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bored, kiss me.

El joven avanza por el salón de fiesta intentando esquivar a cada persona a su alrededor, la gente parece ir ya demasiado contenta aunque la celebración post boda comenzara hace menos de una hora. Jongin suspira al ver todo eso, está un poco fastidiado pero sería un horrendo amigo si abandona a esas alturas la celebración de uno de sus mejores amigos. Sólo Dios sabe lo que le haría Kyungsoo si se marcha antes de verlo bailar con Baekhyun su "primer baile de esposos".

A medida que continúa caminando logra apreciar la mesa en la que debe estar sentado y justo como se lo esperaba, no reconoce a nadie ahí, solo un par de caras le suenan pero el resto no los conoce de nada y no se imagina de donde los pueda conocer su amigo, porque tiene unas habilidades sociales más bien nulas.

Tener que estar rodeado de extraños lo hace tener más pereza de estar en ese lugar pero es su culpa, o así se lo explicó Kyungsoo cuando se quejó con él sobre eso.

—No puedes estar sentado con el resto de nuestros amigos porque esa es una mesa para parejas.

Parecía que por primera vez eso de no tener relaciones estables y duraderas le estaba pasando factura. Justo en ese momento se sentía muy torpe por haber terminado hace un par de semana con esa chica tan linda que conoció en el trabajo.

—Tan tonto que me voy a quedar solo —murmura enfurruñado mientras toma asiento en la mesa, luego de tener que hacer unas reverencias incómodas.

Se lleva una mano a la corbata y se la afloja un poco, de verdad no vale la pena que todo el mundo le diga lo precioso que se ve, el traje le incómoda y hace que no pueda sumergirse en la conversación que la chica a su lado parece querer entablar.

—Yo conozco a Kyungsoo desde la preparatoria —responde Jongin a la típica pregunta de "¿por parte de quién vienes?"

—Que bonito —dice pestañeandole demasiado y metiéndose un mechón de pelo detrás de la oreja—, yo vine de parte de Baekhyun, todos los días viene con sus compañeros de oficina a tomar café en donde trabajo.

"Ese hablador de verdad me sentó con cualquier persona" piensa Jongin, nada contento.

—¿Esta es la mesa 11? —pregunta alguien a su espalda de pronto y la voz lo saca completamente de sus pensamientos.

"Ese es..."

El joven se voltea de inmediato y levanta la vista incrédulo, sí que se trata de la persona que tenía en mente.

"Oh Sehun"

—Kim Jongin —dice el recién llegado antes de que su nombre brote de los labios del otro joven.

Las palabras adecuadas no encuentran una salida de la boca del mayor porque lo último que se esperaba ese día era encontrarse con ese chico; no había ni siquiera pensado en él en años pero su imagen refresca su memoria, como si fuera recuerdo de hace una semana atrás, como si su presencia hubiera estado dentro de él sin siquiera saberlo.

Ninguno de los dos se percata de cuantos minutos se ven en silencio, pero el resto de las personas en la mesa se sumergen en otra conversación, dejándolos fuera para no interrumpir lo que sea que estuviera pasando entre ellos dos.

Cuando Sehun deja de estar perplejo se hecha una risita, en parte por su propia actitud y en parte porque Jongin sigue medio atónito.

—¿Quieres tomar algo? hace mucho que no nos veíamos —propone y Jongin asiente sin poder despegar la vista de él.

Los pasos de los jóvenes dejan detrás la incómoda mesa de desconocidos, caminan hombro a hombro y aunque no están ni cerca de tocarse, la energía que desprenden los hace sentir que están solo ellos, desconectados de la realidad.

—¿Qué haces aquí? —pregunta Jongin, corriendo el riesgo de sonar grosero pero muy curioso como para entrar en razón.

Se detienen frente a una mesa con copas y botellas y antes de responder, Sehun le llena una copa de champaña y se la extiende.

—Byun Baekhyun compra vinilos en mi tienda y un día tomó el Surfer Rosa de los Pixies y junto al dinero dejo una invitación de boda —comenta con gracia y eso trae a Jongin a la realidad—, me cae bien y siempre compra cosas caras así que imaginé que su boda sería bonita, no tenía mucho más que hacer tampoco.

El mayor se toma el contenido de la copa de un sólo trago y pasa la mano por los cabellos, tirando un poco de ellos.

—Baekhyun es increíble, me sentó en una mesa llena de gente random —se queja y a lo lejos ve como baila con su mejor amigo, con su terriblemente contagiosa sonrisa en la cara—, es un tonto, no discuto con él hoy solo porque es su boda.

—¿Eres cercano a él? —pregunta Sehun y Jongin muerde su lengua, le llamó "random" al menor hace unos segundos.

—Su ahora esposo es prácticamente mi mejor amigo.

Ahora es Sehun quien se bebe de un trago la copa de champaña. Se siente pequeñisimo, como si tuviera 13 años, la misma edad que tenía la última vez que vio a Jongin. ¿Será porque luce condenamente guapo de mayor o porque su padre le metió una paliza el último día que vio a Jongin?, después de jugar en su patio trasero todo el día y besarse inocentemente.

—¿Wisky? —pregunta Jongin mientras él se sirve un poco, Sehun simplemente asiente.

Ambos jóvenes chocan sus copas y toman sus tragos mientras ven a las diferentes personas de la sala. Realmente no saben que decirse pero si pudieran leerse la mente, sabrían que ambos piensan lo mismo: quiero estar más rato a su lado, ojalá supiera que decir.

De niños eran más o menos así, no hablaban mucho pero siempre andaban de un lado para el otro juntos; entre ellos dos no se sentían raros. Jongin podía ser Jongin, con pocas palabra y muchas quejas y Sehun podía ser aquel niño que siempre se adelantaba a todo lo que Jongin estaba por decir mientras este intentaba seguir la corriente, por más que fuera obvio que el mundo en esa entonces no encajaba con él, con ellos, por ser diferentes.

—¿Qué ha sido de tu vida todos estos años? —pregunta el menor para romper el silencio.

Jongin vacila antes de responder y Sehun sonríe porque aunque no lo haya visto en años puede decir que ese gesto es muy él.

—La adolescencia fue un poco mala, pero creo que así es para todos, pero hice la mayoría de los amigos que tengo y por fin sentía que podía encajar en un sitio, casi todos son queer y al parecer eso era lo que me faltaba para no sentirme tan alien—explica y Sehun suspira—, al terminar la preparatoria mi mamá me echó la bronca por perder tiempo saliendo con tanta gente y no saber muy bien que hacer con mi vida pero teníamos suficientes ahorros para que estudiara arquitectura y eso le hizo feliz, pero le sigue decepcionando que salga con mucha gente y no siente cabeza.

—El Jongin que yo conocía ni parecía tener interés en las citas sino más bien en bailar coreografías que ponían en la tele los fines de semana y dibujar sin parar —Dice Sehun riendo entre dientes.

—Básicamente porque a ese Jongin solo le interesabas tú —suelta el mayor y las mejillas de Sehun se tornan rosas, pero no puede distinguir si es el alcohol o los recuerdos de preadolescente—, ¿Y tú? ¿Qué hiciste en todo este tiempo? —pregunta con cautela y Sehun se acaba su tragó y se pone más wisky.

—No somos niños ya —dice mirando fijamente al otro—, sé que quieres saber qué pasó después de aquel día.

Jongin suspira y despega la mirada del menor. Un leve dolor se instala en su pecho y de pronto se siente como un niño pequeño otra vez, aquel que se escondía de todos los demás junto a Sehun y pasaba sus tardes imaginando como sería el Mario 64 si Waluigi fuera un personaje jugable; al mismo tiempo recuerda la sensación de extrañeza y ligero miedo que sentía al tomar la mano de Sehun aún cuando no había nadie presente, como si el muchacho fuera su mayor secreto en el mundo.

El joven es sacado de su ensimismamiento cuando Sehun lo agarra suavemente del antebrazo y lo comienza a guiar a otro lugar. Siente cosquillas donde toca y también se siente pequeño e iluso.

"Jongin eres un adulto, ¿por qué actúas cómo un crio? jodido tonto" piensa mientras al mismo tiempo se pregunta cómo Sehun se ha puesto tan guapo. "Muéstrale tu lado extrovertido, no tienes 13 años ya".

—Tienes tu cara de abrumado, pensé que sería mejor llevar la conversación a este lindo balcón —dice Sehun mientras lo saca de la sala de fiesta—, además cogí esto —termina y señala una botella de vodka.

Jongin le arrebata de la mano la botella al menor y se bebe un trago grande, comienza a sentirse un poco ebrio pero más divertido. Al menos aquí afuera no se escucha la música cursi que le gusta a Baekhyun y la presencia de Sehun comienza a sentirse más bien reconfortante, el aburrimiento se evapora poco a poco junto a su sobriedad.

—¿Poco aguante? —pregunta Sehun y palmea la cabeza de Jongin—, eso es tierno.

El más joven sonríe y repite las anteriores acciones del mayor, se toma un trago de vodka directo de la botella que torna sus mejillas un poco rojas.

—Lo que pasó, en resumidas palabras es esto —comienza sin darle mucha importancia al asunto y retomando la conversación de adentro—, como ya sabes mi papá nos encontró en la casa del árbol dándonos nuestro primer beso y me golpeó hasta que se cansó —Jongin sabe esa parte de la historia porque su madre se la contó, pero escucharlo de Sehun es distinto, el sentimiento es agrio —, al día siguiente me mandó lejisimos, a la otra punta del país a vivir con mis tíos y ni siquiera pude despedirme de ti.

—Creo que habría sido lo último que te hubiera dejado hacer en ese momento —dice Jongin y ríe seco—, lamento no haber hecho nada.

Sehun da otro trago a la botella, más profundo y largo, a Jongin incluso le quema su propia garganta de solo verlo; cuando finaliza, posa una de sus manos en las mejillas de Jongin y le acaricia mientras deja escapar risitas que hacen que el mayor abra los ojos impresionados mientras se sonroja.

—¿Tú? Pero si eras un niño escuálido pero cacheton que no le habría pegado ni a una mosca, además ya no me interesa, vivir con mis tíos estaba bien, les daba igual lo que hiciera, además cuando cumplí los 18 me largué de su casa y más nunca supe de mi padre, ni de nadie —dice y por fin quita su mano de la cara de Jongin y le revuelve el pelo—, desde entonces he sido gay and happy.

Ambos explotan en risa porque el mayor no puede contenerla debido a la expresión tonta y despreocupada del menor, y este encuentra demasiado infecciosa la risa gangosa del otra. Piensa que se ríe justamente igual a como cuando estaban pequeños. De imprevisto recibe un pequeño empujón en su hombro por parte del mayor y le empuja de regreso.

—No es justo que te rías así de fácil de algo tan trágico en su momento. —regaña Jongin y el menor se encoge de hombros—, eres tan impredecible.

—Es mi tragedia, puedo burlarme de ella cuanto quiera —Exclama ofendido, pero no en serio, y le da otro sorbo al vodka.

El mayor ve la botella de vodka comenzar a peligrar sobre las manos de Sehun, a quien parece el alcohol ya le está sentando más fuerte, así que se acerca e intenta quitarle la botella de las manos pero este se niega a soltarla y terminan los dos agarrando la botella, con sus meñiques tocandose y sus caras más cerca de lo que pensaban al levantar la vista. Sehun tiene unos ojos traviesos y una sonrisa sacarrona; definitivamente posee una actitud juguetona y cómplice, como si estuviera a punto de decirle algo a lo que solo espera un "sí" por respuesta. Justo en ese momento Jongin respondería que sí a lo que fuera porque a Sehun nunca podría negarle nada.

—¿Sabes qué más es trágico y divertido? —pregunta el menor mientras se mantienen en la misma posición—, aún tengo tú antiguo número de teléfono y por mucho tiempo quise llamarte, pero era un niño tonto.

A Jongin se le corta la respiración un segundo, luego simplemente decide dejarse arrastrar por la sensación que la información que le dio el menor le causa. Siente algo de melancolía pero a la vez emoción, como si su corazón comenzara a golpetear contra sus costillas, es curioso, divertido y amargo.

—Aún tengo el mismo número de teléfono —Acaba diciendo y Sehun levanta una ceja.

—Imposible.

—Dame tu teléfono y verás —Pide el mayor.

Por fin se separan, la botella queda en manos de Jongin, que ni corto ni perezoso deja que el vodka cruce sus labios nuevamente mientras el menor se saca el teléfono de la chaqueta del saco y se lo tiende desbloqueado.

Jongin se busca en la lista de contactos del menor, encontrándose como "Jongin / Nini", justo como lo tenía guardado hace más de diez años, y marca el número. Su propio teléfono comienza a sonar en su bolsillo y le enseña la propia pantalla a Sehun.

Sehun se cubre la boca con ambas manos incrédulo y camina por alrededor de Jongin, este por supuesto no entiende nada.

—¿Me estás diciendo que de verdad no has cambiado tu número nunca en tu vida? —pregunta totalmente incrédulo—, no me lo creo, que especial eres Jongin, además has aprovechado incluso para tener mi número.

—¡No aproveche para tener nada! —Dice indignado Jongin, levantando la voz un poco más de lo esperado.

—Claro que sí, en todos estos años no te has olvidado de mí. —bromea Sehun y Jongin se hecha a reír.

—Si hubiera sabido que ahora luces así, probablemente no me habría olvidado nunca de ti.

Sehun hace una mueca de sorpresa pero a la vez su expresión se vuelve juguetona. Decide darle un último trago largo a la botella y pasársela a Jongin para que se la acabe.

—No se si es el alcohol, pero me parece que estás flirteando un poco conmigo.

Jongin acepta acabar la botella y la deja en una esquina antes de acercarse más de la cuenta a Sehun y acomodarle la corbata que se encuentra medio floja ahora. Puede sentir la respiración del menor un poco agitada y eso le causa una sensación indescriptible de alegría rozando al placer; tal vez sea el alcohol o tal vez sean sus palabras pero igualmente la cercanía le hace sentirse encantado de poder estar ahí sintiendo esa respiración y el calor que no sabe si desprende el menor o si viene de él mismo.

—Puede que sea el alcohol —comienza a decirle y pasa un dedo por las solapas de su blazer—, o que la fiesta está muy aburrida para mi gusto, y tú no.

El menor traga fuerte, sin poder evitar que el mayor lo note y se burle. Sólo le queda pegarle sin casi fuerzas en el pecho, como un juego de críos. No puede evitar el dejar la mano ahí donde chocó y notar también el acelerado pulso de Jongin. El tonto de Kim cree que lo tiene en la palma de su mano pero que se encuentra igual o peor que él de emocionado y nervioso (además de alcoholizado). Será imbecil, piensa Sehun y le da ganas de golpearle otra vez.

—No digas eso como si fuera cualquier cosa —regaña juguetón el menor—, te recuerdo que eras tú el que estaba loquito por mí cuando éramos unos niños.

—¿Yo? pues te recuerdo que nunca te negaste a besarme cuando ocurrió —Se defiende el más bajo.

—Me besaste tu primero.

—Fue mutuo.

—Claro que no —exclama incrédulo el menor y rueda los ojos.

Jongin retira la mano de Sehun de su pecho y se acerca más a él, todo lo que puede sin que se toquen sus cuerpos; el menor casi retrocede por instinto pero se "fuerza" a permanecer ahí. No se rendirá tan fácil ante los juegos el mayor.

—Entonces justo ahora no me besarias a esta distancia —reta Jongin, hablándole al oído—, sé perfectamente que no sólo tú eres el que se ha puesto guapo, sino yo también, niegalo si puedes.

El menor aprieta los puños en frustración y muerde sus labios, no puede encontrar que decir con la preciosa cara de Jongin a esa distancia de la suya y con esa nueva confianza que le generaron los años y el alcohol. El tiempo le ha sentado demasiado bien, es el chico que más guapo que ha visto en muchísimo tiempo y tendría que ser idiota para negar que no le atrae locamente y que aún sin alcohol encima intentaría lo que fuera por acercarse a él de esa forma en la que se encuentran.

—Te daría un beso solo si la fiesta esta fuera muy aburrida.

Y acto seguido, lo coge por la nuca y estampa sus labios en los del mayor. Ni siquiera se toma su tiempo para construir un beso que se mueva por diferentes etapas de intensidad, simplemente lo besa con todo, mueve sus labios descontrolado, muerde el inferior de Jongin, lo chupa, pasa su lengua y deja que este haga lo mismo e introduzca su lengua. Se deja agarrar de la cintura y al mismo tiempo empuja la cabeza del mayor para que sus labios estén más pegados, de ser eso posible, el beso sabe a alcohol y no puede evitar empujarse a si mismo más cerca de Jongin para no despegar sus labios ni un segundo. Puede estarlo besando una hora entera si no tuviera la "estúpida" necesidad de coger aire e incluso se maldice por tener que hacerlo.

Los chicos separan solo sus labios, manteniendo sus cuerpos igual de cerca. Jongin nota que a Sehun se le pega el fleco a la frente porque la intensidad del beso lo está haciendo sudar. Sus labios están rojos e hinchados y no espera menos de los suyos propios. El menor se ve atractivo, lo quiere besar más, lo quiere más cerca de él. El beso ha sido lo mejor que le ha pasado en todo el día y podría seguir todo lo que le pida el menor. Va a mandar al carajo a Kyungsoo si le reclama por no estar presente en la fiesta, esto es mil veces mejor.

—Creo que está claro que la fiesta está aburrida —bromea Sehun, sus palabras saliendo atropelladas porque casi no tiene aire—, incluso me iría.

Jongin se separa y  procede a quitarse el saco y a aflojarse la corbata, para sorpresa de Sehun se mete la mano en el bolsillo y vuelve a sacar su teléfono, haciendo que el menor se moleste, porque le ignora, y se lo lleva a la oreja, pero se da cuenta que su propio móvil comienza a sonar y un "Jongin / Nini" sale en la pantalla.

Lo atiende, confundido pero divertido por la sonrisa del mayor.

—¿Quieres salir? estoy en una aburrida boda —dice el mayor y Sehun le escucha doble.

—¿Cómo una cita? —pregunta y ríe.

—Claro.

—¿A dónde?

—A mi casa —dictamina el mayor y cuelga.

—Si me vas a besar más da por hecho que sí.

Jongin se acerca y lo besa nuevamenre de una forma feroz por unos cortos segundos, pero los suficientes para que ambos sepan que se quieren ir de ahí enseguida.

—Te voy a besar en todos lados, Sehun —le susurra a la oreja—, todas las veces que quieras.

El menor lo coge por la muñeca y comienza a guiarlo al interior de la fiesta para que puedan irse de ahí de una buena vez.

—Mi auto está en frente, no tardaremos en llegar.

Y Jongin piensa que la suerte estuvo de su lado, al sentarlo en una mesa llena de desconocidos y de aburrimiento, porque el reencuentro con Sehun es mucho más memorable de lo que jamás hubiera imaginado.




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