Puso un poco más de hielo sobre la hinchazón de la cara de Shownu y suspiró.

— Lo siento Shownu... — volvió a poner el hielo una vez más — ¿los analgésicos funcionaron? ¿Te duele algo?

Shownu sonrió y le acarició el rostro.

— Deja de preocuparte tanto por mi, hace un rato que dejó de doler y con el hielo seguro que se me pasa rápido la hinchazón... — le señaló la mesa — en cambio tu comida está enfriandose y tu estómago sigue rugiendo, no te enfermes por mi...

Le quitó el hielo de las manos y le señaló la mesa una vez más, entonces Kihyun se resignó y soltó un largo suspiro.

— Está bien... Si necesitas algo me llamas ¿vale? — susurró y él asintió.

Entonces el menor se fue hacia la mesa de comedor a terminar su almuerzo, junto a su padre, el cual después de muchas súplicas, disculpas y con mucha intervención de Shownu, lograron convencer al menor de quedarse el fin de semana allí.

Shownu sonrió cuando por fin miró que su pareja estaba retomando un poco las charlas con su padre, después de muchas horas sin siquiera querer verlo.

— Luces tan enamorado como él... — escuchó una suave voz a uno de sus costados, entonces se giró y miró al hermano tetraplejico de Kihyun sonriendole — supongo que ahora las cosas son diferentes ¿no?

Shownu asintió manteniendo el hielo sobre su mejilla.

— Lo son... — susurró sintiendo un enorme nudo apoderarse de su garganta.

Entonces el muchacho sonrió.

— Que bueno porque ya no puedo defenderlo más... — se rió por lo bajo haciendo que Shownu se sintiera peor al recordar lo mucho que deseaba dañar a ese amable muchacho — ¿Te sientes mejor?

Shownu negó levemente mientras agachaba la cabeza sintiendo ganas de llorar.

— Hay muchas cosas que aún no he arreglado... — el joven le regaló una mirada empatica — y me siento mal por ello.

El joven suspiró.

— Oye no te quedes así, si hay algo que necesitas decir o hacer, entonces hazlo... — susurró con firmeza — y si no puedes por tu cuenta, entonces haz como yo... Pide ayuda.

Shownu se cubrió la cara con una mano y dejó escapar un par de lágrimas que salían de sus ojos sin que pudiera hacer nada.

— Cuánto... Cuánto lo siento... — sollozó — lamento tanto el hecho de verte así... — él le sonrió triste — y pensar en que fue por mi hermano... Me destroza el corazón...

El joven le sonrió.

— Hey tranquilo... — susurró — no vivas de heridas del pasado... Ya no nos une el hecho de que tu seas el hermano del asesino de mi madre... — miró a Shownu fijamente — ahora nos une el hecho de que tú eres una persona diferente y que amas a mi hermano... — le sonrió — y si pudiera abrazarte, lo haría créeme...

Shownu asintió levemente sintiendo como un enorme peso era quitado de sus espaldas al escuchar esas palabras.

— ¿Puedo hacerlo yo? — sonrió entre lágrimas, entonces el muchacho asintió.

— Claro, ven cuñado... — Shownu sonrió y avanzó hacia él, entonces con mucho cuidado lo abrazó sintiendo que aquel abrazo sellaba un perdón que hace mucho tiempo anhelaba.

— Gracias... — susurró y se separó de él con una sonrisa — gracias por ayudarme a hacer lo que necesitaba...

...

Tocó su mejilla una vez más.

— ¿Estas seguro de que te encuentras bien? — susurró y Shownu asintió para finalmente dejarle un beso suave que era acompañado únicamente por la luz de la fogata que tenían delante.

— Deja de preocuparte, ni siquiera recordaba que fui golpeado hoy... — susurró con una sonrisa y claramente mintiendo.

Kihyun suspiró.

— Bien... — lanzó una mirada tierna a Shownu — ya sabes que soy muy quisquilloso con de l...

— ¡¿Shownu?! — las palabras de Kihyun fueron interrumpidas por el fuerte grito de Mariana — ¡Oh, por Dios! ¡Si eres tú!

La mujer corrió hacia él y él también corrió hacia ella por pura inercia, entonces se encontraron con un efusivo abrazo y muchas lágrimas

— Estas aquí... — sollozó Shownu — por Dios, luces mejor que a través de aquel maldito cristal... — se rieron entre lágrimas — dame tu secreto para verme más joven que antes...

Volvieron a reírse y en ese momento volvieron a la realidad, donde cada uno tenía su pareja esperando detrás.

Entonces se separaron intentando recuperar el aliento después de una emoción tan fuerte.

— Mi secreto es mi familia... — susurró sonriente limpiándose las lágrimas mientras que con su otra mano señaba al pequeño que estaba en el coche y luego al otro pequeño que iba tomado de la mano con Steve — mis hijos y mi esposo Steve por supuesto...

Shownu se acercó a ver a los pequeños en el mismo orden que se los presentó Mariana y notó que ambos eran muy parecidos a ella.

Eran muy lindos, definitivamente e heredaron la belleza de su madre solo que en versión masculina.

Y finalmente llegó hacia aquella persona a la cual también pretendió hacerle daño hace mucho tiempo a pesar de que lo consideraba como mejor amigo en ese entonces.

— Steve... — susurró y extendió su mano hacia el hombre quien la tomó amablemente y sonrió.

— Shownu... — susurró — hace demasiado tiempo que no te veía, luces bien...

Shownu sonrió sintiendo ganas de llorar nuevamente y lanzó su mirada a los pequeños.

— Tú también... Es decir, ambos... — sonrió triste — ahora son todos unos adultos, padres de dos niños y muy hermosos por cierto...

El hombre asintió con una sonrisa mirando hacia los pequeños y Shownu sintió en ese momento un pequeño dolor en el pecho.

Cosas como "si te hubieras portado bien tú serias el padre de esos niños y no él" venían a su mente queriendo torturarlo con heridas del pasado.

Y a pesar de que Steve dijo algo más, no fue capaz de escucharlo.

Sus ojos viajaron rápidamente por el lugar buscando a la única persona que mandaba sus malos pensamientos al carajo y lo encontró.

Kihyun charlaba tranquilamente con Mariana y fue entonces cuando suspiró aliviado de saber que aunque en su estúpido comportamiento se llevó a ambas personas a la cama, solo con uno de ellos hizo realmente el amor mientras que la otra había superado eficazmente el hecho de haber sido usada y simplemente fue en busca de su felicidad.

Todos se reunieron alrededor de la fogata y Kihyun buscó el calor de sus brazos para más comodidad.

Él miró a Mariana, sabía que la amaba, pero de una manera muy diferente a como amaba a ese pequeño bulto que se acurrucaba contra su cuerpo.

Ya no era incómodo, mucho menos fastidioso.

Todas las heridas que en algún punto del pasado habían dolido, ahora no eran nada más que unos simples recuerdos del ayer.