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Capítulo 4

—¡Naruto!

El chico se sobresaltó sentado en la camilla del hospital, pues la puerta se había abierto de repente, por donde entró Sakura con prisa hasta acercarse a su lado.

—¿Qué te pasó? ¡No sabes el susto que me dio cuando me informaron que te trajeron al hospital después de la presentación!

—E-eh... no te preocupes. —sonrió nervioso, sus ojos viajaron a Sasuke, quien también había entrado, pero con calma. 

—¿Es la primera vez que te desmayas así? —le preguntó, se había quedado de pie a un lado de Sakura, pues solo había una silla en esa habitación. El rubio bajó la mirada un segundo antes de confirmarle.

—Mi madre suele exagerar un poco, así que me trajeron para unos chequeos rutinarios. Es normal que tenga un poco de anemia, así que aprovecharon para realizarme los exámenes. —su mirada se desvió a la ventana, se veía como perdido. —Supongo que me esforcé más de la cuenta, pero ya saben , toda la práctica con el violín. —soltó una risa. —Además... ¡también está el estrés por culpa de alguien!

—Más te vale que no te refieras a mí. —frunció el ceño, aún se sentía culpable por haber provocado el fallo en la competencia como para que saber que ahora Naruto estaba en el hospital por su culpa.

—¡Pues así es, maldito imbécil! ¡Toda una semana buscándote y a eso súmale que no pudimos ensayar ni una sola vez!

Sakura se burló de la situación, lo que calmó el ambiente entre los dos muchachos. Por la ventana se veía que pronto empezaría a llover, por lo que Sasuke y Sakura se retiraron pocos minutos después, prometiendo regresar al otro día. Una vez se volvió a hallar solo, Naruto se centró en el paisaje que le brindaba estar en un piso alto del hospital, recordándose que ese desmayo no había sido el primero como le dijo a Sasuke. 

Pronto le darían el alta, lo sabía. 

(. . .)

El siguiente día transcurrió con normalidad para Sasuke, tan solo se concentraba en sus clases y se iba al salón de música en las horas libres, fue hasta el final de la jornada que trató de pensar en otras cosas. En realidad, en un principio había planeado en ir a visitar a Naruto, aunque no supo el motivo, pero había escuchado por los pasillos de que esa tarde volvió a clases, así que al final no fue necesario. Además, no es como que tenga planes de establecer una amistad con ese chico, tan solo se habían hablado para tocar juntos en el concurso, ya su relación momentánea había terminado.

De camino a casa pensó en que su hermano, Itachi, estaría allí. Su trabajo le obliga a irse varios días fuera de casa, seguía regresando solo para acompañarle aunque sea dos días antes de tener que volver a irse. En todos esos años, Sasuke había aprendido a cuidarse solo, pero nunca estaba de más tener a alguien en casa con quien poder platicar. 

 —¡Sasuke! 

El nombrado alzó la mirada, iba cruzando el puente que todos los días cruzaba al menos dos veces; allí estaba Naruto junto a dos niñas, parecía que jugaban antes que él llegara.

—¿Qué haces aquí? —debería de descansar, ¿no? En vez de estar jugando como si fuera un niño.

—Pues jugando, ¿no ves?

—Dijiste que esperabas a alguien. —le delató una de las niñas.

—¡Sh! —se alejó de las dos pequeñas para acercarse al Uchiha, extendiendo la mano como si esperara que el joven le entregase algo. 

—¿A qué viene eso?

—¿No me darás nada por mi alta? —el gesto de Sasuke le dio la respuesta. —¡Eres demasiado... TÚ! ¡Y eso que tú fuiste quien echó a perder mi concurso, a pesar que dijiste que ganaríamos!

—¡¿Ah?! ¡Yo nunca dije eso!  ¡Te advertí que podía salir mal!

—¡Lo arruinaste, dije! Mínimo deberías de compensarlo. 

—Sí, sí. —intervino una de las niñas.

La mirada de Sasuke también fue suficiente para que la niña no volviese a interrumpir su conversación. Miró a Naruto y este seguía con una expresión molesta en su rostro, por lo que suspiró.

—¿Qué quieres?

—Participa en un concurso de piano.

Todo quedó en silencio por unos segundos, Sasuke no entendía qué tenía que ver el piano para compensar el incidente del concurso. Supuso que Sakura y Naruto estaban de acuerdo en intentar que él volviese a los escenarios a presentarse como pianista en un solo, pero...

—No puedo hacerlo.

—¿Por qué? Tocaste conmigo. ¿Sigues teniendo miedo? —ya se había relajado, sonreía como siempre suele hacerlo. —Es normal, a todos nos ha dado miedo fallar frente a un público, o que nos rechacen, pero al final lo hacemos, ¿no?

—Yo abandoné todo eso.

—Quien sabe cuantas personas han pensado en abandonar algo que aman, pero al final se esfuerzan por ello y triunfan. Incluso los músicos debieron de pasar por algo así. A veces... solo hay que arriesgarse. —caminó hacia el barandal del puente. —Apenas tenemos dieciséis, ¿por qué no tomaríamos un riesgo así? Sería como lanzarse a una piscina... ¡justo así!

Se subió al barandal y de un salto se lanzó al río, las niñas se apresuraron preocupadas por él, incluso el mismo Sasuke lo hizo, pero Naruto salió a la superficie soltando carcajadas. Las niñas también se rieron, haciendo mención a la valentía que el chico tomó. 

Sasuke no podía entender cómo es que todo lo que Naruto ha dicho y hecho, hasta ese momento, tenía un brillo completamente diferente a lo que ha visto en otras personas. Es como si tuviese el poder de sacar a relucir todo lo bueno de lo turbio. En sus momentos como estudiante siempre lograba resaltar de alguna manera, y ahora resulta que en los escenarios Sasuke no ha conocido a alguien que pueda hacerle frente a Naruto, su forma de expresar la música lo dejaba anonadado. ¿Y si intentaba tomar esos riesgos? Desde niño siempre le inculcaron, en el área musical, que las partituras debían de ser seguidas al pie de la letra, Naruto trata de enseñarle todo lo contrario. ¿Y si lo hacía?

Ahorita no hay nadie en su vida que le obligue a tocar estrictamente como lo dicta el compositor, así que podía mandar todo a la mierda al menos por un día, ¿no? ¿Acaso Naruto podía ser capaz de cambiar su visión del mundo musical? Aún no estaba seguro de ello, pero quizá querría averiguarlo. Siguiendo los pasos del chicos, también se abalanzó sobre la baranda para caer en el río, y como hace mucho no lo hacía, soltó una carcajada muy inusual viniendo de él.

Se dejaría llevar por Naruto.

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Se dirigieron a la casa de Sasuke, pues es la que estaba más cerca de aquel río. Si Naruto se iba a casa con las prendas húmedas era muy probable que pescara un resfriado, y recién viene saliendo del hospital como para tener que regresar el mismo día. Al entrar a la casa Uchiha, su curiosidad le ganó y miró con detalle cada rincón; veía que la familia de Sasuke era muy ordenada y recta, podía darse cuenta de ello por la decoración tan rígida; ya estaba al tanto de que solo toparía con el hermano mayor de Sasuke, pero al parecer aún no estaba en casa.

Agradeció la amabilidad del pelinegro al prestarle ropa mientras la suya se secaba, eran de la misma talla, esa camisa blanca le quedaba muy bien. Al salir del baño con una toalla en la cabeza se sintió curioso de la puerta que estaba al frente. Todas las demás estaban abiertas, pero esa no, y aprovechando que el Uchiha no estaba por los alrededores, se atrevió a dar un vistazo. 

Se quedó pasmado en el marco de la puerta cuando topó con un hermoso piano de cola, igual al que tenían en el auditorio musical, sin embargo, se sintió deprimido al ver el estado abandonado en el que se encontraba. Tenía cajas con libros y un montón de partituras regadas por doquier, era la única parte de la casa que no tenía marcado el apellido Uchiha, y eso podía asegurarlo sin haber visto el resto de habitaciones.

—Naruto, si quieres...  ¿qué haces aquí?

El rubio le ignoró, acercándose al piano y poniendo sus manos sobre la tapa, para con un rápido movimiento tumbar todo lo que tenía encima y empezar a limpiarlo con la toalla que anteriormente estaba en su cabeza.

—Lo siento... —murmuró. —Lo siento...

—No tienes que disculparte, en realidad esta habitación...

—¡No me estoy disculpando contigo, me disculpo con el piano! —se encaminó hacia la ventana para correr las cortinas y que al menos entrara la luz de la luna. —¡No puede haber una buena presentación con un ambiente tan malo como este! ¡Primero hay que ventilar y después limpiar!

Los dos chicos quedaron callados cuando en la casa de al lado estaba Sakura con el celular en las manos. Ambas ventanas estaban lo suficientemente juntas. Ahora los tres se miraban a las caras sin decir nada en concreto. La muchacha primero analizó que Naruto estaba en casa de Sasuke, después se percató de que usaba la ropa de Sasuke, y por último, no omitió el hecho de que el cabello de Naruto estaba mojado. Su mente no se detuvo al pensar qué estaban haciendo los dos.

—Ustedes...

—¡Sakura!

—¡¿Qué estaban haciendo?!

.

.

.

.

.

.

.

.

.

Después de que Naruto viera el estado en que estaba el piano en casa de Sasuke, todavía se propuso más el conseguir que el chico volviese a tocar como Sakura le ha contado. Como primero paso, al otro día en el instituto, le pidió que tocase una canción mientras le grababa, una vez listo, puso a reproducirlo en una grabadora. El Uchiha simplemente no daba crédito de lo que escuchaba, las notas notas estaban fuera de tiempo, eran como si chocaran entre sí, y para colmo, fueron tocadas con rudeza. 

Todo esto se debía a que Sasuke había aceptado entrar en un concurso de pianistas, pero después de escuchar eso, volvía a retomar la idea de retirarse antes de que fuese demasiado tarde.

—Elegí el Estudio Op. 25, número 5 de Chopin, ya envié tu información a los administradores.

—¡¿Por qué?! ¡Se suponía que lo haría yo!

—¿Crees que confiaría en ti? Posiblemente pensarías en retirarte y hacerme creer que sí te habías inscrito, así que por eso también me tomé la libertad de hacerlo yo. —se sentó a un lado suyo en el taburete del piano escolar. —Sabes los beneficios que puedes sacar de este concurso, si ganas, también tendrás la posibilidad de ir al extranjero.

—Otro punto es que lo logre, sabes mi problema. —pasó sus manos por su cabello, dejando al aire su estrés.

—Pues lograrás tocar sin escuchar el piano. —le dio un palmada en la espalda. —"Antes de que tus dedos toquen las teclas, tienes que pensar internamente en cómo tocarás esa pieza", escuché esa frase hace mucho tiempo. ¿Por qué tocas el piano? ¿Lo tocas para ti o para una persona? —se puso de pie, encaminándose a la puerta. —¿Cómo quieres tocar la canción de Chopin? ¡Te dejo eso a ti! ¡Adiós!

Los días empezaban a contarse para el concurso, y en ese tiempo Naruto esperaba que Sasuke pudiese tener una imagen en su cabeza sobre cómo quería que fuese la canción. Quería sacarlo de esa jaula de perfección y que por fin tocase lo que sentía su corazón. Cada día le visitaba en el salón de música y se quedaba un par de horas, solo escuchándolo tocar.

Es día caminaba con Sakura después de clases, la noche ya empezaba a caer. Ninguno quiso detener a Sasuke, pues se había ido temprano para seguir practicando la canción de Chopin.

—¿Qué tal les ha ido con la canción?

—Pues... algo ha salido. La verdad es que Sasuke tiene una mente demasiado cerrada, así que esta nueva idea de que mire la canción como "algo", le ha hecho quemar demasiadas neuronas. Pero sé que al final podrá lograrlo.

—¿No crees que se está esforzando demasiado? Digo, no hace mucho fue tu concurso y ya ves cómo salió todo, lleva mucho tiempo cerrado a la música, y pretender sacarlo en cuestión de días... —su rostro se mostró afligido. —Quiero que vuelva a tocar el piano como antes, pero tampoco quiero que sufra por eso.

—Sasuke está plasmando ese sufrimiento en la música, todo lo que ha sentido hasta el momento lo ha expresado así. Así es como nosotros transmitimos vida a la música, con nuestras emociones.

—¿Por qué lo ayudas tanto, Naruto?

—No sé cómo explicarlo. —llevó ambas manos detrás de su cabeza. —Quizá solo soy un músico ayudando a otro.

—Sí... Oye, esta vez debo ir a otro lado, nos vemos mañana.

—¡De acuerdo! 

Ambos se separaron en una intersección, se supone que Naruto debía de seguir su rumbo, pero optó por ir a casa de Sasuke esa noche. Solo debía de llamar a sus padres y no habría problema alguno con que llegue tarde.

(. . .)

Sasuke guardó la partitura junto a las demás, por ese día ya se sentía agobiado de tocar. Sabe que todavía no llega al punto que Naruto espera que llegue, pero al menos considera que ha podido tener un avance. Aunque tal vez no era el suficiente para volver a enfrentarse a un público en solitario.

El timbre de su casa sonó, por lo que salió de la habitación del piano y se dirigió a la entrada principal para ver quién era. De antemano sabía que no se trataba de Itachi, pues simplemente entraría y ya. Se sorprendió al ver que se era Naruto, tenía dos batidos en sus manos, mientras que sonreía y entraba a la casa sin más.

—¿Terminaste por hoy?

—Eh... sí. En realidad acabo de terminar. ¿A qué viniste?

Agradeció mentalmente cuando Naruto le entregó uno de los batidos. Hizo una mueca al probarlo, estaba algo dulce para su gusto. Se sintió entraño en su casa por un minuto cuando siguió a Naruto hasta llegar a su habitación, era como si él fuera el invitado. El rubio dejó su propio batido en la mesa de noche y se acostó sobre la cama con los brazos extendidos.

—No vine a nada, solo quería saber si seguirías tocando. —Sasuke tomó lugar en la silla de su escritorio. —¿Me odias?

—¿Ah?

—Sakura piensa que puedes estar sufriendo por todo esto, y yo ya lo sabía. —como pocas veces lo hacía, esta vez hablaba serio. —Me di cuenta el día que vi el piano aquí, desde que dejaste de escuchar tu música y decidiste abandonarlo, pero de una u otra forma te seguías apoyando en él. Así que trataste de taparlo con todas esas cajas y libros, le tienes aprecio, pero no puedes acercarte. Fingí no saber que te entristece todo esto, y creo que fui egoísta al solo decirte "toca el piano" o "ánimo". Se puede decir que. —se sentó en la cama, mirando hacia la ventana. —estás sufriendo por mi culpa... lo siento.

—Idiota. —esbozó una sonrisa. —Fuiste tú el que quitó todas esas cosas del piano, ¿no? También es normal que sufra, es como estar en un mar que no tiene carta náutica. Aceptar un desafío y crear algo es bastante duro, pero me siento bien... gracias.

Comparando su vida antes y después de que Naruto llegara, debía de admitir que ese chico sentado en su cama había llenado de colores todo su mundo. Durante esos días tocando la canción, se sentía pleno, el miedo aún se alberga en su interior, pero Naruto siempre aparece en su mente y le devuelve la tranquilidad que pierde por unos segundos. Bueno es casi el primer amigo que siente tan cerca, Sakura es más como una hermana.

—¿Volviste a grabar la canción?

—Sí, no lo he escuchado, pero...

—¡Iré a escucharla! —se levantó presuroso de la cama para dirigirse a la habitación del piano. Aún estaba algo desordenada, todas las cajas estaban apiladas en una esquina, pero al menos reconocía que Sasuke se había tomado el tiempo de limpiar el piano, podía darle puntos por eso.

Buscó la grabadora e inmediatamente tocó el botón para encenderla y reproducir la última grabación registrada. Escuchó atento, cruzado de brazos, mientras que el Uchiha entraba a la habitación de nuevo sin poder creer que era él quien tocaba esa canción. Seguía sonando fatal a sus oídos, fuera de tiempo, rudo, saltando la partitura.

—Suena horrible. —fue la opinión del rubio después de detener la grabación, el chasquido del Uchiha le hizo sonreír. —Suena aburrido, seco y completamente mediocre, pero al menos te la pudiste aprender.

—¿Y se supone que eso debería de animarme?

—¡Ya sé! Mañana harán unos juegos para los grupos de deportes en el instituto, podríamos ir para despejarnos. —apagó la grabadora, recargándose en el piano.

—Yo no, tengo que seguir practicando. Tiene que haber una forma de alcanzar la perfección. —a su mente vino una imagen de Naruto tocando el violín en el concurso.

—Y justo por eso es que no la alcanzas. —negó con la cabeza. —Te encierras demasiado en todo esto, necesitas pensar en otras cosas. Iremos, creo que Sakura participará en una carrera de obstáculos, le caerá bien recibir apoyo.

—Si tú lo dices.

Era cierto, ya estaba consciente de todas esas actividades dirigidas a los grupos deportivos del instituto, y Sakura formaba parte de ellos. Cada año ha asistido a esos eventos, pero desde que ha estado tocando el piano y viéndose tan seguido con Naruto, lo había olvidado por completo.

Al día siguente no había clases en particular, pero aún así todos los estudiantes habían asistido para disfrutar y ver a sus amigos competir. Los participantes a la carrera de obstáculos estiraban detrás de la línea de salida, Sasuke yacía cerca de la valla divisoria, Sakura le miró y pronto estaba sonriendo; la verdad es que le había buscando todo el dia, supuso que estaría en el aula de música así que prefirió no molestarlo, su corazón se sentía cálido de saber que él estaría apoyándola. Quiso devolver el saludo, pero llegó al lado de Sasuke, robando su atención como hacía últimamente.

Hace ya un par de días que empezaba a sentir ciertos celos hacia Naruto por pasar tanto tiempo con Sasuke, se supone que ella es su amiga, ella es quien pasaba todas esas tardes en el salón de música con él, quien hablaba por las noches desde esa ventana con él, era ella quien se iba caminando después de clases con él. ¿Hace cuanto tiempo que dejaron de hacerlo? Cada vez que visita a Sasuke en el salón, allí está Naruto; cada noche que se asoma por la ventana, suele ver la silueta de Naruto a través de las cortinas, de pie al lado de Sasuke. Ella es amiga de ambos, y la estaban desplazando. Su mayor afecto es por Sasuke, pues ellos siempre han estado juntos, ella ha estado presente en los momentos buenos y malos. Muchas de sus amigas siempre le recalcan que al final termina hablando de él y de lo genial que es cuando toca el piano, bromeando que estaba enamorada de Sasuke, pero ella sabía que no. Siempre fueron mejores amigos, no tenía derecho a sentir algo por él, pero sabía que no podía seguir ignorándolo.

Nunca antes sintió la necesidad de reconocer sus sentimientos por él, ya que se sentía a gusto pues Sasuke nunca había mostrado interés en tener novia o algo parecido, siempre se encerraba en la música, por lo que ella solo decidió permanecer a su lado sin más. Pero desde que Naruto llegó, es que ha sentido a flote todas esas emociones. No quería que Sasuke mirara a otra persona. Pudo verlo en el concurso, Sasuke lo había mirado diferente, como nunca antes miró a una persona. Quería que solo la mirara a ella...

Entre ellos jamás podía haber algo, Naruto siempre mencionó sentir atracción hacia las chicas, quizá ella estaba pensando de más las cosas. A veces les miraba y es como si ellos se olvidaran de todo lo que les rodea, entre ese par había algo diferente, pero ni la misma Sakura sabe cómo explicarlo.

Hace un par de semanas, mientras regresaban de clases, le había dicho unas palabras que hasta la fecha no podía sacar de su mente. Habían veces en que sacaba frases demasiado extrañas para venir de él, pero sabe que cuando se trata de música, Naruto no es el mismo chico atolondrado.

"Un violinista famoso dijo que la música supera las palabras." —dieron la indicación de que la carrera había iniciado, todos salieron de la línea menos Sakura, quien se quedó mirando a esos dos chicos. Los gritos de sus compañeros de clases la devolvieron en un segundo a la realidad, pero en su mente solo estaban ellos dos. —"Al intercambiar sonidos, puedes conocer a la otra persona, entenderla. Como si se unieran las almas y se entrelazaran los corazones. Es una conversación a través de los instrumentos, un milagro creado por la armonía. En ese momento, la música supera las palabras."

Cerró los ojos, tratando de olvidar todo eso y concentrarse en la competencia, pero terminó tropezando hasta caer el suelo, no había reaccionado a tiempo para detenerse.

(. . .)

Su caída le había cobrado caro, esa carrera fue la única actividad de la que pudo ser parte, pues su tobillo se lastimó lo suficiente para que le doliera incluso caminar. Los estudiantes ya se retiraban, le tocaría irse despacio a su casa.

Sus ánimos no eran los mejores, se había preparado con antelación para ese evento, y lo echó a perder por pensar de más. Sasuke le esperaba en la entrada, miró alrededor en busca de Naruto, pero solo estaba él. Le sonrió al verla llegar.

—Hola. —saludó bajando la cabeza.

—Dudo que puedas caminar hasta tu casa, ven. —se había volteado, para permitirse que ella subiera a su espalda. El corazón de la chica se aceleró. —Lo hiciste bien.

—No, me caí y quedé fuera.

—Pero lo hiciste, es lo que cuenta, ¿no? —llevar a Sakura en su espalda le recordó a él y su hermano, fueron buenos tiempos en los que su relación de hermanos era muy unida.

—¿Y Naruto?

—Se fue a su casa, pero me dijo que te esperara.

—Ya veo.

Ese día había perdido la competencia por su culpa, se sentía frustrada por todo ese tiempo entrenando duro, permitió que su mente le engañara y ahora se sentía una perdedora. Sin embargo, el estar tan cerca de Sasuke la hacía sentir reconfortada, podía escuchar su respiración, percibir su aroma. Deseaba que el tiempo se detuviera.

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