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Capítulo 5.

"Lleno de soledad, este jardín está floreciendo con bastantes espinas. ¿Tienes algún lugar hacia dónde ir? ¿Podrías decirme? Te he visto escondido en este jardín. Es mi destino, porque no puedo ir hacia ti. Floreciendo en la soledad, hay una flor que se parece a ti, por favor, dame fuerzas para estar contigo, ilumíname".

BTS – The Truth Untold

Enero 1960.

Aquella mañana, Kim Taehyung se levantó de su cama sumamente confundido en el momento que su padre fue a despertarlo, gracias a Solar terminó antes de tiempo en acomodarse, bajó a la cocina -teniendo bastante cuidado por las escaleras- con el fin de tomar su desayuno. El silencio era partícipe en el espacio, un silencio demasiado incómodo, no solo para él sino para todos.

—Taehyung, debemos comentarte sobre un tema de gran importancia, posee relevancia tanto para ti como nosotros.

El tono fuerte y serio de su progenitor ocasionó que dejara de comer, curioso le prestó su atención.

—Por supuesto, padre. Me encuentro en disposición.

En ese momento, el temor empleado era desconcertante, sentía el nudo en su estómago crecer conforme su padre suspiraba, seguramente organizando su argumento.

—A partir de hoy, nuestra vivienda pasará a estar militariza.

Percibió el poco desayuno ingerido dispuesto a regresarse, las palabras firmes del mayor provocaron que sus músculos se tensaran.

—¿Qué? ¿Se me permite saber el motivo? Por favor—preguntó asustado, se encogió al escuchar un sólido golpe contra la mesa, con temor guardó silencio, evitando que su padre estuviese más enfadado.

—No te concierne, hijo. Solamente estoy informándote. La casa será protegida por los militares; cinco dormirán en la cabaña ubicada cerca del jardín, el resto se repartirá entre los aposentos para huéspedes que se encuentren disponibles. Sin embargo, algunos de ellos eligieron armar un campamento al lado de sus compañeros.

—Minho, no dejaré que Taehyung esté en contacto con ellos. No me agradan.

La voz de su madre fue alta con intención a ser escuchada, sin querer participar en la conversación, logró oír el suspiro pesado contrario.

—Debes ignorarlos, Taehyung, ten presente que esos hombres no existen, mucho menos es como si pudieses verlos.

—¡MINHO! ¡¿Qué te ocurre?! Tae no posee culpa de ningún acto, fue la víctima, no le hables en ese tono —Discutió alzando la voz hacia su esposo, enojada. No tenía derecho en hablarle así, menos sin motivo aparente. Minutos después, se oyeron varias pisadas, solamente quedó el castaño y su progenitora en el comedor.

Taehyung asustado mantenía la cabeza baja mientras lágrimas caían por sus suaves mejillas, escuchó los tacones de su madre acercarse. Una mano le tocó el brazo, luego, se envolvió con delicadeza, sintió calidez y protección en su abrazo. Recostó su cabeza en el pecho de su madre correspondiendo el afecto.

—No le prestes atención, mi amor, tu padre no es consciente de lo que menciona.

—¿Por cuáles motivos vendrán los militares? No quiero mamá, ellos... Ellos son malos muy crueles —La mayor vio su expresión triste, desolada, esas palabras hablaban por sí solas, Taehyung tiene miedo.

—Tu padre, ahora forma parte de la corte militar, cariño, debido a que firmó un acuerdo con el capitán así ambos defienden la dictadura del país, es complicado entenderlo, mi vida. Solo mantente alejado, Tae, su presencia no me deja estar en paz.

Menciona su madre tranquilamente, logrando calmarlo un poco, besa su cabeza con cariño, diciéndole que fuese a recortarse, después, se retiró despacio del comedor. Solar observó a Taehyung llorando en silencio para no importunar, le ayudó a levantarse llevándolo hacia sus aposentos; sentía pesar por el chico, cargaba culpas en vano.

—¿La habitación final del corredor está libre? —Indagó, luego de un corto silencio.

—Si.

Asintió en confirmación, dispuesto a caminar se levantó de la cama.

—Me gustaría cambiarme para dicha habitación, por favor, no quiero escucharlos, podrías mover mis pertenencias inmediatamente. Perdona las molestias causadas.

Solar asintió en confirmación a su orden, solo dijo: "Está bien, ya lo realizo". Afortunadamente, otra chica ayudó, así agilizaron el paso terminando más rápido de organizar. Tal vez, esa habitación no era tan espaciosa como su anterior aposento principal, de tal manera, no tendría inconveniente en oír a los militares al momento que invadan la propiedad, quería evitar por toda costa tener encuentro alguno, su resentimiento y miedo aumentaban, ahora bien, no se sentía a salvo en ningún lugar.

Después de instalarse en su nueva habitación, estaba sentado sobre unos cojines en el suelo concentrado en el ruido de las furgonetas. Al instante, su puerta fue tocada dos veces, mencionó: "adelante, por favor", solo bastaron unos segundos para escuchar con rapidez las pisadas de alguien.

—Joven Tae, los señores han llegado, están instalándose en la parte trasera. Por recomendación de su madre, no debe salir, nosotras recibimos órdenes directas explicándonos que únicamente estaremos a su disposición a partir de hoy. Hwasa, Solar y yo asistiremos a sus mandatos —la voz firme y calmada de Moonbyul tranquilizó a Taehyung, sintiéndose a gusto simplemente asintió.

—Podrías reportarme la cantidad de personas que arribaron, por favor.

Cuestionó bastante curioso, quería un número exacto de cuántos asesinos invaden su vivienda.

—Son alrededor de unos veinte hombres, adicionalmente, el personal que enviaron con ellos, en total serían veinticinco personas. Los empleados nuevos estarán a disposición de atenderlos, también se ofrecieron para colaborar con la limpieza de la casa, lo cual, es un alivio.

Dichas palabras lograron alarmarlo, no deseaba a nadie de su personal cerca de sí mismo.

—Encárgate de explicarle al personal llegado que usted, junto con Solar y Hwasa se encargarán de limpiar las últimas tres habitaciones, por favor. Ustedes serán las únicas que entren a mi habitación.

Ordenó seriamente, Solar asintió en respuesta, despidiéndose con una venia se retiró de su aposento, Taehyung colocándose de pie, caminó alrededor del espacio palpando todo, intentando aprenderse las posiciones en su mente para evitar otro accidente. Al terminar, subió a su cómoda cama acostándose, cerró sus bonitos ojos logrando descansar un poco, a pesar del ruido exterior en el jardín.

A tal efecto, varias horas pasaron ocasionando que el atardecer estuviese sobre Busan; el castaño sumergido en el sueño se despertó inmediatamente al oír dos toques, seguidamente exclama: "puede ingresar".

—Joven Taehyung, todos los militares están instalados, su padre ofrecerá una cena para ellos, además, solicita su presencia —el tono de Solar resonó en los oídos del contrario.

—Dile que me siento mal, por favor, no quiero conocer a esos invasores quita hogares y asesinos —su voz seria provocó que la rubia se asustara un poco.

—En unos momentos, Moonbyul le subirá la cena, si requiere de algo más, suena esta campanilla —la chica colocó sobre sus manos una pequeña campana de color dorado.

—¿Qué objetivo tiene? —preguntó confundido mientras la tocaba con sus manos.

—Es para que usted nos llame cada vez que le sea necesario. Hwasa y Moonbyul ya están informadas, en dado caso que no pueda recurrir, alguna de ellas vendrá para atenderlo, joven Tae.

Taehyung sonrió, juguetón sonó la campanilla obteniendo una ligera risa por parte de Solar.

—Nosotras nunca lo dejaremos, está a salvo joven, los nuevos empleados están al tanto de su orden, están dispuestos a seguir sus mandatos.

El castaño asintió en respuesta de sus palabras, sintiéndose contento y un poco, solo un poco, más tranquilo.

Estaban tan sumidos en su conversación que no se dieron cuenta de la otra presencia, tocaba con algo de insistencia al no recibir respuesta alguna. La rubia se dirigió hacia la puerta abriéndola, seguidamente ingresó su compañera de trabajo.

—Le informo que la cena es crema de maíz en acompañamiento de arroz y pan. De tomar, limonada debido al terrible calor que está haciendo esta noche.

Taehyung río ante la descripción de Moonbyul con la cena, ambas chicas ayudaron a guiarle hasta su mesita pequeña, al instante, las dos chicas fueron por sus viandas a la cocina, para hacerle compañía, ninguna quería que Taehyung cenara solo, en tanto los demás estaban en la parte baja charlando. Seguidamente, Hwasa ingresó con cuatro vasos de agua y una taza de té. Juntos terminaron de comer en la pequeña mesa, entre constantes risas y comentarios.

Por otro lado, Jeon Jungkook visualizaba aquella casa, mediante el cual, había estado dos veces, a partir de esa noche en adelante residiría todos los días; la casa de Kim Taehyung era acogedora, sentado en el gran comedor disfrutaba del banquete organizado por el señor Kim Minho y su agradable esposa Kim Jinri, su mirada buscaba disimuladamente al castaño, esperando su aparición, aunque durante toda la cena jamás se presentó.

Al culminar la cena se dirigió junto a Min Yoongi hacia el campamento que anteriormente montaron en el jardín, su casa de campaña estaría compartida con Yoongi, agradecía internamente que no le asignaran a Hoseok, siempre los colocaban juntos, debido a que casi nadie toleraba, al contrario, el pelinegro confundido no estaba al tanto de los motivos, por el cual, "soportaban" a su amigo.

Acostado en su catre inhaló profundamente, giró su cabeza hacia la pequeña ventana, notando luz encendida en una de las tantas habitaciones situadas en el segundo piso, minutos después aquella luz se apagó, Jungkook cerró sus ojos tratando de conciliar el sueño.

Posteriormente, a las cinco de la mañana los turnos de guardia empezaron a rotar, Jeon Jungkook se levantó de su catre cansado, talló sus ojos volteando para visualizar a Min Yoongi aún dormido, tomó la bolsa de su saco estrellándola en su cara, Yoongi se enderezó alarmado, giró su cabeza viéndolo con una expresión seria, sin hablarle se colocó de pie. Ambos comenzaron a cambiarse, tomaron sus armas acomodándolas en la funda situada en su cintura, caminaron con bastante vagancia hacia sus puestos de guardia.

—Me es mejor estar aquí que soportando a Hoseok —la voz grave y seca del pálido llamó la atención del pelinegro.

—Lo sé, podemos dormir más horas, sin que esté regañándonos —Expresa Jungkook mientras bostezaba tallando sus ojos.

Sin continuar el diálogo, iniciaron su labor, el puesto de Yoongi estaba situado por la escalera mientras que el de Jungkook en junto a la entrada, el pelinegro suspiró cansado mirando alrededor, le desagradaba estar de pie durante horas seguidas sin moverse, aunque prefería eso a estar con Jung Hoseok asesinando personas. El silencio gobernó por completo, sin embargo, a lo lejos se escuchó una ráfaga de disparos, Jungkook observó a su amigo y al unísono suspiraron, Hoseok había empezado a trabajar temprano con los sujetos.

Exactamente, a las nueve de la mañana un ligero tintineo se escuchó en el segundo piso de la casa, tanto Jungkook como Yoongi se giraron a verse confundidos, sujetaron bien el arma entre sus manos comenzando a subir lentamente al siguiente piso, segundos después fueron interrumpido por dos chicas, una subió rápidamente perdiéndose por el corredor en tanto la otra le detuvo el paso a Yoongi

—Esta área de la casa está prohibida, no pueden pasar al pasillo —la voz seca de la chica ocasionó que Yoongi la observara mal, sin dirigirle palabra alguna desapareció siguiendo a su compañera.

Indignado miró a Jungkook con incertidumbre.

—No me interesa lo que se encuentre arriba, cuidamos a las señoritas para que no las asesinen, en caso de que los rebeldes decidan atacar esta casa, dejaré que ejecuten a esa morena maleducada.

La ligera risa de Jungkook se escuchó, con humor observó a su compañero bufar molesto por la actitud de aquella chica.

Recuperó su postura cuando la puerta fue tocada tres veces, una mujer del servicio abrió dejando ingresar a un chico, el cual, portaba un traje negro, su cabello color castaño bien peinado, perfumado, cada parte de su vestimenta en orden, galante y hermoso se miraba, ese chico es alguien importante, intuyó Jungkook, al segundo, su mirada se encontró con la suya, portaba ojos cafés oscuros, sintió que lo escaneaba de arriba hacia abajo e ignoró su presencia empezando a caminar hacia las escalera de la casa, misma lugar donde habían desaparecido ambas chicas anteriormente. Justo a tiempo, Min Yoongi lo detuvo de golpe parándose frente a él.

—Caballero, es necesario que se identifíquese, por favor —Su voz firme provocó que la mirada del castaño se tornara filosa y seria.

—Me interrogaron en la entrada, seré amable contigo, así que, apártate de mi camino, ahora.

El pálido negó apretando su arma ante la presencia del castaño, aquel acto no pasó desapercibido, por el contrario, con malicia formó una sonrisa.

—¿Me vas a disparar? Quítate, si no deseas tener inconvenientes conmigo —La voz fuerte del chico ocasionó que por primera vez Min Yoongi sintiera nervios ante su amenaza.

—Por favor, comprenda, no puedo dejarlo pasar, esa área de la casa está prohibida — Yoongi quería reírse en su cara ante el notable coraje que tenía.

El castaño cansado de la situación empujó al contrario provocando que cayera en uno de los escalones. Sin voltear a verlo, empezó a subir con prisa, no obstante, se detuvo al inicio del pasillo cuando el mismo chico lo jaló de su brazo.

—No me toques, idiota —exclamó fríamente soltándose...

—No puede pasar, es una orden que nosotros debemos se...

Yoongi dejó las palabras al aire cuando su cuerpo se estrelló contra el piso. El castaño le había golpeado fuertemente.

—Park Jimin, ese es mi nombre, además, me encargaré que no lo olvides, idiota.

El susodicho miró como Park Jimin se desplazaba por el pasillo. Jungkook subió con rapidez ayudándolo a levantarse, bajaron a la cocina buscando curarlo.

—¿Qué le sucedió? —indagó una mujer de mayor edad, al observar como la sangre salía por nariz.

—Park Jimin, eso le ocurrió —responde Jungkook, la mujer alarmada soltó el algodón de sus manos ocasionando que terminara en el suelo.

—¿Park Jimin?

Su voz tembló al preguntar aquello, ambos chicos asintieron con la cabeza en afirmación.

—Justamente fue ese idiota. No es por ser descortés o ignorante, aunque... ¿Quién es? —Interrogó Yoongi molesto, la mujer volteó a verlo en silencio...

—Park Jimin, hijo del señor Park Sungwoo, es un importante General, posee demasiado poder e influencia, el señorito Park es su único hijo, de igual forma, es la adoración de sus padres, suele ser muy tranquilo, pero no lo hagas enojar porque te arrepentirás.

El cuerpo del contrario se tensó por completo, inconscientemente tocó su cuello. La mujer con pesar le sonrió, intentando no terminar de angustiarlo.

—¿Qué acontece si le hice enfadar? Menciono que fue por accidente, no estaba al tanto de quién era—preguntó el pálido nervioso, todas las damas en la cocina se observaron, pensaron la misma palabra, como si tuviesen telepatía.

—Morirás —respondieron en coro. El chico con temor miró a Jungkook, quien se encontraba en silencio analizando lo anteriormente sucedido. Continuaba con varias incógnitas sin encontrar motivos aparentes.

Por tal motivo, Min Yoongi terminó cavando su propia tumba.

M.B

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