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Week 1 - I Know You-

¿Por qué se había dejado convencer por Jimin?, ni siquiera podía ver su rostro, pero en el momento que le mencionó que sería una buena idea asistir al grupo de ayuda, podía jurar que estaba abultando su labio y haciendo esos ojos inocentes. De ahí la razón por la que una semana después de su huida de nuevo se encontraba ahí.

— Vamos Tae, dijiste que lo intentarías.

— Ya no estoy del todo convencido de esto, ¿por qué mejor no regresamos al apartamento con hyung?

— ¿Ni siquiera intentarás? – cuestionó Jimin apretando el volante entre sus manos, notando el puchero pronunciado en los labios de Taehyung mientras negaba, abrazándose más a su bastón –. De acuerdo no te obligaré, al menos resististe hasta el estacionamiento del hospital.

Qué tan cobarde debía ser para ni siquiera bajarse del auto del novio de su hermano, parecía muy desanimado con su decisión, pero verdaderamente él no quería estar ahí. Se suponía que el grupo de ayuda solo era para los pacientes que tenían un proceso postraumático luego de una cirugía, él llevaba meses de recuperación, solo les haría perder el tiempo.

Es decir, él podía vivir así, la vida con manchas borrosas no resultaba tan mala después de todo. Al menos así no vería el reproche, rechazo o malos gestos del resto de personas, el no ver tenía sus ventajas. De verdad quería convencerse de que era mejor así, quería seguir hundiéndose a sí mismo en ese agujero para no tener esperanzas, porque si no tenía nada, ¿que podría perder?

— Oh, mira eso, Jungkook acaba de saludar.

— ¿Qué? ¿Cómo sabes que era él? ¿Lo conoces? – la risa de Jimin comenzó a invadir el espacio reducido, ganándose un golpe por parte de Taehyung, quien con su bastón le mostraba lo molesto que se sentía al caer en su engaño – no hagas eso.

— ¿Por qué te molestas conmigo? Dijiste que al menos intentarías ir al grupo de ayuda, sé que no lo dijiste solo por qué te convencí de esto. Pude notar la manera en la que has cuidado esos lentes oscuros todo este tiempo.

— No son míos, mi madre me enseñó a cuidar lo que no me pertenece.

— ¿También te enseñó que no debes regresar las cosas?

— ¡Jimin!

— Solo pensé que si estabas tan emocionado en volver a saber de él, al menos intentarías estar hoy en el grupo, pero si no estás de humor puedo regresarle yo mismo los lentes.

Jimin le pellizcó la pierna a Taehyung para pedirle el objeto que con tanto recelo resguardaba en su bolso, notó la incertidumbre del otro, parecía tener una lucha interna entre entregarlo o no.

— Vamos Tae, yo me sacrificaré por ti – Taehyung mordió su labio inferior sintiéndose ansioso, él mismo quería regresarle los lentes a Jungkook porque quizá y solo quizá dentro de su bolso no solo se encontraba el objeto, tal vez el paquete de galletas con una nota de disculpa era su segundo motivo por el cual no quería que Jimin se encargará –. O podemos hacer algo. Te propongo esto. Bajamos del auto, buscamos el área de voluntarios y tú tendrás tu tiempo para entregar los lentes.

— ¿Solo sería entregar los lentes? ¿No debo quedarme?

El mayor murmuró una afirmación, cosa que fue suficiente para que Taehyung desabrochaba su cinturón y comenzara a buscar la manilla de la puerta para así salir. Jimin sonrió amplio, apresurándose a salir para ayudar al menor, quien ya tenía extendido su bastón y tomó la mano que era ofrecida.

Durante el recorrido en el interior del hospital, Taehyung se detuvo siete veces, arrepintiéndose de su decisión, en cinco ocasiones intentó salir corriendo hacia la salida, en tres más fue engañado por Jimin quien mencionaba que Jungkook estaba frente a ellos, pero solo una vez fue verdaderamente cierta, bueno casi.

— Hola, bienvenidos al área del grupo de ayuda – saludó de inmediato Minah hacia las personas que desde hacía unos minutos discutían en la entrada del lugar – ¿necesitan que los apoyemos con algo?

— No.

— Sí.

La chica estaba confundida porque mientras que el chico con cabello gris sostenía del brazo al otro, solo le hacía sentirse insegura si aquello era preocupante o solamente era una escena de nerviosismo o negación.

— Necesitamos saber si se encuentra una persona – mencionó Jimin, aferrando su agarre en el brazo de Taehyung.

— Jimin, no por favor – suplicó el menor arrepintiéndose de su decisión ¿por qué no se había quedado en el auto?

— ¿Una persona? ¿Se refieren a que están buscando a uno de nuestros voluntarios?

— Así es, pero no recuerdo su nombre y él es demasiado tímido para preguntar por una persona.

— Oh, bueno, quizá pueda ayudar con eso, mi nombre es Han Minah y será un gusto poder ayudarles – mencionó la chica con una enorme sonrisa mientras realizaba una reverencia –. Dígame, la persona que buscan es una chica o un chico.

— E-es un chico – tartamudeó Taehyung, haciendo que la atención de Minah recayera en él.

— ¿Un chico? – la chica llevó su dedo hacia su barbilla pensando en quién se podría tratar, había muchos chicos en el grupo – ¿recuerdas algo de él?

— Era... – una mancha negra. Su mente le hizo una mala jugada porque el pensamiento fue casi instantáneo –. Alto...

— Ah, ya veo, quizá se trata de Hoseok – Taehyung negó de inmediato, sintiéndose tonto por no decir el nombre de Jungkook... Su nombre era Jungkook –. No, bueno, también está Mingyu – otra negación más – ¿Yugyeom?

Jimin se estaba cansando de ese tonto juego de adivinar, no necesitaban adivinar cuando conocían el nombre, un leve golpe en las costillas del menor le hicieron saber su molestia.

Minah se sentía un poco incómoda al no poder ayudar al chico, pero había demasiados voluntarios en el grupo, podría seguir mencionando a muchos más, sería más fácil si tuviera otra pista, pero ¿cómo preguntaría eso cuando el chico ni siquiera contaba con una buena vista? Era un milagro que mencionara que la persona era alta.

— Disculpe... lo siento... lo lamento – la voz en el pasillo hizo que tanto Minah como Taehyung buscaran a la persona responsable de tanto escándalo.

Jungkook de nuevo estaba disculpándose con todos a su paso, reverenciando constantemente, su mochila colgada de sus manos, el cabello largo le cubría los ojos y apenas veía su camino, chocando con las personas a su paso.

Estaba determinantemente prohibido correr por los pasillos del lugar a menos que se tratara del personal médico acudiendo para resolver alguna emergencia, aunque no era de extrañar que Jeon Jungkook llegara tarde rompiendo cada una de esas reglas.

En el peor de los casos, el desastre siempre lo acompañaba y eso se demostró cuando de nuevo chocó con el cuerpo de Taehyung al intentar evitar a alguien más, tomándolo entre sus brazos cuando ambos perdieron el equilibrio, cayendo al suelo, mientras que Jimin había sido empujado a un lado por Minah.

Verdaderamente, era una mancha negra, Jimin veía a Jungkook vestido completamente de negro, incluso la mascarilla en su rostro era negra, pero lo que más llamó su atención fue notar el vendaje en las manos que sostenían el delgado cuerpo de Taehyung quien estaba estático sobre el cuerpo contrario.

— ¿Taehyung?

— Hola – murmuró el mayor, sonrojándose de inmediato al sentir las manos contrarias sobre su cuerpo, le parecía de todo menos incómodo – ¿esto será así todo el tiempo? ¿Seguro no eres tú quien tiene mal la vista?

— Lo lamento, no esperaba encontrarte de nuevo en mi camino, aunque es una buena manera de empezar este día.

La conversación estaba llevándose con demasiada comodidad, a pesar de la situación en la que estaban, ambos no pudieron evitar sonrojarse, aunque solo uno de ellos podía apreciar verdaderamente esa reacción contraria. Jungkook agradecía que Taehyung ignorara que su mirada estaba fija en todas sus facciones, verdaderamente era bonito.

— Jeon Jungkook, de nuevo vienes tarde y causaste un accidente – le reprendió Minah de inmediato – por favor, déjame ayudarte.

— Se nos está haciendo una costumbre el tener estos encuentros, no te parece – mencionó Jungkook en un tono coqueto haciendo sonrojar de inmediato a Taehyung, quien fue ayudado por Minah y Jimin para ponerse de pie.

— Tae ¿estás bien? ¿No estás lastimado?

— Estoy bien Jimin.

— Lamento esto, intenté de verdad no tropezar con ustedes – Jungkook comenzó a ponerse de pie haciendo una reverencia frente a Jimin y Taehyung, quien se aferró a su bolso – de verdad lo siento mucho, es solo que...

— Es una mala costumbre de Jungkook venir tarde – mencionó Minah entregándole la mochila a Jungkook, la cual estaba rota de los tirantes –. No deberías estar aquí, lo sabes muy bien – murmuró al recordar que la directora del equipo le había mencionado que estaría suspendido del servicio.

— Por favor, Minah, no puedo estar en casa, sabes que lo necesito. – suplicó Jungkook, colocando ojos de cachorro, cosa que le sacó una sonrisa a la chica –. Además, estoy aquí porque Taehyung me lo pidió, ¿cierto?

— ¿Uh? ¿Yo? – cuestionó al instante, teniendo un escalofrío al sentir la aspereza proveniente de las manos de Jungkook.

— Taehyung, por favor te lo suplico, di que pediste por mí para el grupo de ayuda – el susurro en su oído le causó un escalofrío, el agarre en su espalda baja también le hizo sentir que sus rodillas se debilitaban.

— De hecho es a ti a quien buscábamos, no es así, Tae – mencionó Jimin luego de unos segundos de notar la interacción rara de esos dos.

— Oh, sí, es él a quien estaba buscando.

— ¿En serio? – cuestionaron Jungkook y Minah al mismo tiempo, con su ceño fruncido y volteando a verse al mismo tiempo, buscando una respuesta en el otro.

— Sí, Jungkook me habló de un grupo de ayuda, pero le pedí que no fuera aquí, sino fuera.

Jungkook no pudo evitar sonreír ampliamente porque Taehyung no tenía ninguna necesidad de mentir por él y, sin embargo, lo estaba haciendo de manera descarada frente a todos ahí.

— ¿Es por eso que venías corriendo? – cuestionó Minah con su ceño fruncido, aún incrédula de lo que estaba escuchando, ya que hacía unos minutos Taehyung ni siquiera sabía el nombre de Jungkook, ¿o acaso solamente era nerviosismo?

— Jamás te mentiría – mencionó con descaro Jungkook, poniendo una mano en su pecho, sobre su corazón, dando a entender que hablaba muy en serio, ganándose un pequeño golpe en su frente – ¡auch!

— Eso es por ser tan mentiroso y obligar a los pacientes a mentir.

— Pero es verdad, yo estaba buscando a Jungkook – murmuró apenas Taehyung, comenzando a buscar en su bolso los lentes, extendiéndolos hacia el frente, donde sabía que estaban las tres personas, o las tres manchas borrosas – esto es tuyo y también te traje esto – mencionó ni bien Jungkook quitó los lentes de las manos de Taehyung, notando cómo sacaba un paquete de galletas con chispas de chocolate extendiéndoselo de la misma manera – lamento lo ocurrido antes por favor acepta mis disculpas.

Jimin se encargó de girarlo hacia el lado correcto donde se encontraba Jungkook, pues estaba realizando la reverencia hacia Minah. Taehyung sintió su rostro arder de vergüenza, no se levantaría de esa reverencia hasta que quizá su cuerpo le obligara a tener una posición diferente para evitar el dolor en su espalda.

Minah le dio un leve golpe en las costillas a Jungkook para que reaccionara, sacándole un jadeo al ser golpeado en su magullado cuerpo, pero eso fue suficiente para hacerlo avanzar de nuevo hacia Taehyung y tomar el suficiente valor para hacerlo enderezarse.

— No tienes nada que agradecer Tae, eso fue un completo placer para mí.

— Fuiste bueno conmigo a pesar de que... bueno...

— Está bien, en serio, no debes disculparte por lo que ocurrió.

Ambos espectadores comenzaron a sentirse incómodos por la manera tan infantil que tenían esos dos de insistirse mutuamente en agradecer y disculparse. Estaban haciendo un mal cuarteto en aquella escena donde ni siquiera les estaban prestando atención.

— Tengo una idea porque mejor no le agradeces a Jungkook su amabilidad estando en el grupo de ayuda como lo prometiste.

— ¿Estarás en el grupo de ayuda?

— No.

— Sí, él necesita tener un poco de ayuda o compañía – Jimin suplicó con la mirada hacia Jungkook, quien observaba a Taehyung negar – por favor.

— Okay.

¿Así de fácil aceptaba? ¿Qué sucedía con ese chico? Taehyung mismo estaba comenzando a dudar si era una buena idea el hecho de que aceptara estar con él, ¿con qué fin?

— Entonces que dicen, si salimos de aquí, conozco un buen lugar para tomar malteadas, no está tan alejado, podemos ir caminando sin problema, ¿te gustaría eso?

— S-sí, bueno. ¿Jimin también puede venir? – cuestionó de inmediato sosteniendo el brazo de quien asumía era su compañero, pero se encontró con algo completamente diferente.

— No soy Jimin, pero puedes decirme así si te sientes más seguro – murmuró divertido Jungkook al sentir demasiada cercanía con Taehyung, quien lo soltó de inmediato.

— Deja de ser tan tonto y molestar a nuestro paciente – se quejó Minah, golpeando una vez más el brazo de Jungkook, quien de nuevo se quejó, frunciendo su rostro en una mueca de dolor – lo siento, no quise lastimarte.

— Está bien – susurró apenas, masajeando el área adolorida.

— Jungkook, puedo hablar un segundo contigo – el menor asintió de inmediato, alejándose unos cuantos pasos de Taehyung, mientras que se metía en una conversación con denotación secreta –. Quiero pedirte un favor, ¿te importaría hacerle compañía por unas cuantas horas? – susurró Jimin regresando la mirada hacia Taehyung.

— Sé que estás hablando de mí, Park Jimin. No importa cuán alejados este, olvídalo, no molestes a Jungkook.

— Lo necesitas de verdad, solo por favor intenta estar una tarde fuera de casa y luego puedes ser tan ermitaño como lo desees – Jungkook sonrió de inmediato al ver los labios abultados de Taehyung, mientras que fruncía su ceño internado verse ¿malhumorado? –. Prometo que no me quejaré cuando me pidas que te lea, incluso pueden ser todos los libros que quieras, pero por favor solo una tarde con Jungkook, ¿sí?

— Prometo que no te arrepentirás. Hagamos un trato, si al terminar la tarde te sientes mejor entonces aceptaré tus disculpas por ser tan gruñón en nuestro primer encuentro, ¿que dices? – Jungkook parecía estar más que dispuesto a pasar la tarde con él, pero ¿por qué? ¿Por qué desperdiciar de esa manera su tiempo? – nos divertiremos... ya lo ¿verás?

La risa de Taehyung fue un buen augurio porque aunque había sido una broma de mal gusto para otros, para el mayor simbolizaba una brisa refrescante, ¿acaso estaba haciendo bromas respecto a su ceguera? Le estaba tratando como una persona normal, como si el hecho de tener lentes oscuros, un bastón de ayuda y la inexistente habilidad de distinguir cosas fuera una pequeñez.

Quizá Taehyung también era fácil de convencer porque bastó con mencionar aquello para que comenzara a asentir, dejándose guiar por Jungkook, quien no dudó en iniciar una conversación sobre lo fabulosas que eran las malteadas del lugar y lo mucho que le encantaría tanto así que le rogaría por tener más tardes a su lado.

Se sentía extraño de estar con una persona que no fuera de su círculo normal de amistades, aunque ¿qué amistades? Durante su tiempo de estudio no pudo socializar con nadie porque a todos les parecía raro y todo empeoró cuando regresó a la universidad, fue simplemente para explicar su situación...

Grave error, pasó de ser el chico nerd raro a ser el chico del accidente que sobrevivió.

— Toma, te compré una malteada de fresa – el frío entre sus manos le advirtió de aquel objeto que le había sido entregado era la famosa bebida de la que no paró de escuchar en todo el camino.

Fresas él amaba ese sabor en las malteadas, ¿cómo era posible que Jungkook supiera algo así? Intentó llevar hacia su boca el vaso, no encontrando manera alguna para evitar derramar el contenido.

— Oh, espera – Jungkook hizo que la pajilla del vaso rozara apenas los labios de Taehyung sorprendiendo a este – aquí, puedes tomar mejor con esto.

— Gracias.

Era verdaderamente bonito cuando se ponía tímido, Jungkook no podía dejar de verlo, mucho menos teniendo el espectáculo de su vida al notarlo haciendo pucheros. Kim Taehyung hacía puchero cuando comía o bebía algo. ¿Existía algo más adorable? Lo mejor de todo eso era que ahora lo podía ver frente a él, no desde una distancia, estaba justo ahí...

— Jungkook – el mencionado murmuró una respuesta, aún perdido en el castaño – puedes soltar mi bebida, por favor.

— Claro, lo siento, solo quería ayudar. Dime, ¿te gustó? Puedo conseguir otra si no es de tu agrado.

— Está perfecta, gracias, aunque cómo sabías que me gusta este sabor.

— Lo adiviné.

— ¿Cómo? Eso es imposible, no a todos les gusta el mismo sabor, hay una gran cantidad de personas que son alérgicas y otro porcentaje mayor que detestan el sabor, dejándonos con un mínimo porcentaje de personas que disfrutan de algo como esto – Taehyung no podía controlarlo, siempre le sucedía lo mismo comenzaba a divagar en sus conocimientos ignorando a la otra persona, le era imposible no hacerlo, no cuando se sentía seguro al lado de una persona, Jungkook no cuestionaba nada y simplemente lo dejaba ser él –. Entonces dime, ¿Jimin te dijo algo?

— No... Creo que fue suerte.

— ¿Qué habría pasado si fuera alérgico?

— Sé como tratar una alergia.

— Y si no me gustaba.

— La habría tomado en tu lugar y te compraría otra.

¿Por qué? Taehyung no entendía la razón por la que Jungkook actuaba de esa manera con él, verdaderamente no se conocían y estaba reaccionando mejor que el resto de personas que decían conocerlo.

— No debes preocuparte por cosas pequeñas, Taehyung. Solo disfruta...

— ¿Eres así por tu trabajo como voluntario? – la risa nasal de Jungkook le pareció un poco molesta, en especial porque no tenía una visión real de cómo se veía en esos momentos, ¿se estaba burlando? ¿Por qué de nuevo tenía esa mancha borrosa en su rostro?

— ¿Siempre has sido así de directo? Es decir, no me molesta que mi trabajo sea menos, pero a muchas personas les parecerá ofensivo si lo dices de esa manera.

— Lo siento, mis habilidades de socializar no son muy buenas.

— De acuerdo qué te parece si empezamos por el inicio. Soy Jeon Jungkook – mencionó sin más tomándole la mano a Taehyung, quien dirigió su mirada borrosa hacia donde estaban entrelazadas sus manos – tengo veintiuno y soy voluntario de un grupo de ayuda en un hospital. Ahora tú.

— Soy Kim Taehyung – lo sé. De verdad quería mencionar aquello, pero no arruinaría su oportunidad – tengo veintitrés años y soy tan ciego como un topo, debido a un accidente hace seis meses.

— Oh, lamento la falta de respeto hyung.

— Basta, eso es demasiado incómodo, no soy hyung de nadie y te prohíbo que me digas así, me siento bien de ser solamente Taehyung. ¿Okay?

— Okay... Entonces... Cuéntame más, Kim Taehyung, alias pequeño topo.

Conversaron de demasiadas cosas, a decir verdad, Taehyung fue quien más habló, fascinando de sobremanera a Jungkook, quien no podía dejar de escucharlo, todo aquello que el castaño mencionaba respecto a lo maravilloso que era el mundo de la informática, lo inspirador que podía ser la fotografía, el placer de solamente escuchar música o un audiolibro era algo nuevo para Jungkook.

Pasaron las horas hasta que la alarma de la realidad sonó, haciéndole saber que por más que deseara quedarse al lado de Taehyung tenía una responsabilidad por cumplir.

04:30 pm

No era tiempo suficiente, de verdad era muy poco tiempo el cual compartió con Taehyung, pero debía salir huyendo como el estúpido cuento de la cenicienta que su hermana le hacía contarle todas las noches.

— ¿Ese sonido es tu alarma? – cuestionó Taehyung aferrando su agarre en el vaso vacío frente a él.

— Sí, lo lamento tanto, debo irme, pero puedo esperar a que alguien pase por ti.

— No es necesario, puedo llamar un taxi.

— Entonces te esperaré hasta que subas sano y seguro.

Jungkook le ayudó a ponerse de pie, ayudándolo a no tropezar con ninguna mesa del lugar y agradeciendo en voz baja al dueño de la cafetería, quien lo veía con el ceño fruncido al no comprender quién era esa persona con la cual había pasado tanto tiempo.

Taehyung activó el asistente de su teléfono para llamar a un taxi y con eso fue suficiente para que ambos se mantuvieran en completo silencio esperando la llegada de aquel auto.

— Me divertí mucho.

— ¿Sí?

— Sí, fuiste muy amable al dejarme hablar solo a mí. ¿Fue grosero de mi parte el no dejarte hablar?

— En lo absoluto, fue fascinante escucharte hablar de todas esas cosas.

— Bueno, ahora solo puedo hacer eso, hablar de lo mucho que me gustaba hacerlo, aunque ya no podré.

— Pero dijiste que podrías tener un trasplante, ¿no?

— No quiero eso.

— ¿Es porque no tienes el dinero suficiente?

— No.

— ¿Es porque quieres que sean de un color específico? Porque déjame decirte que los ojos muy claros son los que más rápido se dañan y a mi gusto no son igual de bonitos que los oscuros.

Taehyung sonrió de lado porque jamás había escuchado algo tan ridículo como un gusto por el aburrido color café de sus ojos, aunque ahora dudaba mucho cómo se verían.

— Hablo en serio, los ojos claros son un defecto genético, ¿lo sabías? Es como una decoloración extraña, así que no pidas que sean de otro color o tendré mucha envidia que tú estés desaprovechando esta oportunidad.

— No, es eso.

— Entonces... ah ya sé, tienes miedo de decepcionarte al ver mi rostro, no te preocupes, puedo usar una máscara, si eso te molesta – era algo que usaba todo el tiempo, pero eso no debía saberlo Taehyung.

— Basta, no es nada de eso. Es solo que la última cirugía fue muy dolorosa y no funcionó, ¿qué haré si pasa lo mismo? Puedo perder los ojos, o nunca volver a ver... o

— O quizá nunca lo sabrás si no lo intentas.

El brillo de unas luces junto con el sonido del motor de un auto los hizo detener su conversación, Jungkook hubiera querido seguir ahí mismo, pero su alarma de nuevo sonó alertándolo que llegaría tarde.

— Será mejor que me vaya – murmuró Taehyung, sintiéndose un poco decepcionado de terminar aquel encuentro.

— Podemos repartirlo si así lo deseas.

— ¿En serio? – cuestionó de inmediato, tomando la mano de Jungkook, ahora identificando muy bien aquella textura rasposa, definitivamente eran vendas y parecía que ocultaban heridas dolorosas, pues ni bien tocó solo un poco el contrario se tensó.

— Por supuesto que podemos hacerlo de nuevo.

— Pero no quiero que sean reuniones en el hospital – la bocina del taxi los asustó, recordándoles que no tenían tanto tiempo. Jungkook sacó un plumón de su bolsillo, comenzando a escribir sobre la tersa piel de la mano de Taehyung – Jungkook...

— Escribí mi número en tu mano, cuando llegues a casa puedes pedirle a alguien que lo dicte para ti, hablaremos cuando tú lo desees.

— ¿Puedo escribirte?

— Claro, pero ¿puedes hacer eso?

— Tonto, claro que puedo... bueno algo, así el asistente del teléfono me lee los mensajes y yo le dicto lo que quiero escribir, es muy útil.

— Entonces tendré que ser cuidadoso con los mensajes que envíe – Jungkook quiso acercarse a Taehyung para despedirse, pero su nerviosismo lo traicionó, junto con la alarma de su teléfono, advirtiéndole de nuevo que llegaría tarde – debo irme hyung, estaré esperando tu mensaje...

Taehyung murmuró una despedida, algo breve antes de que estuviera completamente a solas en el taxi, dándole la dirección de la casa de su madre, había muchas cosas por conversar. En especial luego de que Jungkook mencionara que jamás sabría qué pasaría si nunca intentaba. 

Taehyung fue recibido por el silencio de su casa donde apenas podía escuchar las murmuraciones de la voz de su madre, estaba hablando por teléfono, podía saber que se trataba de trabajo porque siempre utilizaba ese tono de voz serio cuando se trataba de sus clientes a quienes siempre convencía para comprar las propiedades en venta que le asignaban.

Tenía un poder de convencimiento alarmante, incluso había convencido a su padre de divorciarse por mutuo acuerdo para evitar problemas innecesarios. El único que no podía convencer era a su adorado hijo menor, Yoongi en ocasiones caía ante la manipulación, mas el menor de la familia era un tanto testarudo.

—Ya llegué – alzó la voz lo suficientemente alto para que su madre escuchara.

— Mi bebé – su madre salió en su encuentro ni bien lo vio de pie en la puerta de la entrada, peleando con sus propios zapatos para quitarlos – deja que mamá te ayude.

— Yo puedo.

— Sé que puedes, pero soy tu madre y aún tengo derecho de ayudarte – Taehyung suspiró cansado al sentir las manos de su madre quitando sus calcetines, para luego colocarle sus sandalias – ¿te divertiste con Jimin?

— ¿Jimin?

— ¿No estuviste con él toda la tarde? Dijo que estarían ocupados.

— Oh, sí, bueno... realmente no estuvo con él toda la tarde.

Taehyung buscó con su mano a su madre para que se pusiera de pie, abrazados a su brazo para empezar a avanzar a través de la casa, hasta llegar al amplio sofá, donde ambos tomaron asiento. Su madre se sentía curiosa por ese sonrojo extraño en las mejillas de su hijo.

— ¿Qué estuviste haciendo toda la tarde osito?

— Estuve con una persona...

— ¿Una persona? – el menor murmuró una respuesta afirmativa mientras mordía su labio – y esta persona tiene nombre que no sea Park Jimin y Min Yoongi.

— Te sorprenderá saber que no son ellos... – su madre jadeó sorprendida por escuchar aquello, tomándolo de las manos para hacerle saber que estaba a la expectativa de saber más – su nombre es Jungkook, es alguien a quien conocí hace una semana en el hospital.

— Es un paciente como tú.

— No, él ayuda a personas como yo.

Aquella frase dejó un tanto confundida a su madre, quien no comprendía a lo que se refería, pero no importaba mucho, no cuando notaba cierta tranquilidad en el rostro de su hijo, algo que no había sucedido en muchos meses.

Mientras que en la casa de Taehyung se vivía una escena de confidencialidad entre él y su madre, una muy diferente se libraba al otro lado de la ciudad...

Dentro de la habitación, en un espacio seguro dentro de ese horrible lugar, se encontraba Jungkook junto a su hermana, esperando que todo pasara, solo debía ser paciente y esperaba que la medicina tuviera un efecto prolongado para hacer que Ryeon no despertara en algunas horas.

— ¿Dónde mierda están?

Ese grito le sacó un respingo, haciendo que se abrazara aún más al pequeño cuerpo que sostenía entre sus brazos. Se sentía demasiado cansado como para enfrentar nuevamente esa batalla, solo no quería otro golpe más, quería descansar por una sola noche, no deseaba cubrir con sangre sus manos, no después de haber sostenido las delicadas manos de Taehyung.

No quería borrar la sensación cálida de estar con el mayor, eso solo lo lograría si se quedaba en ese espacio reducido por unas cuantas horas hasta que el monstruo fuera se cansara. 


Proxima actualización... soon...

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