Último capítulo:

Cuando abro los ojos, me percato de que pequeñas motas de luz se hacen paso por las rendijas de las tablas en las ventanas de la fábrica abandonada. Eso solo significa que ya amaneció, un nuevo día y yo solo siento dolor.

Un horrible dolor en la nuca, piernas y brazos. Créanme que no es nada cómodo estar en una silla amarrada toda la maldita noche.

El olor a tierra mojada me hace saber que estuvo lloviendo, incluso se siente un poco de frialdad que me hace erizar. ¿Cuándo me sacarán de aquí?

- Buenos días - canturrea el psicópata luego de que abre la puerta de la gran bodega, haciendo su entrada triunfal.

Yo solo quiero estamparle un puño en el rostro y una patada en el estómago, por hijo de puta.

Con cara de culo lo miro con intenciones de asesinarlo con mis ojos, ojalá y éstos fueran dagas para lanzarlas directo a su corazón e hígado. ¡Maldito maníaco!

- Buenos días para ti porque para mí no, vaya noche y día de mierda - respondo con indiferencia.

- Auch preciosa - se hace el ofendido - Me han dicho que te has portado muy bien.

- Que más remedio - ruedo los ojos bufando.

- Por eso te he traído un regalo - sonríe todo esplendoroso, ganas no me faltan de borrarle esa sonrisa con un escupitajo.

- ¿Un regalo? - mofo una sonrisa divertida alzando una ceja.

¿Desde cuándo a los secuestrados nos dan regalos?

El chico asiente acercándose a paso lento hacia mí hasta ponerse en mi espalda para susurrar en mi oído, mirando en dirección a la puerta que vuelve a ser abierta de par en par. Un escalofrío atraviesa mi espina dorsal, tengo un mal presentimiento.

- Adivina - murmura en mi oreja - ¿Querías verlo?

Su pregunta me descoloca un poco porque no veo a nadie, pero igual hay una espinita que me hinca no dejándome del todo tranquila. Luego de unos minutos todo toma sentido y veo su supuesto "regalo".

- ¡Jungkook! - grito quebrándome al instante.

- ¡Clí! - él forcejea tratando de soltarse del agarre de los matones que lo escoltan.

Todo ésto es una basura. ¿Tanto esfuerzo para nada? Le harán daño de igual forma y todo por mí culpa. ¿Cuánto tiempo estuve pendiente de que me odiara? Ahora está aquí, frente a mí y tal vez lo maten o quizás a ambos.

- Este.. éste no era nuestro trato - sollozo observando al loco secuestrador que ríe como si todo lo que está pasando fuera lo más gracioso de la historia.

Yo quiero correr, salvarlo. Me deshago segundo tras segundo, sabiendo que nuestro final no será uno bonito y que no le he pedido perdón por toda la mierda por la que lo he hecho pasar. Me odio a mí misma por no cumplir mi palabra y no alejarlo de éste tormento.

A su lado supe lo que en verdad es sentirse amada, feliz, dichosa. Yo no pude devolverle ni un poquito de todo lo que me regaló los días que estuvo a mí lado.

Rencor, rabia, recorre en la sangre de mis venas. Llenando mi cuerpo de aborrecimiento.

- ¿Entonces es un sí? - pregunta con entusiasmo.

- Sí, sí a todo pero déjalo ir - le miro a los ojos - Por favor.

- Por Dios Clío, Jeon saca hasta tú lado educado.

- ¡Suéltalo!

- Esa sí es la Baek Clío que conozco.

- ¡No me jodas! Me caso contigo pero déjalo a él libre - grito encolerizada.

- ¡¿Casarte?! - chilla Jungkook negando varias veces, sus mejillas están empapadas por sus lágrimas - No, no lo hagas. Yo.. yo te amo, Clí. No puedes irte con él. No dejes que...

- ¡Cállate! - vocifero llorando - No lo hagas más difícil.

Y es que lo amo tanto.

Pocas cosas hago mejor que amarle, me sale bien, me sale del alma y cuando algo sale tan del alma, no hay viento que lo apague, lo detenga o se lo lleve. Es una pena, no supimos quedarnos. No supimos qué darnos. Y ésta vez ni una tilda podrá arreglarlo.

Estoy podrida y él no lo merece.

Pero él llegó a mí vida como si fuese un torbellino, uno muy especial. Sin esperarlo reparó mi viejo columpio, lo pintó de colores, le aseguró las cadenas y me ayudó. Me empujó suavemente y me sostuvo. Entonces, me atreví a levantar los pies del suelo y sentí que podía volar otra vez.

Pero es tarde para un nosotros.

- Gracias - murmuro, una lágrima solitaria se resbala por mí mejilla, pero sé que me entendió, su llanto desconsolado me lo confirma.

Aprovechando un momento de despite de los tipos encapuchados logra soltarse de sus agarres y corre. Corre en mi dirección, pero cae de rodillas antes de llegar. El psicópata me apunta la sien con un arma haciéndolo parar.

- Ven, ven hasta aquí y le vuelo la cabeza - le amenaza.

- ¡Mátame a mí! - le grita el amor de mi vida.

¿Se ha vuelto loco?

- Clí - solloza, me parte el corazón verle tan afligido - Eres mi persona favorita, eres mi todo. Quiero compartir mi vida contigo, quiero tener recuerdos contigo.

Niego una y otra vez, no quiero escucharlo. No puedo verlo así, quiero que se feliz, que haga lo que yo no podré hacer porque él se lo merece. Él es paz, es magia, es amor, es nostalgia, es locura, es alegría,  es hogar. Es lo perfecto en lo imperfecto, es eso que no quiero cambiar. Es lo que siempre esperé del amor y más. No sabía lo que era el amor hasta que lo conocí y elegí quererlo. Fue ahí cuando encontré un amor libre, sin condiciones, sin dependencia. Entonces supe que lo prefería, que era él con quién quería estar el resto de mi vida y alzar el vuelo. Y quería que en ésta aventura fuera mi compañero.

Decirle te amo a Jungkook sería quedarme corta porque todos mis pensamientos y sentimientos le pertenecen. Yo soy suya desde siempre.

- No puedes hacerlo - grita una vez más dando puñetazos al suelo polvoriento.

- A ver, ésta escena está muy romántica y todo, pero ya la muñequita lo decidió. Es mía.

¡Tuya ni mierdas!

Aprieto los labios apartando la vista del chico que yace llorando frente a mí. Veo sus intenciones de llegar a mí, pero es imposible, sabe que si da un paso más me matarán. Me desatan de pies y manos aliviando ese dolor punzante en mis articulaciones, siento mis piernas temblar y sé que me costará trabajo caminar luego.

- Ya saben qué hacer con él - dice el jefe riéndose, luego tira de mi brazo para que me pare y le siga a la salida.

- ¿Qué le harán? - mi respiración se torna irregular cuando miró hacia atrás y lo veo ahora a él atado en la silla en la que yo me encontraba antes y trastean debajo de ésta.

¿Eso es...?

¡Una bomba!

Con las pocas fuerzas que tengo muerdo la mano del loco estúpido y enfermo ese y corro de regreso.

- ¡Actívenla! - ordena con un rugido.

5..

Lo abrazo fuerte hundiendo mi cara en su cuello, aspirando su olor y sollozo. Me derrumbo frente a él.

4..

- Perdón, perdón. ¡Perdóname! - beso todo su rostro y apoyo mi frente a la suya mirándole a los ojos, ambos estamos llorando porque sabemos lo que pasará - Te amo, Jungkook.

3..

- También te amo - me dice con ternura sonriendo levemente.

2..

Solo sé una cosa con certeza, que haría cualquier cosa por él, incluso si eso significa ir en contra de mis instintos o de mi propia naturaleza. Dejaría toda las cosas que poseo, – justo lo que estoy haciendo ahora – hasta mi alma por él. Si eso no es amor, pues es lo mejor que tengo.

Lo abrazo más fuerte.

1..

Nadie tiene la vida comprada, todo acaba en un abrir y cerrar de ojos sí que te des cuenta. Así que no grites, no ofendas, no juzgues, no humilles. Llora, ríe, salta, disfruta, ama. Pero sobre todo sé tú mismo. Si caes, levántate y sigue. No olvides que vayas donde vayas tus huellas quedan, no te detengas. Y si un día me preguntan, qué es la vida. Responderé que, la vida es hermosa porque a pesar de las lágrimas, los malos momentos, los dolores y las decepciones, siempre te da la oportunidad de empezar de nuevo, como a nosotros, pero en la eternidad.

Fin.