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9. Ira Y Amor

Sus pensamientos parecían un licuado dentro de su mente.

No había un orden específico, todo se le venía a la mente en la manera que se le antojaba.

Todos dicen que cuando estas en un lugar tranquilo es fácil ordenar tus pensamientos, pero la verdad es que cuando la mente y el corazón no se ponen de acuerdo y forman una guerra de pensamientos y sentimientos de tal magnitud, el lugar es lo de menos.

Deseaba arrancarlos de su mente y ponerlos sobre una mesa, examinarlos y desechar los que no considerara convenientes.

Pero eso es imposible.

Entonces recogió todas las botellas que encontró tiradas por allí y las puso sobre el trozo de madera que más odiaba.

Con la rabia brotando por sus ojos a través de lágrimas, fue directo al maletero de aquel auto que le traía tantos recuerdos y entonces sacó las armas.

Una fuerte corriente de adrenalina mezclada con odio y sentimientos de nostalgia lo recorrió entero.

Tomó la primer arma y comenzó a disparar sobre las botellas sin piedad, provocando que miles de pequeños trozos de cristal volarán por los aires junto al ahogado sonido de los disparos sumado a sus sollozos.

Y cuando un arma se quedó sin munición, tomó otra y repitió el procedimiento aunque ya no hubiera botellas.

Quizá quería pensar que quería descargar las armas, pero en realidad al hacerlo estaba dejando salir todo aquello que dolía.

Y en definitiva, sacar una espina del corazón es una de las cosas más dolorosas que puede haber.

Sus oídos dolían y un fuerte pitido se mantenía silbando sobre ellos continuamente, debido a los muchos disparos que había hecho.

Sus piernas flaquearon.

Quizá por la reciente descarga de emociones, por el llanto o porque desde el día anterior no había podido comer o dormir después de volver a ver a Shownu.

Pero no iba a rendirse ante su debilidad una vez más, así que se puso de pie y tomó todas las armas que pudieron soportar sus pequeños brazos.

Entre escurridizas lágrimas y fuertes sollozos, caminó lentamente hacia aquel lugar que tanto había amado en otros momentos.

El pequeño lago que había en el lugar.

Y entonces las dejó caer en el agua, las lanzó lo más profundo que pudo, como si deseara enterrar pasado junto con ellas.

Se había deshecho de ellas, para siempre.

Se quedó de pie mirando la tranquila superficie del agua, tan calmada como si nada hubiera pasado momentos atrás.

El canto de algunos pajarillos se escuchaba en el fondo y aparte de eso, sólo había silencio.

Un silencio que le indicaba que la vida es un libro y que cada capítulo puede contener cosas muy distintas al anterior.

Un día podemos reír, al siguiente llorar y al tercero volver a reír, porque si hay algo más bipolar que los humanos, es la vida misma y sus circunstancias.

Y aquel dolor que había sentido durante dos largos años, se drenó y se fue directamente al fondo de aquel lago, junto con todas aquellas armas y un pasado del cual no quería acordarse.

Alivio.

En ese momento escuchó un ruido desgarrador, parecía el llanto de un animal en medio del crecido monte de los alrededores.

Se limpió las lágrimas de los ojos para ver mejor y comenzó a buscar al animal a través de la fuerza del sonido.

Y lo encontró.

Un pequeño perrito, muy asustado estaba en el lugar.

— Hola amigo... — sollozó y sonrió — ¿Qué tienes? — se abrió paso entre la maleza e intentó tomarlo, pero el pequeño retrocedió y volvió a chillar.

Fue entonces cuando se dio cuenta que el pequeño tenía una de sus patitas heridas, debido a uno de los cristales que él había esparcido por todo el lugar.

Se dio la vuelta y miró todas aquellas botellas quebradas y aprendió una fugaz pero importante lección.

La ira solo deja destrucción.

Entonces suspiró con tristeza mientras miraba al descuidado cachorro muy asustado.

— No temas, no era mi intención... — suspiró y acercó sus manos lentamente hacia el pequeño quien poco a poco le dio el beneficio de la duda — ven conmigo pequeño...

El asustadizo cachorro cedió al ver que no podía huir, entonces Kihyun lo cargó en brazos y lo llevó hacia la cabaña donde había pasado las últimas 24 horas.

Buscó en todos los rincones de la cabaña, alguno de sus olvidados botiquines y aunque no fuera un experto en animales, le hizo un pequeño vendaje para calmar un poco el sangrado.

Sin darse cuenta, aquel espíritu sobreprotector volvió a iluminarse dentro de él.

Miró al cachorro y suspiró con tristeza.

— De verdad lo lamento, voy a llevarte a un hospital y te cuidaré para que te mejores... — volvió a tomar al pequeño en brazos y lo llevó directo al auto, pero él parecía inquieto y asustado, incluso estaba temblando — no eres el único que tiene miedo... — lo acarició para intentar calmarlo — yo también he sido herido y he dudado mucho sobre perdonar a la persona que me hirió, así que te comprendo...

Puso el auto en marcha, aún sin dejar de acariciar al cachorro.

— No es necesario que repita que no fue mi intención ¿verdad? — continuaba dando las suaves caricias, calmando al pequeño — supongo que él se siente como yo me siento ahora... Soy un tonto... — suspiró pesadamente — lo odié porque me dañó con la excusa de no poder dejar su pasado atrás tan fácilmente... Y yo te hice lo mismo a ti...

El cielo comenzaba a oscurecerse a medida que avanzaba hacia la residencia.

— Solo tengo que dejar que él cuide de mí mientras mi herida sana ¿no es así? — suspiró y apartó su mano del cachorro para dirigirla directamente a su cuello, donde estaba la cadena con el anillo — ¿Por qué no puedo ser como tú? — sonrió mirando al frente.

Shownu estaba en la parte delantera de la casa, sentado sobre las gradas y parecía decaído, con la mirada perdida en la nada.

Kihyun suspiró deteniendo el auto frente a la casa y miró al cachorro.

— Al fin y al cabo somos imperfectos ¿verdad? — suspiró y dirigió su mirada al decaído Shownu — incluso hasta los peores tenemos sentimientos...

Apagó el auto y se bajó lentamente, sorprendiendo a Shownu al instante quien rápidamente se puso de pie, sin saber que hacer precisamente.

— K-kihyun... — su rostro mostraba una sonrisa mezclada con dolor — tú viniste...

Kihyun lo miró fijamente por varios segundos.

Hasta los peores merecían una segunda oportunidad ¿no?

— Shownu... — el aludido avanzó un par de pasos hacia él — Shownu, tú... — había mil palabras que deseaba decirle, mil sentimientos que deseaba expresar, pero nada salía — sólo besame...

Y su deseo fue concedido con toda la voluntad del mundo y aquel segundo reencuentro fue mucho más emotivo que el primero, porque esta vez ambos corazones estaban en paz.

Si bien es cierto que ya había aprendido la lección de que la ira destruye, una nueva lección llegó a complementar la anterior.

Todos aquellos pedacitos de su corazón roto comenzaban a unirse de nuevo y aunque quedaran fisuras de por medio, el daño reparado era aún mayor que las cicatrices.

Porque la ira destruye, pero el amor vuelve a construir lo que en algún momento se creía perdido.


-----🖤-----

Buenaaaas, perdón por publicar tan tarde, pero no quería dejarlos por más tiempo sin capítulo.

De verdad me disculpo por mi ausencia, pero los que me siguen sabrán que estoy trabajando y que estos días han sido una locura :(

Apenas he podido publicar un capitulo de algunas historias, pero la mayoría están sin actualización desde hace una semana :(

Tengo muchos planes y cosas preparadas pero no tengo tiempo... Y ni hablar del cansancio físico, aún así aquí les dejo el cap y espero que lo apoyen mucho con sus estrellitas.

No me odien <3

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