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⊹ ࣪ ˖ ꒰ঌ ♡ ໒꒱ ⊹ ࣪ ˖
—¡¡Taehyung!! —Jungkook comenzó a desesperarse, no habían señales de algun chico con cabello castaño.
Así que se quitó el abrigo de Taehyung y el único zapato que le quedaba para meterse al río, el agua había aumentado de temperatura, más que hace un rato, lo cual era algo extraño, ya que el sol estaba saliendo.
No sabía nadar, pero ignoró ese detalle, lo importante era encontrar a Taehyung vivo. Su cuerpo se resbaló por la corta cascada, sus pies ya no tocaban el suelo y eso lo puso en alerta, tenía que ser una jodida broma, ¿no?
No lo era, estaba a punto de ahogarse, se movía como podía para intentar llegar de nuevo a la orilla, pero era inútil.
—¡Maldita sea! —gritó. Lleva su mirada de un lado a otro intentando ubicar a Taehyung, pero no había rastros de él y pronto iba a ahogarse.
—¡¡¡Kim Taehyung!!! —estaba a punto de aceptar su destino, hasta que unas manos sujetaron su cintura, el corazón se le aceleró.
—Jumgkook, ¿Qué haces aquí? —Taehyung se volteó para que el otro pudiera verlo.
Pero el pelinegro se queda sin palabras.
—No sabes nadar, ¿es así? Entonces, ¿Por qué estás aquí? —pregunta mirándole con curiosidad y nada un poco hasta llegar a la orilla, sin soltar la cintura del chico paralizado.
Jungkook comenzó a toser, había tratado agua sin haberse dado cuenta.
—Ya, tranquilo —Taehyung se sienta a su lado y le palmea la espalda.
—¿Por qué tardaste tanto? —Jungkook finalmente habla.
—Pero, ¡Mira lo que tengo aquí! Recuperé tu zapato —Taehyung ensanchó su sonrisa mostrando el zapato con inocencia.
—¡Te dije que no fueras a buscarlo! ¡Pudiste haberte ahogado o morir congelado! —Jungkook le regaña sin importar ver la carita de Taehyung, como si se tratara de un perrito regañado.
—Lo sé... pero lo recuperé, eso es lo importante, de todos modos, no es mi culpa que tengas complejo de cenicienta —Taehyung dice y se levanta para ir a buscar su mochila y su abrigo.
—¿Complejo de cenicienta? Eso no es verdad —Jungkook bufó y le siguió, viéndole con curiosidad cuando se agacho para tomar su pie.
—¿Qué haces ahora?
—Voy a ponerte mis zapatos.
—¿Tus... zapatos?
—Sí, el que fui a buscar esta mojado, somos casi de la misma talla, así que te quedará —y sin decir algo más, Taehyung tomó del pie a Jungkook y le coloca los tennies—. Tus calcetines... —ríe ligeramente—. ¿Son de Iron man?
Jungkook se aparta tratando de ocultar sus mejillas sonrojadas, no había notado que tenia puesto justamente esos calcetines tan infantiles.
«Por Dios, que vergüenza»
—Son de mi hermano menor.
—No trates de engañarme —Taehyung se levanta y pasa un brazo sobre sus hombros—. Sé que son tuyos, cariño.
—¿Qué? No, claro que no —tragó saliva, acaso el gran Kim Taehyung le había llamado... ¿cariño?
Taehyung vuelve a agacharse para ponerse los zapatos de Jungkook, le quedaban justos, pero lo hacían.
—Nunca debimos venir aquí, incluso ya amaneció, pudiste haber muerto por un estúpido zapato y tu ropa está mojada —Jungkook menciona y Taehyung gira a verle.
—Jungkook —se levanta y le toma de ambos hombros—. Deja de preocuparte un poco, ¿quieres? Estoy vivo, no me pasó nada y creo que estar aquí es de las mejores cosas que me han sucedido en la vida.
—¿Por qué?
—La primera fue conocerte, y la segunda, pasar mi cumpleaños junto a ti en el planetario, que casi nos agarrara el guardia y haber jugado ese juego contigo —Taehyung rompió con la distancia de ambos y le abrazó.
—Pero...
—Jungkook, gracias por haberme acompañado y por haber vuelto conmigo, porque definitivamente no sé que haría sin ti.
—No volví contigo porque nunca anduvimos, genio —Jungkook se burla pero aun así, corresponde a su abrazo.
Porque cada que estaba en esos brazos, aspirando el olor de su perfume y su cabello castaño haciéndole cosquillas en la nariz, estaba 100% seguro de qué nadie se atrevería a hacerle daño, mientras estuviera junto a él.
—Perdón.
—¿Por qué te disculpas?
—Por haber dejado de hablar contigo sin alguna razón.
Taehyung se separa un poco solo para verlo a los ojos—. Sé que tenías una razón —sonríe con honestidad—. Pero, ¿sabes algo? No es chantaje, ni nada por el estilo, pero si estás conmigo, prometo que nadie va a tocarte ni a hacerte daño.
«Lo sé, Taehyung» Pensó Jungkook.
—Sí Beomgyu o cualquier idiota se atreve a hacerte algo, no dudes en decírmelo.
—Pero hyung, has estado metiéndote en muchos problemas solo por mi, eso no va muy bien contigo, es decir, ¡mírate! Incluso te has vuelto más popular que mi hermano en tan poco tiempo.
—Eso lo sé, y también sé que tengo muchos admiradores y admiradoras, pero, ¿sabes? Eso no me importa, el único que me importa eres tú.
—¿Por qué? —se atreve a cuestionar. —¿Por qué yo? Nunca nadie se había preocupado tanto por mi más que mi hermano, es raro, todos siempre me menosprecian y dicen que soy la sombra de Seokjin cuando solo quiero...
«Un poco de afecto»
—Nada..., olvídalo.
—Jungkook —Taehyung dice y el mencionado le mira a los ojos—. No vuelvas a decir eso, yo me preocupo por ti porque me gustas, ahora no solo tendrás a Seokjin para protegerte, también a mi.
Jungkook sonríe con lentitud ante su confesión, su estómago daba un vuelco por cada palabra salida de esos lindos labios.
—Hyung.
—Dime.
—¿Puedes besarme?
Taehyung se sorprende ante lo dicho, pero antes de querer gritar por la emoción, se contiene y dice lo siguiente: —. ¿Por qué no lo haces tú?
—Porque... —aparta la mirada por la vergüenza, las palabras se habían salido de sus labios sin querer hacerlo.
—¿Quieres que yo lo haga? Entonces, agradéceme por lo de tu zapato —le retó.
—¿Eh? ¿Por qué? Estaba muy preocupado, no quería que fueras y aun así, ¿quieres que te agradezca?
—Es lo más justo, si quieres un beso.
—Entonces lo haré yo —Jungkook le toma del rostro, no sabe porque sus impulsos estaban más locos como de costumbre, pero termina llevando sus labios hacia los del contrario.
Se mueve con torpeza, degustando ese sabor a menta, siente como unas manos encajan perfectamente con su cintura, tanto que piensa que fueron hechas solo para eso. No pudo evitar jadear en medio del beso cuando Taehyung se atreve a colar su lengua con la suya y jugar un poco lento, solo para provocarlo.
¿Cómo habían llegado hasta eso? No lo sabía en ese momento, pero lo amaba.
Amaba sentir las hebras del cabello castaño entre sus dedos, amaba esa sensación en el estómago cada que Taehyung le tomaba de la cintura, amaba esos labios tanto como esa lengua que jugaba con la suya.
En conclusión: amaba todo de Taehyung.
Cuando se separaron, Taehyung vuelve a dejar un corto beso en los labios del contrario y sonríe por los fuertes latidos de su corazón.
El sol les abrazaba, creyó que ya eran como las 6 o 7 de la mañana, pero incluso con esas ojeras debajo de los grandes ojos de su Jungkook, se veía perfecto.
—Creí que no te atreverías a besarme.
—Lo hice porque no iba a agradecerte por lo del zapato —Jungkook recoge la mochila de Taehyung y su abrigo para extenderselo.
—Auch, que malagradecido —fingió molestia y toma sus cosas.
—Debemos irnos ya —ignora los quejidos del mayor. —Pronto se darán cuenta de que no estoy en casa.
—Toma, ponte mi abrigo-
—¿Te has dado cuenta de como está tu ropa? ¡Está empapada! ¿No tienes frío? Tú necesitas más el abrigo que yo —Jungkook comienza a caminar por el mismo camino por el que ingresaron para salir del bosque, Taehyung le siguió con una sonrisa tonta en sus labios.
—Eres muy cruel conmigo, ni siquiera está nevando, extraño cuando eras tímido —Taehyung le alcanzó para pasar una mano por sus hombros.
—Nunca fui tímido, solo no te tenía confianza —Jungkook ríe un poco.
—¿Es en serio? Me dueles, Jungkook —lleva una mano a su pecho fingiendo dolor.
Jungkook rodó los ojos y continuaron caminando hasta llegar a la carretera, dónde se dieron la vuelta y regresaron a la parada de autobuses—. Son las 7:07, ¿en serio estuvimos 8 horas juntos? —Taehyung se sorprende y se sienta a su lado.
—Al parecer si, solo espero que Seokjin no se de cuenta de que no estoy, me mataría.
—¿Seokjin o tus padres?
Jungkook quería contarle todo en ese momento, pero debía limitarse, no podía simplemente ir divulgando qué su padre lo golpeaba a él y a sus hermanos y su madre no hacía nada para defenderlos, era una completa mierda.
Así que sí, se podría decir que Seokjin era el único en su familia que se preocupaba realmente por él.
—Sí, mis padres también, van a matarme —ríe con nervios, pero al parecer Taehyung le creyó y eso era suficiente.
El autobús llega poco después, y ambos suben a bordo. Jungkook se acomoda en uno de los últimos asientos, eligiendo un lugar junto a la ventana. Taehyung lo sigue y se sienta a su lado.
El trayecto durará unos 40 minutos. Los rayos del sol que atraviesan la ventana han ayudado a secar casi por completo la ropa de Taehyung. Sin pensarlo demasiado, se inclina hacia el menor, apoya la cabeza en su hombro y cierra los ojos, buscando un momento de calma.
—¿Qué haces? —susurró.
—Voy a dormir, por cierto, me la pasé muy bien contigo —Taehyung sonríe y envuelve un brazo con el de Jungkook para acercarse un poco más.
Jungkook no dice nada, concentrado en controlar los latidos acelerados de su corazón. Desvía la mirada hacia la ventana, observando cómo los rayos del sol hacen desaparecer la escarcha que aún cubre las ramas de los árboles. A su lado, la respiración de Taehyung es serena y tranquila, reflejando una calma que parece contagiar el ambiente. Su ropa, ahora completamente seca, es otro indicio de que el tiempo sigue avanzando, lento pero constante.
Así que tuvo la certeza de qué...
Era adorable.
Adorable en todas las formas posibles, incluso dormido sobre él, seguía siendo perfecto.
Jungkook, por primera vez en mucho tiempo, sintió que podía volver a ser feliz y sonreír de manera infantil, porque Kim Taehyung le hacía sentir que todo era posible mientras estuviera a su lado, se sentía algo estúpido por lo de aquella vez y en la manera en la que decidió dejar de hablarle sin alguna razón verdadera.
Pues ahora, entendió que Taehyung podía protegerlo de lo que sea.
Y eso lo conmovió bastante.
—Feliz cumpleaños... Tae —susurró con dulzura al verlo respirar apaciblemente.
¿Sería egoísta desear a Taehyung solo para él? Quizás. Pero la simple idea de estar lejos de él otra vez le resultaba insoportable. Haría todo lo que estuviera en sus manos para mantenerlo a su lado, sin importar lo que eso implicara.
Por primera vez, entendió lo que significaba amar de verdad.
Taehyung no solo era amor; Taehyung era su amor.
Saber que él sentía lo mismo hacía que su corazón se estremeciera, llenándolo de una calidez indescriptible.
Cuando llegaron a su calle, Jungkook movió suavemente la cabeza de Taehyung para despertarlo. Ambos descendieron del autobús y comenzaron a caminar juntos, avanzando lentamente hacia sus casas.
—Me la pasé muy bien contigo, este cumpleaños es realmente especial —se detuvieron enfrente de la casa de Jungkook.
—Perdón... por dejar de hablarte-
—Ya, olvida eso, quedó en el pasado, ahora solo tenemos que mirar hacia nuestro presente, ¿te parece bien?
Jungkook esbozó una sonrisa genuina, una que nacía desde lo más profundo de su ser. Nunca en su vida había experimentado un sentimiento tan puro como el que sentía por Taehyung, una mezcla de devoción y calidez que lo envolvía por completo. Y lo que lo hacía aún más especial era ver esos ojos que le devolvían la mirada, cargados del mismo amor con el que él lo contemplaba.
—Bien... entonces, ¿nos vemos?
—Claro —Taehyung se quitó los zapatos de Jungkook y se los devolvió, Jungkook hizo lo mismo poco después—. Espero que la próxima por fin pueda entrar por la puerta principal de tu casa y no por tu ventana.
—Ah... sobre eso, perdón —Jungkook desvía la mirada sonrojando, tenía razón, Taehyung nunca había entrado a su casa por la puerta principal.
«Qué vergüenza...»
—Adiós, Jungkook.
—Adiós, Taehyung —se dio la vuelta y entró por la ventana cayendo sobre su cama, moviendo las cortinas solo para admirar la espalda del castaño.
Se acomoda sobre su cama, se la había pasado tan bien que había olvidado que literalmente no durmió nada esa noche, así que cierra sus ojos, intentando conciliar el sueño.
No supo cuánto tiempo había pasado ni se había molestado en revisar su teléfono, pero el sonido de unos golpes en la puerta lo hizo moverse ligeramente, sacándolo de su letargo y llevándolo a despertar por completo.
Camina hasta la puerta y frunce el ceño al ver a su hermano mayor con una cara de preocupación mientras jugaba con sus manos.
—Jungkook, debemos hablar seriamente.
Maldita sea, ¿se había dado cuenta de que no estuvo en la casa durante toda la noche?
El miedo lo consumió por completo.
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Me encantaaan, porque no me pasa algo así de bonito como lo que tienen ellos 💔
Gracias por su apoyo!! 💫
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