Capítulo 27: Una respuesta
El avión había partido de Londres a primera hora del día, los planes espontáneos que surgieron durante la cena desaparecieron de inmediato, abordando emociones que iban cruzando unas con otras. Entre la confusión y el dolor, el silencio se convirtió en un invitado más durante aquellas horas, tortuosas horas que parecían no tener fin. Taehyung había dejado de llorar cuando sus fuerzas fueron insuficientes, cuando cada uno los pensamientos que tenía se adueñaron de su mente hasta tenerla cautiva, manejados por voces irritantes, llenas de burla. Estaba agotado.
Por otro lado, JungKook permanecía en un asiento alejado a petición del peliazul, sin despegar su insistente mirada de Taehyung que parecía inamovible por la posición que había adoptado desde que entró al avión, detrás suya se encontraba YoonGi, siendo abrazado por el confundido Park porque su pareja no quería darle explicaciones por el momento y dudaba mucho que los otros dos quisieran dárselas. Había escuchado los sollozos del moreno y como Jeon parecía querer levantarse e ir con él, pero se aferraba al asiento contra su propia voluntad.
Luego de horas tormentosas, la frialdad de la ciudad los recibió con los brazos abiertos y tuvieron que despedirse, si las cosas hubiesen terminado de otra manera probablemente sus rostros tendrían una sonrisa satisfactoria, no muecas repletas de inconformidad, ni siquiera Seúl los hacía temblar tanto como el hielo entre ellos. El auto de JungKook ya estaba esperándolos fuera del aeropuerto por lo que el pelinegro conduciría hasta el apartamento, Taehyung se iría atrás en un silencio completamente muerto.
Las respiraciones incluso parecían ser mudas porque solo la ciudad continuaba avanzando, mientras que en ellos algo estaba pausado. Llegaron al departamento y Taehyung subió primero con sus maletas porque se sentía sofocado con la presencia del otro, mientras JungKook guardaba su auto, los ladridos de Yeontan animaron al moreno que lo abrazó con cuidado, alzándolo en sus brazos para besar su cabeza con dulzura.
ㅡEs un cachorro tan bien portadoㅡ le comentó la anciana saliendo de la cocina ㅡ. Vi las noticias y hablaron mucho de usted y el Señor Jeon, felicidades, Señor Kim.
Taehyung le sonrió con dulzura, apretando levemente sus labios al desviar la mirada hacia otro lado, levantándola finalmente para agradecerle en voz muy bajita, la señora Yeo se percató de inmediato que algo ocurría por la tristeza plasmada en el rostro del moreno.
ㅡHe dejado comida preparada para que retome fuerzas después del viajeㅡ se apresuró a decir.
Taehyung se aclaró la garganta ㅡGracias señora Yeo, puede retirarse por hoy. Nos vemos la siguiente semana ¿Está de acuerdo?
La anciana tomó su mano con mucho cuidado ㅡ. Perdone el atrevimiento Señor Kim, pero durante los años que he servido aquí, me he dado cuenta de muchas cosas y entre ellas el cambio significativo de estos últimos meses, esta casa no podía considerarse una hasta que usted comenzó a reír, gracias por seguir amando al Señor Jeon, solo espero verlo la siguiente semana.
Y soltando su mano se despidió para preparar cada una de sus pertenencias.
Taehyung permaneció estático en su lugar, apretando la mirada antes de ir escaleras arriba y encerrarse en la habitación que en algún momento fue suya, cuando era un completo desconocido, aunque comenzaba a creer que siempre lo había sido. La habitación estaba totalmente limpia y con muebles renovados, cerró la puerta con llave detrás de él y escucho los pasos en el primer piso, la voz de la anciana que se despedía de JungKook. Taehyung caminó hasta la cama donde se arrojó sin pensarlo, Yeontan ladraba desde el suelo para llamar la atención del moreno que había comenzado a sollozar. No había una forma correcta de describir lo que sentía en ese instante, lo desgarrador que era creer que todo era nada más que una mentira o una satisfacción personal.
Su mente era un verdadero abismo que lo estaba absorbiendo.
JungKook se había quedado en la planta baja, recostado en el sillón con una expresión vacía en su rostro pues podía escuchar los sollozos de Taehyung y los ladridos del cachorro, las maletas estaban en la puerta y no tenía las fuerzas para subir e intentar hablar con el menor, porque sabía que ninguna palabra suya sería escuchada. La culpa no dejaba de invadir cada uno de sus sentidos, de alguna forma se sentía el villano, aunque ningún crimen estaba sobre sus manos. La desesperación lo había llevado a insistir con sus peticiones, no sabía de qué forma serían respondidas, ahora que lo sabía no había forma de arrepentirse.
ㅡLo siento Taehyung, lo siento muchoㅡ repitió una y otra vez, con su mirada perdida en las paredes de aquella casa, aferrando sus manos a su propio rostro, enfocándose por un momento en la fotografía que estaba sobre el mueble de la televisión, esa que aún mantenía con Vante, días después de su compromiso.
La frialdad reflejada en los ojos del adverso era tan clara que le provocó un escalofrío, por otro lado, el engaño estaba pasmado en su propio rostro, una felicidad tan falsa que le hizo sentir pena de sí mismo, cómo pudo mentirse tan bien para sonreír genuinamente con la persona que estaba a su lado.
ㅡTambién debería pedirme una disculpa ¿No es así?ㅡ susurró al aire, levantándose por una copa de whisky, el amargo que solía utilizar para esas ocasiones. Amargas que oprimían su garganta, como el trago que se había llevado a la boca.
En la habitación de arriba, Taehyung sostenía a su cachorro contra el pecho, apreciando tanto la tranquilidad del mismo que no hacía más que pasar su pequeña cabeza por su rostro lleno de cansancio, como una dulce caricia. Esa misma acción que hacía cada vez que lamentaba la vida que llevaba, cuando más que nunca detestaba a su jefe, solo llegaba al departamento a desplomarse contra la pared y romper en llanto por sentirse un inútil, un cobarde que vivía por mera necesidad.
ㅡ¿Me extrañaste? Me da curiosidad saber cómo fue tu vida desde que desaparecí, si te trataron bien, si fueron amables. Lamento haberme ido así Yeontan.
Un pequeño lamento proveniente del canino lo hizo sollozar.
ㅡ¿Deberíamos volver Tannie? No sé qué hacer, realmente no sé qué hacer.
Golpe, golpe, otro golpe y uno más.
Taehyung despertó con un inmenso dolor de cabeza y se tomó unos momentos para enfocar su mirada, la claridad proveniente de la ventana le hizo entender que era de día, tomó su celular de su bolsillo y notó que eran poco más de las nueve de la mañana, tenía llamadas y mensajes de YoonGi que prefirió no leer y solo arrojó el aparato a la cama.
ㅡSé que estás despierto, no te pido que me dejes entrar ni que abras la puerta, solo que escuches lo que tengo que decirte, mi dulce de canela, por favor.
Era YoonGi, con un tono de voz más bajo que de costumbre, podía ver su sombra en las aberturas de la puerta ¿Debería darle la oportunidad de darle alguna explicación? No dijo nada, tampoco se movió de donde estaba, apoyado contra el respaldo de la cama.
ㅡNo quiero imaginar la confusión que sentiste al llegar a este universo, lo perdido que estabas, debió ser algo muy duro para ti.
El moreno permaneció en silencio, escuchando al hombre que había suspirado grandemente.
ㅡSí, siempre lo supe desde que nos vimos por primera vez, la Deidad de la vida me lo había dicho, al principio no tenía mucha fé en ti y creí que serías un idiota más, pero estaba muy equivocado, te conocí y comencé a apoyarte para que te sintieras cómodo, para que descubrieras el mundo tan hermoso de la moda. No me equivoqué.ㅡ una sonrisa nostálgica emergió de sus labios ㅡ. Te he tomado mucho cariño, tanto para considerarte parte de mi familia, eres una persona tan increíble y mereces la oportunidad que se te ha otorgado. Tae, pastelito... esto no ocurre porque sí, hay razones, motivos, deseos detrás, pero eso le corresponde a JungKook decírtelo.
La puerta fue abierta muy, muy ligeramente y Min se sorprendió, pero solo había sido el cachorro que iba por un poco de agua, aun así, volvió a su misma reacción cuando escuchó la rasposa voz de Taehyung, un tono bastante bajo que solo la cercanía lo hizo audible.
ㅡQuiero saber por qué lo sabes, por qué la Deidad te confió algo así. No lo entiendo.
El pálido bajó la mirada y por primera vez se mostró tímido, como si estuviera acorralado contra una pared y su respuesta dependiera de su libertad, finalmente YoonGi tomó aire y contó hasta cinco, alzando la mirada hasta la curiosa del moreno que lo veía por esa pequeña abertura.
ㅡVerás Taehyung, yo llegué de la misma forma que tú. No pertenezco aquí, mi edad también está alterada. Vivía sumido en la enfermedad, el cáncer me consumía día por día, no había noche en la que rezaba por despertar sin el, tampoco lo podía tratar porque los recursos eran nulos, imploré una y otra vez hasta que, de momento a otro, era un joven asistiendo a la universidad ㅡ dijo con emoción, mostrándole la pulsera que adornaba su muñeca, esa que nunca se quitaba ㅡ. La Deidad me dijo que este YoonGi era un abusivo y grosero, por eso me permitieron despertar aquí.
ㅡ¿No te sentiste el ser más despreciable por arrebatarle la vida a alguien, a costa de la tuya?
ㅡHubieron muchas dudas, tantas, yo no tenía a nadie en quién confirmarme y me perdí muchas veces. Pero como todos, que buscan vivir cómodamente, decidí aceptar y crecí, viví como Min YoonGi e hice mi propio camino.
ㅡ¿Qué más?
ㅡMe dijeron que llegarías, que te observara de cerca, que viera los cambios y los avances, llegué a la conclusión de que te enamoraste, no solo de JungKook, si no de todo. Por primera vez amaste tu vida.
Taehyung terminó por cerrar la puerta, apoyándose contra la pared para, simplemente, pensar adecuadamente las palabras recién pronunciadas.
ㅡMe iré ahora, solo quería hacértelo saber porque mereces respuestas después de todo, JungKook bebió mucho y está dormido, supongo que buscará hablar contigo más tarde. Si llegas a tener más dudas, puedes buscarme terroncito.
Los pasos de Min comenzaron a ser distantes, escuchó cada uno bajando por las escaleras, pero tenía una llama de incertidumbre en su pecho que lo hizo salir de la habitación, deteniendo a YoonGi en medio del camino. El susodicho alzó las cejas al verlo, sabiendo de ante mano la posible pregunta que saldría de sus labios.
ㅡ¿Qué pasó con el otro YoonGi?
ㅡMurióㅡ respondió firme ㅡSu cuerpo, la materia que lo conforman está unida a la mía, pero su alma no está más en el, supongo que puede tratarse como una muerte. Taehyung retrocedió.
El pelinegro tomó eso como el final de la conversación, avanzando hasta la puerta. La conversación había sido rápida, ahora tenía respuestas para algunas de sus incógnitas, pero esa intranquilidad persistía con lo que había escuchado.
Sabía que la existencia de Vante no estaba presente, qué no estaba dormido en alguna habitación pasando por un trance, pero seguía ahí. La respuesta a esto era porque se trataba de sí mismo en un universo diferente, aunque el alma u espíritu, eso que caracterizaba a cada ser viviente era completamente ajena, el cuerpo y representación era la misma.
La Deidad le había hablado de ello en una visita pasada. Apretó los ojos unos momentos, llevando su mirada intranquila a la sala de estar donde JungKook estaba desplomado, con la botella de whisky sobre la mesa de estar y un par de vasos de vidrio. El frío de temporada estaba aún más presente, podía ver la nieve a través de las ventanas por lo que decidió regresar a la habitación.
La jaqueca que tenía le impedía levantarse del sillón, había olvidado lo insufrible que era despertar después de unos cuantos tragos, aunque en un pasado aquello formaba parte de su cotidianidad. Se levantó a pasos lentos hacia la cocina, encontrando la comida de la que le habló la señora Yeo, se preguntó si Taehyung había comido algo, eran cerca de las tres de la tarde. Su estómago se cerró, pero de igual forma calentó un plato de fideos y un café, recordó su celular y vio una gran cantidad de mensajes, aunque el de YoonGi resaltaba.
"Hablé con Taehyung, es tú turno."
Suspiro tras suspiro, seguramente se quedaría sin aliento si seguía lamentándose de tal forma, decidió terminar con la comida que tenía enfrente pensando cómo iniciar la conversación de forma adecuada, precisa, no sabía si Taehyung creería cada palabra, pero esperaba que sí porque estaban llenas de sinceridad. Era un completo enredo toda la situación, quizás si hubiese seguido con la búsqueda de una solución todo eso se habría evitado para que cada uno continuara con su vida tal y como estaba.
Una monótona, cansina y sufrible vida.
ㅡMierdaㅡ gruñó, levantándose de la silla, tomando su taza y dirigiéndose escaleras arriba. Su mano se posó sobre la puerta que se mantenía cerrada, no había luz ni nada por el estilo, solo oscuridad bajo la misma, tocó un par de veces ㅡ. Taehyung, soy yo. Necesito que me escuches, el como creo que comenzó esta extravagante situación ¿Estás dispuesto a escucharme una vez más?
El peliazul estaba sentado contra la puerta, escuchando desde antes la presencia del pelinegro y sabiendo que subiría en cualquier momento. Su garganta aún dolía y no tenía las fuerzas para responder, pero hizo el intento porque quería y necesitaba saberlo.
ㅡTe escuchoㅡ le dijo, con su tono rasposo y áspero.
Los ánimos del pelinegro incrementaron al escucharlo, aunque su preocupación también se presenció al oírlo, seguramente había llorado de más.
ㅡTe he contado que mi relación con Vante, después de un tiempo comenzó a deteriorarse ¿Verdad? Y empeoró cuando se hizo cercano a mi hermano, cuando durmieron juntos.
Tras un sorbo al amargo café, continuó.
ㅡNo lo vi en ese momento, no me di cuenta de lo humillante que fue, hasta después y por eso no te lo dije, pero luego de ese engaño le pedí matrimonio, apreté la venda de mis ojos y ciegamente extendí el anillo. Él aceptó.
Una risa vaga salió de sus labios, sorprendiendo al peliazul del otro lado.
ㅡConstantemente deseaba que se convirtiera en el hombre que quería amar. El hecho de que aceptara nuestro matrimonio me hacía sentir tantas ilusiones, pero empeoró, aunque yo seguía actuando como siempre él se volvía cada vez más y más distante, dejamos de dormir juntos y la fecha se acercaba, hasta una noche antes de mi cumpleaños.
Un escalofrío de pronto recorrió el cuerpo de Taehyung, recordaba que JungKook le había comentado su fecha de cumpleaños un día que soltaban datos al azar. La misma fecha en el que había despertado en ese universo, sus ojos se abrieron en grande y abrazó con fuerza sus piernas.
ㅡEsa noche, cuando discutíamos, nunca pensé que mis deseos internos fueran tan intensos como para llamar la atención del universo y, que a su vez, actuara para cumplirlos. Por eso estas aquí.
En el siguiente capítulo hablaremos de esa noche, se esa discusión. Espero que les haya gustado, si tienen preguntas no duden en comentarlas.
¿Esperaban lo de YoonGi? ¿Se sorprendieron?
¡Gracias por leer!
🌟🌟🌟
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro