Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

07: Lluvia

Las gotas de lluvia golpeaban la ventana, deslizándose por el cristal; JiMin olfateó el olor vago del petricor de la otra Omega. El cielo grisáceo daba paso al pensamiento de que la lluvia no se detendría pronto y que el día oscurecido se prolongaría también.

JiMin soplo la taza humeante de chocolate, haciendo a un lado el sándwich de jamón. Cuando devolvió la taza a la mesa, elevó la mirada a Lisa, observando a la Omega sonreírle pequeñito.

Se la devolvió flojamente.

-Lisa...

La Omega resopló divertida antes de que pudiera decir algo más que su nombre. -Ya sé. ¿Tan amigos como siempre? Todos peleamos.

JiMin negó suavemente con la cabeza y la otra Omega ladeó la cabeza.

-No, lo siento. -Dijo. -Yo quería decir que... Esto... Esta amistad no funciona, Lisa-yah.

-¿Disculpa? -La voz le temblaba y JiMin apretó las manos a la mesa. -Minnie, son tres años de amistad.

-Lo que tenemos, eso no es amistad. Tú... -La garganta le dolía y los ojos le picaban. -Siempre quisiste a alguien que no existe.

-¿De qué estás hablando? Yo conozco a mi Minnie.

-¿Sí? ¿De verdad lo haces? -Preguntó. La voz se le rompió en un hilo. -¿Sabías cuánto me molestaba cuando querías que saliera con esos alfas? ¿Sabías lo mucho que he tenido que pasar por no ser normal...? -Lisa hipó. -Entonces, ¿Por qué obligarme a esas citas con chicos que sabías que no me gustarían? -Respiró profundamente. -Entonces, ¿Por qué echarme en cara mis defectos cuando tienes oportunidad?

-¡Solo paso una vez!

-¿Y cómo sé que no volverá a pasar? ¡Yo no puedo cambiar! ¡No quiero hacerlo solo porque no puedes aceptarme así!

-¡Tú sabes cómo eres! -Dijo. -He intentado ayudarte, pero no te dejas.

-¿Ayudarme a qué? -Lisa calló. JiMin apretó los labios. -¿Ayudarme a ser diferente?

-Acabas de decirlo, no eres normal. -Comentó suavemente.

JiMin se rompió y la cicatriz se empapó con la lluvia de desconsuelo.

Lluvia.

Sentía que muy profundo, aunque no llorara, había una lluvia dentro suyo.

Lisa parecía no darse cuenta. Sonriéndole. -Vamos, no es tan grave. Sabes que no me gusta estar así contigo.

Cuando Lisa deslizó una mano por la mesa para tomar la suya, JiMin la apartó.

Algo le ardía.

-No entiendes. -JiMin dijo. -Lo mejor es terminar aquí. Agradezco todos los buenos momentos que pasamos juntos y espero que seas muy feliz, Lisa.

Se levantó, dándose la vuelta y andando a la tienda. La hora de almuerzo aún no terminaba, pero no se creía capaz de comer por el nudo que le oprimía el estómago.

Los gritos de la Omega detrás de él no lo hicieron detenerse.

La puerta crujió y HyungSik asomó la cabeza por la brecha. Estiró una sonrisa y se internó en la habitación oscura, sentándose frente al Omega.

-Hey, ¿Qué pasa con esa cara? -Preguntó con su habitual alegría. JiMin le sonrió, algo aliviado por la compañía.

-Ah, no es nada. Ha sido un día difícil para mí. -Se estiró, ladeando la cabeza cuando se dió cuenta del error. -¿Qué haces aquí? Se supone que es tu día libre.

-Ese monstruo Kim... -JiMin miro al beta mientras juraba. -Me ha ordenado venir al trabajo en almacén, aunque sea mi día libre.

-Cielos.

HyungSik se sobó un hombro. -Sí, se ha tomado este castigo muy en serio.

JiMin suspiró, reclinándose en la silla y paseando la mirada por la tienda vacía a través de la puerta entreabierta; la tienda todavía cerrada por la hora de almuerzo que se empeñaba en ser eterna.

El Omega estaba cansado, eso era evidente.

-¿Vas a visitar a tu abuela? -El beta dijo, señalando la bolsa en una esquina.

-Sí. -Sonrió. -He querido verla desde hace días. También a mi tío, que espera su cachorro.

-¿Un cachorro? Oh, cielos.

-El primero. -Comentó, entusiasmado. La alegría reemplazando el cansancio anterior. -Mi tío YoonGi está muy feliz, pero mi tío TaeHyung está harto de estar en cama. -Rió. -Mi familia es algo exagerada.

-¿Me recuerdas cuál es tu tío y cuál es el político? -HyungSik preguntó, con un tinte divertido.

-Tío YoonGi es mi tío y tío TaeHyung su Omega. Luego está tío JungKook y mi abuela. -Agregó lo último. -Te los presentaré algún día.

-Eso espero. -HyungSik sonrió también. Miro el reloj de muñeca y alzó una mano. -Ya me voy, tengo algunas cosas que hacer, solo pase a saludar.

-Está bien. Nos vemos luego.

El beta se despidió y salió de la tienda, tambaleándose entre las tiendas de videojuegos. JiMin se levantó de su rincón oscuro, observándolo alejarse.

La soledad se sintió libre.

Salió de la tienda, permaneciendo frente a la puerta y dando una ojeada al ostentoso centro comercial, aguardando a la hora de reapertura. Pensando sin hacerlo mientras miraba la boutique más lejos, recibiendo el saludo de HyunA con una sonrisa; luego se trasladó su mirada al local de comida rápida y a la chocolatería. El tiempo pasando muy lento.

Tres latidos pasaron.

Miro su reloj, bufando aliviado y girando el cartel de la puerta. Preparado para el turno de la tarde y esperando que SooBin no se retrasará demasiado en volver. El chico era quien suplía los turnos de HyungSik cuando estaba en sus días libres, también cuando eran los de JiMin y, en el poco tiempo que habían hablado, parecía ser un alfa bastante amigable. Entregando una sonrisa hasta al peor cliente.

JiMin comenzaba a preguntarse cómo hacían esos adolescentes. Él era un adulto y no podía tener tanta paciencia, por lo que, gracias a Dios era un Omega inofensivo.

JiMin sintió la nuca cosquillear y un aguijón superficial y se giró, rodando su mirada por el centro comercial y rindiéndose a alzarla con poca discreción hacia arriba, muy arriba, donde una figurita que parecía más un borrón estaba observándole. JiMin parpadeó, tambaleándose un paso hacia atrás y ladeando la cabeza, devolviendo la mirada.

Kim SeokJin.

Se estremeció, frunciendo las cejas.

-¿Y esto qué? Eso es espeluznante. -Dijo para sí mismo. -Creí que el hecho de vigilarme era menos literal.

-¿JiMin hyung?

JiMin se giró a SooBin. El alfa le observaba con una ceja arriba y una mueca.

-Oh, lo siento. ¿Llevas mucho ahí? -Preguntó. El alfa negó y JiMin se apartó para que pudiera entrar a la tienda.

Dio un vistazo a Kim SeokJin y entro también, dispuesto a volver al trabajo y no darle mucha importancia. Aún así, su cabeza parecía perdida. Vagando todo el rato mientras iba de aquí para allá, atendiendo clientes exigentes y otros más amables; pensando demasiado tiempo en lo que había dicho cuando estaba borracho y de lo que su tío se había encargado de recordarle.

-¡Incluso bailamos una de Britney Spears! -Le dijo en la mañana, cuando despertó con dolor de cabeza y corriendo a darse una ducha para llegar al trabajo.

JiMin recordaba su descontrol con 'Crazy' de Britney, saltando en la sala y corriendo por todo el apartamento con una toalla en la cabeza y un cepillo como micrófono. También, desgraciadamente, recordaba lo que había dicho mientras estaba tirado en el sofá cama y mareado por el soju.

«Tiene hombros anchos.»

JiMin se sonrojo.

Bueno, si los tenía. Era un detalle difícil de negar. Pero, eso no importaba, lo que verdaderamente importaba era que había terminado una amistad de tres años esa misma mañana después de haberlo pensado borracho y, lo peor, era que no se arrepentía.

«Solo hazlo, maldita sea. Tanta represión es repugnante. ¡Hazlo!»

Represión.

JiMin había pensado mucho en ello, en todo lo que había reprimido durante tantos años. Pensó en cuando dejaba que Lisa copiara sus tareas de la universidad porque eso hacían los amigos; pensó en cuando se resignaba a sentarse atrás porque a algún pelele se le ocurría sentarse en su sitio.

Pensó en lo mucho que se estaba reprimiendo para no volver a besar a Kim SeokJin.

Y JiMin tuvo una lluvia... Una lluvia de ideas. Ideas extrañas de todas las veces que se habían quedado olvidadas en su cabeza. Una lluvia aterradora de ideas en torno a Kim SeokJin; sus manos, su boca, su espalda.

Era raro. No estaba acostumbrado a sentirse así: con las piernas temblando porque el recuerdo de un simple beso le estremecía. Porque la violencia de ese beso, el hambre voraz que le había puesto, era, completamente lo que siempre había querido.

Porque ese alfa no le dijo que esperara un poco y que fueran lento, como sus antiguas relaciones.

Porque había estado tan cerca que el olor de su alfa: fuerte, demandante y puro en aroma a anís, le había mareado deliciosamente y el calor de sus brazos le había aprisionado mientras le sostenía y lo devoraba devuelta. Ni siquiera había importado el dolor en la boca por el labio partido y el sabor ligeramente a sangre, que se combinó con el sabor a vainilla de la cálida boca ajena.

JiMin lo había disfrutado. Satisfecho con la voracidad y el instinto animal que refulgía. Tanta hambre que no venía de un solo lado; él sabía, que no podía venir de un solo lado, que no había imaginado las manos castigadoras sobre sus muslos cuando lo levantaba, resbalándose a su cintura y pegándolo a la pelvis del otro.

Besándolo bien. Besándolo tan bueno.

Cuando el reloj marco las ocho, JiMin se había cansado de pensar...

Saliendo de la tienda cuando terminó su turno, rebuscó en su bolsa que estuviera todo para su abuela.

-Park JiMin. -Llamó.

El Omega levantó la mirada, escuchando a SooBin a sus espaldas cerrar la tienda con llave y marcharse con una despedida vaga. Demasiado confundido por la repentina visita frente a sus ojos.

JiMin observó al CEO, Kim SeokJin, demasiado cerca. Con las manos dentro de los bolsillos del pantalón.

Y se dio cuenta, que estaba cansado de pensar en la lluvia de pasión que se desbordaba de su pequeño cuerpo.

Pensarla ya no era suficiente cuando estaba desbordándose tan fieramente.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro