Capítulo 19: En bancarrota por amor
Una repentina llovizna había comenzado a cubrir Seúl, un hecho desafortunado para algunos y un cambio climático para otros que no resultaban afectados. Taehyung se había puesto de pie para preparar un té con las viejas indicaciones que le daba su abuela cuando enfermaba, la noche era aún más oscura por lo que podía observar en las ventanas aunque no se notaba demasiado por las luces de los edificios, tomando las dos tacitas y unas galletas que encontró en la alacena fue hacia la sala donde aún estaba JungKook recostado en completo silencio.
ㅡEs de limón, le agregué miel porque mi abuela decía que era perfecta para las heridas, pruébalo.
JungKook tomó la tacita y sopló un poco, sonriendo con satisfacción al sentir el líquido caliente recorrer su cuerpo, le sonrió al pelinegro y tomó una galleta en forma de animalito para darle una mordida. ㅡEstá delicioso, es dulce.
Las luces parpadearon por un segundo ante un trueno que se escuchó bastante cerca, pero se repusieron de inmediato. Un escalofrío recorrió el cuerpo de Taehyung, los truenos le daban un mal presentimiento.
ㅡParece que habrá una tormenta.
ㅡPerfecta para contar historias, o recordar el pasado ¿verdad?
ㅡNo tienes que hacerlo si te sientes presionado, yo solo...
Pero el rubio lo interrumpió negando ㅡPienso que es un buen momento para soltar algo con lo que me he atormentado tanto tiempo, puedes ponerte cómodo.
Taehyung se sentó a su lado tomando varios cojines para recostarse, observando cómo JungKook se perdía por unos segundos en la profunda oscuridad que se presentaba por la ventana del apartamento, soltó un suspiro tembloroso y parece que comenzó a perderse en sus recuerdos, entonces con los ojos brillantes y voz calmada dio inicio a su relato:
ㅡNací en Busan durante el tiempo más frío y lluvioso del año, mi abuela decía que la desgracia y tristeza me seguirían al nacer bajo una tormenta, una curiosa creencia. Fui un niño bastante solitario, pero feliz, se me dificultaba conseguir amigos, amaba las historietas y las caricaturas, pero más amaba a mi hermano, él era mi mejor amigo en el mundo y según yo lo único que necesitaba. Todos los niños tenían un héroe, un ejemplo a seguir como a sus padres, para mí era JooHyuk, quería ser tan inteligente como él, fuerte y con grandes habilidades.
ㅡ... Nuestra familia no era millonaria, pertenecía a la clase media y teníamos una casa con dos niveles, arriba dormíamos JooHyuk y yo, pasábamos las noches en videojuegos, contando historias de terror o viendo una película, él un día me contó sobre sus aspiraciones una vez fuera adulto.
La familia Jeon no era millonaria como muchos llegaban a creer, pertenecían a la clase media y contaban con un hogar de dos pisos con un negocio de bibimbap; las noches se trataban de videojuegos, historias de terror o películas del momento. En ese entonces JungKook estaba en su segundo grado de primaria y JooHyuk en su primer año de secundaria, una tarde le llamó para mostrarle una de sus mayores aspiraciones en la vida.
Con voz segura y ojos ardiendo de determinación, fijó su vista en el menor que apenas estaba comprendiendo a su hermano, tomó con fuerza sus hombros y dictó ㅡJungKook, tendré mi propia empresa y seré el mejor de todos. Mi nombre marcará al país.
La ambición era un sentimiento agridulce que sí bien era potenciador, era un arma que podía dar un solo tiro para terminar de dos formas: Exitoso y olvidado.
Para la buena suerte de JooHyuk el mundo se puso a su favor, pronto el éxito llegó a él tras formar su propia empresa y cumplir sus deseos, teniendo a sus espaldas a su hermano menor, un pequeño que con ojos soñadores lo veía como el gran ejemplo, con ese inocente pensamiento hizo lo posible para ingresar a la Universidad de Seúl.
Un joven de dieciocho llegó a la gran ciudad, cargando en sus bolsillos sueños, metas y anhelos. JungKook tenía planeada su vida y la forma en la que iba a manejarla.
Hasta que en su segundo año conoció al detonante de su vida.
Kim Taehyung. Un nombre que pronunciaba con dulzura aunque sus labios sangraran.
Para JungKook no podían existir distracciones ni fijaciones que no fueran su carrera y conseguir contactos, debía alcanzar el éxito, sin embargo la flecha dorada estrelló contra su corazón y lo encerró en el sentimiento más genuino y amenazante que podía existir.
El día, el momento en que su ser fue atrapado por completo por una mirada profunda, una mirada brillando de determinación con su atractivo color verde, como dos piezas de jade, JungKook lo tenía tan presente, podía recordar los latidos de su corazón, el que fue robado de inmediato.
ㅡFue un doce de agosto. Ese día había salido más tarde de la universidad y aún me encontraba en las instalaciones, la mayoría se había retirado, pero el destino decidió que ese día debía olvidar mis documentos en el tercer piso, solo para coincidir con Vante.
En esa ocasión JungKook había olvidado la copia de un par de documentos en el tercer piso, recordando a tiempo cuando estaba por llegar al primero, y sin perder tiempo corrió hasta dicho salón para encontrarlos regados en el suelo, debajo del lugar donde normalmente se sentaba a escuchar su clase de economía, la causa a simple vista parecía ser por el viento que entraba por la gran ventana abierta.
Por la puerta entraba un joven completamente perdido sosteniendo una carpeta, usando una chaqueta roja y zapatos de vestir pisando el talón porque ya no le quedaban. Un suave y dudoso Hola se escuchó en toda la sala, provocando que JungKook levantara su cabeza y se golpeara en la mesa llamando la atención del joven.
ㅡAnte el ruido se asustó y le pedí disculpas, después de eso me acerqué sin prestarle atención porque aún me dolía el golpe, pero cuando volvió a hablar creí que estaba soñando y pensé que había perdido la cordura cuando finalmente pude ver su rostro. Un hermoso rostro que me veía con preocupación puesto que después preguntó por mi estado, le respondí entre tartamudeos que estaba bien, dijo que se había perdido entre las instalaciones y que creía haber visto a alguien entrar al salón.
En la llegada de la hora azul dos personas coincidieron por decisión del destino, el primero se encontraba perdido entre sus propios intereses, pero con un objetivo claro, el segundo estaba sintiendo por primera vez la debilidad de la ilusión.
ㅡPude dejarlo en las oficinas y marcharme, pero decidí darle un recorrido por la universidad cómo si estuviéramos en preparatoria, tenía un acento bastante marcado, me dijo que venía de un pueblo desde Daegu con lo que tenía puesto, sosteniendo sueños, ambiciones. Ambos buscábamos lo mismo.
ㅡ¿Qué era?
ㅡLa cimaㅡ dijo ㅡNos hicimos cercanos con el tiempo, yo era el que más lo buscaba pero nunca se mostraba molesto o incómodo por mi presencia, todo lo contrario y yo no era la excepción. Vante en ese entonces tenía un personalidad tan fresca, animada y cruzando lo infantil, no era molesto, era encantador, el chico ideal... mi chico ideal. Recuerdo el momento en el que me di cuenta que estaba enamorado. Solo éramos nosotros en la sala de estar de mi apartamento, veíamos la lluvia porque la luz se había cortado, hablábamos del futuro de lo que queríamos lograr y coincidíamos en tanto que era increíble la conexión que teníamos.
La lluvia golpeaba la ventana y una vela acompañaba su estadía en el sofá, compartiendo una taza de chocolate caliente. Vante sentía que si había alguien en quién pudiera confiar ese sería JungKook, sentía que esos ojos que lo miraban con tanta dulzura jamás podrían juzgarlo, entendió que tenía a JungKook en sus manos, solo para él.
Vante fue sincero y le dijo la principal razón por la que había ido a Seúl: Su padre. Viviendo bajo las constantes humillaciones de un hombre que vivía para atormentarlo y resaltar su superioridad como su progenitor lo hicieron estallar, jurando que quién se arrodillaría por el otro sería su padre al verlo en lo alto, triunfando y logrando los sueños que pisoteó.
Probablemente la determinación, la fuerza y la voluntad hicieron que JungKook sintiera admiración por una persona que no fuera su hermano, pues esta vez su corazón ardía al escuchar la seguridad con la que Vante afirmaba ser el mejor, o tal vez, fue la sonrisa que le mostró y la inocencia de sus ojos al pedirle que formara parte de su vida, que si era posible de su futuro. La ilusión que antes cubría al débil corazón de JungKook ahora se extendía en una amplia oportunidad, el amor comenzó a crecer en él como un árbol de cerezos, convirtiendo esa tarde lluviosa en la llama que terminó encendiendo el impulso de JungKook.
ㅡEsa tarde lo besé, yo fui su primer beso y él el mío. Torpe, sin experiencia, pero siendo sincero. Posteriormente comenzamos a salir y nuestras citas eran en el restaurante de SeoJoon, Vante se hizo muy buen amigo de él y en ocasiones nos invitaba la cena o el almuerzo. Ambos éramos jóvenes y enfrentar el mundo en compañía del otro era agradable, conseguimos trabajos mientras seguíamos en la universidad, él tenía hasta tres empleos y yo luchaba con dos, no era tan pesado si al final de día nos teníamos el uno al otro.
ㅡTenían una buena relación y parecías muy enamorados. No lo entiendo.
ㅡSupongo que los sentimientos de las personas cambian, así como las estaciones, como el clima. A veces florecen y se expanden aún más, a veces solo se marchitan. El amor es como un jardín que debes cuidar; regarlo constantemente, limpiarlo, plantar nuevas flores, verifica su estado y deshacerse de las plagas y la hierba mala. Cometí el error de dejar que una plaga entrara en el nuestro, dejé que la hierba matara lentamente las flores, solo no quise admitirlo.
ㅡ¿Qué quieres decir con eso? ¿Acaso...ㅡ Taehyung apreció la forma en la que JungKook apretaba sus labios, asintiendo muy a penas al presentimiento del pelinegro.
ㅡDespués de mi graduación lo que tanto sacrificio nos había costado al fin estaba llegando, la suerte nos abrió tantas puertas y lo sentimos como una verdadera bendición, gracias a algunos contactos y la clara perseverancia obtuvimos un empleo que nos impulsó, Vante que para ese momento era mucho más maduro había conocido a YoonGi, su personalidad había dejado el desliz infantil y era todo un adulto, pero continuaba resaltando, era tan brillante... pero ese brillo único, era tan grande que lo consumió. Vante cambió cuando alcanzó su primer éxito.
En esa época cuando Vante tenía veintidós años había lanzado su primera colección, una pequeña que fue patrocinada por YoonGi, sin embargo la popularidad fue tanta que las llamadas no terminaban, JungKook estaba a sus espaldas apoyándolo en todo, siendo su fiel acompañante y el accesorio más bonito que poseía Vante, mientras tanto Jeon subía cada día en su empresa como un empleado eficiente destacado, reconocido y admirado por los más grandes, festejando solo por supuesto.
Pese a ello para JungKook la felicidad de Vante era suficiente, verlo finalmente en la cima era satisfactorio.
ㅡNo puedo creerlo, mientras tu lo apoyabas incondicionalmente él no podía siquiera desearte suerte, darte algo a cambio.
ㅡEl amor que le tenía no se trataba de recibir u obtener algo, lo amaba tanto que no me importaba quedarme abajo mientras recibía toda esa atención. Él era el mejor, lo sabía y adoraba que yo lo dijera. Simplemente, yo era inferior a él, pero al convertirme en CEO esperé tanto esa misma admiración pero fue todo lo contrario, creo que sintió amenazado ¿por qué no podía apoyarme como yo lo apoyé a él? Y cuando mi hermano apareció, ahí fue el desenlace de todo.
ㅡSabía que ese infeliz tenía algo que ver en todo.
ㅡSolo fue una pequeña pieza. Ah, mi hermano llegó con regalos e hizo una fiesta, invitó a algunas personas y habló de él y como había sido mi ejemplo a seguir y que todo lo que había conseguido era a causa de él, no dije nada. Esa noche vi que tenía cierta fijación o se mostraba más interesado en Vante que en mi, creía ciegamente que era para saber que era una pareja para mi. Fui un estúpido.
El pelinegro apretó entre sus dedos la tela de su pantalón, recibiendo con sorpresa al cachorro que se había subido a su regazo.
ㅡCreo que te está dando su apoyo, Tannie suele darse cuenta cuando alguien se siente mal.
ㅡEs adorable, siempre quise un cachorro pero a Vante le desagradan.
ㅡNo comprendo porque te limitabas únicamente a su comodidad.
ㅡBien dicen que el amor es ciegoㅡ murmuró con una ligera risa pasando su mano por la cabecita del cachorro ㅡMe coloqué una venda en los ojos y confíe en las dos personas más importantes en mi vida. Un día peleamos por algo que ciertamente ya no recuerdo, pero era algo absurdo porque se trataba de mi, así que decidí salir del apartamento y pasar la noche con Hoseok.
El pelinegro entró en un trance, se quedó callado repentinamente y cerró con fuerza sus ojos, Taehyung notó la dificultad que tenía para respirar así que le tomó ambas manos para que le prestara atención, pero JungKook no podía verlo a la cara, simplemente retomó el aire y continuó pero más perdido.
ㅡNo podía con la incertidumbre, si estaba bien, si seguía llorando, si había bebido demasiado y en plena madrugada salí hacia nuestro apartamento, llegué a nuestro piso y entré en silencio porque sabía cuánto le molestaba el ruido cuando estaba estresado, al primer paso que di me encontré con una camisa, otros más y la playera que usaba cuando discutimos, más adelante su pantalón, casi llegando a la habitación escuché una risa que reconocí al instante.
Jeon volvió a cerrar los ojos, tomando más aire y bajando la cabeza. Al abrirlo Taehyung se percató de su estado, del dolor que se reflejaba en ellos y la pena que cargaba, de tan solo verlo el corazón del pelinegro se rompió.
ㅡEntonces desee nunca haber olvidado los documentos, desee nunca mostrarle la universidad y desee nunca haberme enamorado hasta el punto de perderme a mí mismo.
ACTUALIZACIÓN YAII
No saben lo mucho que sufrí escribiendo esto, JungKook me duele demasiado.
Muchísimas gracias por leer, prometo no tardarme tanto para la próxima actualización!
recordatorio de que pueden encontrar la playlist de Youniverse en mi ig, besitos.
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