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Week 2 - Get out -

Joven Jeon, bienvenido a la universidad de Seúl escuchar aquella frase representaba la puerta a un futuro mucho mejor del que habría tenido minutos atrás, incluso segundos previos a conocer esa noticia la facultad de Ingeniería estará más que satisfecha de tener a alguien como usted entre sus estudiantes.

Gracias hizo una reverencia pronunciada, dejando sorprendida a la directora del departamento de becas, haciéndola sonreír muy apenas. No era la primera vez que daba ese tipo de noticias, pero siempre era gratificante el tener ese tipo de gratitud por parte de los nuevos estudiantes –. De verdad le agradezco por permitir mi entrada.

No tiene nada que agradecer, fue su esfuerzo el que lo llevó aquí. Ahora será mejor que se apresure a salir, o llegará tarde al recorrido informativo.

Sí, Jungkook comenzó a caminar de espaldas aun sin poder creer lo que había ocurrido –. Se lo agradezco, no la defraudaré.

La mejor noticia que le podía dar estaba haciéndose realidad, se sentía incrédulo aun cuando la misma directora lo llevó a hacer un recorrido con el resto de becados aceptados; quienes habían recibido la noticia de su aceptación y ahora estaban iniciando el sueño de conocer el lugar en el que podrían hacer posible uno de sus sueños para cumplir sus futuros brillantes.

Esta es la facultad a la que ustedes pertenecerán mencionó el guía asignado, quien era un estudiante de un grado mayor a ellos el programa de becas les dará un subsidio para alimentación dentro del campus y transporte.

¿Eso quiere decir que nosotros no tendremos que preocuparnos por nuestra comida mientras estemos aquí? cuestionó una chica delante de Jungkook.

Así es, la universidad se encarga de darles a sus estudiantes becados las comodidades de las necesidades básicas dentro del campus.

Dejaría de ser una carga para su madre, en especial en esos momentos donde más necesitaban el dinero. Ryeon comenzaba a necesitar leche de fórmula, el trabajo de su madre apenas le daba para alimentarlos, quizá era buen momento de obtener un trabajo a medio tiempo, posiblemente optaría por no comer sus raciones de alimentos y llevarlos a casa.

Estos son los salones de programación e informática, aquí los sunbae suelen hacer sus proyectos de curso y en ocasiones especiales a los de primer grado se les permite acompañarlos o lo que es mejor hacer un proyecto con ellos.

El salón era muy amplio, con demasiadas computadoras, y con algunos estudiantes realizando tareas, Jungkook no pudo evitar notar cierta cabellera rubia a lo lejos, apenas se alcanzaba a ver una cabeza, unas manos muy ágiles tecleando algo de manera rápida y una malteada de fresas la cual Jungkook estaba seguro de que no debía estar ahí.

Siguieron avanzando por el resto del edificio con un recorrido bastante normal, mostrando los salones, ventanillas de información, máquinas expendedoras de café, comida y otros alimentos que tenían a su disposición hasta llegar de nuevo a la oficina de la directora, quien ya los esperaba con una sonrisa satisfecha.

Este es el final del recorrido, si necesitan más información respecto a sus libros u horarios pueden preguntar a la directora sin problema.

Todos los nuevos estudiantes comenzaron a agradecer mientras que uno a uno se retiraban, dejando solamente a Jungkook frente a la cartelera de empleos de medio tiempo, donde se anunciaban varios lugares buscando personal.

Joven Jeon el menor no tardó mucho en volcar su atención en la mujer que se acercaba lentamente a él ¿tan rápido está buscando un empleo?

Debo hacerlo, mi madre... necesita la ayuda la mujer sonrió, no siendo ajena a ese mismo diálogo, los estudiantes con becas eran predecibles en sus argumentos, pero todos y cada uno tenían sus motivos.

Solo asegúrese de no bajar su rendimiento para hacer sentir orgullosos a sus padres. Jungkook llevó la mirada abajo, sintiendo un poco de incomodidad ante lo mencionado, en especial por la palabra "padres" si debía hacer sentir orgullosa a alguien era a su madre, aunque estaba seguro de que la directora no lo había dicho con el fin de incomodarlo ¡Faitining! No lo olvide, esto ya es motivo de orgullo.

Tenía razón. Lo había logrado, verdaderamente lo había hecho, por fin su sueño de estudiar con una beca era real. Sus lágrimas se acumularon en sus ojos al punto de hacerlo mirar borroso, no pudiendo evitar el quebrarse en completo llanto frente al representante de las becas universitarias.

Habían sido meses de mucho esfuerzo, pero por fin rendía sus frutos, su madre estaría orgullosa, podría tener una nueva vida sin preocuparse por el futuro. Todo estaba saliendo muy bien a pesar de las duras circunstancias, ahora veía la luz al final del túnel.

Un muy emocionado Jungkook reverenció profundamente, agradeciendo muchas veces por la oportunidad brindada, ansioso de regresar a su hogar para contarle la buena noticia a su madre.

La felicidad desbordaba por cada poro de su ser y eso era su mayor motor para avanzar por las calles dando saltos, riendo y gritando con euforia hasta que llegó a la estación del tren que lo llevaría hacia su hogar... Casi podía saborear la cena de su madre y el abrazo reparador con el que siempre lo recibía.

Madre, solo espérame... te haré sentir orgullosa.

Jungkook siguió avanzando por la calle que lo llevaría hasta su casa, saludando a su paso a todos sus vecinos, aunque era extraño que de pronto todos se veían con semblantes más serios de lo normal. Intentó no distraerse con pequeñeces y siguió avanzando hasta que llegó a la puerta de su tan anhelado hogar donde tendría el recibimiento de Ryeon.

Ya podía imaginar a su hermana dando pasos torpes, saliendo en su encuentro, riendo y gritando apenas su nombre. Sus lágrimas se derramaron una vez más mientras colocaba la llave en la cerradura, sintiendo un escalofrío cuando notó que estaba entreabierta.

El ambiente le debió advertir lo que ocurría, el silencio debió ser la mejor alerta de todas, pero el peor golpe de realidad fue tener esa silueta oscura frente a él, sonriéndole de manera cínica.

Hola Jungkookie, te estábamos esperando.

No...

Sus manos dolían por tantas horas de trabajo, pero estaría bien, solo debía utilizar guantes para evitar que el calor y el frío hicieran más daño. Terminó de secar los últimos platos, apresurándose lo más que le era posible, vivía entre días demasiado ajetreados y lo que menos quería era que por algo mínimo todo se fuera a la basura.

Jungkook la voz de su hyung lo distrajo y aquel plato de porcelana se cayó de sus manos, arrodillándose de inmediato a recoger los pedazos, haciéndolo de manera desordenada, poco cuidadosa, hasta terminar cortándose.

Aghse quejó el menor, teniendo al mayor a su lado. Jungkook comenzó a apretar su mano

Kook deja eso ahí, te lastimarás Seokjin pudo observar ciertos rastros de heridas en las manos del menor, no parecían provocadas por el uso de utensilios de cocina, más bien eran como raspones Jungkook, ¿que te ocurrió en la mano?

El menor deshizo el agarre en su mano, comenzando a manchar aún más el suelo con su sangre, mientras que seguía intentando recoger los pedazos de la porcelana.

Lo lamento hyung, de verdad lo siento, prometo limpiar este desastre y el plato puedes cobrarlo de mi pago.

Kook es solo un plato, relájate Seokjin detuvo a Jungkook de seguir recogiendo los pedazos manchados con su sangre, poniéndolo de pie para llevarlo hasta el lavaplatos donde comenzó a lavar la herida estás demasiado alterado últimamente ¿que ocurre?

Nada.

— ¿En serio?, sabes que puedes contarle todo a hyung. ¿Va todo bien en la universidad? Jungkook asintió, con la mirada perdida en la sangre que corría con el agua entonces, ¿pasa algo en casa? ¿Ryeon está bien? ¿Tu madre aún tiene problemas con su empleo? la tensión en el cuerpo de Jungkook fue instantánea ¿quieres contarle a hyung?

No, hyung, no hay nada que contar. Todo está bien... todo está completamente bien. En serio, las cosas en casa no están mal...

Hey Kook Seokjin lo tomó por los hombros al notar la manera tan extraña de comportarse, notando que aquella herida no dejaba de sangrar ¿por qué estás tan alterado? el menor no respondió, simplemente desvió la mirada hacia otro lado sacándole un suspiro al mayor quien decidió que no lo retrasaría más tiempo déjame vendar está herida ¿okay?

Se enfrascaron en un silencio incómodo donde Jungkook apenas reaccionaba cada vez que el mayor hacía presión en su herida o bien cuando limpiaba el área, aunque lo que provocó un leve siseo fue el momento en el que se apretó el vendaje a su mano como una segunda piel que lo protegería.

Listo, con eso será suficiente. Cuando llegues a casa debes prometer que la lavarás y tratarás de curarla.

Lo prometo hyung

De acuerdo... la alarma sonó de nuevo, haciendo que Jungkook se soltara del agarre del mayor de inmediato, comenzando a quitar el uniforme de la cafetería y tomando sus cosas.

Adiós, hyung. Lamento de nuevo lo del plato, por favor tómalo de mi pago, de verdad lo siento.

Es solo un plato Jungkook-ah, puedo reemplazarlo el mencionado mordió su labio, rasgando un poco de la piel, sacando un poco más de sangre –. De verdad, ¿Te sientes bien? el menor volvió a asentir frenéticamente, alejándose los pasos que el mayor daba hacia él –. Okay, toma un poco de pastel de zanahoria de la vitrina y un jugo, asegúrate de comer ni bien llegues a la universidad.

Gracias hyung Jungkook reverenció varias veces, agradeciendo que su hyung no insistiera más en el tema.

Anda se te hará tarde.

Con esa premisa, Jungkook salió una vez más corriendo del lugar, tarde como siempre, jamás podría tener un momento pacífico, todo el tiempo estaba corriendo, ni un solo respiro podía tomar. Estaba bien, mientras aquel trabajo le dejara un poco de dinero para subsistir y no molestar a su madre, todo esfuerzo valdría la pena.

El campus de la universidad lo recibió con muchos estudiantes ingresando, algunos tan apresurados como él, otros demostrando tener mucho tiempo para caminar y disfrutar de los alrededores, mas él no podía darse ese lujo, iba tarde a su primera clase.

El sonido de sus suelas creaban eco en los pasillos y sus disculpas no faltaban con todo aquel que se atravesaba en su camino. La puerta hacia su clase fue motivo de tomar un breve respiro antes de ingresar, encontrando un ambiente tenso con el profesor clavando la mirada sobre él.

Joven Jeon, ¿de nuevo tarde?

Lo lamento profesor Han, no volverá a pasar.

Eso dijo la última vez, ahora tome asiento.

Jungkook regresó la mirada hacia el salón el cual estaba inusualmente lleno de rostros que no reconocía, la voz del profesor Han lo despertó al apresurarlo en que buscara un asiento, el cual encontró en la última fila.

Estudiantes, sé que se estarán preguntando quienes son todas estas personas que nos acompañan en el salón. Bien, estos son los estudiantes de tercer año, ellos tienen la tarea de instruirlos en sus proyectos de semestre, el profesor Lee y yo los supervisaremos.

Uno a uno comenzaron a ser llamados en grupos para poder ponerse de acuerdo en lo que sería su proyecto de semestre. Jungkook había sido asignado con el resto de becados, algo que no le sorprendía, pues siempre era lo mismo, ellos eran a quienes hacían de menos y por supuesto que esta no sería la excepción.

El sunbae que estaba con ellos también era un becado, algo que trajo alivio al grupo, pues eso significaba que estaba en las mismas condiciones. Discutieron sobre algunos programas, sistemas y con qué fin realizarían aquel proyecto. Jungkook intentó no distraerse ni un segundo, aunque todo se fue a la basura cuando ese sunbae llegó a su grupo.

Disculpa, Haebom.

Oh, Kim Taehyung-ssi Haebom se puso de pie de inmediato cuando aquella persona habló detrás de él haciendo de inmediato una reverencia qué lo trae por aquí.

Ayer no pude devolverte tus apuntes. Te lo agradezco, me fue de utilidad.

Kim Taehyung era el mejor de su clase, alguien de admirar, estaba dentro de la tabla número uno de puntuación y los profesores lo amaban, aunque su misma inteligencia le hacía ganar algunos enemigos, por no decir muchos.

Jungkook no pudo evitar mirarlo, era verdaderamente fascinante. Tenía una imagen demasiado intelectual, con esos anteojos grandes, su ropa siempre sería la misma, unos jeans desteñidos, una playera blanca, un abrigo o suéter tejido y su infaltable malteada de fresas.

Habría amado quedarse para tener una conversación con él o incluso discutir ciertas cosas sobre el proyecto, ya que Taehyung había mostrado interés en lo que estaban realizando, pero la llamada entrante que iluminó la pantalla de su teléfono lo puso en total alerta, teniendo que ponerse de pie y salir corriendo de la clase sin importar los gritos del profesor.

¿Quién era ese chico? mencionó Taehyung al notar que aquella persona había salido corriendo tan de repente ¿le habrá sucedido algo?

Nadie le pudo responder a Taehyung, ya que todos se encogieron de hombros, no conocían a Jungkook, era extraño su comportamiento, siempre estaba llegando tarde y nunca se quedaba un minuto más después del horario de clase. No tenía una relación, no absolutamente nadie.

Es un chico raro, sunbae, nunca ha entablado conversación con el resto de estudiantes.

Es demasiado callado.

Parece una sombra, siempre intentando pasar desapercibido.

Taehyung no pudo evitar molestarse ante todos esos comentarios, eran verdaderamente despectivos, ¿que importaba si era diferente a ellos? Quizá tenía problemas o debía hacer algo mejor que entablar conversaciones tontas con universitarios.

Ni siquiera se molestó en responder a todos los comentarios, simplemente decidió dejar aquel grupo de estudiantes. Al fin y al cabo ya había presentado la declinación a participar en ese proyecto, tenía los créditos suficientes como para no participar en esa actividad.

No era muy afecto a salir de casa, ni siquiera antes del accidente, pero en los últimos días eso había cambiado. Bastó una llamada telefónica con cierto chico, la cual duró casi toda la noche, para hacerlo sentir un poco mejor. ¿Cuánto tiempo llevaba sin hablar con una persona de esa manera? De ahí la razón por la que estaba haciendo todo eso.

Se sentía verdaderamente ansioso estando a solas en ese lugar. Le había pedido al taxista que lo llevara a la cafetería donde se frecuentaba con Jungkook, por primera vez en muchos meses había logrado hacer algo por su cuenta, no necesitó que nadie más lo ayudara, solo tuvo un poco de guía del piloto quien le indicó hacia dónde debía ir.

Ahora estaba sentado en una de las mesas del sitio, aún indeciso si podría ser capaz de ir hasta la caja para pedir su malteada favorita o bien quedarse ahí hasta que Jungkook llegara.

— Hora – mencionó de manera robótica hacia su teléfono, el asistente del aparato le indicó que eran las dos de la tarde.

Esta vez sería diferente, Jungkook había mencionado que podrían estar por más tiempo juntos y que incluso lo llevaría a un lugar especial el cual estaba seguro de que le encantaría, aún estaba idealizando su tarde con aquel extraño chico cuando pudo percibir a alguien colocándose a su lado y dejando algo en la mesa frente a él.

¿Jungkook estaba a su lado? Taehyung intentó saber de quién se trataba, pero el notar que no se trataba de una mancha borrosa negra le quedó más que claro que no se trataba del menor, sin embargo, frente a él se encontraba su bebida favorita, esa que intentaba no derramar con sus torpes movimientos.

Seokjin se encargó de ayudar a Taehyung a dirigir sus manos hacia el frente para que encontrara la bebida y al mismo tiempo la pajilla con la cual podría beber.

— Eres el amigo de Jungkookie ¿no es así? – no conocía a esa voz y a decir verdad su visión borrosa no le permitía diferenciar algo en aquella persona – tranquilo, los he observado estos últimos días, sé que eres el chico que ama la malteada de fresa, la cual ese mocoso siempre me hace colocarle pedazos de fruta extra.

Taehyung se sonrojó de inmediato por escuchar cuantas molestias causaba, además el hecho de que dijera que a su bebida le ponía extra fruta significaba solamente una cosa, debía pagar más dinero.

— Por favor, si él vuelve a hacer algo como eso no lo permita, sé que no gana mucho dinero, ya le he pedido que no es necesario que compre la malteada. – murmuró muy apenas Taehyung, causando cierto interés en el mayor, pues no parecía un chico interesado –. Él sigue insistiendo y ahora que sé esto... solo le pido que no haga caso a lo que pide, con su compañía es más que suficiente.

— Ese niño es demasiado testarudo como para aceptar un no. Además, tiene otras maneras de pagar por tu bebida, no te preocupes. Aunque quería preguntarte algo que me ha estado dando vueltas en la cabeza, ¿eres acaso su novio?

Taehyung casi se ahogó con su bebida al escuchar aquello, ¿él y Jungkook? ¿Jungkook y él? No, por supuesto que no, ellos solamente eran buenos amigos, es decir, no es como que alguien tan agradable como Jungkook decidiera fijarse en él.

El menor era demasiado agradable, tenía una vida social medianamente buena, por no decir que mucho mejor que la del mismo Taehyung, es decir, a quien no podía agradarle un chico como Jungkook, tan sonriente, carismático, común aura juguetona y, en propias palabras de Jimin, muy atractivo.

Una mancha negra demasiado brillante para una persona tan gris como Taehyung.

— Solo somos buenos amigos – comenzó a negar frenéticamente mientras que trataba de mantener la calma, sintiendo su rostro ardiendo en vergüenza –. Además, él es demasiado bueno para estar con una persona como yo.

— ¿Alguien como tú? ¿Que eres parte de la mafia acaso? – Taehyung negó mientras bajaba la cabeza – ¿tienes problemas con drogas o deudas?

— No, por supuesto que no.

— Entonces, no le veo algo malo que Jungkook se fije en alguien como tú, pareces un buen chico – Seokjin escuchó una voz muy familiar proveniente de la entrada de la cafetería donde pudo ver a un muy agitado Jungkook con Ryeon en brazos –. Sabes te diré algo, yo no haría lo que él hace por ti si solo te considerara un buen amigo.

Ryeon pidió ser bajada ni bien divisó al mayor y este le sonriera tan amplio, acuclillándose para recibirla en brazos, alzándola, dándole algunas vueltas. Las risas de la menor no se hicieron esperar, dejando a la vista esos pequeños hoyuelos que le hacían ver aún más adorable.

— ¡Hyungie! – alzó la voz la pequeña mientras que seguía riendo, sintiendo el dolor en su panza debido a la risa, era un buen dolor, a Ryeon le gustaba que su estómago doliera por estar feliz – Seokjinie hyungie, ya estoy aquí – mencionó la niña mientras aplastaba las mejillas del mayor.

— Hola conejita.

— Hyung – esa voz se había vuelto prácticamente inconfundible para Taehyung, así como identificar a su mancha borrosa favorita, quien comenzaba a alegrar sus días – lamento la tardanza.

— No te disculpes conmigo, hazlo con él – Seokjin dejó a la vista a un nervioso Taehyung, quien mordía su labio.

— Tae, ¿qué haces aquí? Es decir, no creí que me esperarías justamente en este lugar, ¿vine tarde a nuestra cita? ¿Es por eso que decidiste venir?

Dios por qué se sentía avergonzado al escuchar aquello, esa no era una cita, era una... se trataba de una... reunión de amigos. Claro, eso debía ser, no era algo parecido a una cita, si fuera una cita quizá él se habría esmerado un poco más en su atuendo, aunque a quién le importaba cómo se veía.

Taehyung había dejado de interesarse en su apariencia desde que él mismo había dejado de poder ver lo que utilizaba.

Parecía una fotografía todos los días gracias a que cambió su guardarropa para que fuera exactamente el mismo y evitar tener que pedirle a alguien que le ayudara a elegir una vestimenta diferente. Aunque para ser sinceros, Jungkook parecía tener una especie de gusto por la ropa negra, así que podría decir que eran similares en eso.

— Lamento la demora hyung, pero entenderás que Ryeon no puede correr tan rápido – la menor se sonrojó un poco, mientras se escondía entre los brazos de Seokjin.

— Está bien Jungkook, decidí hacer algo por mí mismo esta vez y tomar un taxi hasta aquí.

— ¿Lo hiciste tú solo?

— Sí...

— ¿Lo hiciste por mí? – murmuró un tanto coqueto, llamando la atención de su hermana, quien lo observó con su ceño fruncido, ¿por qué su hermano estaba actuando así? Parecía un tonto.

— ¿Qué? No, yo solo... yo solo – la risa de Jungkook invadió los oídos de Taehyung.

— Koo no seas malo con el señor bonito – le reprendió Ryeon de inmediato al notar la actitud de su hermano, pellizcando la mejilla del mayor, sacándole un quejido – eso no se hace. Mamá estaría muy triste si te ve burlarte de alguien.

— Rye no me estoy burlando, lo prometo, pero por favor suéltame – la mejilla del mayor fue liberada, pintándose de un rojo intenso, era la primera vez en varias semanas que no necesitaba usar una mascarilla y ahora tendría que ponerse una para ocultar la reprimenda de su hermana menor.

— No, no ocultes tu cara.

— Debo usarla, gracias a ti, conejita rabiosa – Ryeon mostró sus pequeños dientes mientras fingía un gruñido, Jungkook le sacó la lengua antes de colocarse la mascarilla –. Ahora, pórtate bien con hyung, yo regresaré por ti.

Ryeon asintió, teniendo un puchero en sus labios, le gustaba quedarse con Seokjin porque el mayor siempre le prepararía muchos postres que le harían doler la panza al final de la tarde, pero no era lo mismo disfrutar de aquello si su hermano no lo hacía con ella.

El mayor bajó apenas su mascarilla, dejando un beso en la frente de la menor, quien disfrutó de aquella promesa que siempre le hacía su hermano. No solo era una simple muestra de afecto, era un pacto silencioso entre ellos.

Volveré... lo prometo...

— Uno... dos... tres... – susurró Jungkook contra la piel del rostro de la menor.

— El conejito salió de la madriguera.

— Te quiero, Rye. Ahora pórtate bien – la menor asintió, aferrándose al cuello de Seokjin quien susurró palabras de aliento para que Jungkook por fin se fuera de ahí – Muy bien, entonces, Tae ¿estás listo para nuestra aventura del día de hoy?

— ¿No nos quedaremos aquí?

— Por supuesto que no, si toda la vida te quedas en un mismo sitio, solo te perderás de todo lo que te rodea. Así que andando.

Jungkook le ayudó a ponerse de pie, teniendo cuidado de no hacerlo tropezar, guiándolo hasta la salida, sin parar de decir lo maravilloso que sería ese lugar al cual irían. Taehyung no podía negar que le divertía y en ocasiones le gustaba sentirse revitalizado gracias a la felicidad que emanaba siempre el contrario.

Era como una carga de energía que no sabía que necesitaba, como si realmente aquello se tratara de algo a lo que necesitaba sujetarse para salir de la desdichada vida en la que estaba sumergido.

Caminaron por algunas calles, Taehyung simplemente se dejó llevar, escuchando a su alrededor los autos, el ruido de las voces de las personas que pasaban a su lado sin poner un mínimo de atención en dos extraños andando por la calle; algunas bocinas de los autos lo hacían sobresaltarse, pero Jungkook sabía cómo distraerlo entre bromas, hasta que poco a poco fueron disminuyendo todos los ruidos molestos.

— ¿A dónde vamos?

— Ya lo descubrirás.

— Comienzo a cansarme y me he tropezado varias veces.

— Lo lamento – murmuró Jungkook, sintiéndose algo culpable al dejarse invadir por su propia emoción –. Es solo que no quiero arruinar la sorpresa para ti.

— ¿Una sorpresa?

— Sí, es algo que espero sea de tu agrado, estamos cerca, solo sujeta mi mano.

Taehyung sintió la tan conocida sensación rasposa proveniente de las vendas en las manos de Jungkook, comenzaba a preocuparle la razón por la que siempre tenía aquello, ¿se metía en problemas? ¿Era de esas personas que se desquitaban con algo? ¿Podía ser muy torpe o tener algún trabajo que le hiciera esas heridas?

Tenía tantas preguntas en su cabeza respecto a la persona que estaba frente a él y que con el correr de los días tomaba un espacio en su vida, sin embargo, quien siempre terminaba hablando acerca de todo y nada era Taehyung, conversando cosas de sí mismo, lo mal que se sentía, lo feliz que era, lo molesto que estaba, lo triste que se sentía por su hyung.

— Jungkook – el mencionado murmuró una respuesta mientras seguía tomando las manos de Taehyung para guiarlo a través del pequeño espacio de presentaciones callejeras, para luego llegar a la puerta del lugar principal – ¿por qué tus manos están vendadas todo el tiempo?

Casi como si fuera una respuesta automática, Jungkook detuvo su andar e incluso su agarre en las manos contrarias, Taehyung se sintió ansioso tan pronto como percibió la ausencia del tacto.

— ¿Jungkook? ¿Dije algo mal? Lamento si fui inoportuno.

— No, es solo que – Jungkook miró hacia sus manos, sintiéndose un poco nervioso, ¿tan descuidado había sido? Tan pronto como intentó excusarse de una manera casi lamentable frente a Taehyung, quien aún intentaba buscarlo con sus manos, su salvación llegó en notas musicales.

— ¿Eso es música? – Jungkook quiso tomarle de las manos de nuevo, pero el vendaje en estas lo hicieron detenerse, por lo que decidió tomarlo del brazo para hacerlo avanzar – ¿en dónde estamos? ¿Por qué hay música?

— Recuerdas que dije que te daría una sorpresa, si nos quedamos aquí te perderás del evento.

Taehyung no mencionó nada más, dejándose llevar por Jungkook, quien le sostenía de los hombros para hacerlo avanzar, mientras que él confiaba en su bastón para no chocar con algún objeto que se atravesara, aunque confiaba mucho más en la persona que estaba detrás de él.

Conforme avanzaron, la melodía fue más clara, dejándolo más que sorprendido cuando las notas de Jazz invadieron por completo sus oídos e incluso haciendo vibrar su pecho gracias a que los parlantes se encontraban cerca, aunque nada podía compararse a la sensación pura de los instrumentos deleitándolo.

— ¿Qué es este lugar? – cuestionó Taehyung al sentirse verdaderamente curioso.

— Este es un pequeño restaurante con temática musical, suelen tener muchas bandas independientes tocando ¿te agrada?

— Es lo mejor que me ha pasado en meses. No sabía que existían lugares así.

El menor sonrió de lado, sintiéndose satisfecho de verlo sonreír de aquella manera, aunque un poco entristecido al notar que Taehyung no podía saber muy bien lo que ocurría a su alrededor. Se estaba perdiendo de las personas bailando al ritmo de la música, otros disfrutaban con una copa de vino y un poco de comida, era un ambiente ameno como para que Taehyung se privara de aquello.

— Tae, sé que no te gusta hablar sobre tu condición actual, pero quiero demostrarte que a pesar de eso aún puedes disfrutar de las cosas que amabas antes del accidente.

— Bueno, al menos puedo decir que esto es más de lo que hice antes de eso, pero me gustaría no solo imaginar, ni siquiera sé muy bien qué está pasando.

Jungkook olvidó por unos minutos su propia incomodidad, volviendo a tomarle la mano a Taehyung, quien ya no reaccionaba al tacto, sintiendo comodidad en esa sensación.

— Entonces, permíteme ser tus ojos.

Tomó el bastón de Taehyung, doblándolo hasta hacerlo de manera compacta, no lo necesitarían en ese momento, mucho menos cuando era el menor quien guiaba sus pasos hasta llegar al centro de la pista de baile improvisada donde las personas mayores y una que otra pareja les dejaban el espacio, rehuyendo al verlos tomados de las manos.

Las miradas recayeron en ellos, pero eso no le importó a Jungkook, agradeciendo por primera vez que Taehyung estuviera privado de su vista, porque la sonrisa amplia que tenía parecía brillar más que las propias luces tenues del lugar, se veía verdaderamente cómodo a su lado.

El menor no podía estar más feliz con la situación Taehyung estaba sintiéndose seguro con él, eso provocó una sensación cálida en su pecho, sintiéndose responsable de seguir causando eso, aunque no pudo evitar sonreír ampliamente cuando lo acercó a su cuerpo sobresaltando al mayor con su actitud atrevida.

— ¿Qué haces? Nos verán extraño las personas.

— Y eso qué, ¿tú los puedes ver? – murmuró con un poco de ansia el menor, acercándose tanto como le permitía la situación.

— Por supuesto que no.

— Entonces, si no lo ves cómo sabes que nos juzgaran, hyung, ellos en estos momentos no existen, tu imaginación no puede crear un escenario que no puedes ver – Jungkook se acercó aún más. Codicioso, caprichoso y desvergonzado Jeon Jungkook – incluso yo puedo no estar aquí...

— Jungkook, estoy ciego, no tonto, sé que esto no es bien visto, puedo sentir la mirada de todos encima de mí.

— Hyung, solo déjame a mí cargar con esas miradas, recuerdas que te dije que yo sería tus ojos.

— Sí, pero...

— Entonces déjame serlo, yo te diré lo que hay a nuestro alrededor mientras bailamos. Solo disfruta de este momento...

Taehyung suspiró sintiéndose ansioso, comenzando a lamer sus labios en un intento de liberar estrés, no podía evitar sentirse incómodo por el qué dirán, las parejas del mismo sexo no estaban bien vistas. ¿Qué estaba pensando? ¡Ellos ni siquiera eran algo!

Entonces por qué se sentía tan bien tener las manos del otro sobre las propias, dejándose llevar por el ritmo de la música, bailando como si nada importara. Jungkook le hacía dar vueltas para luego dar pequeños pasos torpes, sacándole risas, de esas que lo hacían lagrimear.

— Basta harás que me maree – mencionó Taehyung intentando tomar la ropa de Jungkook para que se detuviera, haciéndolo perder un poco el equilibrio para quedar abrazados en el medio de la pista.

— Lo siento, hyung, pero no pude evitarlo. Sonríes muy bonito.

— Detente, esto es vergonzoso, nos van a ver.

— Quieres saber lo que ven tus ojos – murmuró Jungkook comenzando un vaivén lento, siguiendo el ritmo de la música – a nuestro alrededor se encuentran muchas parejas de abuelos bailando y sonriéndose. No están viendo hacia nosotros. Las personas en las mesas alrededor solo se están dedicando a sus conversaciones y disfrutar de la música.

Taehyung giró un poco hacia un lado, pues aunque todo fuera un mundo de manchas borrosas y luces opacas, verdaderamente no podía identificar ningún rostro, juzgándolo por disfrutar.

El menor disfrutó la manera en la que Taehyung se relajaba, quizá imaginando lo que él mismo había mencionado. Lo mejor era evitar hacerlo pasar por un mal rato cuando estaban teniendo un buen momento.

Verdaderamente, no le importaba tener esas miradas sobre él, las había tenido desde hacía muchos años, ya no dolían, ni siquiera significaban algo y mientras él fuera los ojos de Taehyung le evitaría ese tipo de dolor.

Después de una cuantas canciones, decidieron que era momento de tomar asiento en una de las mesas, Jungkook se sintió ansioso porque no podría darle a Taehyung la atención que le gustaría, no podía pagar una comida, ni siquiera una copa de vino, estaban ahí solo porque su madre había sido muy buena amiga de la dueña.

— ¿Tienes hambre? – cuestionó Taehyung sacándolo de sus pensamientos, sorprendiendo a Jungkook – muero por comer un poco. ¿Tú no?

— No – la música se detuvo justo a tiempo para que Taehyung escuchara claramente el ruido del estómago de Jungkook.

— ¿Seguro? – cuestionó divertido Taehyung para luego comenzar a reír – vamos, yo puedo invitar la comida. Tómalo como un regalo de hyung por esta agradable experiencia.

— Taehyung no es necesario, de verdad estoy bien.

— Jungkook – las palabras de Seokjin invadieron los recuerdos de Taehyung al escuchar que el menor posiblemente realizaba trabajos para conseguir la comida o las simples comodidades que siempre le brindaba, como lo era el ocupar un asiento en aquella cafetería –, por favor acepta. Solo es comida.

Una simple frase no debería doler tanto como lo hizo en el pecho de Jungkook, quien no mencionó nada más, notando la interacción de Taehyung con el mesero, quien le gui en explicarle el menú hasta que el mayor pidió platillos varios.

El resto de la tarde se dedicaron a disfrutar de la compañía del otro, mientras que Taehyung preguntaba constantemente si estaba ocurriendo algo diferente para que le describiera lo que había alrededor, no se cansaba de escuchar la manera en la que Jungkook explicaba todo, como si fuera una completa maravilla.

Regresaron hasta la cafetería de Seokjin donde el mayor los estaba esperando con una inquieta Ryeon, ansiosa por ir al encuentro de su hermano mayor, quien le sonrió una vez cruzaron miradas.

Jungkook no quería terminar aquel tiempo tan ameno, Taehyung incluso le había hecho olvidar lo tonto que era sentirse culpable por comer una cena tan deliciosa sin la compañía de su hermana, podía sonar egoísta, pero verdaderamente lo había disfrutado. Todo, desde el baile, la conversación hasta las preguntas, el mayor parecía encantado con la idea de que fuera sus ojos y eso fue algo que Jungkook nunca olvidaría.

Nunca había tenido algo propio, algo tan de él como decir que el mayor lo considerara importante, esencial, alguien indispensable hasta cierto punto.

— Verdaderamente, me divertí en el restaurante, fue una experiencia inolvidable.

— Te lo dije, sabía que te gustaría.

— La dueña del lugar dijo que le sorprendía verte después de tanto tiempo y que le agradaba poder hacerlo después de tanto tiempo. Parecía muy feliz, aunque sonaba muy melancólica... ella mencionó algo que no respondiste... Jungkook, ¿serías sincero conmigo?

El menor esperó pacientemente lo que diría el mayor, se veía un tanto dudoso, mas no de una mala manera. Quizá se estaba ganando la confianza de Taehyung, eso estaba bien, aunque nada lo prepararía para escuchar aquella pregunta, al menos no de nuevo.

— Jungkook, ¿por qué utilizas vendajes? – Taehyung le sostuvo las manos, esta vez con un poco de fuerza para evitar que el otro las quitara – ¿por qué siempre tienes lastimadas las manos?

— ¡Koo! – llamó Ryeon, abrazándose a las piernas del mayor, observando con cierto recelo la manera en la que Taehyung sostenía las manos de Jungkook – Koo, ¿por qué el señor bonito está tocando tus vendas? Señor bonito...

— ¿Uh? – Taehyung se alejó solo un poco de la cercanía de Jungkook, soltando apenas las manos del otro.

— ¿Por qué está tocando las vendas de mi hermano? ¿Koo peleaste de nuevo con el lobo?

— Por supuesto que no, solamente salí con Taehyung hyung. Estoy bien Rye

— Entonces... Por favor, señor bonito, no toque las vendas de Koo, a él le duele mucho.

Los mayores se quedaron en completo silencio, por su parte Jungkook se soltó del agarre de sus manos sintiendo un leve ardor en una de las heridas, aun así, sin poner mucha importancia, se refugió en el afecto de Ryeon una vez tuvo en brazos a su hermana, quien de inmediato le bajó la mascarilla para que su hermano dejara el respectivo beso en la frente.

No hubo más palabras entre ambos, tampoco volvieron a tocar el tema mientras estuvo Ryeon en el medio de los dos comentando todo lo que había hecho por la tarde.

Taehyung se sentía curioso por aquello, ¿Jungkook tenía peleas? ¿Por qué no le había mencionado nada de su dolor?


Proxima actualización... soon... 

Purple hearts


Ellos caminando hacia su cita...


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