"Qué extraño"

Ese fue el primer pensamiento de Kim Taehyung cuando Jungkook no apareció en el partido de futbol al que lo había invitado la tarde de ayer.

¿Había hecho algo mal? ¿Lo había incomodado y no se había dado cuenta?

Realmente no lo sabía y de alguna manera aquello lo hacía sentir frustrado, como si quisiera arreglar cualquier fisura de la no tan larga amistad que de pronto estaba construyendo con Jungkook.

—¡Otra vez perdimos! —le había gritado Jimin, no le hizo caso, en cambio, se dejó caer sobre el césped verde, sintiendo la frescura recorrer su cuerpo—. Y extrañamente esta vez no fue mi culpa —señaló el rubio, Taehyung suspiró.

—Qué curioso ¿no? —atinó a decir, mientras observaba a sus demás amigos alejarse después de haber cobrado la apuesta, con un Minho enojado y decidido a no volver hacer equipo con él y Jimin—. Supongo que la próxima vez tendremos que buscar un reemplazo para Minho —se burló, con poca gracia.

Jimin lo observaba con curiosidad, tenían muchos años de amistad y el comportamiento de Taehyung era especialmente poco común el día de hoy. Cuando parecía que no pasaba nada por su cabeza, significaba que en realidad había ocurrido un desastre, y esas veces siempre estaban relacionadas con su familia.

Se preocupó.

—¿Pasó algo? —preguntó entonces, sentándose a un lado, recogiendo sus piernas y ubicando las manos en sus muslos—. Hoy estuviste perdido en el partido, me quitaste el protagónico —bromeó, Taehyung le regaló una sonrisa de labios cerrados.

—Nada importante, supongo que mis ganas de jugar no eran tan altas como pensaba.

Por supuesto que no, pensó, esas ganas se fueron por el caño en el momento en que se sintió rechazado por Jungkook. De todas maneras, no lograba entender completamente ese sentimiento que de un momento a otro estaba empezando a crecer dentro de él.

Era molesto.

Se sentía fastidioso y un poco tonto.

—¿De verdad estás bien? ¿Pasó algo en tu casa? —siguió insistiendo Jimin, reacio a creerse sus palabras.— Después de todo, sabes que tengo experiencia con personas poco comunicativas y puedo darme cuenta cuando de verdad están siendo sinceros o no —lo acusó.— Yoongi ya me preparó muy bien en esa área de los animales llamados humanos.

Taehyung se sentó, imitando la postura de Jimin, le regaló una mirada sincera, mientras dejaba escapar un suspiro ruidoso.

—Te aseguro que esto no tiene que ver nada con mi familia, Jimin-ah.

—Algún día espero que me cuentes por qué te llevas mal con tus padres —dijo Jimin, rascando su barbilla, curioso—. Me preocupa tu actuar cuando sucede algo en tu casa, tu actitud siempre cambia radicalmente, ¡y es increíble que yo siendo tu amigo por siete años aún no lo sepa! —chilló, apuntándolo con los dedos—. Eso no es de parabatais —finalizó, agitado.

Taehyung esta vez rio con más fuerza, con un poco de vergüenza, ruborizándose sus mejillas, reacción que aparecía cada vez que escuchaba aquella palabra, que en un principio desconocía, ya que no era muy amante de la lectura y Jimin simplemente le dijo que investigara por su cuenta.

Parabatai según internet, eran guerreros que se unían por un juramento, convirtiéndose en un tipo de alma gemela el uno para el otro, dispuestos a luchar juntos para toda la vida. Sí, una palabra sacada de un libro llamado Cazadores de Sombras. A veces Jimin era muy ocurrente al querer llevar la ficción a la vida real.

Pero bueno, si no fuera de esa manera no sería Jimin.

—Yo también espero que llegue ese día —concordó con Jimin una vez hubo calmado su risa.

—Solo te haces el interesante, no se te olvide que aún sigo dolido porque nunca más quisiste llevarme a tu casa desde la última vez hace cuatro años. ¡Es que aún me pregunto por qué sigo siendo tu amigo!

Taehyung bajó la mirada, ya hace un tiempo Jimin no había hablado sobre eso, en realidad estaba un poco cansado de mentir, pero más que todo, lo hacía por no hacer sentir mal a su amigo.

Pero le diría, ya no se callaría, de alguna forma podía saber que Jimin comprendería, aunque claro, después de lanzar varios improperios al aire, de eso estaba seguro.

Cerró los ojos, llevando las manos a su cara y dijo lo siguiente: —Es porque eres gay, es porque eres muy afeminado, por eso tengo prohibido llevarte a mi casa, Jimin. Mis padres no soportan a ese tipo de personas.

Ya. Eso era, lo había dicho.

Su corazón latía con fuerza, algo temeroso por la reacción de Jimin, ya se lo imaginaba levantándose a regañadientes, yéndose del lugar y dejándolo solo. Sin embargo, eso no ocurrió.

—¿Y cómo te sientes tú cuando estás conmigo?

Taehyung levantó su mirada, extrañado, de todo lo que se imaginó que diría, en su cabeza nunca estuvo esa pregunta.

­­­—No sé qué tipo de pregunta es esa, pero nunca me he sentido tan cómodo con una persona, y esa persona siempre es contigo, Jimin. Tus gustos es lo menos que debería definirte, hay cosas más importantes.

—¿Ves? Al final eso es lo único que me interesa, y es lo que a ti también debería de interesarte: nuestra amistad. Si me lo hubieras dicho desde un principio, esta rabia que sentía ni si quiera existiría en mi corazón de oro —levantó sus cejas, dándole una sonrisa a Taehyung—. Creo que siempre tuve una idea de por qué dejaste de llevarme a tu casa, ya que curiosamente fue hace cuatro años que dejé de querer encajar en lo que la sociedad considera "normal". ¡Maldita sociedad heteronormativa! Igual te seguiré odiando por ocultármelo tanto tiempo, idiota. —Concluyó.

Era verdad, Jimin salió del "closet" a los diecisiete años, en décimo grado de secundaria, fue bastante impactante pues se convirtió en la primer persona en ser abiertamente homosexual en su colegio, y también la primer persona en empezar un noviazgo con otro chico de último año, que no era Yoongi, claro.

Así mismo fue el primer estudiante en ser encontrado dándole una mamada a su novio de entonces en los baños. Bueno, Jimin fue el "primeras veces" de su colegio más de lo que hubiese querido y, por supuesto, no todas fueron por cosas muy puritanas que digamos.

Taehyung lo había conocido en séptimo grado después de que su familia se mudara por negocios de su padre hacia Busan. Taehyung pensó que sería difícil adaptarse, que extrañaría en demasía sus antiguos compañeros de escuela en Daegu. Felizmente estuvo equivocado, después de hacerse amigo de Jimin.

—No prometo no ocultarte nada, pero si lamento que mis inseguridades pudieran afectarte de alguna manera, no quería lastimarte, pero al final siempre terminó ocurriendo. —Taehyung se levantó y le dio la mano a Jimin para que hiciera lo mismo—. Después de todo, esa es una de las principales razones por las que vivo en constante choque de ideas con mi familia —aceptó. —¿Me disculpas?

Jimin lo observó por largo rato, sintiendo una cosa rara cayendo de sus ojos. Una lagrima.

—¡Agh! Yo quería cobrarte de otra manera, pero saliste con tu cursilería —dijo entonces—. No, no te voy a disculpar, Kim Taehyung.

—Bueno, pero si lloraste quiere decir que mis palabras te tocaron el corazón de pollo que tienes allí en tu diminuto pecho —se burló entonces, ambos dirigiéndose al interior de los pasillos de la Universidad.

—No seas imbécil, había mucho viento y algo de polvo cayó dentro de mis ojos, ¡tus palabras no tienen nada que ver! —se defendió.

—Lo que tú digas Jimin-ssi, lo que tú digas.

Y entonces lo vio, ambos deteniéndose abruptamente al hacer contacto visual. Mismo que no duró mucho, debido a que Jungkook se giró en dirección contraria y salió corriendo, girando a su izquierda a máxima velocidad, como si de un roedor se tratase.

Muchos pensamientos se acumularon en la cabeza de Taehyung que le impidieron reaccionar de inmediato, sin embargo, el que más perduró fue el de: "Jungkook ha sido golpeado, Jungkook tiene un color morado, muy visible bajo su pómulo".

­—¿Pasa algo Taeh...

La pregunta de Jimin se quedó sin terminar al ser interrumpido por la agitada y grave voz de su amigo.

—Lo siento Jimin-ssi, tengo algo que hacer.

Y también salió corriendo, tomando la misma dirección de Jungkook.

Tenía que alcanzarlo.

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