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11.

Marquen las faltas de ortografía plis porqu cuando edite me estaba quedando dormida, disfruten su lectura<3.

Entró al hospital como de costumbre saludando a Mary quien estaba por irse ya que su turno nocturno había terminado. Tal vez se habría quedado un momento más a hablar con ella como era habitual pero tenía urgencia de llegar a su oficina.

Ginger, su secretaria, le había comentado que el sobre había llegado el día anterior justamente cuando él había salido. La curiosidad y la ansiedad le estaban matando.

Al llegar vio que su lugar aún estaba vacio pero no le dio importancia, se apresuró a abrir su oficina y al momento de entrar fue que lo vio, ese sobre amarillo en su escritorio.

Sintió una sensación rara por todo el cuerpo.

No era malo, pero fue como pudo interpretar sus nervios, como algo raro, cómo un escalofrío que le recorrió de punta a punta. No sabía que es lo que podía encontrar, su lado razonable le decía que solo eran disparates porque era algo imposible.

Pero luego estaba esa corazonada que le había hecho continuar con todo hasta ese punto.

Por Dios que era lo más tonto que había hecho a lo largo de su carrera como médico.

De igual manera estaba ahí, y sabía que había algo que tenía que descubrir, las corazonadas no se formaban a base de nada y aquí había mucho por debajo del tapete.

Dejó sus cosas sobre una silla y fue directo al sobre, al tomarlo sus manos hormiguearon, cuando lo abrió su corazón empezó a bombear más rápido de lo usual.

Así que extrajo la hoja, cerro los ojos al dar una prolongada respiración y entonces los abrió comenzando a leer.

–Buenos días, doctor Payne, lamento la...– Ginger entró en ese momento y observó al médico levantar la mirada con una expresión sumamente consternada.–¿Esta todo bien?

Se observaron unos segundos en silencio hasta que el alfa volvió la mirada a la hoja y después de leerla de nuevo, largó un suspiro.

–Buenos días, Ginger.– dejó la hoja en el escritorio.– ¿Puedes llamar a Niall por favor?

                             ✧✧✧

–Ginger me dijo que tenía que venir urgentemente y el que no contestes mis llamadas hizo que me estacionara muy mal.– cruzó los brazos.

Niall entro en su campo de visión como un ser celestial, él estaba tan impecable como siempre con su traje azul casi negro a medida, le sonrió a modo de disculpa, se levantó de su silla y rodeó el escritorio hasta llegar a su novio para así plantarle un beso.

–Lo siento, buenos días.

–Buenos días, ¿Cuál es esa urgencia?.– le acomodó un poco la bata.

El alfa ojimiel suspiró y lo llevo a las sillas que se encontraban ahí, ambos tomaron asiento. Le sostuvo las manos a Niall y se preparo para explicarle lo que sucedía y el motivo de su visita.

Pero no pudo decirle.

Nada salió de su boca y fue porque no sabía cómo.

¿Cómo encontrar las palabras correctas? Es que no era nada fácil.

–No se cómo decírtelo.– admitió.

–¿Que cosa?– entrecerró los ojos– ¿Terminarás conmigo?

–¿Que? Por Dios no, nada de eso.– se escandalizó.– primero que nada, no te vayas a enojar conmigo por no decírtelo antes, te juro que lo iba a hacer pero no encontraba el momento.

–No lo sé, ¿Que es?

–Prometelo.– presionó.

–Bien, bien– rodo los ojos.– habla.

Así que con un suspiro fue que comenzó.

–Esto es algo muy loco y puede que pienses que es una tontería– lo observó unos segundos para después bajar la mirada a sus manos unidas.– tengo un tiempo pensando en que Aimée y Harry pueden relacionarse, su parecido no es normal porque ellos no deberían tener lazos sanguíneos.

–También había pensado en eso, pero tienes razón, es ilógico– rio despacio pero en seguida guardo silencio al ver su expresión.– ¿Lo es verdad?

–Hace unos días cuando estuvimos en tu casa, tomé algunos cabellos de Harry. Ya se que estuvo mal y que debí decirte pero queria estar seguro de que solo era una paranoia mía.– soltó rápidamente.

–¿Paranoia? No te entiendo.

–Tambien tomé algunos de Aimée, mandé a hacer análisis y estos son los resultados.

Niall vio a su novio tomar unos papeles del escritorio, esos papeles que ignoró por completo y que ahora, por lo poco que estaba comprendiendo, hicieron que sus manos comenzaran a temblar.

–Mira, ahí.– le indicó facilitando la búsqueda.

No era mucho lo que tenía que leer para entender, pero si era mucho que asimilar cuando termino de hacerlo.

–Entonces, entonces esto...– balbuceo sin dejar de mirar la hoja.

–Amor, tenemos que hablar con Harry.

Al fin miró a Liam y aunque estaba completamente aturdido por la nueva noticia, asintió.

Después de todo, los instintos de su amigo no estaban tan dañados como pensó.

                               ✧✧

En el mundo de las plantas, los árboles, los insectos, la flora y fauna que habitaba en su propia casa, estaba esa paz y tranquilidad que algunas veces le agobiaba.

Y es que ama su casa, cada flor que florecía en las mañanas o en las noches, el aroma que desprendían, la tierra con la que mancha sus manos, los colores hermosos que las caracterizan e incluso las hojas y pétalos marchitos que yacen en el suelo, son su más grande éxito.

Porque ha cuidado de ellas, las ha cultivado y las ha visto crecer día con día, les ha llenado de amor.

Estar en casa es estar con sus flores, adentro y afuera.

Es estar consigo mismo.

Y a pesar del amor y pasión que les tiene a sus hermosas compañeras, se sentía solo.

Porque solo era su voz lo que escuchaba cuando les habla, solo son sus pasos. Y de vez en cuando la televisión.

Así que, ¿Cómo podrá decirle adiós a esas personas que están llenando su casa de vida?

O mejor aún, ¿Cómo es que se acostumbró a sus presencias en tan solo unas horas?

¿Que hará cuando tengan que irse?

Habían planeado un día hermoso en el parque, como la primera vez que fueron pero ahora sin picnic. Sin embargo, a la escasa media hora de su llegada las nubes comenzaron a juntarse y oscurecer el entorno, casi al tiempo llegó la lluvia y ellos al auto.

Aimée se había negado a qué el bonito día terminará ahí, y como días antes, le pidió a Harry visitar su casa. El alfa le había hablado sobre su morada y sobre el bonito jardín lleno de distintas flores que poseía. Después de rogarle a Louis y hacerle esa carita con la que no podía negarle nada, accedió a ir, de igual manera estaban cerca y conducir a su casa sería peligroso ya que era un poco más retirado.

Por lo que ahora se encontraban ahí, el alfa se encargaba de preparar una merienda sencilla mientras Louis y Aimée visitaban el jardín. Claro, lo que estaba techado para que no se pudieran mojar.

–¡Mami es tan bonito!

–Si amor, lo es.– acarició su cabello.

–Quiedo uno así.– se giró para verlo.– ¿Mami puedo tener un jardín así? El nuesto solo es verde.

–No lo sé, después vemos ¿Si?

–¿Po' qué no ahora?

–Porque ahora no estamos en casa bebé.– dejó un toquesito sobre la punta de su naricita.

–Oh, bueno.– miró de nuevo el jardín tratando de memorizar su apariencia.

Ella quería uno idéntico al de Harry pero en su casa.

–Aimée, no vayas a ir más allá, aún llueve y no te puedes mojar o vas a enfermar como la última vez.– advirtió– vuelvo en un momento, iré ver si Harry necesita ayuda.

–Si mami, no me muevo.– sonrió.

–Bien, amor.

Se adentró a la casa rumbo a la cocina, se sentía un poco mal por no ayudar pero el propio Harry no lo había aceptado, pero no le dijo que no podía estar con él mientras lo hace.

Al llegar lo vislumbró de espaldas, con las mangas de su camisa a medio doblar, moviéndose tan libremente de un lado a otro, era una perfecta vista de su espalda cuando movía los brazos.

Era un hombre guapo, eso lo tenía muy claro y el hecho de que todo le quedara perfectamente bien y lo que sea que hiciera lo hacía ver tan atractivo; no ayudaba a sus fantasías.

Debería ser pecado verse así de bien picando frutas.

Pero ahí estaba Harry, siendo horriblemente atractivo.

–Hola, Louis.– sintió un escalofrío recorrerle.

¿Era necesario decir de esa manera su nombre?

–Uhm, hola.

–¿Todo bien?

¿Y como se había dado cuenta de su presencia si ni siquiera había volteado?

–Si, todo bien.

El mayor se giró unos segundos para verlo y le sonrió.

–¿Dónde está Aimée?

¿Por qué su sonrisa debía ser tan bonita?

–Eh, se quedó afuera.– respiró hondo.– yo vine a ver si necesitabas ayuda.

–Pues.– terminó de picar la manzana.– ya acabé así que no te preocupes.– le sonrió de nuevo.

–Oh, está bien.– lo observó servir la fruta en los contenedores correspondientes y verter la crema encima para después girar a verlo.

–¿Seguro que estás bien? Estás rojo.

Y por si no era suficiente, sintió su cara aún más caliente de lo que ya imaginaba.

–Uhm...

–Puedo prender la calefacción si gustas, lo mantengo así para que las flores no se marchiten en poco tiempo.– se acercó un poco.– no hay problema en cambiarlo.

¿Por qué tenía que ser así?

–No, así está perfecto, no es necesario.– le obsequió una pequeña sonrisa acercándose inconcientemente.

–¿Seguro?

–Si.

Ambos se miraron, seguros de lo que sentían por el otro, pisaban la misma línea pero aún no se descifraban.

Louis sabía que Harry se moría por él, Harry sabía que le encantaba Louis, eran el uno para el otro y necesitaban hablar urgentemente sobre sus sentimientos para así, dar el siguiente paso.

Ese había sido el plan del alfa todo ese tiempo que estuvo solo en la cocina, que debía encontrar un momento para hablar con Louis y este era el momento más indicado.

Pero por supuesto que de su boca no salió más que su respiración, no contaba con que tener a Louis a escasos centímetros iba a idiotizarlo de esa manera.

Solo se acercaban poquito más, ambos estaban en ese bucle de sensaciones.

Era hora de hacerlo o no habría otro momento mejor que ese. Respiró hondo y repasó en su mente todo lo que planeó con anterioridad.

–Tengo que decirte algo.

–Yo también.– contestó enseguida.

–Bien, primero tú.– lo tomó de la mano para caminar al comedor y sentarse.

¿Cobarde? No, precavido.

Harry le ayudo con la silla para después sentarse a su lado, echó un vistazo a dónde estaba su hija y vio su vestido verde, estaba bien y lo suficientemente lejos para no distraerse con lo que diría.

Lo había decidido en ese momento y aún dependiendo de lo que el alfa quiera decirle, por lo menos sabrá lo que siente por él.

–Harry, antes que nada quiero decirte que no tienes la obligación de permanecer con nosotros si no lo deseas, de la manera que sea.– inhaló hondo.– Aimée se ha encariñado muchísimo contigo a lo largo de estos meses y... Yo no quisiera que mi hija sufriera si algún día tu eh,  decides alejarte de nosotros, no me gustaría verla triste y se que debí hacer esto hace mucho tiempo cuando ella comenzó a preguntarme cuando te veríamos de nuevo pero entonces... Entonces yo también empecé a extrañarte y a querer estar contigo, así que ahora te lo digo, me gustas muchísimo pero si no correspondes está bien solo...

Su discurso fue interrumpido cuando un par de manos envolvieron sus mejillas con la inminente llegada de unos labios chocando con los suyos.

Harry lo besó.

Harry lo estaba besando.

Ambos se besaban.

Una oleada de sensaciones los invadió.

El mundo a su alrededor desapareció, solo existían ellos dos, perdidos en ese momento de pura conexión y pasión. El beso se prolongó, y cada segundo fue como una eternidad de felicidad.

Finalmente, se separaron, jadeantes y sonrientes. Sus miradas se encontraron de nuevo, y supieron que ese beso había cambiado todo entre ellos. Tenían mucho por hablar, sin embargo Harry tenía que aclararse, así que lo hizo.

–Tú también me gustas, más de lo que podrías imaginarte, no tienes que preocuparte por nada porque no me iré a ningún lado.– sonrió.– Aimée es una niña maravillosa y no podría dejarla aunque quisiera, me tiene totalmente flechado y tú... Eres la persona más hermosa e increíble que he tenido el privilegio de conocer. No se librarán tan fácil de mí, Louis.

El omega volvió a besarlo, no podía creer lo que pasaba. Tantos meses, literalmente, soñando con ese momento y al fin estaba sucediendo.

El beso fue suave y delicado al principio, pero pronto se intensificó, llenándolos de pasión y deseo.

Sintió su lengua explorar su boca, y su propia lengua respondió con igual intensidad. Sus labios se movían al unísono, como si estuvieran bailando un ritmo solo conocido por ellos dos.

Pronto se separaron al escuchar a la pequeña alfa llamar a Louis y sus pasos acercándose rápidamente, ambos se sonrieron y se alejaron un poco.

–Hablaremos luego.– advirtió el omega y cuando el alfa asintió, giró para recibir a su hija.

–¡Mami enconté una rana, ven a verla!

                               ✧✧✧

Despertó por el tono de una llamada entrante a su celular, lo dejó pasar porque era domingo y era muy temprano para atender asuntos de trabajo.

Y porque esperaba volver al hermoso sueño que estaba teniendo donde el protagonista era un precioso omega de ojos azules.

Volvió a ponerse cómodo cuando el timbre dejo de sonar.

Esperen ¿El timbre?

Se sentó rápidamente cuando lo siguiente que escucho fue el timbre no parar de sonar, para después escuchar como abrían su puerta.

–¡Harry! ¡Despierta, tienes visita!

Por supuesto tenía que ser Niall.

Se fue de espaldas y suspiró pasando las manos por su rostro. Lo iba a asesinar, ¿Cómo podía estar despierto tan temprano un maldito domingo?

–Debemos que hablar urgente contigo, baja rápido.– lo escuchó cerca.

Peor aún, interrumpió su fantástico sueño y no lo dejó continuarlo, le quitará las llaves de su casa y que entrara por una maldita ventana si le urgía mucho...

–Harry.– tocó su puerta.– tenemos algo importante que decirte.

Se quejó y rodó sobre la cama alcanzando su celular, por supuesto que iba a matarlo.

–Voy a entrar.– avisó, al instante en qué abrío la puerta una almohada impactó contra su cara.

–Largate Horan, son las malditas ocho de la mañana.– dijo por debajo de sus sábanas.

–No voy a irme, tenemos que hablar, Liam está abajo y tú vas a salir de esa cama e irás a recibir a mi novio con una sonrisa porque se siente mal por haber llegado sin avisar.– sostuvo la almohada debajo del brazo.

–Pues tiene razón, ¿Cómo llegas así?– se quejó.

–Te llamé.

–Si, dos minutos antes de entrar.

–Vamos Harry, no estaría aquí de no ser importante.

Escuchó a su amigo suspirar, luego lo observó moverse en la cama hasta quedar boca arriba, se miraron por unos segundos hasta que el ojiverde volvió a suspirar.

–Mas te vale que sea extremadamente importante, bajo en diez minutos.

Niall asintió y salió de la habitación cerrando la puerta, se levantó hasta quedar sentado y desbloqueo su celular. Sonrió al ver un par de mensajes de Louis; los buenos días y un cumplido a su casa. Algo simple pero que le hizo sentir esas ya conocidas mariposas.

Salió de la cama estirando sus extremidades haciendo tronar algunos huesos, ya no estaba en edad flexible. En realidad nunca lo estuvo.

Al final no fueron diez minutos, fueron al menos veinte pero no lo podían culpar, tenía que verse presentable, no como si no hubiera dormido en tres días.

Bajaba por las escaleras con una sonrisa estúpida y el celular en sus manos, Louis invadia su barra de notificaciones, pronto se dedicó a contestar y descubrió que la mitad de esos mensajes no eran del omega, eran de Aimée.

Contestó lo más que pudo mientras se dirigía a su cocina donde podía escuchar las voces de su mejor amigo y su novio.

Entró al lugar y dos pares de ojos lo miraron.

–Hola, buenos días.– tomo asiento en una silla de la barra.

–Buenos días.– saludo el alfa ojimiel.– lamento haber llegado así y despertarte.

–No te preocupes, suele hacer esto más seguido de lo que crees.– señaló a su amigo quien enseguida le colocó un plato con el almuerzo.– al menos esto es lo único bueno.

–Te servirá en un rato, puede que del impacto te sientas mal. Te hago un favor.– se encogió de hombros.

–Pues te agradezco.

–Igual te pido disculpas, le dije que podíamos venir más tarde pero no me hizo caso.– tomó asiento frente a Harry.

–De verdad, no pasa nada Liam, eres bienvenido en mi casa siempre que quieras.– los observó, ellos estaban ahí frente a él, solo mirándolo.– ¿Ustedes no comerán?

–No, ya lo hicimos.– contestó Horan.

–Bueno.– tomó un poco del jugo que Niall le había dejado.– ¿De que quieren hablar?

La pareja compartió miradas por unos segundos y después volvieron a verlo a él.

–No es fácil de digerir lo que te vamos a decir, aunque tal vez no sea de mucho impacto por lo que has sentido los últimos meses.– comenzó Liam.– pero debes ser consciente y cualquier duda que tengas te la responderé.

–Muy bien.– contestó con confusión mirando a su amigo que se mordía las uñas.– ¿Se van a casar?

La expresión de los alfas cambió, a Liam casi se le salen los ojos y Niall quedó con la boca abierta.

–No.– contestó Niall aún consternado.– no, no, no... Aún no.– miró de reojo a su novio, se fijo en como se sonrojaba. Harry solo rió y comió otro bocado.

–Si no es eso, ¿Entonces qué?– esperó la respuesta mientras tomaba lo último de su jugo.

–Bien, ¿Sabías que Aimée es producto de una inseminación?

Wow, empezaron fuerte.

–¿Que?– dijo con dificultad.

–Como lo oyes, ¿Y sabes? casualmente el esperma que se utilizó fue enviado de la misma clínica en la que ustedes donaron hace años. Para ese momento mi secretaria fue quien se encargó de hacer todo ese proceso con la clínica ya que yo atendía otros motivos de salud de Louis.– miró a su novio.– Niall también me comentó sobre los instintos que Aimée despertó en ti y déjame decirte que tú lobo tiene todos los motivos de reclamarla como su hija.

¿Pero qué diablos?

–No entiendo, ¿Que quieres decir?– para ese punto su almuerzo fue completamente olvidado. Trataba de procesar toda la información que le proporcionaron hacia tres segundos.

–Harry, ¿No te han comparado con ella? ¿Nadie te ha dicho que tienen cierto parecido?– se acercó a la barra viendo al alfa procesar.

–Si, me lo han dicho pero eso no tiene ningún sentido, no...

–¿No lo tiene Harry?– le cuestionó el ojiazul.– la niña es idéntica a ti, bueno, es una perfecta mezcla tuya y de Louis.

–Eso no quiere decir nada, que tenga hoyuelos no quiere decir...

–Yo también noté ese parecido pero creí que era porque los niños tienden a cambiar de personalidad innumerables veces por diferentes personas y en todo caso por personajes.– le hizo una seña a su novio y este salió de la cocina.– luego Louis me dijo que ella tuvo una conexión instantánea contigo y estoy seguro de que tú también, de igual manera lo descarté todo porque era imposible, después Niall me contó sobre su donación y ahí me tomé el tiempo de investigar ¿No te parece mucha coincidencia que el esperma que se utilizó saliera de la misma clínica en qué donaron? Porque lo es, a partir de eso y por el espeluznante parecido que tienen, me tomé el atrevimiento de hacerles una prueba de ADN, para salir de dudas.

El alfa ojiazul llegó con una carpeta que le entregó a su novio, para ese momento Harry creía que el corazón se le iba a salir de lo fuerte que le martilleaba en el pecho. Era mucho que analizar y estaba entendiendo a medias, en cualquier momento iba a empezar a temblar.

–Estos son los resultados de los análisis.– le dio la carpeta a Harry.

Resultados:

Coincidencias de ADN:

- 50% de coincidencia en cromosomas autosómicos
- 100% de coincidencia en cromosoma Y (paterno)

Análisis de parentesco:

- Probabilidad de paternidad: 99.99%
- Relación genética: Padre-Hija

Detalles del análisis:

- Se analizaron 24 marcadores genéticos
- Se encontraron 22 coincidencias exactas entre Harry Edward Styles y Aimée Tomlinson Lewis.
- Se encontraron 2 coincidencias parciales

Definitivamente estaba temblando y probablemente pálido por las repentinas náuseas que le invadieron.

                              ✧✧✧

Hola bellezas<3

Estamos aquí a un año después de muchas altas y bajas, se que les debo una disculpa pq gracias a ustedes mi historia fue posible.

En este tiempo me pasaron muchas cosas, me enamoré, termine con él y sin embargo lo que más me afectó fue mudarme de país, pero aquí estamos de vuelta y con toda la actitud.

Les amo y les digo, que lo mejor está por venir 🫂.

Sin más:

All the love, Pau. Xx.

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