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16.

Voten y comenten mucho, marquen las faltas de ortografía por favooor. ✿

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Se mantuvieron abrazados por un tiempo prolongado, tan solo sintiendo sus presencias, sus aromas calmantes, la paz que cada uno emanaba para el otro.

Eso era lo más hermoso que habían hecho por él, aunque nadie había hecho mucho, si no es que nada. Algunos alfas de la universidad que se esforzaban en qué al menos aceptará una salida, los que si se interesaban por conocerlo, luego estaban los directos, que querían una sola cosa: pasar una noche con él.

Así que Harry era una completo una sensación nueva, era increíble lo que ese alfa lo hacía sentir con pocas acciones, desde la más insignificante hasta la más importante, aunque no podría referirse a alguna como insignificante. Cualquier cosa que Harry hacia le parecía totalmente una hazaña.

–Por... Por eso n-nos estás cortejando a los dos ¿Verdad?– salió de su escondite para verlo, también tenía lágrimas en los ojos y mejillas, las lamió con gentileza mientras él asentía.

–Quiero ser bueno para ustedes,– dejó sus manos sobre el inicio de las caderas del omega, solo disfrutando de las dulces caricias que le proporcionaban.– para ti, quiero que sepas que nunca los voy a defraudar y que puedo ser un padre para ella, que nunca dudes ni por un momento haberme elegido porque...

–Ya lo eres.– le aseguró con suavidad.– ella te ama tanto como yo, sabemos que nos amas, no elegiría a nadie más, nunca.

Se miraron con amor, ignorando el exterior, solo eran ellos y nada más en ese momento, las personas a su alrededor desaparecieron. Toda su devoción sobre Louis.

–¿Dónde estuviste todos estos años eh?

–Estuve criando a nuestra hija.– soltó una risita.

El corazón del alfa latió furioso, llenándose de inmensa felicidad, no podría pensar en algo más, estaba feliz.

–Te amo.– declaró.– te amo tanto, gracias por hacerme el alfa más feliz, gracias por llegar a mi vida.

Volvieron a abrazarce con la calidez rodeandolos, dándoles cobijo. Louis también quería decirle que lo amaba, también quería agradecerle por cruzarse en su vida, pero no sentía las fuerzas para emitir una sola palabra.

En su abrazo, solo esperaba que Harry supiera que un inmenso amor habitaba dentro de él, todo dedicado al amor de su vida, a su familia.

–¿Chicos?

Ambos adultos se giraron hacía el alfa que los veía un poco avergonzado.

–Lamento interrumpir, solo... Ya saben solo pasaba.– intentó explicar con mejillas rojas.

El omega rio y limpió sus lágrimas al igual que su alfa, ahora sin los brazos de Harry rodeándolo, observó una vez más el hermoso cuadro, con más detenimiento, notando los detalles que no vio antes. Había espacios que parecían vacíos, ellos, al centro del cuadro y con el fondo del cielo y el campo.

–¿Por qué está... Cómo... Cómo-

–¿Cómo si faltará alguien más?– dedujo el ojimiel, Louis asintió.– bueno, Harry me dijo que dejara algunos espacios, para cuándo la familia creciera.– explicó.

Su cabeza no lo captó al momento, luego supo lo que significaba y volteo hacia su alfa con rapidez, él le observaba con esa sonrisa gentil.

–¿Cuándo la familia crezca?– le preguntó a lo que Harry solo se encogió de hombros y su sonrisa se esanchaba.

–Puede ser, ¿No te gustaría?

Fue entonces que visualizo manitas regordetas aferrándose a él, ojitos que brillaban al verlo, balbuceos tiernos que solo ellos podrán entender. Dar vida a un bebé era de lo más hermoso y sería incluso mejor vivirlo con un alfa a su lado, pero no cualquier alfa, sería maravilloso atravesar esa etapa junto a Harry.

–Me encantaría alfa.– respondió con una sonrisa.

Algunos minutos después, se habían apartado de la zona de la exposición, Zayn empacaba el cuadro cuidadosamente con ayuda de Harry.

–Estoy muy felíz por ustedes.– confesó.– me alegra tanto ver a uno de mis mejores amigos formar una familia.

–Gracias Zayn, te quedó hermoso, es... Precioso en verdad.– admiró la pintura que aún se alcanzaba a ver.

–Niall, Zayn y yo acordamos hacer esto en la universidad, Z pintaría cuadros y nosotros debíamos pensar en algo significativo para él. Algo así como un intercambio.– informó Harry.

–Mhm, Niall aún no me presenta a su alfa, espero que pronto pueda conocerlo, no sé si vaya a pintarlos solo a ellos o quieran tener hijos.– dijo dando la última vuelta del papel film.

–¿Tienes pareja Zayn?

El alfa lo miró, de pronto sintió que se había entrometido mucho ante el silencio que se formó en la habitación, estaba por disculparse cuando el pintor le sonrió y soltó una risita.

–No por ahora.– respondió con amabilidad.– el indicado aún no aparece.

Dos horas más pasaron, vieron el resto de la galería, le señaló a Harry lo que más le gustó, entre ellos algunos cuadros de Zayn y dos esculturas. No supo que fue lo que su alfa hizo y en qué momento para que más tarde le dijera que las cosas estarían en su casa al día siguiente por la mañana, su cuadro más importante también sería enviado con los demás.

Quiso apelar sobre su compra pero fue hábilmente callado por algunos besos que lograron derretirlo. Lo había extrañado tanto, jamás volverá a privarse de tener sus besos y cariño, por más molesto que esté.

Al llegar a casa encontraron a Aimée profundamente dormida, había pasado la tarde entre juegos con su abu Ali, la omega mayor se retiró prometiendo visitarlos en otro momento y pasar un día en familia, con los padres de Harry también.

Para la noche, la pequeña familia disfrutaba de una velada de películas infantiles que Harry juraba que le gustarían a Aimée, acertó en todas.

La cachorrita, más que felíz por estar los tres juntos y poder acurrucarse entre sus cuerpos, confirmo una vez más que no le gustaría estar en otro lugar en el mundo, si no es con Harry a su lado y sosteniendo su manita.

                               ✧✧✧

Diciembre había llegado acompañado por ráfagas de viento helado, tormentas de nieve y climas locos que subían y bajaban, algo inusual para ser el centro de Inglaterra pero nadie se quejaba.

Los adornos de navidad estaban siendo más vistos, luces adornando fachadas, globos de Santa Claus, el Grinch y muñecos de nieve decoraban los jardines.

La televisión con especiales de navidad nunca podía faltar, películas perfectas para una tarde o noche familiar, chocolates calientes con malvaviscos, galletas con chispas de chocolate o cualquier bizcocho que encontraran en la tienda más cercana.

No había mucha diferencia en casa de Louis, luces en la fachada, un par de renos que acompañaban un trineo y un globo de Santa, la puerta de acceso era adornada por escarcha verde y luces rojas, había una corona gigante con luces que parpadeaban en verde y azul.

Harry y Liam habían colocado casi todo, aún faltaban un par de cosas pero no era mucho problema, Louis y Aimée decoraban dentro de la casa ocupándose en poner cada esfera en su lugar en el árbol.

–Esta mal puesto, se mira chueco.

Harry giró los ojos, volvió mover de lugar el muérdago encima de la entrada, sosteniéndose de la barrera para no caer de las escaleras.

–Mmm, no, hazlo más a la izquierda.– con un gruñido, el ojiverde movió el muérdago de nuevo.– no Harry, aún está mal.

Gruñó más fuerte mientras Liam se reía de la situación, en su mano sostenía su celular apuntando a Harry, la pantalla mostraba a un Niall tirado sobre un sofá muy cómodamente.

El alfa había viajado unos días a su país natal para visitar a su familia por las fiestas, volvía en una semana más para estar con su pareja y mejor amigo, para acompañarlo en su primera navidad como padre.

–Acomodalo de nuevo, ésta vez más a la derecha.– molestó.– ¡Ahí, ahí está perfecto!

–¡Es justo donde estaba antes!

Liam sostenía con fuerza su celular intentando calmar la risa que nacía de su garganta, escuchaba también como Niall soltaba risotadas. Harry ya bajaba con cuidado de la escalera cuando Louis salió.

El omega observó la escena, dos alfas al borde de un ataque y al suyo con la frente arrugada probablemente queriendo asesinar a Niall a la distancia.

–¿Pueden dejar lo que falta para mañana? La temperatura está bajando.– habló llamando la atención de los tres.

Harry miró encima suyo y sus ojos parecieron tomar un tono más bajo y cálido, camino hacia él con una sonrisa traviesa.

–¿Qué?– cuestionó al tenerlo a escasos centímetros.

El alfa no respondió, en cambio lo tomó del cuello y le estampó un beso que lo dejo indefenso. Sus manos fueron al suéter tejido de Harry cuando éste comenzó a juguetear con su lengua y sus manos lo presionaban más, como si quisiera fundirse entre el beso.

Se separaron cuando el aire les empezó a faltar, Louis veía un poco atontado la sonrisa atrevida de Harry.

–¿Y eso?– preguntó con voz bajita, el ojiverde le señaló arriba y fue cuando lo supo: habia un muérdago justo arriba.– oh, ya veo.

–Nini, tenemos que hacer eso cuando regreses.

–Absolutamente si.

                               ✧⁠✧✧

Una noche, dos semanas antes de navidad, se preparaban para salir a cenar a un restaurante que aparentemente era el favorito del alfa.

Por lo que sabía, era una salida especial ya que le sería entregado un obsequio de cortejo, de los últimos más importantes.

Así que se vistió formal y abrigado, acordé al clima frío decembrino, Aimée estaba igual de abrigada que él pero lamentablemente ella no podría acompañarlos ésta vez.

Ella se dirigía a pasar el rato con los padres de Harry mientras ellos tenían su cita.

Estaba nervioso pero emocionado en partes iguales. Desde esa mañana sentía algo eléctrico en el aire cuando Harry estaba cerca, tal vez se deba al cambio en su aroma, se había vuelto más dulce, más atrayente y fuerte.

Tal parecía que su alfa no se había dado cuenta del cambio, aunque incluso Aimée lo sentía, ahora duraba más tiempo pegada a él, dormía con facilidad entre sus brazos y se convertía en una cachorrita mimada que buscaba su atención a todas horas. También era posesiva, no le agradaba para nada que extraños se le acercaran, mucho menos si eran otros cachorros.

Justo como él.

Porque sí, Louis actuaba de la misma manera.

Harry siquiera intentaba quejarse, él amaba tenerlos cerca y darles toda su atención, adoraba con el alma que sus aromas se quedaran impregnados en su ropa y en su piel. Que cada persona que se le acercara supiera que ahora tenía una familia, aún si recibían un gruñidito en protesta.

Pero algunas veces era un problema, había ciertos percances que se pudieron solucionar al momento, sin embargo, para todo había una primera vez.

Y es que Aimée se negaba rotundamente a partir con sus abuelos (como había empezado a llamar a los padres de Harry).

Lidiar con una cachorrita emocional era nuevo para Harry, Louis solo observaba la escena pensando en que probablemente tendrían que posponer su cita para otra ocasión. El omega ya había pasado por eso múltiples veces, sabía cómo afrontar la situación y salir victorioso, pero ahora dudaba que fuera así ésta vez.

No cuando era la primera vez que veía a su hija llorar de esa manera.

–Florecita, solo serán unas horas.– insistió Harry, ahora la sostenía en sus brazos mientras ella se mantenía escondia en su cuello.

–¡No! No q-quiero.

El alfa suspiró, la meció suavemente y acaricio su espalda, miró a su omega, este negó dándose por vencido, se sentó en el sofá.

Sus padres no tardarían en llegar y la situación aún no mejoraba, al menos el llanto había disminuído. No sabía porqué Aimée se sentía de esa manera, su aroma reflejaba tristeza y desesperación pura, anteriormente ella nunca había tenido problemas con quedarse en casa mientras ellos salían.

Así que decidió seguir su instinto, ajustó a la pequeña apretándola más contra sí, subió las escaleras hasta la habitación que compartía con Louis, tomó algunas sábanas y cobijas como pudo y las llevo a la habitación de ella. Hizo el mismo procedimiento un par de veces, llevando su propia almohada y algunas de sus prendas.

–¿Qué haces?– cuestionó el omega apareciendo en el marco de la puerta.

–Sostenla.– le entregó a la niña quien se quejó por un rato, pero se relajó al sentir el aroma de su madre.

Ahora libre, Harry comenzó a acomodar las sábanas y cobijas, luego las almohadas y la ropa que había llevado, salió un momento y volvió con más ropa que pertenecía a ambos adultos, acomodó todo magistralmente hasta estar satisfecho con el resultado.

Giró hacia Louis encontrando su mirada azulada perdida entre las mantas, con ojitos llorosos y el labio inferior sobresaliendo.

–Le has hecho un nido.– susurró.

El alfa no respondió, aunque había escuchado claramente, tan solo sintiendo la cara caliente, se quitó el abrigo y le pidió a Louis que se acercara, le quitó a Aimée de los brazos, se recostó sobre el nido con ella acurricandose en su pecho y restregando su carita en su cuello.

El omega, tan solo observaba, maravillado con la escena.

–Amor.– estiró una mano hacia él.– ven.

Louis se acercó lento, igualmente quitando su abrigo y finalmente acomodándose hasta estar al otro lado dejando a la cachorrita en medio de ambos, sintiendo la calidez que emanaban las mantas, se permitió respirar profundamente.

Aimée ahora soltaba bajos hipidos, Harry aún dejaba caricias por su espalda y Louis en su cabello, ella no dormía pero tal parecía que iba en ese camino.

Algunos momentos de tranquilidad después y de llenar la habitación por completo de sus aromas, se escuchaba la respiración calmada de la niña.

Fue cuando el celular de Harry recibió una llamada que se movió con rapidez para contestar, no queriendo perturbar el sueño de su hija.

La llamada había sido de su madre informando que se encontraban afuera, listos para recoger a la cachorrita.

Después de soltar aún más de sus aromas y estar seguros de que ella no despertaría al dejarla sola en el nido, salieron para recibir a la pareja.

–Lamentamos mucho no avisarles con tiempo, pero los planes se cancelaron.– informó el ojiverde cuando ya estaban todos sentados en la sala.

–Oh amor, ¿Paso algo?– preguntó Sarah.

–Aimeé está un poco indispuesta.

–¿Pero le pasó algo? ¿Se siente mal, enfermó?– Louis sonrió ante el tono preocupado de Miles.

–No solo, está un poco emocional.– tranquilizó.– acabamos de calmarla hace un rato y se quedó dormida pero puede que despierte y no queremos estar lejos.

–Oh, pobre bebé.– se llevó una mano al pecho enternecida.– ¿Qué fue lo que la puso así?

–Aun no sabemos, ha estado así desde hace unos días pero al parecer se sintió mal cuando le dijimos que saldríamos sin ella.– al decirlo, su alfa se sintió decaído, probablemente eso había sido lo que desató su tristeza.– armé un nido y la marcamos con nuestro aroma, se quedó dormida y tranquila.

–Mm, los niños a su edad sienten demasiadas cosas que tal vez aún no pueden manejar, tal vez eso haya llevado al colapso.– intentó explicar la omega.– ¿Nunca había pasado?– se dirigió a Louis.

–No, he intentado ayudarle a manejar sus emociones, que nunca reprima nada, cuando era más pequeña y se molestaba, funcionaba dejarla gruñir, aunque sabe que no debe hacerlo a otras personas, esto nunca había pasado, al menos no de esta manera.

–Ya veo.

–Tambien suelen ponerse territoriales cuando sienten la llegada de un nuevo bebé.– aportó Miles viendo a su hijo y a su pareja.– Gemma reaccionó igual cuando supo de Harry.

–Oh, eso es cierto.– confirmó la omega.

–N-no, les aseguro que esa no es la razón.– tartamudeo en respuesta, sabiendo que ya se encontraba más que sonrojado.

Los mayores les veían con sospecha, el ambiente ya se había tornado ligeramente incómodo. Hasta que Harry rompió el silencio con intenciones de dejar atrás lo anterior.

–De nuevo, disculpen hacerlos venir hasta aquí y no avisar antes.

–No te preocupes cariño, nunca se sabe con exactitud lo que pasará al segundo después.– sonrió comprensiva.

                               ✧✧✧

Más entrada la noche, Aimée despertó desorientada, rodeada de peluches y almohadas, entre mucha ropa de su mami y Harry. Y lo mejor, con sus aromas en cada rincón de su habitación.

Pronto recordó lo que había pasado antes, como su lobita se había sentido herida al saber que sus padres se irían sin ella.

Ella no sabe porque reaccionó así, nunca se sentía mal cuando ellos salían solos, a veces la pasaba muy bien con sus tíos o con sus abuelos y al final, cuando sus padres la recogían, pasaban la mejor noche todos juntos, como una familia.

Tampoco lloraba así nunca, ella era una alfa valiente, si se caía y se hacía una herida, no lloraba, o al menos no siempre. Harry le dijo que estaba bien llorar, porque él también lo hacía algunas veces y también era alfa, porque era bueno para controlar sus emociones.

Así que no entendía porqué su lobita la hizo sentir tan triste.

Y lo peor, ahora recuerda como debió sentirse su mami, tal vez se asustó o Harry, que probablemente también se puso triste. Ella no quería ellos se sintieran así, porque era feo sentirse de esa manera.

Por eso se dispuso a salir de entre el mar de cobijas y prendas, aún en contra de su voluntad por lo cómodo que era estar ahí. Salió de su habitación en silencio, bajó las escaleras con cuidado y al llegar a la sala se encontró con ellos, acurrucados el uno con el otro dándose un beso.

O parecía un beso.

–Mami.

Ellos se separaron enseguida, Louis se acomodó rápidamente mientras Harry solo se removia con las mejillas sonrojadas, ambos agitados.

No debieron dejarse llevar ni confiar en que la pequeñita dormiría lo que restaba de la noche.

–Mi niña, ¿Que pasa? ¿Dormiste bien?.– cuestionó el omega.

La alfa menor asintió físicamente , con algunos cabellos cayendo por su carita ante el movimiento, jugó con sus manitas y se removió ligeramente. Miró sus piesitos envueltos en calcetas afelpadas con dibujos de cerezas, los movió un poco hasta que escucho a Harry hablar.

–Ven amor.– extendió la mano.

Ella avanzó despacio hasta situarse a unos centímetros, esperó a que su mami se acomodara sobre el sillón para después subirla a su regazo.

–¿Qué es lo que pasa?

–Yo... Yo quería disculparme por haber llorado mucho y asustarlos.– habló bajito.

–Oh mi cielo, no tienes porqué disculparte por eso.– atendió su mami, peinando su cabello alborotado por el sueño.– no hiciste nada malo.

En su boquita se formó un puchero, sentía que volvería a llorar pero se contuvo, respiro hondo como Harry le enseñó y los miró a los dos.

–No quería llorar mucho, pero mi lobita se sintió triste y n-no sabía porqué...– aunque trató, no pudo contenerse más y dejo salir un sollozo bajito.

–Esta bien bebé, no siempre debe haber una razón.– Harry limpio las lágrimas que salieron de sus ojitos.

–Pero, pero ahora ya sé.– los adultos la miraron esperando que siguiera.– no quería q-que se fueran sin... Sin mi, no quería que me d-dejaran.

Vió como la expresión de Harry cambió, sus ojitos de pronto se vieron tristes y arrepentidos. Su mami la giró un poco hasta tenerla de frente, lamio sus lágrimas y ella se dejó, sintiendo que su lobita ronroneaba.

–Nosotros jamás, jamás en la vida te dejaríamos bebé.– le dio un beso en la frente.– Nunca.

–Nunca florecita.– fue el turno de Harry.– perdonanos por haberte hecho pensar eso, nunca podríamos alejarnos de ti.– la quitó del regazo de Louis y la acomodó en un abrazo.– eres lo mejor que me pasó, te amo y jamás te dejaré sola, eres mi hi...

–Yo... Yo también te amo Hady.

Sentía que su corazón se saldría de su pecho, también podía sentir el corazón de Harry latir rápido como el suyo. Él la abrazó más fuerte y ella a él. Su lobita estaba en extremo felíz, movía su colita con entusiasmo.

Fue así cuando recordó la macetita que había estado cuidando con mucho empeño para que sus florecitas crecieran y había una que ya había salido de su capullo.

Por eso se separó del abrazo y salió de entre los brazos de Harry ante su mirada confusa. Corrió a su habitación donde estaba la maceta, cerca de su ventana donde el frío podía sentirse un poco, con mucho cuidado, como siempre lo hacía, cortó la flor y volvió a la sala.

Caminó a pasos cortos hasta llegar a los adultos, con la flor oculta tras su espalda.

–¿Que tienes ahí alfa?– cuestionó Harry.

Los dos miraron espectantes cuando dejó ver sus manitas, ella sostenía un tulipán rojo con delicadeza.

–Es... Es para ti.– la estiró en dirección al alfa mayor quien la recibió extrañado.

–¿Para mí?

–Si, siguin... Singi.– dejo salir un ruidito de frustración.

Lo había ensayado mucho desde que aprendio su significado, ¿Por qué no podía decirlo ahora? Sonaba más fácil en su mente.

–Sig-nifica.– sonrió al lograrlo.– que te quiero mucho y muy importante.

–¿Muy importante?– preguntó Louis con una sonrisa.

–Si mami, yo recuerdo que en mi cumpleaños tu me dijiste que yo podía elegir un papá que me quisiera mucho y que siempre iba a ser lo más importante.– intentó explicar de nuevo.

–¿Y la flor que tiene que ver amor?

–Que el tulipán es familia y amor.

Para ese punto Harry sentía que se podía desmayar, esto era demasiado para su pobre corazón.

–Para los papás y los hijos, un papá te quiere, te respeta y siempre está contigo y te cuida,– continuo y miró al alfa.– Hady hace todo eso conmigo, mami.

–Aimeé...

–Hady me regaló plantas con significado bonito, porque significa que me quiere, y yo lo quiero mucho a él y quiero que él sea mi papi, mi lobita también.– finalizó con lágrimas en sus ojitos.

Harry la observaba de la misma manera, no podía creer que eso estuviera pasando, que todo su esfuerzo fuera recompensado con la aceptación de su cachorrita.

Sin duda era el más feliz.

                                   ✧


                               ✧✧✧

Hola hola, listxs para el final??

Jsjs mentira, aún falta un poco más, pocoo. Lo prometido es deuda así que aquí tienen, vieron que mi bebé Aimée mejoró al hablar? 🥺 Tan linda.

Eso sería todo amores, hasta la próxima semana<3

Sin más:

All the love, Pau. Xx.

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