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Week 3 -Take it off-

Era algo alarmante, un tanto preocupante y otro poco más desconcertante la cantidad de heridas que tenía ese cuerpo frente él. Namjoon no dejaba de intentar comprender la razón de esas marcas violáceas, rojizas, algunos que parecían estar sanando estaban en tonalidades azules y oscuras.

La piel de Jungkook era bastante pálida, haciendo que destacaran todos y cada uno de esos golpes, los cuales ocultaban muy bien las costillas expuestas del menor.

— ¡Agh! Duele.

— Ya casi termino, solo quédate quieto para que el vendaje quede bien sujeto.

El mayor terminó la revisión de todas las heridas en el cuerpo contrario, asegurándose de cubrir muy bien el torso del menor, en especial teniendo cuidado al ajustar las vendas. Al menos en esta ocasión no tenía ninguna herida abierta en el rostro, el moretón de la semana anterior comenzaba a curarse bastante bien.

— ¡Auch! – se quejó nuevamente Jungkook al sentir demasiada presión en su pecho, le era difícil el respirar, al menos con los medicamentos podía olvidar el dolor físico por algunas horas.

— Lo siento, sabes muy bien que no es mi intención el lastimarte – Namjoon revisó una última vez su trabajo mientras que acomodaba sus lentes que habían resbalado por el puente de su nariz – parece que esto será suficiente para esos golpes, afortunadamente las costillas no están rotas, esperemos que no tengan alguna fisura.

— Puedo poner mi ropa de nuevo, está haciendo frío – el mayor asintió mientras se alejaba hasta sentarse detrás de su escritorio observando con su ceño fruncido a Jungkook – ¿Qué sucede doctor Kim?

— Eso mismo es lo que yo me pregunto. ¿Qué es lo que está ocurriendo Jungkook? Esto es algo muy recurrente, cada lunes por la mañana apareces así – señaló el mayor haciendo que Jungkook se encogiera de hombros – ¿estás metido en algún tipo de club de peleas callejeras? ¿Practicas algún deporte de esfuerzo físico?

— Algo así... – murmuró el menor rascando su nuca y sonriendo apenas, era la primera vez en semanas que podía verlo sin la mascarilla y sin rastros recientes de golpes –, pero no es algo por lo cual preocuparse.

— Jungkook, no puedes seguir haciendo menos lo que está pasando, si no me tienes la suficiente confianza para decir la verdad no tengo problema, pero tienes a muchas personas que se preocupan por ti, solo tienes que permitir que lo hagan.

No. No dejaría que alguien más cargara con sus problemas, estaba bien con eso, Ryeon podía vivir en una vida medianamente tranquila gracias a que él no le permitía ver más allá de lo que ocurría. Los pacientes que necesitaban de apoyo estarían felices al tener una persona que les reconfortara y ahora mucho más gracias a que los golpes se encontraban en su cuerpo y no en su rostro.

Le hacía sentir culpable cuando los pacientes, en especial las personas mayores, le decían que era muy triste que ocultara su rostro detrás de una mascarilla, al menos ahora podría regalarles una sonrisa para alegrar su día.

En cuanto a Taehyung... Taehyung...

El mayor ni siquiera era parte de sus planes, Taehyung era como un pequeño regalo de la vida, como una recompensa por ser tan bueno, por soportar tanto dolor físico... sí, solo dolor físico.

— Estoy bien, doctor Kim, le prometo que esto no es nada – Jungkook comenzó a tomar sus cosas para ponerse de pie evitando alargar aquella conversación.

— Será mejor que no vuelvas a meterte en problemas, podrías lastimarte gravemente, piensa en Ryeon – el menor detuvo sus movimientos, sosteniendo con fuerza el pomo de la puerta, regresando la mirada hacia Namjoon quien lo veía serio – tu madre no estaría de acuerdo que estés metido en algo malo.

— Es por ella que hago esto – dijo casi entre dientes, mordiendo apenas su labio inferior, sintiendo la elevación debido a una cicatriz de una vieja herida – gracias por todo doctor Kim.

Al salir de la oficina de Namjoon se encontró de frente con Hoseok quien de inmediato le sonrió al verlo.

— Jungkook-ah, tanto tiempo sin verte aquí, ¿te levantaron el castigo?

— Así es hyung, ya no tengo ningún rastro de heridas en el rostro – el mayor no pudo contener su emoción al darle un leve golpe en el hombro, haciendo que Jungkook sufriera por el dolor.

— Incluso te quitaste la mascarilla, Ryeon estará feliz de ver tu rostro libre de eso, pero dime ¿esto quiere decir que todo terminó?

— Aún no lo sé hyung, es complicado cuando se trata de eso – Jungkook no quería seguir hablando y quizá comenzaba a desarrollar cierto poder para atraer perfectas excusas, ya que su teléfono comenzó a sonar con cierta melodía de jazz.

— ¿Qué es esa música?

— Es una llamada, debo responder.

El menor se ruborizó demasiado, al notar la curiosidad de su hyung respecto a esa llamada tan oportuna, a la cual no tardó ni un segundo más en responder, teniendo una enorme sonrisa en su rostro junto con un brillo especial en sus ojos que lo hacían ver diferente.

Se trataba de un gesto genuino, no uno el cual mantenía como una máscara, esa sonrisa era verdadera junto con aquella manera nerviosa de responder a cada pregunta que le hacían a través de la línea, aunque con el pasar de los segundos su estado de ánimo fue decayendo poco a poco.

— Tae, ¿por qué de repente cancelas la cita de hoy?

Solo no estoy de ánimo, estaré en casa con hyung – Taehyung parecía muy desanimado, cuando tan solo esa misma mañana mientras tuvieron su usual llamada se escuchaba de buen humor.

— ¿Sucedió algo?

No pasó nada, ¿tiene que pasar algo para que no quiera salir?

Eso había sido demasiado rudo, un tanto brusco para el actuar habitual de Taehyung, al menos para Jungkook ese tipo de malhumor no era normal.

— Hyung, solo quiero saber qué está mal.

No pasa nada Jungkook, es solo que... estoy cansado...

Claro, cansado, quizá lo creería si no utilizara ese tono de voz falso, Jungkook sintió la ansiedad creciendo en él, le era muy fácil preocuparse por el resto de personas de aquella manera y ahora con Taehyung no lo podía evitar, el conocerlo le estaba brindando cierto grado de acercamiento.

— Hyung... si estás cansado... – lo dudó por algunos segundos, en especial porque tan pronto como su comportamiento fue notorio para Hoseok este no le quitó la mirada de encima – podría ir a tu casa, solo si eso está bien para ti.

¿Por qué harías algo como eso? – un balde con cubos de hielo en la cara dolía menos que el rechazo del mayor, la presión en el pecho de Jungkook aumentó. Tonto... tonto... tonto... sería aburrido estar conmigo en casa, no soy el mismo cuando me encuentro aquí.

Así que era eso, no se debía a una molestia por el atrevimiento, solo era Taehyung siendo inseguro con sus hábitos de ermitaño, algo con lo que Jungkook podía lidiar fácilmente, lo había hecho todo este tiempo.

— Entonces deja que la diversión llegue a ti, podemos hacer lo que tú quieras, esta vez tú decides qué hacer.

No lo sé... – Jungkook solo pedía una oportunidad, el mayor se había convertido en su salvación sin ser consciente que se trataba de una relación codependiente – ¿qué pasará con Ryeon? Vivo muy lejos, no estarás a tiempo.

— Por favor hyung, no busques excusas para ser un ermitaño, podemos ser dos ermitaños y medio, claro si permites que Ryeon nos acompañe.

Bastaron algunos segundos para que Taehyung aceptara la idea de tener compañía en su casa, además la pequeña mentira de quedarse solo con su hyung no era más que eso una mentira, porque a Yoongi le había mencionado que estaría con Jungkook todo el día después de esa conversación con sus padres.

¿Crees que Ryeon me haya perdonado por lo de la última vez? – Taehyung parecía estar arrepintiéndose de la decisión, pero le era imposible olvidar la manera en la que la menor le había visto, acusándolo de dañar a su adorado hermano –. Se veía realmente molesta y yo no...

— Hyung, no tienes que preocuparte por eso.

Y qué tal se aburre estando aquí, en casa no hay mucho con lo que pueda estar entretenida. ¿Crees que esté bien con unas películas?

— Hyungie, eso es lo que menos debe preocuparte. Ryeon estará bien, lo prometo.

De acuerdo, ¿quieres que pida un taxi para ustedes?

— Estaremos bien, si salgo ahora podré tomar el autobús, solo envíame tu ubicación.

Okay...

La llamada entre ambos terminó con un emocionado Jungkook, quien no pudo regocijarse demasiado debido a que cierto hyung le observaba de manera divertida, alzando ambas cejas.

— Oh hyungie, no debes preocuparte por mí, yo atravesaría cielo, mar y tierra para llegar hasta ti – mencionó de manera burlesca el mayor, ganándose un empujón por parte de Jungkook, quien estaba más que avergonzado por la actitud contraria – Hey, esa no es manera de tratar a tu hyung.

— Basta, no molestes.

— Vaya miren eso ¿Jungkook está sonrojado? Jungkook-ah eso que veo es un sonrojo, ¿te gusta esa persona? ¿Quién es? ¿Lo conozco?

— Ya.

— Con que Jungkook tiene a alguien especial. ¿Dónde lo conociste?

— Aquí en el hospital, pero no es ningún paciente asignado, lo prometo.

— Ah, ya entiendo por eso nunca estas disponibles los lunes – el menor asintió de inmediato, obteniendo una sonrisa amplia por parte del mayor – que bien oculto lo tenías.

El sonido de una notificación interrumpió la amena conversación, obteniendo toda la atención de Jungkook, que ni bien obtuvo el mensaje esperado con la dirección de la casa de Taehyung, tomó sus cosas y salió prácticamente corriendo hacia la cafetería de Seokjin quien le ayudaría a cuidar de Ryeon ese día. Ni siquiera se despidió debidamente de Hoseok, ¿tan enamorado estaba para actuar así?

Sus pasos ágiles lo llevaron hasta el lugar donde el aroma a café recién hecho le invadió las fosas nasales, junto con el dulce del azúcar, abriéndole más el apetito.

— ¡Koo! – Ryeon salió en su encuentro, manteniendo una sonrisa con rastros de pastel de chocolate en todo el rostro.

— Hola conejita – Jungkook tomó en brazos a su hermana aun sintiéndose adolorido, pero como siempre lo disimuló muy bien arrugando su nariz, moviéndola como si se tratara de un conejo para hacer reír a la pequeña – tienes chocolate en toda la cara – murmuró apenas mientras que con su dedo índice dibujaba bigotes en las mejillas de la menor quien sonrió – ahora sí eres una conejita.

— Regresaste antes – la voz de Seokjin llamó la atención de ambos menores, quienes al regresar la mirada dejaron a la vista las manchas de chocolate en ambos rostros, haciendo reír de inmediato al mayor – ¿Por qué no estás con Taehyung? ¿Vendrá aquí? ¿Cómo te fue con Namjoon te dio el medicamento que necesitas?

— Hyung... – dijo entre dientes el menor, intentando desviar la atención de lo último, pero el jadeo de Ryeon junto con las pequeñas manos sujetando las mejillas de Jungkook le hicieron saber que su hermana había escuchado perfectamente.

— ¿El doctor Kim? ¿Koo estás enfermo como mamá?

— No, Rye, el doctor Kim solo necesitaba ayuda con unas cosas – Jungkook observó con mala cara a Seokjin quien murmuró una disculpa al olvidar el pequeño detalle de ocultar la visita con el doctor – y en cuanto a Taehyung, me pidió que lleve a Ryeon a su casa porque la quiere conocer mejor.

— ¿A mí? ¿El señor bonito quiere conocerme? ¿Hice algo malo? No quise molestar al señor bonito cuando tocó tus vendas, es solo que... Rye sabe que eso le duele a Koo.

— No está molesto, conejita, quiere conocerte porque le he hablado mucho sobre ti y lo linda que eres – Ryeon se sonrojó de inmediato, comenzando a frotar sus mejillas, haciendo un desastre con los restos de chocolate, los cuales fueron retirados con una servilleta.

— Entonces será mejor que vayan con él, ¿te irás en autobús? – mencionó el mayor mientras se aseguraba de limpiar cuidadosamente las mejillas de sus dos menores – ¿aún tienes crédito en la tarjeta?

— Sí, – Seokjin frunció el ceño, conocía esa manera de responder, así que sin dudarlo mucho, sacó su propia tarjeta de autobús y se la dio al menor, quien no tuvo más opción que tomarla al ser atrapado en la mentira –. Gracias, por todo hyung.

Sin esperar más y cargando con Ryeon, junto con sus pertenencias, se embarcaron en su aventura de estar al lado de Taehyung, aunque eso incluyera caminar algunas calles con su hermana cargándola en sus hombros, soportando de nuevo el dolor, él podía con eso, siempre lo había hecho.

Mientras tanto, a unos muchos kilómetros de distancia, Taehyung se encontraba en la casa de su madre, donde se había quedado a solas junto con la enfermera que había contratado esa misma mañana, quien se encargaría de cuidarlo mientras estuviera solo en casa.

No habían considerado un solo segundo su opinión respecto a eso, en realidad no era alguien que necesitara una enfermera, estaba ciego, no incapacitado de movilizarse, pero quien le explicaba eso a su madre sobreprotectora, quien tenía cierta aprensión por mantenerlo seguro desde el accidente.

Ahora tenía a una mujer cuidando cada paso, de hecho había pasado la mañana entera moviendo los objetos que podían interrumpir su camino como las mesas de centro, cambiar de posición los dos sofás.

Ni siquiera se había movido de su lugar en el estudio de su madre, ya que era el único lugar donde encontró paz después de escabullirse del cuidado de la mujer, decidió que esperaría ahí hasta que Jungkook llegara, escuchando uno de sus audiolibros el cual tenía pendiente desde hacía semanas, desde que el menor había llegado a su vida de hecho.

Taehyung había dejado una única orden a la enfermera, el hacer pasar a Jungkook con su hermana cuando estuvieran ahí, sin hacerlos esperar, razón por la que la mujer ahora se encontraba tocando en la puerta del estudio.

— Joven Kim, tiene visitas – murmuró la mujer abriendo la puerta del estudio cuando no obtuvo una respuesta hacia su llamado, encontrando a Taehyung muy concentrado en el audiolibro con sus audífonos – creo que será mejor que esperen.

— ¿Podemos pasar? Sé que no se molestará con nosotros – mencionó Jungkook teniendo en brazos a su hermana, quien aún frotaba su ojo izquierdo debido a la pequeña siesta que tomó durante el viaje.

— De acuerdo.

Jungkook bajó a Ryeon cerrando detrás de sí la puerta, avanzando por el lugar y condicionando a la menor para que no tocara nada, limitándose a solo ir al encuentro de Taehyung.

Con mucho cuidado, Jungkook hizo resbalar los audífonos del mayor, asustándolo, tomando la mano contraria en el momento que notó lo sobresaltado que se encontraba Taehyung, quien se relajó de inmediato cuando encontró el característico vendaje, cubriendo desde las muñecas hasta las manos ajenas.

— Jungkook...

— Hola hyung.

— Hola señor bonito – saludó también Ryeon, haciéndose notar de inmediato, Taehyung la pudo identificar, ya que era una pequeña mancha borrosa de color rosa, un contraste diferente a la mancha borrosa de color negro que representaba Jungkook frente a él.

— Hola Rye, me alegro de que también estés aquí.

— Koo dijo que me quería conocer, ¿es eso cierto?

— C-claro quería conocerte... tu hermano no mentiría – mencionó Taehyung entre titubeos, mientras que intentaba ponerse de pie con ayuda de Jungkook –, pero antes de conocernos mejor, ¿qué les parece un poco de helado?

— ¿Puedo tener helado sin que sea mi cumpleaños? ¡Gracias, señor bonito! Vamos Koo, vamos por mi helado.

Jungkook sonrió ante la actitud de la menor, quien comenzó a tirar del pantalón del mayor, insistiendo en que avanzaran. Ambos mayores se tomaron de la mano como ya se les había hecho costumbre cuando estaban juntos, haciendo que Taehyung olvidara tomar su bastón.

Se sentía libre y cómodo con su propio complejo físico, estando al lado de Jungkook, no necesitaba sentirse limitado o una carga, se aferró al agarre de sus manos haciendo estremecer al menor, quien no pudo evitar mirar fijamente la acción.

— ¿Sucede algo? ¿Lastimé alguna de tus heridas?

— No es eso, es que tienes las manos frías, hyung.

— Oh, lo lamento, siempre las mantengo así, creo que necesito un poco de calor – Jungkook mordió su labio inferior, intentando no mencionar algo fuera de lugar y mucho menos teniendo tan cerca a Ryeon – aunque verdaderamente ahora no tanto, porque ya te tengo a ti.

El rubor de las mejillas del menor, su casi instantáneo, llegándole hasta la punta de las orejas, ¿eso lo había imaginado?

— Koo vamos, quiero mi helado – Ryeon observó con un ceño fruncido el rostro de su hermano mayor notando el rojo carmesí pintando las facciones – Koo ¿enfermaste? Tienes la cara...

— Basta, debemos ir por tu helado.

Jungkook tomó con un brazo a Ryeon, colocándola sobre su hombro, tomando la mano de Taehyung de nuevo, con quien avanzó sin importar que no estaba del todo solos en casa hasta llegar a la cocina donde se dedicaron a sacar botanas, helado, galletas y algunos jugos.

La casa de Taehyung era muy grande, tanto así que era de dos plantas, tenía incluso un cine en casa, el cual había sido a petición del menor de esa casa debido a su pasión por disfrutar de las tardes de películas, las cuales por supuesto que no podía hacer ahora.

Ryeon fue quien más disfrutó de la tarde en el espacio favorito de Taehyung, mientras que los mayores se escabulleron fuera para tener un momento a solas, donde Jungkook se encargó de acatar el pedido del mayor de llevarlo al jardín.

— ¿Crees que Ryeon esté bien estando sola?

— Puedes estar seguro, que es muy independiente a pesar de su edad.

— ¿Cuántos años tiene? No se escucha mayor de los seis años y lo que mi corta visión me permitió ver es que tampoco es muy grande.

— Tiene cuatro y medio, pero es muy inteligente.

— Parece una niña feliz – verdaderamente Ryeon era feliz gracias a que Jungkook se encargaba que así fuera, cuidando cada aspecto, quizá muchos juzgarían su manera de protegerla, pero era la única que él podía darle, una fantasía en una realidad oscura –, me da curiosidad ¿no tendría que estar en la escuela?

— Bueno, ha sido un poco complicado la educación de Ryeon, mi madre... no tuvo la mejor condición para eso y como es de esperar tampoco puedo permitírmelo. Mamá decía que llegaríamos a ser los más inteligentes solo por leer o saber los números mucho antes que los niños de nuestras edades.

Jungkook sonrió de manera nostálgica, casi dejando salir una lágrima al recordar a su madre, quien se esmeraba por darles los conocimientos básicos en casa, cosas como las vocales, los números, leer pequeños fragmentos y hacer cálculos menores, era algo que la mujer se preocupaba por enseñarles.

— ¿Eso quiere decir que tú tampoco fuiste a la escuela?

— Auch – mencionó el menor con cierto tono dramático, siendo un fraude su gesto de indignación, Taehyung no podía ver cómo apretaba él mismo su pecho como si lo que acababa de decir el mayor fuera lo peor – ¿eso te molesta hyung?

— ¡¿Qué?! Por supuesto que no, es solo que tuve curiosidad... yo solo... Yo solo – la risa del menor hizo que Taehyung dejara de sentir culpa, comenzando a intentar golpearlo, sacándole carcajadas sonoras al menor al aprovecharse de la incapacidad de su hyung – ven aquí, ¿cómo me puedes hacer eso a mí? Me haces sentir mal. Sabes que no controlo mi manera de hablar y soy un asco para empatizar.

— Ya, hyung. No tienes que ser agresivo – Jungkook tomó ambas manos que buscaban golpearlo, cambiando la acción al entrelazar sus dedos –, te diré la verdad para que no te tortures. A diferencia de Ryeon yo tuve la oportunidad de asistir a la escuela, hasta llegué a entrar a la universidad con una beca...

— ¿Pero...?

— Mi madre y Ryeon me necesitaban... es un tema complicado... pasamos por un tiempo complicado.

— Es la primera vez que hablas de alguno de tus padres, ¿cómo es ella? ¿Por qué nunca está con ustedes?

— Hyung, podemos no hablar de eso ahora... no prefieres hacer otra cosa.

— Lo lamento, fue inoportuno, es solo que tú ya sabes todo lo de mi familia y yo no conozco nada más que tienes una hermana.

Ambos se quedaron en silencio, Taehyung tenía demasiadas preguntas en su cabeza, en especial porque deseaba conocer algo de Jungkook, aunque no sabía por dónde empezar. Ya había preguntado por sus estudios, lo cual fue un tema del cual no quería hablar; sus gustos no parecían ser un tema del que quisiera hablar; su familia tampoco era una opción, a menos que se tratara de Ryeon y sobre el voluntariado...

— Hyung ¿por qué estás tan interesado en conocer algo de mí? – cuestionó finalmente Jungkook al notar el silencio extraño en el que estaba metido Taehyung –. No soy alguien que tenga mucho por contar o que sea interesante, soy una persona normal.

— Me interesa porque... bueno... eso es lo que hacen las personas cuando quieren entablar una relación – Jungkook amplió los ojos demasiado, ¿había escuchado bien? – es decir, cualquiera que se relacione con otra persona quiere conocer a quien tiene al lado y tú conoces casi todo de mí.

— ¿U-una relación? – el mayor murmuró una afirmación, haciendo que el pobre corazón de Jungkook se acelerara, recordando las palabras de Namjoon al decir que había personas preocupándose por él, solo debía abrirse un poco, solo un poco – ¿y para eso necesitas que yo hable de mí?

— Bueno, es lo que debes hacer para que alguien como yo pueda siquiera empatizar contigo. No puedo saber si algo te molesta, te entristece o emociona si no sé lo que provoca eso en ti, ¿comprendes?

Jungkook lo meditó por algunos segundos, mientras que podía observar a Taehyung dar algunos pasos más cerca de él hasta que el espacio personal entre ellos fue inexistente. Se sentía cálida esa intimidad, solo debía permitir que ese calor se adentrara a su alma.

— ¿Q-qué quieres saber de mí?

— No lo sé – eso había sido demasiado rápido para Taehyung, aunque ahora que tenía la oportunidad debía utilizar de buena manera la apertura de Jungkook – quizá con algo básico, ¿color favorito?

— Negro.

Taehyung no pudo evitar soltar una risa, era más que obvio cuál sería el color favorito del menor, todo el tiempo era una mancha negra borrosa.

— ¿Comida favorita?

— No tengo una comida – no podía tener una aunque lo quisiera, Jungkook se emocionaría de la misma manera con cualquier comida que le brindaran y entonces se convertiría en su favorita.

— ¿Cómo no tienes una favorita? Eso es imposible, debe haber algo. Puede ser la comida que te hacía tu madre o la de algún restaurante.

— Toda la comida de mi madre era mi favorita, así que no tengo una en específico.

— Imposible.

— Es verdad...

— Mentiroso, no puedes tener tantas comidas favoritas, incluso Ryeon tiene algo y es el helado.

— Porque es la comida que puede comer en su cumpleaños.

Taehyung sintió un leve apretón en su pecho cuando escuchó aquello, ¿tan mal estaban económicamente? No pudo evitar aferrarse más en el agarre de la mano de Jungkook, quien no se preocupó por la reacción contraria, era normal, algo a lo que estaba acostumbrado, mas lo que le siguió quizá no entraba entre su estándar de normalidad.

— Ya sé, descubriremos cuál es tu comida favorita.

— ¿Cómo haremos eso?

— Ven a mi casa, mañana y el resto de días. Podremos hacer citas de comida, donde probemos de todo tipo de comidas hasta que encontramos la que más te guste.

— Eso sería agradable, pero no puedo tener una cita de comidas, tengo a Ryeon y no pienso dejarla todos los días solo por algo como descubrir un gusto.

Auch. Eso había lastimado algo en su interior, quizá debía ser sincero con Jungkook y comenzar a hablar del porqué ya no podría tener citas de ayuda como hasta ahora, podría ser un poco egoísta lo que diría, pero si el menor estaba de acuerdo no sería una manipulación ¿cierto?

— Ryeon puede estar con nosotros, quiero decir, no tenemos que salir a ningún lugar, puede ser aquí en mi casa.

— Hyung, no puedo.

— ¿Por qué?

— Yo no...

— Pueden quedarse aquí.

— ¿Qué?

— ¿Qué? – respondió Taehyung, intentando parecer para nada desesperado, encogiéndose de hombros y comenzando a dar unos cuantos pasos, alejándose de Jungkook –, es decir, yo estaré solo en casa por una semana y tú necesitas descubrir cuál es tu comida favorita. Prometo ser divertido...

— ¿Por qué?

— Bueno, normalmente no soy una persona divertida... así que yo... Ya lo dije tú...

— No hyung – Jungkook se acercó al mayor, tomándolo de los hombros, no comprendiendo la razón de la repentina invitación – ¿por qué haces esto? ¿Por qué dices que estarás solo? ¿Qué está ocurriendo?

Taehyung no pudo evitarlo, no cuando su voz se cortó, estaba siendo demasiado infantil, no debía ser algo tan importante, era solo...

— ¿Hyung?

— Mis padres decidieron que me llevarán a América para hacerme el trasplante de córnea.

— Taehyung, eso es muy bueno.

— Estoy asustado Jungkook, se suponía que estaría en la lista de espera por más tiempo y ahora tengo programada la cirugía en cuatro semanas. Mis padres están arreglando todo para que sea en menos tiempo y yo no sé...

— Hyung, esto es muy bueno, podrás recuperar la vista.

— Pero y sí...

— No serás de ese porcentaje que rechaza el trasplante, podrás volver a hacer lo que tanto te gusta, volverás a la universidad, tendrás tus tardes de películas, y los videojuegos y... podrás...

Quizá esta vez sí puedas verme...

Jungkook no pudo terminar de hablar, pues Taehyung había comenzado a llorar, estaba verdaderamente asustado, las cirugías anteriores habían fallado, solo no quería ilusionarse de nuevo con algo que no regresaría.

El menor lo abrazó contra su cuerpo, confortándolo, dejando que llorara todo lo que fuera necesario, apretándolo tanto que habría deseado que su cuerpo no doliera de esa manera para concentrarse completamente en lo que estaba sucediendo con Taehyung.

En un acto inconsciente, Jungkook dejó un beso en el cabello de Taehyung, algo que solía hacer con su hermana al consolarla, o bien cuando él mismo buscaba refugio de cierta manera en tener un poco de afecto. Se sentía muy bien ese tipo de compañía, quería quedarse ahí donde el mayor se aferraba más a él.

— ¿Tae? – la voz de alguien más los hizo tensarse, mas no separarse. Jimin no podía creer lo que había encontrado en la casa de Taehyung, ¿que estaba ocurriendo?

— Es Jimin-ssi – susurró Jungkook haciendo que Taehyung sorbiera su nariz y se ocultara de nuevo en su pecho como si de un niño se tratase – Hola Jimin-ssi.

— Hola, Jungkook, no pensé encontrarte aquí – el menor apenas sonrió para seguido fruncir su rostro por el dolor que sentía en el pecho, Taehyung lo estaba apretando demasiado – Tae ¿qué sucede?

— Nada.

— Estás llorando, no parece que fuera nada. ¿Qué ocurrió?

— Cirugía – susurró apenas Jungkook sin soltarse del cuerpo de Taehyung, quien agradecía poder abrazarse a él, era muy cálido y el mayor necesitaba ese tipo de contacto.

— ¡Koo!

Ryeon fue quien hizo que todos prestaran atención a la menor, estaba envuelta en llanto mientras corría en dirección a su hermano mayor, quien de inmediato se soltó de Taehyung para encontrarse con la menor.

— Rye ¿qué sucede? ¿Por qué lloras? – Jungkook comenzó a revisarla para saber lo que ocurría, estaba entrando en una pequeña crisis, aunque le tranquilizó el no ver ni un solo rasguño en su hermana, era obvio, en esa casa no había nadie que lastimaría a la menor, todo era por mera costumbre.

— Tuve una pesadilla, tú no estabas.

Ryeon comenzó a llorar aún más teniendo a su protector hermano sintiéndose culpable por aquello, a menudo la menor tenía ese tipo de malos sueños, y era Jungkook quien la consolaba.

Mientras que ambos hermanos compartían un momento de consuelo, una muy parecida se daba a unos cuantos pasos, con Jimin secando las lágrimas de Taehyung, el mayor de todos se sentía atrapado en ese lugar, se suponía que simplemente iría por el hermano de su novio para llevarlo al apartamento.

— Tae ¿qué está ocurriendo?

— Le pedí a Jungkook y su hermana que se queden en casa – el menor sorbió un poco su nariz, limpiando sin cuidado sus lágrimas – creo que necesitan estar alejados de su hogar... solo por unos días. Puedes decirle a hyung que estaré bien.

El llegar a su apartamento tan tarde lo hacía odiar solo un poco su trabajo, no podía compartir el tiempo que quería con su adorado novio y había prometido pasar tiempo con su hermano una vez llegara a casa, ahora lo único que lo recibía era oscuridad y un plato de comida con una nota escrita por puño y letra de Jimin.

"Te espero en la habitación. ¡Te amo hyung!"

Parecía que era su día de suerte, su lindo novio no estaba enfadado, así que decidió que la cena podía esperar, además ya pasaba de la media noche, lo mejor para ese momento sería dormir en el pecho de Jimin mientras este se encargaba de peinar su cabello hasta hacerlo caer en un sueño profundo.

Avanzó por el pasillo hasta llegar a las habitaciones donde se sorprendió de encontrar la puerta abierta en la cual asumía estaría Taehyung. ¿Que carajos? Se adentró a su propia habitación encontrando a Jimin con la luz de la lámpara de mesa encendida y apenas encogido en su sitio con el teléfono en la mano.

Yoongi no pudo evitar en ir al encuentro de Jimin a quien ni bien tuvo cerca, lo comenzó a llenar de besos, obteniendo quejidos bajos y unos labios abultados por lo molesto que estaba siendo el mayor.

— Hola amor.

— Tardaste mucho.

— Lo lamento, no volverá a pasar.

— Comí solo, ni siquiera tuve la compañía de Taehyung – Jimin frotó sus ojos antes de encarar al mayor que lo veía fijamente esperando una respuesta – no me veas así de malhumorado. Está en casa de tu madre.

— ¿Solo?

— Yo no diría solo...

— La enfermera no cuenta, ella solo está haciendo su trabajo.

— No me refería a ella, de hecho Taehyung está con Jungkook y su hermana.

— ¿Qué?

— Son muy agradables, ahora entiendo por qué Taehyung pasa tanto tiempo con él, aunque parece que tiene muchos problemas.

— Jimin, ese tal Jungkook, es la persona que encontraron en el hospital.

— Sí, y ni se te ocurra hacer un escándalo ahora que se está quedando con tu hermano a dormir, le hará muy bien la compañía.

Yoongi no podía creer lo que estaba escuchando, su hermano menor, quien ni siquiera cuando estaba en la escuela invitó a alguien a su casa para jugar, ahora tenía a dos extraños, compartiendo su hogar por esos días que estaría solo.

¿Debía preocuparse por eso? Lo había notado mucho más animado, siempre teniendo un mejor humor cuando se acercaba el fin de semana esperando de manera impaciente los días lunes, ¿acaso se estaba perdiendo de algo?

— Bebé, no pienses más en el tema, prometo que nuestro osito está en muy buena compañía.

— No lo sé... qué pasa si algo ocurre.

— Nada pasará, puedes confiar solo por esta vez.

— Okay.

Jimin sonrió bonito, como solo él podía hacerlo, formando medias lunas con sus ojos, privándose de la vista y haciéndolo ver más tierno de lo que ya era. Yoongi lo amaba con locura, no podía evitar querer estar a su lado todo el tiempo cuando se comportaba de esa manera.

— Hyungie, puedes abrazarme, quiero dormir – la voz adormitada de Jimin lo hizo distraerse, notando que ya se encontraba en una posición poco usual para ellos.

— ¿Quieres que hyung te abrace esta noche?

— Sí.

— ¿A qué debo eso?

— Hoy, cuando fui con Taehyung, me sentí un poco celoso – Yoongi apenas murmuró una respuesta para hacer que Jimin continuara – Jungkook estaba abrazando a Tae de una manera muy bonita, como si con eso quisiera curarle todas las heridas. Entonces recordé que hyung siempre me pide que lo abrace por las noches... Tae se veía igual a ti en los brazos de Jungkook, yo también quiero eso.

— Tú eres mi cura para todo lo malo que me pasa en el día.

— Lo sé, pero tú también eres la mía y recordé que no has tomado vacaciones para estar conmigo – la risa de Yoongi no se hizo esperar, mientras dejaba algunos besos en el rostro de Jimin quien con sus ojos cerrados y una sonrisa de labios disfrutaba de aquellas muestras.

Esos pequeños momentos se habían reducido tanto desde el accidente de Taehyung que quizá y solo quizá Jimin tenía razón al sentirse celoso por ver muestras de afecto en otras personas, aunque eso no evitó que Yoongi se cuestionara la clase de afecto que estaba recibiendo su pequeño hermano.

¿Podía ser...?

Era demasiado extraño estar en una casa donde no debía temer por los horarios, incluso había olvidado colocar las alarmas, era como estar en un momento de pausa. Había escuchado que cuando pasas mucho tiempo expuesto a estrés tu cuerpo nunca descansa, pero cuando sucede lo contrario, cuando por fin encuentras un segundo de paz, comienzas a desvanecerte.

Jungkook se sentía verdaderamente cansado, como si todas sus energías fueran drenadas y ahora solo deseaba dormir, incluso Ryeon había dejado de tener pesadillas por las noches y apenas llevaban cuatro días en la casa de Taehyung.

Sus heridas comenzaron a sanar y solo esperaba no acostumbrarse tan rápido a eso, porque joder que deseaba no hacerlo tener demasiada calma no le hacía sentir bien, le asustaba.

— Koo... – Ryeon le llamó entre sueños, buscando con su pequeña mano el cuerpo de su hermano.

— Aquí estoy conejita – susurró apenas Jungkook dejando su vendaje cerca de Ryeon, era algo que le traía tranquilidad a la pequeña, un acto inconsciente – duerme...

La menor se removió en sueños, encogiéndose aún más, aferrando su agarre en la venda, como si con eso todo estaría bien. Jungkook sonrió al saber que le había devuelto la tranquilidad a su hermana con algo tan simple.

Siguió quitando su ropa, con el mayor de los cuidados, notando que su blanquecina piel ahora estaba mejorando, ya no teniendo golpes rojos, ahora eran moretones entre verdes, amarillos y algunos otros de un morado intenso, eso estaba bien. Sus costillas ya no dolían como antes y las heridas de las manos por fin cerraban mostrando las cicatrices en sus nudillos, los cuales habían perdido la sensibilidad.

— Mamá... solo espero no regreses en nuestra ausencia.

Jungkook siempre regresaba a esa casa, no solo por Ryeon, sino también porque aún guardaba la esperanza de que un día su madre atravesara la puerta de la entrada, llamándolos para que salieran en su encuentro. Su mayor miedo era que en vez de encontrarla ahí fuera en el hospital, pero de una u otra manera él seguiría esperándola.

Sería paciente y valiente para afrontar cuál fuera la manera en la que su madre regresara a ellos...

Aún seguía perdido en sus pensamientos cuando escuchó unos leves golpes en la puerta, ya era bastante tarde para que la enfermera estuviera despierta, además ya había pasado por su habitación para dejarle una leche tibia a Ryeon, así que... a menos que fuera...

— ¿Jungkook? – esa voz la podría reconocerla perfectamente, se vio rápidamente hacia abajo, notando su desnudes, decidiendo ocultarla con su sudadera, apenas había tomado la prenda entre sus manos cuando escuchó el pomo de la puerta siendo levemente girado– ¿estás despierto?

— Un segundo – Jungkook se colocó sobre la puerta, poniendo el seguro en esta, temiendo que Taehyung la abriera.

— ¿Ocurre algo? ¿Es un mal momento?

— No, hyung es solo que estaba cambiándome.

— Jungkookie, no puedo verte – mencionó Taehyung en tono burlesco haciendo que el menor se sintiera tonto – además los dos somos hombres no tienes nada diferente a mí.

Desearía que eso fuera verdad, quizá físicamente no había cambios, pero ver las marcas en su piel era algo que ni la misma Ryeon dejaba mirar.

— ¿Puedo pasar? Si te sientes incómodo puedo irme y...

— Espera – Jungkook se precipitó en abrir la puerta, teniendo a Taehyung perdiendo el equilibrio, aferrándose a lo único que pudo. La piel semidesnuda del menor, quien no había podido terminar de colocar su sudadera – lo siento hyung,

— ¿Estás desnudo?

— Te dije que estaba cambiándome – el quejido de Ryeon hizo que Jungkook cubriera con su mano la boca de Taehyung, teniendo a este muy confundido, ¿estaba tocando su piel? – hay que salir de aquí, por, favor no quiero que Rye despierte.

El mayor asintió aun sintiéndose sorprendido, dejándose llevar por el menor, quien cerró la puerta de la habitación una vez estuvieron en el pasillo.

— Hyung, ¿por qué vienes en medio de la noche así? Además, ¿por qué abriste la puerta cuando dije claramente que me estaba cambiando, ¿eres alguna clase de pervertido?

— Yo solo quería hablar contigo, tú fuiste el que abrió la puerta.

— Porque tú tomaste el pomo de la puerta – Jungkook se pellizcó el puente de la nariz, sintiéndose cansado y con un poco de frío – ¿no podías esperar unos minutos? Sé que puedo ser irresistible de ver, pero... Auch

Taehyung había comenzado a golpearlo con su bastón al escuchar aquello, sus mejillas se ruborizaron al solo recordar que la usual mancha negra ahora tenía otro color muy diferente y además había podido tocar piel.

— Hyung eso duele – se quejó el menor haciendo uso de sus reflejos y sosteniendo con mayor fuerza de la necesaria el bastón, lo que provocó que los lentes oscuros de Taehyung cayeran al suelo – espera yo los recojo.

— No, no yo puedo.

— Hyung no es necesario.

— Jungkook, yo puedo.

El mayor comenzó a agacharse lentamente, todo bajo la atenta mirada de Jungkook, quien también se arrodilló a su lado, colocando cerca del otro los lentes para que los alcanzara, obteniendo de nuevo contacto físico, el cual le hizo estremecer, sus cicatrices cosquillearon leve ante el tacto de Taehyung, mientras que este se sostuvo de la mano del menor, comenzando a buscar la venda que ya no hacía lugar en ese espacio.

La yema de sus dedos delinearon las elevaciones de cada cicatriz, encontrando algunas costras que hacían diferente a la suavidad de la palma de la mano.

— No traes el vendaje – murmuró Taehyung comenzando a buscar la otra mano de Jungkook en la cual encontró el tan usual tacto rasposo.

— Eres muy observador, hyung – el mayor abultó sus labios haciéndolo ver tierno, mientras que seguía encontrando la diferencia entre una mano y la otra –. Solo he quitado una de las vendas.

— ¿Por qué tienes tantas cicatrices? Dijiste que solo era torpeza, esto es diferente.

Taehyung buscó el inicio de la venda, la cual comenzó a quitar lentamente, encontrando marcas de la tela a su paso conforme iba dejando en libertad la piel de Jungkook.

— En esta también tienes cicatrices – murmuró en un susurro casi doloroso.

Por favor no, no con ese tono de voz. Jungkook intentó quitar su mano del tacto ajeno, pero no pudo, no cuando Taehyung lo sostuvo de tal manera que pedía quedarse ahí, pasando la yema de sus dedos por toda la piel lastimada hasta llegar a la palma, causándole cosquillas.

— Tus manos son muy suaves – Taehyung sonrió mientras seguía tocando, deleitando a Jungkook con aquellos ojos lastimados, nublados por una fina capa transparente que no le permitía ver al mayor.

El recorrido siguió por los brazos de Jungkook, haciéndolo encogerse cuando un tacto suave, completamente diferente a lo conocido, se colocó en sus mejillas acunando su rostro, la única que hacía eso era Ryeon, ahora los dedos finos de Taehyung reconocían su rostro.

— Tienes mejillas apretables – murmuró de nuevo el mayor apretando un poco la carne – ¿por qué las ocultas debajo de una mascarilla siempre?

Jungkook no respondió, estaba tan perdido en la sensación reconfortante del tacto que comenzó a buscar más contacto hasta que sus labios tocaron la punta de los dedos de Taehyung, dejándose llevar por un leve segundo al darle un delicado roce con sus rosados belfos.

— Hyung...

— ¿Quién se ha atrevido a lastimarte tanto Jungkookie? Me duele encontrar tantas cicatrices en tu piel... – el menor apenas sonrió, sintiendo lágrimas acumularse en sus ojos – ¿tanto dolor sientes que prefirieres sonreír?

— Está bien, hyung, lo puedo soportar...

El mayor frunció su ceño mientras que le apretaba el rostro al menor haciéndolo reír un poco.

— Ahora entiendo la mascarilla la llevas puesta como cara, Jungkookie, también está bien llorar cuando duele solo tienes que quitarte las vendas.

— Pero tú ya las has quitado.

— Me refiero a las vendas que tienes puesta aquí – señaló el mayor en el pecho del menor, apretando apenas, sacándole un jadeo – la que tienes en tu corazón solo hace que lo aprisiones.

Se sentía muy mal sentirse tan bien en ese lugar, porque su cuerpo cansado, no soportó más al dejar derramar las lágrimas que estaba acumulando en sus ojos, teniendo a Taehyung consolándolo y quitando las lágrimas que rodaban por sus mejillas.

— ¿Q-quieres hablarlo? Está bien, yo también puedo escuchar, lo prometo.

El menor asintió aun sin despegarse del abrazo en el cual estaba siendo mimado por el mayor, quien paseó su tacto por la piel desnuda de la espalda de Jungkook, sintiendo cómo se erizaba a su paso.

— Deberías colocarte algo de ropa.

— Okay...

— Vamos, tendremos una charla.

— Pero, hyung tú querías hablar conmigo...

— Eso puede esperar.

Se sintió especial, importante, como si su dolor tuviera mayor relevancia a lo que Taehyung debía conversar con él... ¿Merecía todo eso? Decidió que por esta vez, solo por esa, se permitiría ser el centro de atención.

— Sucedió cuando Ryeon cumplió dos años – mencionó Jungkook colocando la taza de leche tibia frente a Taehyung. Habían decidido que aquella conversación era mejor llevarla con algo caliente y una merienda de media noche – era la tercera vez que nos mudábamos, tuve que dejar la universidad porque ya no tenía el dinero suficiente para el transporte, comencé a trabajar en turnos completos en la cafetería de Seokjin hyung y mi madre en el restaurante donde tocan jazz.

— Por eso conoces muy bien esos lugares.

— Sí, bueno, no es como que pueda llevarte a otros sitios más bonitos, apenas me alcanza para tener comida y pagar el alquiler.

— Debiste decirme eso, yo podía pagar...

— Lo sé hyung, es solo que... – Jungkook solo quería vivir su propia historia romántica con Taehyung, donde él lo conquistara con citas románticas en sitios bonitos, pero no podía.

— ¿Querías agradarme?

— Sí.

— Ya lo hacías, desde la primera vez que nos encontramos – el menor sintió su corazón acelerándose, ¿era posible que lo recordara? – ese día en el hospital cuando me ayudaste me hiciste sentir muy bien, no era tu obligación, pero así fue.

— Claro, en el hospital – murmuró el menor sintiendo que el balde de hielo volvía a caer sobre él. Obviamente, no lo recordaría, eso había pasado hace dos años, quien sería tan tonto como para recordar a un simple becado de primer año.

— ¿Por qué lo dices así? – Taehyung rio por la manera tan desanimada en la que Jungkook hacía de menos su encuentro – si no te hubiera encontrado ese día nada de esto sería posible. Ahora estás aquí en mi casa tomando una taza de leche tibia.

— Aunque pronto deba regresar a la realidad.

— Hey, quizá todo se arregle... quizá yo... pueda hacer algo.

Ambos se quedaron en silencio, Jungkook siendo escéptico ante lo que mencionaba el mayor y Taehyung estando a un segundo de colapsar ahí mismo. La idea de compartir un apartamento después de su cirugía no sonaba nada mal, además sabía que sus padres se lo darían si él lo pedía.

Aquello le hizo reflexionar, tenía demasiadas facilidades a comparación de Jungkook, estaba decidiendo de nuevo como lo hizo al momento de pedirle que se quedara. Aún recordaba el día que regresó a casa con un poco de ropa para su hermana y para él. Ryeon había jadeado asustada al ver a su hermano mayor regresando a la casa, mas ninguno de los dos mencionó lo que había ocurrido.

Incluso su enfermera personal había estado involucrada en eso que a él no le mencionaron, había escuchado murmullos sobre unas heridas, sangre y algo como dolor en unos golpes. Así que sí, Taehyung se sentía culpable, egoísta, pero a pesar de todo eso no quería dejar ir a Jungkook.

— Ya pensaremos en algo.

— Hyung se preocupa por mí, eso es lindo.

— No sería un buen hyung si no hago eso... ahora sigue con tu historia.

— No es tan larga, una tarde recibí un mensaje de mi madre mencionando que necesitaba que pasara por Ryeon porque haría doble turno, lo hacía muy a menudo. Aunque siempre a la mañana siguiente nos despertaríamos con una caricia suya, esa mañana, no fue así.

— ¿Por qué?

— Mi madre no regresó... es decir, solo desapareció, la dueña del lugar dijo que recibió una llamada de una persona, luego de eso mi madre salió del restaurante para ir a casa... pero...

— Nunca lo hizo – Taehyung se quedó en silencio absoluto sobrepensando sus propias palabras – ¿crees que le ocurrió algo?

— No lo sé, es difícil saberlo. Hablé con la policía, pero no encontraron nada y bueno como no puedo pagar un abogado... el caso se cerró.

— Por eso siempre regresas a casa por las tardes, ¿esperando que un día regrese?

Jungkook no podía mencionar el resto de la historia, había sido suficiente para él por una noche el hablar de su vida y cómo la persona más importante había desaparecido de un día para el otro.

— Jungkookie, lo siento.

— Está bien hyung...

Estaban uno frente al otro, sentados al lado del otro en el sofá de la sala donde se hallaban compartiendo aquel momento tan íntimo, Taehyung dejó de lado su taza vacía, comenzando a buscar a Jungkook entre movimientos torpes, el menor no se hizo esperar colocando el tacto sobre su rostro, disfrutando completamente de la calidez.

— Has sido muy fuerte protegiendo a Ryeon todo este tiempo.

— Lo intento – el menor se sintió nervioso con la cercanía del otro, quien se relamía los labios – ¿Hyung?

Jungkook no pudo dar crédito a lo que sintió luego de eso, porque era incomparable el hecho de que Kim Taehyung le estaba plantando un pequeño beso en la frente, justo como él lo hacía con su hermana menor.

— Lo has hecho muy bien Jungkookie...

— Hyung...

Los labios del mayor rozaron lentamente la piel del rostro ajeno, comenzando un recorrido lento por todo el puente de la nariz de Jungkook hasta caer en la cuna de sus delicados belfos, dejando otro beso más en ese lugar.

Era un completo acto íntimo en el cual iba más allá de un simple roce de labios o una unión de los mismos, era delicado, movimientos lentos casi como si pidieran permiso al anterior para seguir adelante. Sentían sus propios corazones latiendo tan fuertes que Taehyung pensaba que Jungkook podría escuchar sus latidos desbocados, sin embargo, cada pequeño encuentro era tierno y cauteloso, como si temieran que el otro se asustara al segundo siguiente de separar sus labios.

— Koo – la voz de Ryeon los dejó estáticos en su sitio terminando el contacto lentamente, Jungkook regresó la mirada hacia su hermana quien frotaba sus ojos aún no acostumbrados a la luz – me dejaste sola.

— Lo siento Rye... yo solo estaba...

— ¿Tuviste otra pesadilla Ryeon? – cuestionó Taehyung, llamando la atención de la menor, quien se acercó hasta donde estaban ellos, subiéndose en el regazo de su hermano – ¿que fue esta vez?

— Mamá regresaba a casa, pero solo podía escuchar su voz – murmuró la menor acurrucada contra el cuerpo de Jungkook, quien la abrazó de inmediato – tu corazón late fuerte Koo, ¿estás asustado? ¿También tuviste una pesadilla?

— Yo...

— La tuvo, pero yo me encargué de asustar esa fea pesadilla – mencionó sin más Taehyung ganándose la atención de Ryeon – tengo una idea porque no se quedan en mi habitación, mi cama es lo suficientemente grande para los tres y así no estarán lejos de mí.

— ¿Asustarás también al lobo para que Koo no se lastime?

— Sí, también lo asustaré.

Los tres decidieron subir de nuevo a la habitación de Taehyung, entrando en la cama, con Ryeon encima de Jungkook porque ese era su lugar preferido para descansar, mientras que Taehyung encontró reconfortante la compañía en su propia cama.

Jungkook comenzó a tararear una canción para que la menor cayera en un profundo sueño, arrullada por la voz del mayor, acompañado por caricias que eran dejadas en la espalda contraria.

— ¿Ya se durmió? – cuestionó Taehyung una vez dejó de escuchar a Jungkook cantar, quien apenas murmuró una respuesta – me alegro de que haya podido retomar el sueño.

— Gracias... hyung... por mencionar lo de las pesadillas, eso fue de mucha ayuda.

— No hay de qué... y respecto a lo que sucedió allá...

— No tienes que explicar nada, está bien si solo fue un error o sí...

— Jungkook, deja que me disculpe, ¿sí? Lamento haberte tomado por sorpresa, sin considerar si tienes el mismo gusto que yo o si...

— Taehyung hyung – Jungkook se atrevió a acercarse aún más al mayor, teniendo sobre su pecho a su hermana, quien ni siquiera se inmutó ante el movimiento, de verdad agradecía que Ryeon tuviera el sueño pesado una vez estaban durmiendo juntos – me regalaste algo que jamás habría esperado. Gracias, en serio, gracias por eso.

El mayor sonrió, sus movimientos lo hicieron acercarse completamente al rostro contrario hasta que su nariz fue la que rozó con la piel suave del menor para con eso mismo buscar los labios ajenos dejando un beso más.

— Gracias a ti, por aceptar este acto egoísta.

Ambos se quedaron en completo silencio, disfrutando la compañía del otro, llenándose de una paz diferente.

— Hyung – murmuró el menor recibiendo un sonido como respuesta – ¿por qué fuiste a buscarme a la habitación?

— Te escuché quejándose, pensé que... no lo sé... solo quería saber si estabas bien. Siempre te quejas...

— No tienes que preocuparte por eso hyung, pronto curará.

— ¿Debo preocuparme? – Jungkook hizo silencio como si con eso lograra esconder su existencia del mayor – Jungkookie...

Taehyung quería de cierta manera preocuparse, quería que el menor le permitiera entrar a su corazón, quizá debía ser un tanto más paciente con esto, no apresurar las cosas.

— No tienes nada de qué preocuparte hyung, no mientras tú me protejas de las pesadillas, ¿recuerdas?

Eso hizo sentir mejor al mayor, quien buscó entrelazar su mano con la contraria, no tardando en tener contacto, comenzando a dejar caricias sobre las cicatrices y elevaciones en la piel. A pesar de estar tan lastimado, Jungkook era tan cálido por fuera como por dentro... 


Purple hearts....

Jeon Ryeon

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