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15.

Marquen las faltas de ortografía por fis. Voten y comenten mucho, disfruten su lectura bellezas.

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Llegar a su casa nunca se había sentido tan vacío y desolado, despedirse de los amores de su vida había dolido casi físicamente, casi, porque pudo controlar a su alfa.

Pero se consoló a si mismo revisando y dando cuidado a cada una de sus plantas, recolectando las frutas que habían caído de sus árboles bebé, y el mismo proceso con sus flores, formando un bonito ramo que dos días después fue entregado a su omega.

También hizo una maceta pequeña rescatando un par de girasoles que no la pasaron tan bien con la tormenta, esa fue para Aimée.

Ella hacía un arduo trabajo cuidando sus plantas, eran como sus pequeñas mascotas, las amaba más que a la vida misma, les daba demasiado amor, hablaba con ellas, las podaba como le enseño a hacerlo. Y en una ocasión la escuchó cantarles, había sido hermoso.

Y, Jesús, él la amaba aún más por eso, saber que a su pequeña hija le apasionaba lo mismo que él a tan corta edad le emocionaba irracionalmente, tocaba hasta el fondo de su corazón haciéndolo sentir extremadamente felíz, tan cálido.

Así que ahora ahí haciendo una nueva maceta para un rosal que se uniría a su enorme jardín, escuchó voces afuera que podría identificar fácilmente en cualquier lugar, así que esperó paciente a que entraran como ya era costumbre sin embargo, eso no sucedió.

Estaban tocando.

Con un suspiro se levantó y caminó a la puerta principal, se quedó sorprendido al abrir y encontrar un par de alfas que lo miraban con sonrisas tontas. Liam cargaba un recipiente largo que era tapado por aluminio mientras Niall traía una botella de vino y un par de cajas de jugo de mango y manzana.

–Hola amigo, tenía tiempo de no verte, ¿Podemos pasar?– saludó Niall.

¿Que?

Aún con la incredulidad pintando su rostro, asintió y se movió a un lado para dejarlos seguir. No iba a quedarse con una duda así, especialmente porque Niall nunca había hecho eso.

–¿Por qué no solo entraron? ¿Perdiste las llaves?– cuestionó mientras cerraba. Su amigo negó y rodó los ojos.

–Si eh, hablé con Niall sobre dejar de irrumpir en tu casa sin avisar. Ambos estamos implementando el llegar y tocar, no sabemos que podamos encontrar algún día.– explicó el ojimiel.– así que ya no te preocupes, no volveremos a llegar de la nada.

–Si es que no se muda mañana. Creí que ya lo habías hecho.– le tendió las llaves.

–Es lo que más quisiera pero aún no es tiempo. De todos modos, no es necesario que las regreses.– le retiró la mano, volvió a fijarse en lo que cargaban.– ¿Haremos una pijamada?

–No bobo, es para la cena.– se dió vuelta en dirección a la cocina.

Harry se quedó mirando a Liam con duda, ¿Harían una cena en su casa y apenas le avisaban?

–¿No lo recuerdas?– probablemente fue la cara de idiota que puso la causa del suspiro del novio de su amigo.– hoy es la cena donde le diremos todo a Louis.

Oh.

–¿Hoy? ¿No era el veintitrés?

–Hoy es veintitrés Harry, es sábado.– dijo con obviedad siguiendo el camino que tomó su novio.– Louis llega en una hora y media.

Dejando a un alfa hundido en la confusión y el pánico, ¿Hoy era ese día? No se había preparado para nada, estuvo tan sumido en su trabajo que no recordó esa fecha que él mismo había estipulado.

Ahora recuerda cuando se despidió de su omega al final de su almuerzo ese dia, "nos vemos más tarde, prepara algo rico", el beso que le dio después en verdad lo dejo atontado, lo olvidó por completo. Debía pensar en lo que iba a decir, ¿Cómo iban a iniciar? ¿Se lo dirá directo? ¿Se molestará mucho? Ya sentía el estómago pesado de solo pensar en Louis molesto.

Tragó con dificultad y caminó a su cocina donde ya escuchaba a los alfas moverse, abriendo y cerrando gavetas y cajones.

–No, no hay.– escuchó a Liam. Al entrar los observó inspeccionar con detenimiento su refrigerador hasta que Niall notó su presencia.

–Liam dice que no tienes nada decente para preparar, cualquier cosa faltará para una comida.– cerró el refrigerador al tiempo que su alfa jadeaba con indignación.

–Yo... Yo no dije eso.– lo miró con reproche.

–Esta bien, lo sé, no he tenido tiempo de hacer el mercado.– avanzó hasta ellos .– podemos hacer lasaña.– revisó las gavetas y vio un paquete de pasta.

–No tienes carne ni salsa de tomate.

–A Aimée no le gusta la salsa de tomate, estará bien.– contestó.

–Mhm, no la tolera.– afirmó el alfa ojimiel.

–Bien, tú ve preparando las cosas, Liam y yo iremos por la carne.– acto seguido tomó la mano de su alfa y salieron de la cocina ignorando la expresión de Harry.

Aún era un poco irreal pensar en qué Harry ahora es padre, fue todo tan de prisa, había convivido con Aimée un par de veces cuando Liam la cuidaba y era una niña hermosa, sin embargo, aún era tímida con su presencia en algunas ocasiones.

Ella le sonreía tan bonito cuando le regalaba una caja de crayones distinta a la anterior, le agradecía y lo hacía sentarse con ella para usar sus nuevos crayones. Liam veía la interacción con una sonrisa hermosa, viendo a su alfa con su sobrina, era simplemente perfecto.

Cuando se daban besos ocasionales y ella los veía, los comparaba con su mami y Harry, para después observar mejor y entonces acercarse a Liam y abrazarlo, mirando desafiante a Niall, quién solo reía y se recostaba del otro lado encima de su alfa viéndola de la misma manera.

Si, ella era una auténtica alfa.

Volviendo al presente, caminando con su alfa de la mano mientras escogía la carne que usarán para la lasaña, lo vio tan concentrado en su tarea y sonrió levemente.

–Ésta estará bien.– agarró la charola y giró hacia su novio.– ¿Solo llevaremos esto?

–Si, no creo que falte algo más.

Pagaron rápidamente y en menos de lo pensado ya estaban ingresando a la casa de nuevo, estaba más ordenado, la tierra húmeda que había por los pasillos había sido retirada, había floreros nuevos en la mesa y en el ambiente podía oler a pinos, canela y calabazas. Se fijó que había velas aromáticas en diferentes puntos estratégicos.

–Por fin llegan, gracias.– Harry con un delantal estampado de orquídeas salió de la cocina, le quitó la charola y volvió al lugar.

–Es rápido.– dijo Liam.

–Si.– suspiró.– se pone ansioso cuando situaciones así lo hacen sobre pensar, debe ocuparse en algo antes de que se auto sabotee.

Más tarde, Harry bajaba las escaleras, había tomado una ducha rápida y se arregló un poco, la ocasión lo ameritaba. Louis le había mensajeado antes avisando que llegarían en media hora más, había surgido algo en el camino, él se ofreció a pasar por ellos o ayudar pero le fue negado amablemente.

Al parecer tenía algo que ver con su pequeña hija.

La preocupación albergó su pecho aunque Louis le había asegurado que no era nada malo, tan solo se desviaron un poco.

–No tardan en llegar, se detuvieron en otro lugar antes.– informó a los alfas que descansaban en el sofá. Se sentó junto a ellos, enseguida su pierna comenzó con ese tic de subir y bajar.

–Todo estará bien Harry, no te preocupes.– intento tranquilizar el doctor.

–Lo sé, solo temo que se moleste demasiado y termine con lo que tenemos o que...

–No lo pienses siquiera, Louis no haría eso, se molestará por habérselo ocultado, eso es seguro pero no dudes de lo que siente por ti.

Asintió con culpa, dudar de su omega era impensable, inconcebible.

–¿Cómo empezamos?

–¿Cómo te gustaría a ti comenzar?

–No lo sé, no podemos solo decirle así nada más. ¿Ustedes pensaron como decírmelo a mi? ¿De que manera? – espero la respuesta viendo a Liam.

–No planeamos nada, la urgencia en que lo supieras nos hizo actuar rápido.– contestó el alfa.

Retuvo un suspiro cuando escuchó el cierre de la puerta de un auto y después la risita de su hija. Habían llegado.

Se apresuró a ponerse de pie y dirigirse a abrirles la puerta antes de que tocaran. Encontró a su omega y a su hija con hermosas sonrisas, él también les sonrió antes de bajar en cuclillas y saludar a la pequeña.

–Hola alfa.– sonrió más grande.

–Hola Hady.– avanzó para abrazarlo, dejarle un beso en la mejilla y después esconderse en su cuello llenándose de su aroma, causando un estremecimiento en el cuerpo del mayor.

–Mi propia hija me está quitando el amor de mi alfa.

Harry subió la mirada tras lo dicho por su pareja, él tenía un fingido puchero, eso era de lo más bonito, pero enseguida cambio a una sonrisa en forma de v por la intensa mirada verde en su rostro.

Se volvió a la niña de nuevo y le dejó un besito en la frente, la cargó por las piernas, se levantó y saludó a Louis como se debe. Le dio un beso en los labios y le susurro un "hola" sobre ellos.

El carraspeo detrás los hizo salir de su burbuja familiar y amorosa, la pareja de alfas tenían la mirada enternecida sobre ellos. Pero a Liam le gustaba molestar a Aimée.

–Tal vez me hayas cambiado por Harry pero yo te cambie el pañal muchas veces girasol, creo que merezco un abrazo.

El alfa mencionado soltó una risita, bajó a la niña cuando se lo pidió, ella caminó hasta llegar a su tío y abrazarlo, se dejó mimar por el alfa que decía extrañarla.

Un momento después todos se acomodaron en la mesa para comenzar con la comida, Aimée había dicho que algo comenzó una pelea en su estómago y Harry enseguida se dirigió a la cocina, él no podía permitir que su bebé pasara hambre.

Los adultos hablaban sobre temas banales, Niall por fin fue presentado de manera oficial como la pareja definitiva de Liam, Harry los molestó una vez más al preguntar sobre un matrimonio que se haya llevado a cabo en secreto, el alfa ojimiel había tartamudeado un "aún no está en nuestros planes a corto plazo", el omega los miró con sospecha pero lo dejo pasar, Liam le dirá todo en otro momento sin que se lo pida.

Fue cuando Aimée termino su plato y formaron una plática sobre el kinder, sobre la presentación donde va a participar por navidad, su grupo cantara una canción y se vestirán de los duendes de Santa Claus, por supuesto que los invitó a todos, ella feliz de que la vieran cantar.

Entonces comenzó a aburrirse cuando sacaron tema sobre sus trabajos. Se habían trasladado a la sala, se levantó rápidamente al recordar lo que había aprendido hace unos días sobre algunas plantas.

–Hady.– llamó, él la miró enseguida.– ¿Puedo ir al jardín?

–Claro que si, solo ten cuidado de no tocar las rosas ni acercarte a lo que tenga espinas.– le advirtió.

Le sonrió enorme dejando a la vista esos hermosos hoyuelitos que le heredó. Así fue que Harry recordó el motivo de la cena, tal vez ese sea el mejor momento.

Mientras tanto, Aimée se paseaba por el extenso jardín, viendo maravillada las muchas flores que apenas salían de sus capullos y las que ya habían florecido completamente, pero ella buscaba una en específico.

Volviendo al alfa nervioso, miró a Liam y se dio cuenta que él ya lo miraba también, dándose cuenta que pensaron lo mismo, no habría mejor momento que ese.

Con un suspiro, se acomodó sobre el sillón para quedar frente al costado del omega.

–Amor eh... Tenemos que decirte algo.– bien, ¿Ahora que seguía?

Louis giró un poco prestándole total atención a su alfa, lo veía nervioso por lo que sus sentidos se activaron haciéndolo pensar lo peor, pero no dijo nada y fue paciente. ¿Daría fin al cortejo?

–Dime, ¿Qué pasa?

El alfa buscó ayuda en Liam, su mente quedó en blanco, ¿Qué dirá ahora? "Louis, tu hija en realidad también es mía, soy su padre biológico", no, no puede decirle algo así. Por suerte el doctor lo entendió, se aclaró la garganta llamando la atención del omega.

–Es... Mantén la mente muy abierta, ¿Bien? Lo que diremos no es fácil de entender a la primera pero intentaremos explicar todo.

Frunció el ceño.

–Bueno díganme.

–Si, bien... Si.– se frotó las manos en el pantalón.– te estuvimos ocultando un par de cosas pero solo porque queríamos que llegara el momento correcto para decírtelo y también para aclarar nuestras dudas.

–¿Dudas de que?

–Louis, no se si Harry te contó alguna vez, pero él y Niall vendieron esperma hace unos años.– el omega inmediatamente vio a su alfa.

–No, no lo hizo.

–Así fue, da la casualidad que el esperma que usamos en ti salió de la misma clínica donde ellos vendieron.

–¿A dónde va todo esto?–se sentó derecho, intercambiaba miradas entre su mejor amigo y su alfa. Liam suspiró.

–Cuando empece a tratar más a Harry, note similitudes entre él y Aimée, ella desarrollo apego por él muy rápido, luego Niall me habló sobre lo que hicieron y mis teorías tomaron forma así que me tomé la libertad de... De hacerles una prueba de ADN.– finalizó lentamente, analizando el semblante de su mejor amigo.

Louis se puso de pie y giró hacia Harry, quién lo veía extremadamente nervioso, triturando su labio inferior y apretando las manos en puños.

La cosa es que no estuvo completamente preparado para lo que sucedió. No lo pensó siquiera.

–¿Hicieron eso sin consultarme? ¿Eso es lo que me estuvieron ocultando todo esté tiempo?

–Louis...

–No, hubo muchas ocasiones que fueron las correctas y ¿Me lo dicen hasta ahora?– giró ahora hacia Liam, Niall en algún momento se había levantado y se mantenía fuera de la conversación detrás de su alfa.

Harry intento agarrar la mano del omega, sin embargo, él se retiró de inmediato al darse cuenta de sus intenciones. Un dolor en su pecho lo atravesó ante el rechazo pero lo ignoró, sabía que solo era la molestia del momento, primero necesitaba aclarar lo que sea que Louis este pensando mal.

–Sabemos que estuvo mal, debí pedirte autorización para hacer la prueba, solo quería sacar esa duda, todo lo hice yo, él está fuera de eso.– señaló a Harry.

–Si, debiste, pero no lo hiciste, además prefirieron guardarse las cosas y era tan fácil decírmelo, habría accedido.– soltó pasando una mano por su cabello.– y ambos lo ocultaron, no solo tú.

–¿De verdad lo habrías hecho?

–Claro que si, yo también tenía dudas desde el primer momento en que los vi juntos, yo era consciente de su parecido, incluso hablamos sobre eso y dijiste que podía ser normal cuando un niño conoce personas nuevas.– suspiró.– pero un día se sintió mal cuando Harry se fue, no paraba de llorar y pedirme que lo siguiéramos, al parecer había algo mal... – miró a su alfa.– tenía malestar, se sentía triste pero dijo que no era ella, sino Harry, quería saber que le pasaba.

Los alfas observaron al ojiverde de inmediato.

Si, eso había sucedido, había tenido una cita con Daryl y éste le había comentado que las posibilidades de que Aimée fuera su hija habían bajado de 80% a 20%, según nuevos estudios, el apego se había dado por el sentimiento de abandono de su alfa al no haber formado una familia y sin un padre presente, nada le impedía apegarse a Aimée.

Esa noticia le dejó el ánimo por los suelos, puesto que ya se había encariñado demasiado con ella, su lado humano también la había aceptado como suya, se había hecho ilusiones.

Pero luego Liam y Niall llegaron con ésta nueva noticia que volvió a llenar a su alfa de felicidad.

–Fue ahí que aunque me parecía imposible comencé a dudar y hacer mis propias teorías.– siguió después mirando a las puertas corredizas de daban al jardín luego volvió al alfa. –Jamás me vuelvas a ocultar algo, ni la más mínima cosa Harry.

El mencionado negó rápidamente con algunos de sus rizos moviendose.

–Nunca, te lo prometo.

Con otro suspiro, se dio la vuelta en camino hacia el jardín, pero se quedó quieto y en la misma posición, habló:

–¿Que apareció en las pruebas?

–Positivo, es 99.9% en coincidencia paternal.– informó Liam. Los tres alfas observaron al omega asentir.

–¿Desde cuándo lo sabes?– giró un poco hacia Harry.

Escuchó el suspiro de Liam a sus espaldas, seguro él ya sabía lo que se venía.

–Tres semanas.– respondió el alfa en voz baja.

El omega bufó. Dejó de ver a Harry un momento mientras se pasaba una mano por el cabello, segundos después volvió a mirar a su alfa.

–Ire por mi hija y me voy, estoy molesto con ustedes porque pude saberlo desde hace muchísimo tiempo y celebrarlo pero decidieron ocultarlo par de idiotas.– finalizó caminando al jardín.

Bueno, al final Liam tuvo razón.

                                ✧✧✧

Cuatro días habían pasado.

Cuatro días tormentosos donde, afortunadamente, Louis no ignoraba al alfa, solo permanecía molesto y lo manifestaba por medio de conversaciones cortas y menos afecto físico.

Y claro, al omega también le resultaba difícil seguir en su papel, muchas veces deseaba abrazarlo, besarlo o tan solo escucharlo por horas hablar de su día. Lo extrañaba tanto.

Pero su incomodidad era mayor, nunca le gustó que le mintieran u ocultaran cosas, Liam lo sabía y el hecho de haber aceptado no darle la noticia en el momento también le molestó, él recibía su propio castigo, sin ver a Aimée hasta que hiciera magia y desapareciera su furia. Al principio lo había aceptado sabiendo que eso era lo que se ganaba por hacer las cosas mal, pero desde esa mañana el omega no había dejado de recibir cientos de mensajes con repetidos "lo siento, déjame verla porfavor, no me puedes alejar tanto tiempo" "ella me extrañará, no puedes decirle que no a tu propia hija" "eres muy cruel" y un audio: "¡Yo te cuide mientras ella estaba dentro de ti, su primera palabra fue tío, me ama, nos necesitamos mutuamente, es injusto!"

Y podrían seguir pero ya no abrió el chat.

Por su parte, Harry tal vez la estaba pasando peor, igualmente había aceptado las consecuencias de su error, pero nunca creyó que durara tanto tiempo.

Intentó de varias formas disculparse, le llevo a casa un ramo enorme de flores que recolectó de su jardín con una nota disculpándose y diciéndole cuánto lo ama. Ese mismo día envío a su oficina un desayuno romantico con otra nota.

Luego, con ayuda de Aimée, le obsequió un juego precioso de brazaletes, eran de oro rosa y combinaban perfecto con su piel acaramelada. Le daba cartas escritas a mano acompañadas de una flor diferente con un bonito significado.

Sin embargo, Louis no cedió ni un poco, o bueno, supo que cada carta era guardada como si fuera un tesoro muy valioso, que las leía repetidas veces y que sus ojitos brillaban en cada una de ellas.

Aimée sería una buena espía. Muy profesional.

La que más se divertía, y la única al parecer, era Aimée, por supuesto.

Le encantaba ayudar a Harry con sus obsequios, además siempre recibía uno, desde pinturas, plantas, ropa, accesorios para su cabello, juguetes, etc. Era la más beneficiada. Además Harry le explicó que aún estaban en proceso de cortejo, señalando su brazalete y la delicada cadena que colgaba de su cuello con la inicial de su nombre. A ella le encantaba recibir esos regalos.

No sabía lo que ocurría entre su mami y Harry, solo que su mami estaba enojado con el alfa por hacer algo malo y él estaba tratando de que lo perdonara.

No le diría que lo escuchó hablar en voz "baja" una vez cuando preparaba la cena, olvidando que su pequeña hija se encontraba en el mismo sitio.

"Los alfas son tan idiotas, ahora recuerdo porqué nunca tuve uno, ese estúpido y precioso alfa que me tocó, no lo puedo creer ¿Cree que por ser absolutamente lindo lo voy a perdonar?... Maldita sea, lo extraño, pero es un bobo..."

Había sido más o menos así.

Pero las cosas iban a cambiar porque Harry ya tenía un plan, su omega iba a volver a sus brazos y entonces podría estar con él como debía ser.

Estaba saliendo de la oficina, despidiéndose de su jefe y de la recepcionista, tenía prisa por llegar a casa de Louis, con suerte, había leído su mensaje y con muchísima más, había seguido sus instrucciones.

Se había cambiado el traje por una camisa negra de botones, pantalón igualmente negro con rallas blancas y una chaqueta que rozaba lo formal en color gris oscuro. Hacia frío y seguramente más tarde hará más, pero si todo sale bien, regresará a casa con su omega y podria dormir con él esa noche y no en una solitaria y fría casa. No había nada mejor que eso

En exactamente trece minutos ya se estaba estacionamiento frente a la propiedad, salió y se arregló un poco el cabello, entró con sus llaves y cerró para dirigirse a buscar al amor de su vida.

Pero una pequeña cabecita castaña y despeinada captó su atención, ella estaba en uno de los sofás sumamente concentrada en lo que estaba haciendo. Quiso acercarse para saludarla pero al ver bajar a su omega de las escaleras tan hermoso como siempre hizo que olvidara un poco a su cachorrita.

–Mi amor.– saludó.– te ves precioso.– dijo en medio de un suspiro sin apartar la mirada.

–Lo sé.– finalmente terminó de bajar las escaleras, se detuvo unos segundos frente al alfa, lo miró y contuvo el impulso de morderse el labio, él también estaba guapísimo. Tan solo se giró para caminar hacia su hija.– Bebé, la abuela llegará en un momento, Harry y yo saldremos pero prometemos no tardar.

–Okay mami.– le lanzó un besito y volvió a la hoja que estaba pintando.

–¿No lo vas a saludar?– le preguntó en voz baja.

–¿Ah?.– miró detrás de su mami y se levantó saltando del sofá y corrió a los brazos de alfa.– ¡Hola, lo siento! Estoy dibujando.– le sonrió cuando el alfa la alzó en brazos.– no te vi.

–Esta bien florecita.– besó su mejilla.– ¿Es tarea?

–Nop, ya la hice.– señaló una hoja sobre la mesita en medio de la sala, había bolitas de papel de diferentes colores pegadas formando lo que parecia una mariposa.

Al rededor había más papel, una botella de pegamento líquido, colores, más hojas, bolitas de colores húmedas y tal vez dos bolsas de glitter sin abrir, suspiró de alivio por eso. El glitter podía ser algo desastroso.

–Se está secando..– informó.

–¿Lo hiciste sola?– ella asintió con entusiasmo y una hermosa sonrisa.– te quedó muy muy bonita, vas a ganar otra estrellita, ya lo verás.

Un rato después, cuando la madre de Louis había llegado, la pareja se retiró, prometiendo una vez más que no tardarían mucho.

El camino no fue incómodo pero si callado, no hablaron mucho, Louis preguntó a dónde se dirigían y Harry solo contestó que era una sorpresa.

Estaba impaciente y quería seguir preguntando pero se mantuvo en su posición.

Media hora después se estacionaban fuera de un recinto enorme, el alfa salió rápidamente para abrir la puerta de su omega, este le agradeció en voz baja al salir. Siguió al alfa a la par entrando al edificio.

–¿Qué es este lugar?– preguntó Louis.

–Es una galería, bueno adaptaron el espacio para hacerlo.– bajo su mano y la dejó en la espalda baja del contrario.– regularmente solo es un salón de eventos. Un amigo y más personas presentarán su arte.

Louis asintió observando el lugar. Era bonito, había ventanales muy grandes con cortinas satín color rosa palo y flores bordadas, también había mesitas con floreros enormes, un candelabro colgaba desde el techo de aspecto dorado y luces amarillas que le daban al entorno calidez.

Entonces sintió a Harry tomar su mano y llevarlo por otra puerta, todas las personas iban en esa dirección. Se dejó guiar hasta que vio un arco grande decorado con flores y tonos dorados, cerca de ahí había un grupo de personas que al parecer hablaban con un chico de vestimenta... Moderna. Las personas se retiraron y el chico volvió a poner atención a la entrada, sus ojos parecieron brillar al ver a su alfa.

–¡Harry! Por un momento creí que no vendrías, tardaste mucho.

El, ahora sabía, alfa, apretó a Harry en un fuerte abrazo con palmadas en el hombro. Ambos con sonrisas hermosas.

–Solo me demoré un poco.– retiró su mano de la de Louis y volvió a dejarla en su espalda baja.– Zayn, él es Louis, mi omega, amor él es un amigo de la universidad, Zayn.

–Mucho gusto, al fin tengo el placer de conocerte, empezaba a creer que eras producto de su imaginación pero Niall decía eras totalmente real.– se presentó en medio de una risita extendiendo su mano para saludarlo.

–Un gusto para mí también, aunque lamento no decir lo mismo, Harry no me habló de ti.

–Oh.– le resto importancia.– suelo desaparecer con regularidad, ni ellos se enteran de dónde me metí.– saludó a otras personas que entraban.– pero pasen ahora, les esperaba solo a ustedes para estar en paz, recorran todo el lugar, lamentablemente mi parte es de las últimas así que, lo bueno siempre llega al final, disfruten el recorrido. En un rato estoy con ustedes.– finalizó con una sonrisa amable.

–Gracias.– dijo Harry.

–Ah y ¿Louis?

–¿Sí?– volvió a mirarlo.

–Te espera una excelente noche.– guiño y siguió recibiendo a las personas.

El omega miró a Harry con duda, el alfa solo le sonrió y se encogió de hombros. Siguieron caminando, observaban desde cuadros hermosos a esculturas sumamente detalladas y perfectas. Habían fotografías también.

–Por la noche habrá una subasta, el motivo es para una fundación benéfica, la exposición beneficia a los artistas.– informó el alfa.– nosotros no podremos quedarnos a la noche si queremos llegar con Aimée así que si hay algo que te guste solo dímelo.

–¿Vendrás después?

–No será necesario, conozco a la mayoría de los artistas aquí.– finalizó con simplicidad.

El recorrido fue emocionante, cada pintura, fotografía o escultura tenía algo especial. Conforme caminaban Harry sentía la ansiedad recorrer su cuerpo, pero al ver a su omega sonreír calmaba sus nervios.

–Mira, esto es hermoso.– señaló una pintura del mar.– una vez le prometí a Aimée que la llevaría a conocer el mar.

–¿Lo hiciste?– él asintió.– podríamos ir cuando inicie la primavera, no podrá nadar si vamos ahora.– el omega rio, enseguida lo miró encontrando esa sonrisa preciosa con arruguitas a los costados de sus ojos.

–No sabe nadar, le da miedo hacerlo.

–Podemos enseñarle, no tendrá miedo si estamos ahí.

Louis podría olvidarse de todo y besarlo ahí mismo, no había hablado sobre Aimée abiertamente, aún estaba asimilando que Harry es en realidad su padre biológico, aunque le emocionaba mucho saberlo, no podría pedir a nadie mejor para una figura paterna.

–Ésta es la parte de Zayn.

Ambos observaron los cuadros exhibidos, pinturas hermosas, había retratos, paisajes, objetos, personas aleatorias, pinturas que parecían ser solo manchas de colores pero si mirabas con atención, se convertían en algo más. A Louis le encantaron todas.

Pronto llegaron al final.

Sus ojos no daban crédito a lo que veían.

Un cuadro enorme, era él, Aimée y Harry. Todo estaba perfectamente detallado y tan bien hecho que parecía haber posado personalmente, lo cierto es que no lo hizo.

La pintura era auténtica, hermosa, transmitía la felicidad de sus semblantes sonrientes.

El fondo era de un azul claro, con flores al rededor como si fuera un prado, Louis sentado con expresión relajada y feliz, su cabello parecía volar con el viento, vestía una camisa blanca con detalles verdes y azules. Harry a su lado de pie igualmente con una sonrisa y adorables hoyuelos, su camisa beige y líneas en café más oscuro. Finalmente, Aimée sentada a sus pies con un vestido amarillo y una sonrisa idéntica a la del alfa, sostenía una flor entre sus manitas.

Pronto sintió que unos brazos lo rodeaban.

–¿Te gusta?.– asintió sin poder emitir una palabra.– le pedí a Zayn que hiciera esto por mi como parte de nuestro cortejo. Refleja la hermosa familia que seremos en un futuro.– lo giró para estar de frente.– nunca volveré a ocultarte nada, si no es muy necesario.– aclaró.– se que no te gusta que te mientan y te pido perdón por eso una vez mas, las veces que sea necesario lo haré, tu...

–Te perdono alfa tonto.– interrumpió con una risita llorosa.

Su omega ahora lo abrazaba con efusividad, apretando su cuerpo y dejándolo inmovilizado. Suspiró de alivio y emoción, lo estrechó en sus brazos tanto como pudo.

Nunca se cansaría de esto, esperó por tanto tiempo tenerlo.

De tener una familia.

                                   ✧                                   

                                ✧✧✧

Esperen la siguiente parte ;)

Sin más:

All the love, Pau. Xx.

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