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17.

Voten y comenten mucho, marquen las faltas de ortografía pliiis<3

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–Florecita.– saludó.

–¡Hola pa...

–Shh.– llevó su dedo índice a sus labios.– que mamá no se entere aún que estoy aquí.

La niña entendió el mensaje y asintió, aceptó la mano del alfa para ir juntos al jardín donde solo había pasto que perdía de a poco su color gracias al clima frío de la época.

–Tus tíos y yo queremos hacerle una sorpresa a mamá para su cumpleaños y necesitamos que nos ayudes.– habló finalmente cuando estuvieron sentados en la mesita.

–¡Si! Yo ayudo.– acepto enseguida.

Había pasado una semana desde que Aimée lo había aceptado como su padre, el resto de ese emotivo día fue espectacular. Tal vez el mejor de la vida de Harry.

La alfita ahora le llamaba por papá o papi, era astuta, sabía que podía conseguir lo que quisiera solo poniéndole ojitos de cachorro al alfa y diciéndole "papi por favor". Fue un caos al principio, lo seguía siendo, Louis le dio una reprimenda al decirle que no podía permitir que lo manipulara por hablarle bonito.

Si, aún debía aprender a decir que no.

Pero fuera de todo eso, las cosas marchaban excelente, nunca había sido más feliz. Los padres de Louis también lo estaban, Alice se había tomado todo el asunto con calma y felicidad, al final a Tom no le había quedado de otra que aceptarlo, era la familia de su hijo y su molestia no cambiaría nada.

–¿Que voy a hacer yo papi?

Su corazón seguía latiendo frenético como la primera vez que la escuchó llamarlo así, tal vez nunca se acostumbré. Es hermoso.

–¿Recuerdas que el cortejo terminará pronto?–  se cruzó al columpio que había más al fondo por la casita de Aimée.

–Si.

–Bueno florecita, ¿Te gustaría quedarte algunos días con tus abuelos?– la cargó para sentarla en su regazo.

–Mm, ¿Pero no estaremos juntos en navidad?– hizo un puchero.

–Por supuesto que estaremos juntos en navidad, serán algunos días antes. Mamá cumple años en noche buena, nosotros nos iremos antes de eso.– comenzó a balancearse.– vendrán todos tus abuelos y tus tíos, vendrá mi hermana, conocerás a la tía Gemma y a su hijo, tiene tu edad. ¿Te gustaría eso?

–¡Si! ¡Seremos amigos!– sonrió grande hasta mostrar sus hoyuelos. Harry la miraba con orgullo.

–Si florecita, él también está emocionado por conocerte.

La conversación se detuvo ahí, Aimée solo se recostó en el pecho del mayor y jugó con sus manos, al estar afuera le había dado frío pero en ese momento ya no lo sentía, estaba envuelta en brazos cálidos.

Quería que las vacaciones terminaran para contarles a todos sus amigos que ya tenía papá como ellos y que su papi era increíble.

Lo miró dándose cuenta que él también lo hacía.

–¿Quieres ir adentro bebé?– ella negó.

–Estoy bien aquí papi.–se acurrucó más, luego sintió un besito en la cabeza.

–Aimeé, tengo que hablarte de algo.– la acomodó para que queden frente a frente pero sin apartarla demasiado para que no sintiera el frío.

–¿De qué?

Aunque ella no supiera aún el significado de una marca, o al menos no tanto, debía informarle, lo menos que quería era hacerla enojar por lastimar a su mami aunque en realidad no fuera así. Ella era una pequeña alfa muy territorial cuando quería si se trataba de Louis.

–Mamá y yo nos vamos a unir, necesito que sepas que jamás en la vida le haría daño, nunca intencionalmente. ¿Sabes de lo que hablo?

–¿Marca?– preguntó dudosa.

–Si amor, nos vamos a enlazar, el proceso puede ser doloroso pero haré todo lo que esté en mis manos para sea muy poco el dolor que mami sienta.– prometió.

–Yo se que cuidas a mi mami,– lo abrazó.– y a mí.

–Siempre florecita.– volvió a besar su cabecita.

Pasaron un rato así, tan solo disfrutando de la compañía y del momento. Creyó que Aimée se había dormido al sentirla tan quieta pero no fue así, ella solo había estado concentrada en pasar un dedito una y otra vez por la cruz tatuada en su mano.

–¡Alfa!

Ambos voltearon a la voz del omega quien iba saliendo de la casa y caminaba en su dirección; sin saber realmente a quién se refería.

–¿Por qué no avisaste que habías llegado?– le reprendió.– Estuve buscándola por toda la casa.– bajó a Aimée de su regazo ignorando el refunfuño que emitió.

–Era una sorpresa.– se inclinó un poco para darle un beso a modo de saludo.

El omega lo recibió gustoso casi ronroneando al estar por fin cerca de su alfa, lo había extrañado tanto. Nunca podría explicar el como su cuerpo parecía derretirse y dejar de funcionar cada que se le otorgaba un beso.

–Te esperaba para comer todos juntos.– informó medio aturdido.

–Bien, vamos.– agarró la mano de su omega y con la otra la de su hija.

La pequeña familia camino de vuelta a la casa, entrando en la calidad de las paredes y dejando atrás el invierno, dejando el frío corazón de Louis, que ahora se hinchaba en felicidad y dicha.

Tal vez un tiempo atrás jamás habría creído que tendrá un alfa y un padre para su hija, nunca lo creyó posible, todo su amor era concentrado en su cachorra y estuvo bien con eso, hasta que conoció a Harry, un alfa bondadoso y amable, de un alma hermosa que le enseñó que siempre había tiempo para todo.

Simplemente no había sido el momento, pero ahora estaban juntos y felices. Nada podía ir mejor.

                                ✧✧✧

Louis solo se demoró una semana más en darse cuenta el porqué del cambio en el aroma de Harry.

Al parecer el celo del alfa estaba cerca.

Muy cerca si lo pensaba mejor, casi no le daba tiempo de pensar detenidamente y organizarse como debía ser. No lo culpen, debió haberlo sabido desde el primer cambio pero el propio Harry se encargó de distraerlo, además, su bebé no cooperaba mucho. Siempre queriendo estar pegada al alfa como un chicle a un zapato.

Mala comparación pero no encontraba otra que se asemejara a la situación.

Miró a ambos alfas acurrucados en un sofá viendo por vigésima vez la misma película de un alien morado que invadió la tierra junto con más aliens y se llevaban a todos los humanos a Australia. Perdió la cuenta de todas las veces que la han visto, se volvió la favorita de su hija y puede ser que también de su alfa. Ahora ambos querían un gato y llamarlo Puerquin.

Al observar la tierna escena una vez más y confirmar que su presencia no será solicitada hasta que terminara el filme, volvió a lo suyo.

Organizó algunos cambios de ropa en una maleta pequeña, artículos de higiene personal, entre otras cosas. Pasarían el celo del alfa en casa de él, para más comodidad así que debía tener todo preparado, no sabía si Harry ya estaba al tanto de su celo porque él actuaba muy normal, más mimoso, pero normal.

De igual manera ya estaba seguro de que quería acompañarlo, lo cierto es que había sido muy conveniente ya que se enlazarian para esos días y era probable que su propio celo fuera provocado por el de Harry y la mordida.

Había llegado el momento.

Nunca estuvo tan seguro de algo como en ese momento.

También hizo la maleta de Aimée, con varios cambios porque en su caso, es mejor que sobre a qué falte y porque a su cachorrita le gusta tener muchas opciones por elegir. Ella estaría algunos días con sus abuelos, ambas parejas. Ya lo habían hablado con ella y cada que podían se lo mencionaban, no querían volver a vivir lo que sucedió días pasados.

Ella lo acepto, un poco decaída al principio pero Harry le explicaba que al regresar, se mudaria oficialmente con ellos, también respondía a cada duda con paciencia y palabras simples que su cabecita pudiera comprender.

Para cuando volvió a la sala, la película ya estaba al término, sus alfas pasaban por un emotivo cambio sentimental al ver a los hijitos del alienígena que al parecer era una pequeña estrella dentro de un disfraz para verse más grande. Palabras de Aimée.

–¡Mami! Quiero uno de esos.– pidió Aimée señalando la estrella.

–No creo que sea posible tener uno amor,– hizo una mueca.– no existen.

La pequeña alfa hizo un puchero que segundos después desapareció dando lugar a una sonrisa, trato de imitar el baile de Kyle.

Sonrió con ternura, su hija era una niña hermosa, la más linda.

Al ver a su alfa se dio cuenta que él sonreía de la misma manera en dirección a Aimée, luego lo vio a él.

Harry se puso de pie y antes de salir de la sala, le lanzó un beso.

Suspiró como un adolescente enamorado.

El alfa salió del baño y se dirigió a la cama con su celular en mano, al tomar asiento se llevó el móvil a la oreja y espero unos cuantos segundos.

Hermano.

–Hey, ¿Cómo va todo?– saludó.

Excelente, ya lo pasamos a recoger, a Liam le encantó.– escuchó movimiento.– ya me preguntó cuando le daré uno.

–Tengo el presentimiento de que será pronto.– sonrió.

Puede ser, nunca se sabe.– soltó una risita.

–¿Puedes dejarlo en mi casa? No quiero que por ninguna razón lo vea antes de tiempo.

Claro, no te preocupes por eso, lo esconderé.– asintió aún si no podían verlo.

–Muchas gracias por recogerlo, de verdad me hicieron un gran favor.– se dejó caer en la cama.

–No fue nada, haría esto miles de veces, es emocionante.– estuvieron en silencio unos segundos.– te dejo, Liam quiere ir al zoológico a ver los pingüinos... ¿Sabías que Louis y Liam tienen tatuado un pingüino?

–¡Niall era un secreto!

–¿Qué?– se levantó.

Olvidalo, nunca dije nada, adiós.

–No, no , no Niall, ¿Cómo lo... ¿Niall?.– revisó su celular y vio que la llamada había terminado.– hijo de...

–Amor.

Llevó su mirada a la entrada de la habitación, Louis estaba ahí con una sonrisita que podría iluminar el mundo entero si fuera posible. El omega se acercó antes de que se pusiera de pié, lo abrazó por encima de la cadera y presionó el rostro en su pecho, enseguida sintió unas delicadas manos enterrarse entre su cabello y regalarle esas caricias que tanto amaba.

–¿Todo bien?– el alfa asintió aún en su posición.– mmh, tengo la leve impresión de que hay algo.

–Niall me dijo algo.

–¿Sí? ¿Qué es?– sintió las manos de Harry bajar hasta llegar al inicio de su playera, luego las metió por debajo comenzando a acariciar su espalda. Suspiró.

–Algo que hubiera querido descubrir yo mismo pero, bueno, no importa.– finalmente se separó un poco sin quitarle las manos de encima a louis.– solo me queda confirmarlo.

Sin darle tiempo a preguntar, o dudar lo suficiente, se dejó caer en la cama de nuevo, quedando Louis encima de él, enseguida lo sostuvo de la cara, intercambiaron miradas por unos segundos para finalmente otorgarle un beso.

Un beso desenfrenado que pudiera decirle lo mucho que lo deseaba, lo mucho que tenía ganas de tenerlo solo para él.

En el casi año que llevaban conociéndose y los seis meses que empezaron a salir, no habían pasado a nada más que algunos toqueteos, querían esperar hasta la marca, manteniendo algo tradicional dentro de su cortejo por desición de los dos.

Así que toda la tensión acumulada y la anticipación de saber que pronto podrían consumar sus deseos, casi los hacía delirar. Perderse y dejarse llevar por el momento, por los instintos primitivos.

Y que el celo de Harry estuviera tan cerca no ayudaba mucho, con ese aroma tan atrayente que volvía al lobo de Louis impaciente, insatisfecho. Lo animaba a seguir tocando, a seguir besandolo, a seguir sintiendo, a perseguir ese cúmulo de sensaciones de las que se privó por tanto tiempo.

Pero debían esperar, aún no era el momento, faltaba poco.

Eso era algo que ambos lobos decidían ignorar, haciendo que su parte racional no funcionará correctamente.

–Harry...

–Lou...– los giró de un solo movimiento y al estar satisfecho con la nueva posición, volvió a besarlo.

Iniciando movimientos circulares con su cadera, apretando las manos en la cintura del omega, bajar los besos a su cuello e inspirar el delicioso aroma a kiwi que lo hacía salivar. Escuchar los suspiros de Louis y volver a morder la misma zona cuando un gemido quedito salía de su boca, moverse con más fuerza y...

–¡Mami! ¡Papi! ¡¿Dónde están?!

Y esa siempre era la señal de que debían separarse y comenzar a pensar con claridad.

El alfa se detuvo, riendo bajito cuando escuchó una queja que desbordaba frustración. Presionó la frente en el hombro de su omega, ambos respirando agitados. Cómo siempre.

–Solo tres días más omega.– le susurró al oído.

Finalmente le dejó un último beso en la clavícula y se levantó para ir al encuentro con su hija.

                                ✧⁠✧✧

Un día antes durante el almuerzo, ocurrió algo inesperado.

Una situación que no creyeron abordar tan pronto con Aimée, pero una vez más, la niña demostraba que iba incluso más rápido que ellos.

–Mami, ¿Cuando voy a tener un hermanito?

La pregunta los había dejado perplejos, con tenedores suspendidos en el aire, comida a medio masticar y expresiones de asombro. La plática sobre la planificación de la cena de navidad quedando en el olvido.

La pareja compartió miradas, dudando en qué responder. Aunque pronto la confusión abundó en la mente de Louis.

–¿Un hermanito?

La niña asintió, con su chongo y algunos cabellos moviéndose, parecía una mini versión de Harry con ojos azules.

–Antes de vacaciones, mi amiga Danny me dijo que tendrá un hermanito y cuando salimos ví a su mami y su panza era muy grande.–  movió su comida con su cuchara.– Danny dijo que su hermanito estaba ahí.

Harry tragó la comida y tomo un sorbo de su jugo, volvió a mirar a Louis.

–¿Quieres un hermano Aimée?– cuestionó el alfa.

–¡Sí! ¡Así ya no jugaré sola, o cuando venga Mati podemos jugar todos juntos!– agarró un poco de comida y la llevo a su boca, se tomó el tiempo de masticar y tragar cuidadosamente, después añadió:– ¿Cuando habrá un bebé en tu pancita mami? ¿Puede ser mañana? Si llega mañana podré jugar con él en navidad.

El alfa río tras la explicación de su inocente hija, lo decía con tanta convicción que cualquiera podría creer en sus palabras. Louis por su parte, no sabía cómo explicarle que los bebés no llegaban de un día a otro, tampoco quería romper su ilusión pero no había otra manera.

–Traer un bebé no funciona así amor, los bebés tardan algunos meses en crecer y para que haya uno se deben hacer... Ciertas cosas y luego esperar.– informó.

La carita de Aimée se contrajo en una mueca, debía esperar mucho tiempo, un mes era muchísimo tiempo, meses serían aún más.

–¿Tío Li no puede hacerlo como nací yo?

–Oh.– rió.– es diferente bebé, son más procedimientos.

Entonces una espinita picó en Harry, ¿Cómo llegó Louis a decidir sobre Aimée? ¿Habrá sido solo así? ¿Por querer ser madre? ¿O por algo más? Vio a su omega explicarle con tranquilidad a su hija sobre tener bebés como ella.

Nunca le preguntó porqué quiso tener a Aimée, ¿Tal vez se sentía solo?

Hace unos años cuando los problemas con la salud de su lobo comenzaron, también pensó en adoptar un cachorro, sin embargo, el tratamiento que llevó pudo controlarlo y estabilizarlo, así que lo olvidó por completo.

¿Cómo habrá sido Louis embarazado? ¿Habrá tenido muchos antojos? ¿El parto fue normal? ¿Se complicó? ¿Cómo era Aimée de bebé? ¿Lloraba mucho? ¿Cómo fueron sus primeros pasos? ¿Su primera palabra?

Las preguntas invadían su mente, una tras otra.

Volvió en sí dándose cuenta que Louis lo miraba con duda, se apresuró a terminar su almuerzo beber todo su jugo. Se levantó y dejó los trastes sucios en el fregadero, luego fue a dónde Aimée y le dio un beso en la frente, siguió con Louis dejando un beso en sus labios. Era su último día de trabajo y después sus merecidas vacaciones.

–Me voy, regresaré antes de la comida.– le dio otro beso antes de separarse y caminar a la salida del comedor.– ¡Los amo!

El omega solo observó toda la interacción que había pasado en menos de cinco minutos.

Vio dudas en los ojos de Harry anteriormente, lo que lo llevo a pensar: ¿Harry en verdad quiere hijos?

                                ✧✧✧

–Se respira la frustración sexual aquí.

Harry levantó la mirada, un rizo cayendo por su frente al salirse de la bandana que los sostenía.

Observó a Niall dejar un par de bolsas sobre la mesita de la sala y luego abanicarse con la mano. Ni siquiera lo escuchó entrar, demasiado ocupado con su imaginación trabajando en cada minuto.

Tal vez su amigo tenía razón: ya se podía oler su frustración.

–¿Qué haces aquí?– se levantó del suelo y sacudió su ropa quitando los restos de tierra húmeda.

–Si quieres me voy.– el ojiverde sonrió.

–¿De verdad?

–Obvio no Harry.– volteó los ojos, luego procedió a sacar dos botellas de vino de una de las bolsas.– vengo a ayudarte y después vamos a celebrar.

–¿Y que vamos a celebrar exactamente?– se acercó a él.

–Que en menos de veinticuatro horas dejaras de ser un alfa libre y pasarás a ser un hombre de familia.– sacó cuatro copas.– algo así como una despedida de soltero pero no lo es. Para eso aún falta un tiempo.

El alfa ojiverde agarró una de las botellas y la inspeccionó, no había nada nuevo, era de los favoritos de ambos. Luego vió las cuatro copas.

–¿Vendrá alguien más?

–Claro que si tonto, Zayn ya viene en camino y más tarde vendrá Liam cuando su turno en el hospital termine.– le quitó la botella y tomó la otra.– pondré esto a que enfríe.

–Uh, no creo que dos botellas sean suficientes para cuatro personas.– lo siguió a la cocina.

–No te preocupes por eso, lo haremos rendir.– cerró la nevera, se giró con las manos en la cintura.– bien, limpiemos este lugar.

Lo cierto es que no había mucha suciedad, solo las flores marchitas de floreros que no quitó cuando se quedaba de vez en cuando. Había un poco de polvo en algunos muebles y debía cambiar las cobijas y almohadas de su habitación por unas limpias. Después de todo, permanecerá ahí junto a su omega algunos días, lo menos que debía hacer es tener todo limpio y ordenado.

Unas tres horas después, cuatro alfas se encontraban en una amena plática en la sala de la casa de Harry, entre risas y choques de copas con vino a medias.

La presentación de Liam a Zayn había salido excelente, ellos congeniaron al instante, todos juntos creando un buen ambiente.

–Entonces, sus descabelladas acciones llevaron a Harry a ser padre.– confirmó Z.

–Así como lo oyes.– contestó Niall con una sonrisa.

–Quien lo hubiera imaginado.– continúo.– y ahora se va a enlazar, es increíble. Hace apenas unos años se negaba totalmente a tener siquiera una pareja.

–El amor cambia a las personas.– giño un ojo a su amigo regalándole una sonrisa con hoyuelos.

–Claro, el amor y la paternidad,– tomó de su copa.– tengo que conocer a esa niña, el tio Zayn debe inculcarle valores y cultura, no puede ser que sea como Harry buscando gusanitos en la tierra.

Niall y Liam se desataron en risas, Harry solo veía con ofensa al pelinegro. El alcohol ya estaba haciendo efecto en sus sistemas, Harry no supo de dónde aparecieron otras dos botellas de vino pero no se quejaba.

En algún punto de la noche recuerda haber hablado con Louis, su omega le preguntaba si estaba todo bien, a lo que él le aseguró que lo estaba y que pasaría por él en la tarde del siguiente día.

Porque no creía que pudiera levantarse de la cama tan temprano luego de haber ingerido seis botellas de vino, no lo hizo solo pero de igual manera nadie en la sala estaba completamente conciente.

–¡Por Harry!– levantó su copa causando que un poco de líquido cayera.– ¡Porque ya domaron a la bestia!

–¡Por Harry!– secundaron Liam y Zayn entre risitas bobas.

–¡Por...– se quedó callado procesando lo que diría.– ¡Por mi precioso Louis!– brindó.

Sus amigos lo imitaron, levantando copas, vaciandolas de un trago y volviendo a llenarlas. Liam vio a los chicos, luego se detuvo en Niall, en la sonrisa enorme que lucía, en sus ojos vidriosos por el alcohol y sus mejillas sonrojadas por el mismo líquido. Emitió una sonrisa tonta, empuñando su copa y poniéndola en alto.

–Por... Por mi alfa, mi lindo alfa.

Si después de su acción, Niall se lanzó a sus brazos dándole un beso furtivo y cargado de amor; probablemente no lo recordaran al siguiente día.

Si Zayn veía a la pareja con ojos soñadores nadie lo notó.

Y si Harry extrañó a Louis, contuvo sus ganas de ir a buscarlo porque solo faltarían unas horas para verlo de nuevo.

                              ✧✧✧

No amores, aquí Liam y Zayn no se enamoran, ni nada, esa miradita soñadora es por anhelar tener un alfa igual de bonitos, no pq quiera a alguno de los dos.

Ahora sí, llegamos a los capítulos finales, cuál ha sido su parte fav de toda la historia? Si va gustando?

Sin más:

All the love, Pau. Xx.

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