposas" —como le habían dicho que se llamaba esa sensación— en su estómago al imaginarse la futura familia que tendrían.
No cabían en su felicidad.
Con el pasar del tiempo los experimentos fueron realizados por todas las parejas en sus debidas fechas, alrededor de un mes desde la cita de los Todoroki. También fue mes en los que se estuvo estudiando los "fetos" fecundados para ser puestos en los vientres de alquiler, de las madres o en el caso de Izuku y unos doce hombres más; estos últimos habían sido ya operados y poseían dentro úteros.
No hacía falta decir que Shouto se hallaba muy preocupado por su esposo durante la cirugía. No estaba seguro si podía confiar en que podrían tener bebés luego con "el método tradicional", ¿Izuku podría salir bien de la operación?
Las 4 chicas, sus mejores amigas, estuvieron con el lo que duró todo. La madre del pecoso lo llamaba cada media hora para preguntar el estado de su hijo, ella se hallaba con su enferma madre en Shizuoka por lo que no podía estar presente. Si bien al inicio no le agradó el plan que su hijo tenía, aunque sabía que no podría convencerlo de dar marcha atrás. a veces le molestaba que Izuku fuera tan obstinado, el bicolor solo estaba de acuerdo con la señora.
A las cinco horas de espera se anunció a los cinco que la operación había sido un éxito y que solo necesitaría una semana para irse a casa y un mes para poder estudiar como su cuerpo se adaptaba al útero donado.
Shouto por fin pudo respirar en paz al escuchar que todo estaba bien con su esposo. Solo esperaba que Izuku no se equivocara con este plan, porque sí, deseaba una familia, pero una donde el pecoso fuera su complemento el resto de su vida.
Ochako y Tsuyu entendían perfectamente el sentimiento. Hasta donde les habían comunicado estaban teniendo problemas con la incompatibilidad que tenían los genes de ambas y les pidieron a ambas si deseaban seguir con el experimento y aunque sabían que no había tanto porcentaje de éxito tomaron la decisión de continuar para lograr su meta de tener una familia.
Ambas parejas estaban asustadas por ellos, así que se apoyaban entre ellos esperando que todo saliera bien.
Deseaban con todo su corazón la felicidad de sus amigos como la propia.
Pasaron los meses necesarios y más y desde hace mucho tiempo no se sentían tan felices.
Con un año de casados Izuku y Ochako se hallaban es la dulce espera casi al mismo tiempo, solo que el primero llevaba casi tres meses más que la muchacha. El llevar el mismo tipo de sangre que Shouto ayudó ligeramente a que sean compatibles y aunque en el caso de las chicas esto no fuera el mismo caso estaba el hecho de que fueron parte del treinta por ciento de las parejas que lograron una fecundación exitosa.
Todos los amigos de las parejas estuvieron alegres, tanto que decidieron celebrar con sus respectivas fiestas.
Porque esta vez habían quedado en que fueran separadas era lo mejor para las sorpresas que tenían ambos para sus parejas. Puestos que ambos decidieron ser los únicos que conocieran que serían sus hijos, ni siquiera entre ellos se las habían dicho.
El primer babyshower fue el de las chicas quienes tenían detalles verdes entre claros y oscuros pues aún nadie sabía el sexo del bebé y las chicas habían pedido que los regalos fueran con colores neutrales por esa misma razón.
Se celebró un sábado cercano a los mediados de la primavera. Los padres de ambas se hallaban allí al igual que los hermanos de la peliverde que esperaban ansiosos el nacimiento de su sobrino o sobrina. Los inigualables chicos de la clase A también se hallaban allí realizando los juegos de este tipo de fiestas divirtiendo a todos con sus tonterías. Había una linda decoración con globos de colores blancos, verdes y amarillos además de las imágenes de osos y ranitas pegados en las paredes del departamento.
Luego de cuatro horas llenas de risas, juegos y comida, Ochako pensó en que sería ya el momento perfecto para revelar el sexo de su bebé.
—Muy bien, ¿están todos listos? —anunció ella levantándose con sus cinco meses de embarazo de la silla.
Todos asintieron entre gritos y aplausos.
—Vale, entonces... Necesito su atención, la de absolutamente todos —cuando notó que solo un par no estaba sobre ella gritó:—. ¡Izuku ya!
Todos voltearon hacia el otro lado de la habitación donde el también embarazado estaba, este tocó un corto solo de guitarra debajo de un cartel sostenido por globos con helio que decía en grandes "¡Es un niño!".
Gritos de sorpresa y abrazos llegaron para las dos chicas quienes solo reían y se abrasaban entre ellas para luego proceder a ver los regalos, desde pequeñas ropas con colores neutrales hasta juguetes de topo tipo. Ellas se hallaban agradecidas con todo lo que habían logrado, pero antes de que pasara algo más la castaña siguió con su sorpresa final.
—Renuncié a mi trabajo —aquello hizo jadear a todos de la sorpresa incluso a Tsuyu—. Pero todo tiene una razón, y quiero contárselas a todos. Al llegar a casa siempre volvía cansada y no recibía un trato justo, y hasta hace poco que se enteraron que estaba embarazada, por lo que escuché me iban a bajar mi sueldo así que empecé un búsqueda de un nuevo trabajo que para mi suerte era con mejor paga y trato pues me tienen prometido que cuando me encuentre en máximas condiciones me integraré a trabajar como se debe.
Como vio a algunos todavía preocupados dijo por último:
—Cuando termine mi embarazo prácticamente habré recibido un acenso —soltó nerviosa.
Al aclarar todo su esposa la apoyó y le prometió ayudarla en todo lo que pudiera.
—Midoriya —habló Kirishima—. ¿De dónde sacaste una guitarra eléctrica en medio de un babyshower?
—Eso mismo me pregunté —añadió Denki.
—¡Magia negra! —Izuku movió sus manos como si lo que dijera fuera verdad logrando espantar al dúo de amigos.
La verdad la había escondido debajo de su silla, la cual estaba cubierta como todas y lo mismo para el cartel y los globos.
Casi un mes después en verano fue el turno de los chicos quienes contaban con una gran cantidad de invitados por lo que Enji les ofreció su propia casa —la que vivía Shouto en su niñez— para celebrar el nacimiento de su nieto o nieta. Si bien fue un poco extraño para la pareja que el hombre les diera aquella oferta les convenía mucho y no perdían nada, así que aceptaron. Para esa tarde la casa se hallaba adornada con globos lilas y blancos.
La clase A, los padres de Shouto junto a sus hermanos y sus parejas: el novio de Touya, Takami Keigo; el esposo de Fuyumi, Iida Tensei y la prometida de Natsuo; además de ellos la madre y el padrastro de Izuku, además de los tres grandes —como se les llamaba en Yuuei—, sin olvidar a Eri, Kota, Katsuma y Mahoro quienes insistían en ser los niñeros y niñeras del bebé cuando naciera e Izuku solo reía ante aquellos pedidos.
Iniciaron toda la fiesta hablando casualmente entre todos para otorgarle el honor a Kaminari, Sero, Kirishima y Mina de iniciar con los juegos que hicieron reír a más de uno durante horas.
Nadie se percataba de que Shouto se mantuvo toda la fiesta al lado de su esposo acariciando el vientre redondo del chico, no le importaba qué sería su bebé mientras naciera saludable y sin complicaciones.
Izuku correspondía feliz los cariños que el bicolor le daba deseando poder mostrarle ya la sorpresa.
En un momento Izuku llamó a sus pequeños seguidores que habían estado ayudándolo en todo para que no se esforzara con nada.
—Chicos, quisiera que me ayudaran repartiendo los pastelillos que hay en la cocina ¿podrían?
—¡Claro! —dijeron los cuatro adolescentes haciendo lo que les pidió a cada uno.
Sonrió al ver que sus planes iban tal cual lo había imaginado. Agradecía su buen ingenio para las estrategias, que muy pocas veces necesitaba. Solo esperaba que su suegro no se molestara por lo que haría.
Para cuando vio que todos estaban repartidos y sin abrir de sus pequeños paquetes de plástico se levantó para anunciar el sexo de su bebé.
Todos se enfocaron en él y en la castaña, desde el anterior babyshower esperaban que ella hiciera algo similar a lo que el pecoso hizo por ella. Cuan equivocados estaban. Casi.
Izuku trajo una pequeña caja de regalo que entregó a Shouto en sus manos. Algunos esperaban algo más elaborado por parte del peliverde, no sabían qué pensar, lo mismo para Shouto. Este solo abrió el regalo notando una tarjeta con instrucciones. Al ver el rostro del bicolor todos quedaron colgados en el suspenso.
—Vamos a jugar —leyó de la tarjeta en voz alta—. Cada uno mire los pastelillos que tienen en sus manos, algunos son rosas y otros azules. Las chicas estarán encargadas de buscar los azules y los chicos los rosas. No solo los tienen ustedes, algunos están escondidos por toda la sala, hay uno que tiene más, veamos cual color sale... Izuku.
El chico se encogió de hombros mientras recibía miradas anonadadas.
—Ochako me ayudó a ocultar algunos pastelillos, pero no puede hacer mucho esfuerzo así que no puede jugar, por cierto, lamento cualquier inconveniente, Enji-san —se disculpó con su suegro hasta que se percató que este buscaba junto con todos los demás.
—¡Chicas encontré uno! —se escuchó a Nejire gritar.
—Revisen detrás de los jarrones que ahí encontré uno! —gritó bakugou.
Todo fue un desastre durante media hora en lo que buscaban tirando la sala por la ventana, prácticamente. Cuando todos se detuvieron a contar notaron que la cantidad de los pastelillos...
—Es la misma —dijo una desaliñada Inko.
Veinticinco azules y veinticinco rosas.
—Debe haber alguno más, busquen bien —dijo Takami.
—Nop, son todos los que hice —dijo un sonriente Izuku a todos los presentes. Pudo reír más al ver que aún no captaban la indirecta.
—Entonces, ¿el bebé es bisexual? —preguntó Denki al aire sin entender.
—¡No, idiota! —gritó Katsuki—. ¡El nerd está embarazado de dos mocosos!
Hubo un silencio. Algunos no procesaban del todo la noticia como Bakugou u Ochako, entre ellos se hallaba el otro padre de los niños.
—¿Dos? —fue lo unico que pudo decir—. Izuku, ¿dos? ¿dos bebés? ¿un niño y una niña?
El chico de pecas sonrió enormemente mientras asentía. De un segundo a otro ya se hallaba enredado entre los brazos de su marido quien no dejaba de besarlo por todo su rostro sin poder parar de llorar de alegría.
Los invitados no pudieron evitar emocionarse con la noticia de dos niños con la pareja, si bien fue una dinámica cansada pero todos descansaron comiendo los pastelillos y tomando todo tipo de bebidas mientras los regalos eran abiertos para los mellizos.
Todo andaba perfectamente para las parejas.
Cabe resaltar que el embarazo más difícil en todos los meses de gestación fue Ochako. Su humor cambiaba mucho por lo que casi siempre estaba enojada y cansada, tenía náuseas y vómitos a casi cualquier hora de la madrugada, sin olvidar que siempre le dolía el cuerpo, en específico los pies.
Ella envidiaba el embarazo de su mejor amigo.
Mientras Ochako era un desatre de hormonas y enojo Izuku era todo lo contrario.
Nunca dejó de ejercitarse por lo que casi nunca le dolió el cuerpo hasta sus últimos meses, comía sano ya que la mayoría de sus antojos eran ensaladas o pastas, al no producir tantas hormonas como las mujeres no sufría de repentinos cambios de humor y cuando los sufría su esposo lo "ayudaba". Digamos que Shouto la pasó bien.
Sin embargo, hubo un cambio al momento del nacimiento.
Izuku tuvo ciertas complicaciones pues los bebés se adelantaron un mes antes de lo previsto para la cesárea así que estuvo un día entero en el hospital siendo esperado por su esposo, sus mejores amigas y su madre y suegra. Pero luego de veintiuna horas los tres pudieron salir sanos y salvos al mundo donde se anunciaba el primer embarazo masculino exitoso en Japón, no en el mundo, pues esos primeros puestos habían sido en España y Colombia respectivamente.
La escena en la sala con dos pequeños recién nacidos era adorable, Shouto no podía dejar de abrazar al pecoso por el gran regalo que había sido traer a sus hijos en su vientre por nueve meses hasta ese día.
Los primeros días solo eran ellos y sus pequeños Takeshi y Yuuki en la habitación de tonos rosas suaves.
—Yuuki, mira aquí —llamó el bicolor a su pequeña en brazos que metía sus pequeños y regordetes dedos en su boca. Aquellos ojitos bicolores lo hacían sonreír, el turquesa y el verde le quedaban excelente a su niña. Aunque no se olvidó de su hijo de escasos cabellos verdosos comos los de el pecoso y ojos gris y verde—. Takeshi —lo llamó.
—Cariño, deja de llamarlos, tengo que alimentarlos —anunció Izuku mientras acercó a sus pequeños hasta su pecho ligeramente hinchado.
Le tomó alrededor de dos meses para prepararse correctamente para un posible embarazo, compró cremas para que no hubiera rastro de estrías en su vientre, hizo todo tipo de ejercicios para que su espalda soportara el peso y lo mismo para el parto que terminó siendo natural aunque lo tenían preparado para una cesárea al momento que se notificó que eran mellizos. No sabía como había resistido dar a luz, bueno, no había tenido un tiempo de un parto promedio así que de alguna estaba bien.
—Shou-chan, por favor deja de mirar —pidió a su esposo pues este no alejaba sus ojos dispares de como le daba de lactar a sus hijos.
—No es como que yo no hubiera estado donde ellos están —aquello hizo que las mejillas pecosas estallaran en rojo.
Los bebés se durmieron pronto en brazos de sus padres para la hora de visitas donde primero recibieron a sus familias.
Rei, Inko y Fuyumi no dejaban de sonreír orgullosas de la pareja y sus pequeños recién nacidos, los chicos que las tres habían criado por caminos separados ahora formaban uno solo para dar inicio a su propia familia.
Los hermanos mayores del bicolor no dejaban de tratar se acercarse a sus sobrinos aunque el bicolor les pedía silencio al menos.
Los recientes abuelos se sentían orgullosos también. Si bien Toshinori no era el padre biológico del pecoso estuvo con él desde su inicio en la academia y lo apoyó tanto como pudo y no podía caber más en su alegría al ver lo tanto que había crecido. Por el lado de Enji al enterarse de la relación de su hijo menor con el pecoso se mantuvo reacio a aceptarla, mas con el pasar del tiempo pudo apreciar como su hijo comenzaba a sonreír y a ser más sociable, hasta le mantenía la conversación en casa. Cuando Su hijo mayor también le presentó a quien era uno de sus subordinados en su empresa como la pareja de Touya estuvo pensando seriamente sobre el tema. Finalmente aceptó ambas relaciones y a las parejas des usted hijos como parte de la familia. Ahora podía decir que no se arrepentía al ver la felicidad de su menor hijo generada por sus nietos.
Luego de las visitas familiares llegaron las amicales donde todo fue una fiesta al punto de que casi los echan de la sala por el escándalo.
La pareja no dejaba de sonreír sin importar quien fuera a verlos, incluso algunos maestros o los adolescentes fanáticos de Izuku que solo se mantenían callados apreciando la belleza infantil.
Después de tres semanas el pecoso fue dado de alta y lo dejaron volver junto a sus bebés, pues estos se veían saludables y sin ningún problema según los estudios.
Dos meses más tarde la castaña se hallaba sufriendo el mismo proceso durante una madrugada, un agudo dolor la llevó a una sala de parto donde su esposa se quedó junto a ella. Sus familias llegaron más tarde y alrededor de las once de la mañana Kenshin nació.
Una nueva fiesta se armó en la sala donde los amigos llegaban llenos de sonrisas para el nuevo bebé, sus padres y hermanos los habían dejado estar allí porque esperaban que relajaran a la castaña, pues se hallaba muy nerviosa cerca de su hijo de cabellos castaños y grandes ojos negros.
Sintió durante toda la mañanita que no podría ser una buena madre y no quería estar cerca del bebé. Cuando Tsuyu preguntó al médico el porqué de su actitud este le explicó es a veces suele pasar con las madres primerizas, pero que con el pasar del tiempo eso desaparecería, solo necesitaba apoyo. Y así fue.
Tanto sus familias como amigos la ayudaron a superar eso y cuando Kenshin cumplía su segundo mes Ochako ya podía abrazar y besar las mejillas rosadas de su bebé como la orgullosa madre que era.
No todo fue fácil para las parejas después de eso.
En primer lugar, los chicos no sabían si estaban preparados para cuidar de dos bebés a la vez y en muchas ocasiones los pequeños lloraban casi al mismo tiempo o en consecuencia del llanto del contrario. Durante meses la pareja no podía dormir, sin mencionar que tenían que seguir trabajando por lo que las ojeras no dudaron en hacerles compañía hasta que Izuku descubrió una forma de de que sus niños dejaran de llorar o para que duerman.
Una canción.
Cantó un cover de "Isabella's Lubally" al aire y pronto sus pequeños se durmieron profundamente.
Now close your eyes, and sleep so tight
Dream of happy days
And when you awaken, you'll see a light
That's shining so bright, like the sun's tender rays
Cantó al aire algo cansado a mitad de la madrugada para poder calmar sus ansias de gritar o de tirarse sobre alguna superficie suave y no despertar hasta que pasara un año.
Cargó a sus dos pequeños mientras su esposo reposaba en su cama desde hace una hora. Era lo más que estaba durmiendo esos meses.
Close your eyes, no need to see
Rest your mind in peace
I will hold you so tight to me
And I hope that you'll dream of your days, carefree
Cuando se percató de que sus niños dejaron de llorar arrullándolos al compás de la bella melodía del ya viejo y terminado anime.
Lo cuerpos calentitos de sus hijos le dieron cierta paz frente al invierno que llegaba sin apuro a Japón.
Oh my dear children, I love you and I'll keep you safe
I'll hold you close so you'll never know pain
Because my children, this world can be cruel and so cold
But a flower can bloom with the thorns
Con ligeros movimientos en su cuerpo es que se paseó por el cuarto de los niños sin parar de cantar esperando que el anime lo salvara nuevamente en su vida para que pudiera dormir siquiera un par de horas en paz sin llanto alguno que lo interrumpa.
Oh my dear children, I love you and I hope you see
No matter what comes or when you must leave
That I still love you, and hope that you're happy today
I pray, and I pray, that you'll remember...
La letra de aquel y de otros cover's le encantaban, esa canción era una de sus favoritas. Siempre deseó hacer un cover él mismo, pero ya no tenía tiempo para dedicarse a crear una letra a la melodía. Aunque luego de tanto tiempo descubrió que su voz seguía con la misma habilidad para cantar casi cualquier canción.
Apreciaba que a sus hijos les gustara su voz.
Una de las tantas visitas de sus mejores amigas con su sobrino cantó la canción para el castaño bebé que no dejaba de llorar sin importar lo que sus madres hicieran para calmarlo. Al parecer el mismo efecto causó en Kenshin, Yuuki y Takeshi pues los tres durmieron en los brazos de sus padres el resto de la tarde.
Grabó su voz con ayuda de Ochako pues esta decía que no importaba cuantas veces le cantara la misma canción nunca funcionaba con ella o su esposa. Pero habían circunstancias en la que el niño no dejaba de llorar aún con eso y en ciertas ocasiones las chicas lo llevaban con el pecoso para que lo calmara, aunque luego de su primer año ya casi no lloraba por nada así que dejó de escuchar la canción. En cambio sus propios hijos escucharon otras melodías y canciones de cuna de otros animes sin saber que eran de ellos.
Ni Izuku ni Shouto les dijeron la verdad detrás de aquellas canciones.
Claro que pasaron los años y las parejas prosperaron como individuos, parejas, profesionales y como padres, sintiendo orgullo de en quienes se habían convertido y de lo que hacían, no se esperaron que sus hijos se enterarían por sus tíos y tías sobre el pasado exitoso de sus padres para sorprenderlos aquella tarde cuando las mujeres visitaron la casa de sus amigos.
Y vaya sorpresa se llevaron los fundadores de Otaku's Heroes.
Iban a castigar severamente a sus hijos.
Bueno, hola después de dos años(? :v
No sé como hablarles luego de tanto tiempo, este es el penúltimo extra que pensaba traerles y no sé cuando tenga el cuarto y último extra, pero espero que la cantidad de palabras (que son casi 11 mil) pueda compensar mi falta u.u
No está del todo corregido así que pido perdón por las faltas ortográficas u.u
No sé si esta historia revivirá pronto luego de esto, solo quiero decir que la universidad es un ASCO, que mañana -creo yo- publicaré una historia Kagehina por si les interesa uwu y que se pasen a leer mis otras historias Tododeku que estoy publicando actualmente y espero que si les gusta les den una estrellita uwu
Ah, y que haré un bnhatober con la ship Tododeku, espero que lo lean para entonces uwu
Bueno, sin más que decir
Bye bye, Heroes 💙💚❤
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