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14.

Voten y comenten mucho. Marquen las faltas de ortografía por fi. Les amo.

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Era un buen martes a mediados de noviembre por la mañana, hacía más o menos veinte minutos que había llegado a la oficina, aún no se podía permitir sentarse porque desde que puso un pie en su piso lo bombardearon personas de otros departamentos esperando su firma o cualquier otra cosa que implicara el propio.

El trabajo aún le desagradaba en momentos pero creía que había mejorado considerablemente, estaba en una de las etapas más calmadas cuando un nuevo producto era lanzado al mercado, había llevado meses poder tener esa tranquilidad.

Fue cuando por fin tomó asiento en su cómoda silla que el teléfono fijo en su escritorio comenzó a sonar. Suspiró y descolgó.

–¿Si?

Señor Styles, un alfa ha venido a buscarlo sin cita previa, el señor Liam Payne, dice que necesita hablar con usted urgentemente, ¿Lo dejo pasar?

–Si, que pase, gracias Allie.

No es nada, enseguida está con usted.

Frunció el ceño pensando que era lo que Liam necesitaba hablar con urgencia, no le había llamado para avisar y hacía al menos dos días que se habían visto por última vez.

Por eso cuando el alfa pasaba por la puerta con una expresión alarmada, tuvo el mismo sentimiento al pensar que algo podía pasar con su omega o con su cachorra. ¿Por qué Louis no lo llamó?

–Ya no puedo guardarlo más, ¿Sabes cuántas veces he estado a punto de decírselo? Y él ya sospecha que algo le estoy ocultando, en cualquier momento puede presionarme y no parará hasta saberlo, tú no sabes que tipo de métodos usa.– finalizó con un dedo inquisidor señalandolo.

–Liam...

–Tenemos que hacer algo Harry,– ahora más tranquilo se sentó en una silla.– y lo tenemos que hacer pronto, debemos decirle.

El alfa ojiverde suspiró, de nuevo, él sabía que ya era tiempo pero realmente lo había olvidado, aunque no por completo, Aimée ya era un recuerdo constante.

–Lo sé, hay que preparar algo, no podemos hacerlo así como así.

–¿Cómo vas con eso de pasar tiempo con ellos?– se recargó en el respaldo de la silla.

–Excelente, todo va de maravilla,– sonrió.– el cortejo va muy bien, Aimée me ha tomado más confianza y Lou es, simplemente perfecto, en todo sentido.

–Me alegra mucho todo eso, la verdad es que tengo muchas cosas que agradecerte.– confesó.

–¿A mí?– frunció el ceño con una sonrisa.– ¿Por qué?

–Bueno, lo principal sería por hacer felíz a Louis y a mí girasol, él pasó tanto tiempo sin ningún tipo de compañía, antes creía que podría terminar con muchas mascotas pero luego llegó Aimée, esa niña iluminó la vida de todos pero sin duda fue un tipo de salvación para Lou y... ahora estás tú.– ladeó la cabeza con una mirada calida.

–Yo... No se que decirte, en mi situación tal vez sería lo mismo, ellos me salvaron a mi.– le correspondió la sonrisa.

–Haces mucho por él, te lo aseguro.

Se vieron interrumpidos por suaves toques en la puerta, al dar una pequeña disculpa al alfa, Harry autorizó el pase, su secretaria entra enseguida con varias carpetas que le pide a su jefe firmar. Luego de hacer todo eso y pedirle amablemente un par de cafés, ella se retira.

–Entonces, hay más.

–¿Más?

–Si ustedes no se hubieran encontrado, yo no habría conocido a Niall, o al menos no ahora.– se encogió de hombros.– eventualmente lo haría pero gracias a ti y a Louis el proceso solo fue más rápido. Así que... Gracias.

Harry sonrió, antes, hacía algunos meses, Niall le había dicho lo mismo, agradeció su, en ese entonces, pequeño gusto por Louis porque por eso conoció "al alfa de su vida". Harry lo había llamado exagerado pero ahora cree firmemente que el destino estaba a favor de todos.

Y Liam tenía toda la razón, las personas destinadas a encontrarse lo harán aparentemente por casualidad, precisamente en el momento correcto, así que sí, eventualmente lo harían.

Todo era seguro, porque ambas parejas se pertenecían.

–Si estamos en eso, muchas gracias por hacer felíz a Niall, ni yo he podido lograr esa sonrisa estúpida en casi diez años de amistad.– ambos alfas rieron. Liam asintió.

–Retomando el tema, tenía pensado en hacer una cena o algo así para presentarle a Niall oficialmente, podemos aprovechar ese momento y así estamos todos. ¿Que dices?

–Me parece bien, no se molestará tanto en caso de que lo haga.– restó importancia.

–Oh, lo hará, créeme que lo hará.

                               ✧⁠✧✧

Buscar cosas en internet siempre era fácil cuando sabías exactamente qué buscar y dónde encontrarlo, pero para la mente de dos pequeños niños de apenas cuatro años, la tarea era un poco complicada.

Ellos llevaban un tiempo considerable en eso, sentados en la casita de campaña del pequeño Mateo, sumidos en la ardua búsqueda de Aimée, usaban la tableta de juegos del niño pero no encontraban nada, ya llevaban un rato en eso.

–Podemos decirle a mi mami que nos ayude Mi-mi.– sugirió el niño.

Ella suspiró derrotada, asintió levantándose y ayudando al pequeño omega a hacer lo mismo. Caminaron tomados de la mano y con cuidado bajaron las escaleras hasta llegar a la cocina donde se encontraba Lilian.

–¿Mami?– ella los miró rápidamente.

–Hola mis niños, ¿Ya tienen hambre?– se acercó a ellos con una sonrisa.

–No mami, necesitamos ayuda.

–Oh, ¿Que es lo que pasa?– echó un vistazo a la tablet en la mano izquierda de su hijo.

Mateo miró a Aimée esperando que ella explicara la situación, la alfita suspiró visiblemente derrotada, de nuevo.

–¿Puedes buscar aquí una flor?– pidió con pena, sus mejillas regordetas tintandose de rojo y agarrando la tablet de la mano de su amigo.

–¿Una flor?– la niña asintió.– Quieres decir, ¿En internet?– asintió de nuevo.– okay, ahí no se podrá bebé pero vengan, lo buscamos por acá.

Regresó a la estufa y después de mover con las cucharas, apagó las dos mechas que usaba. Fue con los cachorros a la sala, tomó asiento con un cachorro en cada lado, la omega en medio con su laptop en su regazo.

–Bueno, ¿Que flor quieres que busque Aimée?– tecleo un par de cosas hasta que la pantalla se iluminó en la página de búsqueda.

–Una flor de papá.– contestó mirando la pantalla esperando que Lilian buscará de inmediato. Sin embargo, ella no lo hizo.

–¿Una flor de papá?

–Si uhm... Mi mami dice que las flores tienen sigui... Sigfic...

–Significado.– completó por ella.

–¡Si, eso!– sonrió.

–Bien, entonces quieres una flor que signifique papá.– afirmó más que preguntar.

–Sip.

–Bien, veamos.– volvió a teclear un par de cosas hasta que en la pantalla aparecieron muchas letras y fotos de distintas flores.– Aimée, aquí dice que el lirio es una buena representación al amor paternal.– le resumió aún viendo la pantalla.

–¿Amor?

–Mhm.– asintió.– también los tulipanes rojos.

–¿Dojos? Los tuipanes son morados.– confundida.

–Pueden ser de muchos colores amor.– la miró.– hay rosas, amarillos, rojos, blancos, algunos tienen dos colores.

–Ohh.– se acercó más para poder mirar.– ¿Pero eso sinif, sing... Es papá?

–Así es, aunque es más como...

–Pero ¿Puede ser papá nuevo?– interrumpió la niña.

–¿Papá nuevo?– entenderla le estaba costando pero no podía quejarse cuando veía su carita en una mueca de concentración.

–Como... Cómo Amanda,– recordó .– ella tiene papás nuevos, no los de antes, nuevos, yo no tengo papá pero... pero puedo tener.– se explicó moviendo las manitas con nerviosismo.

Mateo por fin puso atención y su cara se contrajo confusa, él no sabía que Aimée sí podia tener papá. Lilian estaba sorprendida y la ternura tintaba en su rostro, ella sabía cómo fue concebida y ahora era extraño, a menos que hable del alfa con el que Louis empezó a salir.

–Un papá adoptivo, ¿Eso quieres decir amor?

–No, no.– suspiró frustrada.– un papá de verdad.– Lilian también suspiró y buscó rápidamente en la laptop.

–Entonces, aquí dice...

                               ✧⁠✧✧

Jugueteaba nervioso con su precioso collar de cortejo, hacía ya tres semanas que lo portaba y las cosas no podían ser mejor.

Aunque por el momento no sabía si sería otro día más de felicidad junto a su alfa o hasta ahí acabaría la alegría que llevaba consigo durante todos esos días. No sabía lo que podía pasar pero debía prepararse para todo.

Alfa y omega habían organizado una cena en casa del último, con el fin de que sus padres se conocieran y a la respectiva pareja de sus hijos.

Por supuesto, también a la pequeña hija del omega. Eso le ponía aún más nervioso.

Harry le había dicho miles de veces que no tenía que preocuparse, que sus padres no harían ninguna grosería, al contrario, estaban emocionados por conocerlos a ambos.

Por su parte, apenas y había hablado con su padre, Tom era un alfa difícil de convencer cuando algo le parecía mal, pero después de la amenaza que recibió de su esposa prometió comportarse adecuadamente y no hacer pasar un mal momento a su hijo frente a su pareja y suegros. Eso lo tenía más tranquilo, pero aún no podía asegurar nada.

Ahora, estaba en su habitación terminando de arreglarse después de haber arreglado a Aimée, quién acompañaba a Harry en la cocina mientras él cocinaba.

Sonrió ante el recuerdo de esa mañana, cuando al despertar, Aimée vio a Harry en el comedor y creyó que se había quedado a dormir, ella saltó de emoción pensando en que ya se había mudado y podría verlo todos los días. En realidad el alfa no se quedó pero llegó extremadamente temprano alegando que un día importante como ese debía prepararse con mucha antelación y cuidado para tener todo en orden.

Fue difícil convencerla de esa versión porque estaba muy feliz, así que al final le dijeron que si.

Ellos se acercaban cada día más, lo notaba, a veces le surgían algo de celos cuando su cachorra le arrebataba la atención de su alfa, pero al final cedía porque era tan lindo verlos juntos, convivir. Y porque se le hacía terrible sentirse de esa manera.

Cómo de igual manera sabía y sentía que su alfa y su mejor amigo le ocultaban algo pero no sabía que podía ser, era algo que lo tenía inquieto, más por el hecho de que Liam no había querido decirle nada por encima de la presión que le puso, nunca había fallado en eso. No había aplicado la misma presión en Harry pero poco le faltaba para hacerlo si seguían igual de misteriosos.

Y podía hacerlo con métodos distintos a los que usaba con Liam.

–¿Amor?– giró a la puerta encontrando a su alfa tan guapo como siempre con esa sonrisa extremadamente encantadora.– ya está todo listo.

–Ya terminé también.– se levantó de su silla para ir con él.– ¿Aimée?

–Esta comiendo lo que quedó de la crema.– rodeó la cintura del omega y lo acercó más.

–¿Qué? Eso no está bien alfa no ha comido aún y...

–Ya lo hizo,– picoteo sus labios.– no te preocupes, está bien alimentada.

–Mm, ahora no comerá con nosotros.– rodó los ojos.

–Tal vez, pero me dijo que tenía hambre, no pude hacer nada, me encantó con esa carita que pone.

–Te tiene atado.

–Completamente, no tienes una idea.

–¿Más que yo?– alzó una ceja.

–Mm,– fingió pensar, Louis abrió la boca indignado, rio bajito.– haría lo que sea por ambos, viviría de cualquier forma posible solo por ustedes, son mi vida entera.– soltó sin pensarlo mucho.

Dios, quería llorar.

¿Cómo diablos era su vida antes de Harry? No lo recordaba, no quería volver ahí de todos modos.

Más tarde cuando la alarma anunció la llegada de sus invitados, si, volvió a ponerse nervioso. Los primeros en llegar fueron sus padres pero apenas terminaron de aparcar, los padres de su alfa estaban entrando.

Su inquietud incremento al ver a las parejas bajar de sus autos. Hasta que los brazos de Harry le rodearon y le dejaba un beso en la sien. Inmediatamente se llenó del aroma delicioso de su alfa, trataba de calmarlo.

–Hay que salir a recibirlos y presentarlos.– bajó hasta su cuello y se hundió ahí.

–¿No podemos esperar a que entren y se presenten solos?– sintió una risita que le erizó la piel.

–Eso sería grosero amor.– le dejó un besito por la zona donde debería ir la marca.– vamos.

Un Louis medio atontado asintió y se dejó llevar hasta la puerta.

Al salir, ambos se dirigieron a sus padres para saludarlos y después, presentarlos entre sí, Sarah lo abrazó y le sonrió como si hubiera hecho un milagro, Miles también le saludó muy efusivo. Hasta que presentó a Harry, la tensión era palpable, pero Alice intento aligerar el ambiente alegando lo guapo que era el alfa de su hijo y lo felíz que estaba por su relación.

Se sintió herido cuando vió que Tom no lo estaba intentado y parecía más forzado por estar ahí. Él solo saludó a Harry y sus suegros con un apretón de manos y eso fue todo.

–¿No conoceremos a la pequeña hoy?– preguntó Sarah para aligerar el ambiente.

–Si claro, está adentro.– sonrió.– pasen y sientanse bienvenidos.

Bueno, igual no iba a dejar que la actitud de su padre arruinara su cena.

Las tres parejas entraron a la casa y se dirigieron al comedor, Louis se desvío en busca de su hija, llegó a su habitación justo para verla sentada en el suelo tratando de ponerse unos zapatos que no eran los que había escogido para ella anteriormente.

–Mi amor, ¿Que haces?

–Hola mami, cambio mis zapatos.– intentó abrocharlos de nuevo, suspiró al no poder de nuevo.– ¿Me ayudas?

–Claro, ¿Que pasa con los otros?

–Me molestaban.

–Mmm, listo.– la ayudo a levantarse.– ya llegaron los padres de Harry y los abuelos.

–¿Ya?– sonrió con emoción.– vamos mami, quiero ver.

Ambos bajaron hasta llegar al comedor, al entrar todas las miradas se dirigieron a ellos. Volvió a ponerse nervioso, aún más al escuchar el jadeó de Sarah, ella tenía una expresión sorprendida, sin embargo, sonreía y sus ojos se hicieron brillosos. ¿Eso era bueno?

–¡Hola!

Cómo la personalidad extrovertida y hermosa de Aimée dictaba, fue de uno en uno, primero con sus abuelos recibiendo abrazos y besos. Sin esperarlo se volvió tímida en una fracción de segundo cuando llegó con Harry y se escondió tras él, tomando su mano.

–Mamá, papá, ésta cachorrita hermosa es Aimée.– presentó Harry con orgullo.– alfa, ellos son mis padres, Sarah y Miles.

La omega sonrió enternecida al ver a la niña salir de su escondite y acercarse lentamente. Por Dios, era una mini copia de sus hijos, era casi igual a Gemma a su edad.

–Hola.

–Hola hermosa.– se agachó un poco.– oh, eres muchísimo más linda en persona.

La pequeña alfa sonrió, amaba que le dijeran lo bonita que era.

                                ✧⁠✧✧

–Salió bien.

–No salió bien Harry.

Al final, si le afectó la mala actitud de su padre, es que fue inevitable.

Ellos ya se habían marchado, era tarde, Aimée ya estaba durmiendo, había terminado cansada luego de jugar con Alice y Sarah. Al menos ella si la había pasado bien.

Y no era para más, Tom continúo con esa actitud indiferente, no era grosero ni nada por el estilo pero hasta Miles participaba en las pláticas, los padres de Harry y su madre congeniaron perfectamente y sabía que si Tom hubiera puesto al menos un poco de su parte, se llevaría aún mejor con Miles, eran bastante similares.

De igual manera todos notaron la tensión.

Ahora estaban ambos en la cocina terminando de dejar todo en orden, se sentía mal, no esperaba que la cena y el conocer a sus suegros terminaría así.

Harry suspiró y se acercó a su omega, le quitó la esponja y el plato de las manos, lo giró y acunó su rostro.

–Si lo es, todo salió muy bien.– su omega negó y se dejó caer en su pecho.

–No se porque actúa así, creí que al conocerte estaría bien pero me equivoqué.

–Ya– lo apretó.– habrá más oportunidades mi sol, tenemos toda una vida para que a tu papá le caiga bien.– lo escuchó reírse y levantar la cabeza.

–¿Toda una vida?

–Mhm.– observó sus preciosos ojos azules ahora brillosos.

Picoteo sus labios unos minutos, ambos perdidos el uno con el otro, respirando sus aromas, notando lo bien que combinaban.

–Alfa.– habló en medio beso.– ¿Puedes... Puedes quedarte a dormir?

Dios quiera que Louis no pueda sentir lo rápido que su corazón comenzó a latir con esa petición.

–Por supuesto que puedo.

Así que lo cargó haciendo que sus piernas le rodearan la cintura y en medio de risitas, salieron de la cocina en dirección a la habitación del omega, dejando olvidados los platos que aún faltaba lavar.

                                ✧⁠✧✧

Llevaba al menos tres días sin pisar su casa, eso debería preocuparle, debía revisar sus plantas, sin embargo, no quería abandonar la comodidad de estar en casa de Louis.

Compró tres trajes, ropa casual y zapatos nuevos para la oficina, todo por no irse.

Había quedado que esa noche volvería porque todo su jardín aún necesitaba atención, no se perdonaría al ver alguna de sus plantas en mal estado por su ausencia. Pero tal parece que el destino no quería que se alejara de su omega.

Apenas abrió la puerta se dio cuenta de la torrencial lluvia que azotaba la ciudad, era abismal. Louis lo llevó adentro de nuevo alegando que no saldría cuando el clima estaba de esa manera, no había forma de manejar así y no lo iba a dejar arriesgarse.

Además resultó que Niall se encontraba ahí, era el lugar más cerca al que pudo llegar cuando la tormenta comenzó, así que le pidió que chequeara sus plantas que permanecian dentro de la casa, su jardín ya no necesitaba demasiada atención pero si la lluvia no era gentil ésta vez, si tenía que preocuparse.

Eran al menos las dos de la mañana, despertó al sentir la garganta seca, revisó el buró en busca de un vaso de agua que sabía que Louis siempre dejaba ahí, el objeto si estaba en el lugar pero permanecía vacío. Bufó y sin muchos animos de mover al omega que se encontraba pegado a él, se removió con cuidado hasta salir de la calidez que le brindaba la cama.

Salió con cautela con una sonrisita en los labios al haber visto a Louis buscandolo aún sin despertar.

Ohh esos últimos días habían sido maravillosos.

Sin duda dormir en el mismo espacio que su omega era algo inigualable, ya no se imaginaba en una cama solo o en una casa donde su aroma fuera el único en el aire. Pero esa parte de su relación aún no estaba establecida así que tendría que regresar a su casa y seguir con su rutina hasta que hablaran de ello y llegaran a un acuerdo.

Ya iba de vuelta con un vaso lleno en la mano cuando sus ojos medio cerrados lograron ver una luz por el pasillo, luego el estridente trueno que resonó por toda la casa. Inmediatamente vio a la puerta cerrada que era la habitación de su cachorrita.

¿Estaría bien ir a verla?

Se mordió el labio pensando, aunque no mucho porque al segundo siguiente ya estaba frente a la puerta, el pasillo volvió a iluminarse y casi al instante se escuchó el trueno, seguido de un bajo lloriqueo.

Todos sus instintos se activaron, ni siquiera intento pensar o llamar a Louis, entró a la habitación ligeramente iluminada por una lamparita en forma de hongo a un lado de la cama de la niña. Observó el pequeño bulto sobre la cama, ella estaba debajo de las cobijas probablemente asustada porque seguía escuchando jadeos y lloriqueos.

–Cachorrita.– llamó en voz baja pero lo suficientemente fuerte para que Aimée le escuchara y se quitara las mantas de encima.

–¡Hady!– hizo un puchero poco visible.

–Oh mi amor, ¿Que pasa?– finalmente se acercó hasta sentarse en la cama y limpiar las mejillas de la niña.

Antes de que pudiera contestar, otro relámpago llegó haciendo que la pequeña alfa se estremeciera y viera con terror a su ventana, se acercó apresurada al regazo del alfa mayor, sintiéndose mejor y más segura en sus brazos.

–Ya veo.– la acurrucó más.– te asusta la tormenta.– besó su cabello.

–No me gusta.– dijo ella con vocecita apagada.

–Esta bien, no tienes porqué temer alfa, es solo lluvia.

–P-pero, está muy fuete.

–¿Sabes? Cuando yo era pequeño también me daba miedo, pero mi hermana me dijo que no debía temer porque la naturaleza es nuestra amiga y nos visita a su manera. Está es su forma de venir a visitarnos ésta vez. Si, es fuerte, pero nosotros también y así como ella nos respeta, debemos hacer lo mismo, nunca te hará daño si lo haces.– dejó otro beso en su cabecita.

Aimée levantó la mirada, viendo con sus ojitos brillosos al alfa más increíble que había conocido, volvió a sentirse calida, como un abrazo enorme a la lobita en su interior. Sonrió con una emoción inexplicable creciendo en su pecho.

–¿Entonces no es mal?

–No alfa.– removió algunos cabellos que se le habían pegado en las mejillas por las lágrimas.

–Pero aún es fuerte.

–Bueno, ¿Que dices si hoy duermes con mamá y conmigo?

Asintió efusivamente y se abrazó al cuello del mayor, quien tomó el peluche que Aimée abrazaba para después caminar a la habitación del omega, con ella en brazos.

Recordó las palabras de su mami: un padre será alguien que estará siempre para ti, que te va a amar, que se va a ganar tu cariño y sobre todo, que te va a respetar.

Una vez más, su lobita no se equivocó de desición.

Y Louis tampoco al elegir a un alfa que amaba a su hija tal como él, volviendo a dormir con una sonrisa al tener a su lado a sus dos personas favoritas en el mundo.

                               ✧✧✧

Hola hola, como están? Yo estoy muy feliz y emocionada porque se viene la siguiente etapa de la fic, igual de hermosa como va.

Díganme cuál fue su parte fav.

Tal vez hay cosas que les gustaría que aparecieran, como el proceso de cortejo, la convivencia con los abuelos, etc. Pero la vdd yo siento que eso sería mucho relleno y lo que quiero es poner todo al punto, no se preocupen habrá muchas cosas lindas.

De verdad espero que les esté gustando.

Sin más:

All the love, Pau. Xx.

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