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1.

Voten y comenten mucho. Marquen faltas de ortografía por favor:)

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Se encontraba sentado en la, ahora, incómoda silla de su oficina, detrás de su escritorio donde descansaban un montón de papeles. Se removía varias veces pero en ninguna ocasión lograba sentirse cómodo.

Su omega gimoteaba y eso le causaba dolor de cabeza.

Se tocó la cien con la yema de los dedos, masajeando, tratando de mitigar el dolor. Pero no sirvió, era como si estuvieran construyendo algo dentro de su cabeza y dejarán caer los ladrillos.

Estaba por llamar a su asistente para pedirle una pastilla pero tres toques en la puerta lo interrumpieron.

-Pase.

Al abrirse, la silueta de su asistente apareció frente a él.

-Señor Tomlinson, aquí están los contratos que me pidió.- le informó con voz suave.- Y venía a avisarle que en media hora empezará la reunión con los...

-¿Reunión?- preguntó confuso.

-Si, señor. Tiene una reunión programada desde la semana pasada con los representantes de la empresa de...

El timbre de un celular fue lo que interrumpió al chico, Louis le lanzó una mirada de disculpa para después abrir un cajón de su escritorio y sacar su celular. Era su mamá.

-Daniel, ¿Puedes salir un momento?

-Claro, recuerde que la reunión es en veinte minutos.- sin más, salió.

El Omega suspiró y contestó.

-Hola, mamá.

-Hola, amor. ¿Estás bien? Presiento que no.

-Uhm.- miró a la puerta pensando que responderle a su progenitora que, por alguna razón, siempre sabía cuándo algo estaba mal con él.- Si, todo bien, solo es un poquito de estrés.

-Por supuesto, siempre estás trabajando.- ella se quejó.- Pero sé que no es todo.

-No hay nada más, te lo aseguro.

-Iré a visitarte y no me harás cambiar de opinión.

Dos horas y media después entraba a su oficina y tomaba asiento en el pequeño sillón que había ahí, se frotó la cien sintiendo su cabeza palpitar y su cuerpo doler en cada rincón de éste. Realmente trató de poner toda su atención en la reunión pero no fue nada seguro, así que agregó a Daniel para no perderse de nada importante después.

No comprendía que pasaba, su cabeza nunca había dolido tanto al punto que la luz le era insoportable. La puerta fue tocada causandole una mueca cuando el golpeteo le hizo doler el cerebro.

-Entra.- ordenó.

-Señor.- Daniel se asomó tímidamente hasta entrar por completo pero quedándose en la puerta.- Le traigo los apuntes de la reunión, el señor Sweat pidió otra reunión y la agende para el próximo mar... ¿Se encuentra bien?- levantó la mirada de su agenda al escuchar un jadeo por parte de su jefe.

-Llama a Liam, rápido.

El chico asintió y se acercó al escritorio para tomar el teléfono y marcar a uno de los números de emergencia del castaño en casos... Críticos, como éste.

Tras una pequeña conversación con el alfa, se giró para observar el estado de su jefe, sus ojos se abrieron en grande al notarlo con los ojos cerrados completamente desplomado sobre el sofá, le dijo a Liam que esperara y se acercó a Louis.

Lo movió un poco esperando alguna reacción que indicará que seguía consiente, lo movió un par de veces más, con su corazón latiendo a mil. Corrió de vuelta al teléfono informándole a Liam, quien le comentó que ya estaba cerca de la empresa de su amigo.

Daniel entró en pánico, nunca en todos los años que llevaba trabajando para el señor Tomlinson, pasó algo igual. Siempre lo había visto tan vivo y energético, pero últimamente estaba de mal humor, le pedía constantes analgésicos para el dolor y una vez llegó a faltar a un día de trabajo. Él jamás había faltado al trabajo.

Así que le preocupaba demasiado su jefe, lo había visto enfermo una vez, pero solo había sido gripe y las indicaciones de reposo se las había pasado por el arco del triunfo. Esperaba que no fuera nada grave o se pondría a llorar en el suelo como un niño al que le quitaron su dulce.

Por qué Louis siempre fue un excelente jefe, nadie tenía una sola queja de él, con una energía y alegría que te contagiaba al segundo, una seguridad envidiable y mucha amabilidad de por medio, era imposible no amarlo o tenerle algún tipo de afecto.

Pero si algo sucedía con él ahora, la empresa entera se iría abajo.

La puerta fue abierta de golpe y un aroma intenso a romero se coló por toda la habitación.

-S-señor Payne.

-¿Qué le sucedió?- exigió acercándose rápidamente a Louis.

-No lo sé, e-esta mañana estaba bien, incluso llegó de buen humor pero al medio día me pidió analgésicos y horas después parecía que el dolor había empeorado y al salir de la reunión solo vino aquí y me dijo que lo llamara, luego se desmayó.- explico rápidamente con el pulso acelerado.

-Tiene el cuerpo hirviendo.- murmuró él alfa. Después de revisarlo mínimamente, tomó al castaño en brazos y se volteó hacia el otro Omega que temblaba.- Si tiene reuniones, las cancelas. Puedes irte a casa Daniel.

El último asintió no muy convencido.-¿No puedo ir con usted?

-Si eso quieres.- se encogió de hombros para luego encaminarse a la puerta. El asistente se apresuró a abrir la puerta.- Gracias, ¿Puedes traer sus cosas?

-Claro.- de forma rápida tomó las pertenencias de su jefe, salió de la oficina cerrandola con llave, fue a agarrar sus propias cosas y seguir al alfa que se paseaba con el jefe en brazos.

Todas las miradas estaban sobre ellos, hubieron jadeos de sorpresa y cuchicheos por todas partes. Pero ambos ignoraron todo por completo y entraron en el elevador.

                              •°•°•

En el momento que Louis despertó, el primer sentido que se activó fue el de la vista, sus ojos tardaron en enfocar un techo blanco, liso, parpadeó un par de veces para que la visión borrosa de dispara.

Escuchó un pitido y enseguida de ese otro y otro más hasta volverse una sucesión de un sonido molesto que lo irritó. Se movió un poco sintiendo el cuerpo entumecido y al instante sintió un piquete en su mano izquierda, levantó la mano y observó la intravenosa pegada al dorso de ésta. La miro varios segundos tratando de descifrar que era lo que pasaba.

Observó al rededor y fue ahí que se dio cuánta que se encontraba en una cama de hospital. Frunció el ceño y separó los labios para llamar a alguien, pero se dio cuenta que su garganta estaba tan seca que siquiera le salía la voz.

Afortunadamente alguien entró, era una enfermera, en sus manos sostenía una tabla con papeles, no despegaba la vista de ésta que no se dio cuenta de que el castaño la observaba. Ella rodeó la cama hasta llegar al monitor de pulso y revisó en ese lugar cualquier cosa que Louis no comprendía, así que hizo un sonido con la garganta para hacerse notar.

La chica salto en su lugar mirándolo de inmediato, se llevó una mano al pecho con una sonrisa.

-Chico, me asustaste. Pero es increíble que despertaras al fin, el doctor Payne vendrá en unos minutos, su hora de comida está por terminar, solo venía a checar que todo esté en orden.- anotó algunas cosas en los papeles y luego lo miró con una sonrisa amable.- Te traeré agua, debes estar sediento, también debes tomar unas pastillas, voy a traerlas. Ya vengo.

Salió de la habitación.

Louis se quedó mirando la puerta por dónde había salido la chica que al parecer era beta o tenía la nariz tapada y no podía oler su aroma. Luego cerró los ojos pensando que era lo que lo había llevado hasta ese lugar y cuánto tiempo había estado así.

A su mente llegó el recuerdo de llegar a la oficina un miércoles y luego una reunión el mismo día, luego una conversación de su madre y se preocupó.

¿Ella sabría que está en un hospital? ¿Estaría preocupada? ¿Asustada?

Alice siempre había sido de esas madres que si su cachorro se lastimaba una rodilla jugando, entraba en pánico. También tenía este raro "sexto sentido de madre" dónde sabía si la está pasando mal, por lo que tal vez si este muy enterada. Pero le sorprendía no verla a su lado con lágrimas en los ojos por su cachorro lastimado.

El olor a romero con licor lo hizo abrir los ojos y observar a Liam a su lado a punto de tocarle la frente. Este alejo su mano rápidamente y lo miró con los ojos abiertos en grande.

-Mierda, ¿Que... pensé que estabas dormido.- habló para después tomar una jarra con agua y un vaso transparente de plástico, lo llenó con el agua y volvió a dejar todo en la mesita para ayudarlo a recostarse.

Le acercó el vaso y el omega tomó hasta terminarlo.

-Más.- habló con voz ligeramente ronca, el ojimiel volvió a llenar el vaso y le entregó una cápsula.- ¿Por qué me das un inhibidor?

-Ayudará a tu omega a calmarse.

-¿Mi omega? ¿Qué es lo que le pasa?- tomó la cápsula con ayuda del agua.

-No estoy muy seguro, por ahora solo tengo mis teorías pero no me puedo basar en eso, hablé con un colega y te haremos algunos análisis, si estás de acuerdo.- miró a su mejor amigo.

-Si, está bien. Confío en ti, Li.- le entregó el vaso.- ¿Y sabes que fue lo que me pasó?

-Tu omega colapsó, ha estado sufriendo mucho. Aún no sabemos el por qué, pero para eso son los análisis, Alice dice que es por que trabajas mucho y no te cuidas.- soltó una risita.

-Mamá siempre dirá eso.- giró los ojos.- Pero si me cuido, Liam, tú lo sabes, trabajo ocho horas al día, duermo otras ocho y mi dieta es perfecta.- se dejó caer a la cama.

-Pero esos son hábitos que te hacen bien a ti, no a tu Omega. Tu lobo es diferente a tu lado humano, tienen distintas necesidades. Se supone que en secundaria te enseñan a controlar eso.- dijo en tono burlón.

- La clase de anatomía no me interesaba mucho ¿Sabes? Para eso te tengo a ti, eres doctor.- explico obvio.

-Y en todos mis años de profesión, nunca has hecho una sola pregunta informativa. Por eso estás aquí.- agarró una mejilla de Louis entre sus dedos y la apretó, el omega se quejó.

-¿No puedes quitarme esto?- levantó su mano a la que tenía pegado el catéter.

-No, te lo quitaré mañana o pasado probablemente.

-¿Mañana? ¿Cuánto me quedaré aquí? Tengo que trabajar, Liam.- exigió.

-Cuando estés estable te podrás ir, aún estás débil, no lo sientes por el sedante pero cuando eso deje hacer efecto tu cuerpo comenzará a doler. Y no te preocupes, dejé a Daniel a cargo.- explicó con tranquilidad.

-Pobre, él hace casi todo el trabajo.

-Ojalá un día de estos te demande por explotación y abuso de poder.

-Yo no lo deje a cargo de una empresa, tu sí, compartiremos demandas.

                               •°•°•

Al día siguiente Alice apareció con los ojos cristalizados y Tom tomando su mano.

Al instante le llovieron besos, preguntas, un par de gritos, más besos y regaños, su padre solo observaba, había preguntado si aún se sentía mal y con una respuesta negativa se quedó tranquilo. Cosa que su linda esposa no parecía conocer.

Pero la hora de las visitas pasó rápidamente y se preparó para los estudios que necesitaban realizarse.

Le sacaron algunas muestras de sangre, realizaron un chequeo general especializado en detectar anomalías en los omegas, eran simples ejercicios para encontrar una reacción negativa y tratar contra ella.

Liam tenia que atender a otros pacientes por lo que no pudo estar tanto tiempo con él, no desconfiaba del doctor que lo atendía, simplemente se sentía más seguro con alguien conocido y de confianza.

Pronto se encontraba por fin en la habitación asignada del hospital, esperaba a la enfermera quien había salido por comida y algo para regularizar su cuerpo por la extracción de sangre. Observaba el techo aburrido de ese cuartito, no le gustaba, todo se sentía pequeño y sofocante pero no podía quejarse, era eso o estar en el área de urgencias donde todo era un caos y compartiría habitación con otras díez personas.

Estando solo se sentía atrapado, casi enjaulado, rodeado de personas probablemente se desmayaría del estrés.

Y necesitaba alejarse de eso por un muy buen tiempo.

Aún no sabía que era lo que pasaba con su cuerpo y su omega, aunque el dolor en su pecho había disminuido a una leve presión, tal vez era gracias a las píldoras que tomaba.

Liam le había dicho que no debía preocuparse, al menos no hasta saber los resultados de los exámenes y el doctor especialista analizara todo y diera instrucciones. Pero según su mejor amigo y sus teorías, todo estaba bien y su omega tenía una leve molestia.

Así que cuando llegó la hora en que el colega del alfa había llegado a su habitación con un rostro serio, totalmente diferente a cuando Payne los presentó; supo que las teorías de su estúpido amigo no eran ciertas y si que debía preocuparse.

Se cómodo en la cama para verse al menos un poco presentable y prepararse para lo que venía.

-Hola, Louis. ¿Cómo te sientes?- preguntó amablemente antes de comenzar.

-Nervioso y algo inquieto.

-Es normal, estás a punto de saber lo que pasa con tu cuerpo.

-Mi omega está ansioso y no deja de rasgarme.- hizo una mueca mientras llevaba una mano a su pecho. El doctor asintió comprensivo.

-Louis, lo que te voy a decir no es motivo para asustarte,- por supuesto que se asustó.- es algún tipo de protocolo si lo quieres ver así. Tu omega está enfermando, esto es por la falta de un lazo, sabemos que normalmente, un omega se enlaza a la edad mínima de 18 años y máxima de 23. Digamos que tú estás un poco atrasado.

«Si sigues de esta manera tu lobo se puede deprimir, sin un lazo, un alfa, una familia, no hay estabilidad en tu cuerpo. Tu lado humano está en perfectas condiciones, tu lobo no, esto puede causar daños a ti, los celos se volverán severos, pueden llegar a un punto dónde el dolor será insostenible para tu cuerpo y podrías desmayarte.»

-Entonces... Mi omega está...- murmuró.

-Colapsando, si.

-¿Cuál es la solución o que debo, hacer?- observó como el doctor Steph formulaba una minúscula mueca.

-La solución es un tanto... Primitiva.- dijo despacio.

-¿Qué?

-Si tu lobo esta en colapso por falta, lo que necesita es compañía.- la mente de Louis se puso en blanco.- necesitas un compañero Louis, un alfa. Alguien que estabilice un poco esos instintos que reprimiste.

-No, yo no...

-¿Pasas el celo solo?- Louis asintió.- Eso también es un problema, le estás negando a tu omega el alivio, eso ocasiona que él desgarre, ¿Cómo son los días previos?

-Uh... Bueno, no puedo salir de casa por lo menos unos días antes, cuando termina aún estoy un poco sensible así que me toma otro día estar mejor.

-¿Y eso por qué?

-Cuando los aromas se mezclan, el 50% de mis trabajadores son alfas, así que mi omega se vuelve loco y quiere tener el control completo, yo no puedo dejarlo. Una vez casi llevo a un desconocido a casa cuando salí dos días antes porque pensé que podría controlarlo y no pasaría nada. Estaba totalmente equivocado.- explicó con las mejillas rojas.

-Eso es algo obvio, su comportamiento, sueles reprimir cualquier acción instintiva que él solo quiere no sufrir más, pero aún así lo haces.- eso último hizo que el pecho del omega se oprimiera.

Se estaba haciendo daño, estaba dañando a su mitad.

Nunca fue el plan inicial, pero el llegar alto y ser alguien importante lo cegaron un poco. De igual manera, nunca necesitó de un alfa o alguna pareja de celo.

Incluso Liam lo había regañado días después de un celo hace meses, por llamada, obvio, si tenía al alfa frente a él es probable que el celo se prolongue y será todo un desastre. Le había advertido al saber la gravedad del calor de esa vez, fue mucho más doloroso que los anteriores y menos que los últimos.

Los últimos que había tenido eran una tortura, su cuerpo terminaba destrozado y tan sensible al tacto que dolía, y no hablemos de la tortura mental.

-¿Y la única solución es...

-Un alfa y que permitas a tu omega salir y dejar a los instintos trabajar.

-¿Es realmente necesario? ¿No hay otra solución?- miró al doctor con súplica.

-Una familia tal vez, un cachorro. Tu problema es más de reprimir instintos, y si tuvieras a alguien en donde dejar a flote tus instintos, es probable que se estabilice y olvide el lazo.- comentó.

-Un cachorro.- murmuró para sí mismo.

La puerta se abrió revelando a su mejor amigo, le sonrió con calidez y el castaño devolvió el gesto.

-¿Cómo va todo?- preguntó a ambos.

- Ya hablé con Louis, queda en él hacer ese algo. Por mi parte me tengo que retirar ahora, tengo una cita en mi consultorio.- se puso de pie.- solo recuerda Louis, entre más te reprimas, tu omega no va a sanar y puede empeorar. Llámame si necesitas algo, Liam tiene mi contacto.

Después de una corta despedida entre los doctores, Liam volvió con el Omega y se sentó a su lado.

-¿Mi teoría era cierta?

-Nunca me dijiste cual era tu teoría.

-Necesitas de un alfa.- sonrió pícaro. Louis suspiró.

-Si.- se dejó caer en la cama.- Pero tengo otra opción, ¿Sabes?- giró un poco para mirarlo.

-¿A sí?- el chico asintió.- ¿Cuál?

-Un bebé.

-¿Un bebé? ¿Por qué un bebé?

-El doctor dijo que mi problema era por reprimir a mi omega, entonces si tengo un cachorro en quien dejar salir todo mi instinto maternal, se puede estabilizar.- explico.

-Okey... ¿Y como tendrás un cachorro?

-Tu me ayudarás.

La saliva del alfa se atascó en su garganta y sus ojos casi salían de su órbita, ¿Él ayudaría... A qué?

-¿Yo?- el omega rodó los ojos y asintió.- pero, pero no, yo... ¿Yo?

-Si Liam, tú.- aún observando la cara de pánico de su amigo, habló:- no me voy a acostar contigo, baboso.

-Oh... Uf que bueno, eso sería horrible.- Louis asintió de acuerdo.- ¿Pero yo en que te ayudaría exactamente?

-Una inseminación.

-¿Quieres que te haga una inseminación?

-Sip.

Liam miró a su mejor amigo desde su silla, este jugaba con un hilo que se salió de la sábana que le cubría. Nunca pensó en esa situación, de hecho, siempre creyó que Louis tendría más mascotas que vida amorosa. Un hijo no era vida amorosa, pero tampoco creyó verlo con uno.

-¿Y tú quieres eso? Es que lo haces ver cómo una solución simple, como doctor no me será posible hacer el proceso si solo será una opción para tí.

-Tal vez lo sea.- se acomodó sobre la cama.- pero tengo todo para criar un niño.- observó a Liam ladear la cabeza.

-Esa fue una mala respuesta, aunque si, tienes una buena solvencia económica pero no es lo único que se necesita para criar un niño. Me refería a si, de verdad quieres un bebé, como mental y emocionalmente. Yo no podría permitir que dieras a luz a un niño que solo tendrá dinero y una madre ausente.

-Por Dios, Liam. Por supuesto que no seré una madre ausente, no lo voy a usar para mí beneficio... O tal vez si pero... No creo emparejarme jamás y no quiero estar solo siempre, ¿Para que trabajar día y noche si no tendré con quién disfrutar de mi esfuerzo? Además,- sonrió.- imagina a un pequeño yo.

Y tal vez fue el brillo que iluminó los ojos del omega tras la mención de un él más pequeño, pero el doctor aceptó sin mucha más resistencia.

-¿Ya te imaginas que será niño?- preguntó con una sonrisa.

-No, en realidad quiero una niña.

-Bueno para tu mala suerte los espermas no vienen con sexualidad incluída, será un poco difícil atinarle.

El omega soltó una pequeña carcajada, Liam le siguió con una risita más calmada.

-Mas te vale hacerlo.

                                •°•°•

All the love, Pau. Xx.

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