04. ‹¡Angelique, with a fuck!›
—Oh vamos cariño — dijo aquella rubia — se que quieres.
Una risita risueña salió de sus labios llenos de aquel rojo labial que estaba posado sobre estos.
— No me apetece ahora, Jenn — habló Taylor desde el asiento de su auto; la chica optó por escabullirse desde su asiento hasta las piernas del rubio, posicionándose de lado a lado.
Comenzó a desabrochar la camisa poco a poco; absteniéndose de las quejas del chico.
— Pero a mi sí — dijo mientras le mordía el cuello, Roger se quejó.
— Mierda Jennifer — la empujó hacia su asiento de vuelta — no jodas — dijo sobando la parte afectada un poco — eso dejará marca; no seas corriente.
Un sonoro suspiro salió de los labios de Jennifer, ocasionando una mirada ofuscada por parte del chico
— ¿Porque siempre eres así conmigo? — sollozó.
— Ay no, otra vez no. Por favor —. dejó caer su cabeza en el respaldo del asiento, la situación era bastante agotadora para el rubio, y es que las cosas con Jennifer se estaban poniendo tensas desde que ella le pidió ser algo más, cuando él se negó rotundamente; la relación de sexo casual se vio muy afectada por parte de la chica. Exponía sus sentimientos cada vez que podía, Roger había estado tentado montones de veces a acabar con todo; pero la pobre chica le causaba lástima.
— Sabes perfectamente que somos, mujer — parpadeo un par de veces antes de continuar hablando — fue sexo desde un principio y eso será siempre; soló sexo.
Él tono seco que utilizó él rubio afecto un poco el ego de la chica, y es que ella solo lloraba para causarle el sentimiento de culpa; y tal vez, solo tal vez, por pura lástima obtener algo de él que no sea sexo.
De pronto recapacitó y dejo de lloriquear falsamente, erguio su cabeza y una sonrisa se ensanchó por su rostro.
— Esta bien, sexo quieres; sexo tendrás.
La chica estaba a punto de estampar sus labios en los de él, cuando un fuerte grito a unos cuantos metros de ahí, llamó la atención de ambos.
Taylor giro su rostro en todas direcciónes, en busca de donde provenía aquel ruido, Jennifer se limitó a torcer los ojos.
— Vámonos rubio — habló, arrebatándole las llaves del auto, las colocó en su lugar eh intento acelerar. Roger empujó su pie fuertemente.
—¿Pero que haces? — en ese momento localizó a una mujer siendo acosada por varios tipos.
Rápidamente le arrebató las llaves a la rubia a su lado — ahora, si quieres quedate y espera a que vuelva, si no; largate.
Salió eufórico del auto mientras colocaba las llaves en él bolsillo trasero de su pantalón
— ¡Taylor! Juró que si te vas, te quedas sin follar esta noche —. amenazó la rubia.
— ¡Largate! — gritó él rubio, para después darle la vuelta al auto y sacar a trompicones a su acompañante — no te necesitó para follar, hay un montón de mujeres que mueren por acostarse conmigo; así que no me amenazes.
— Pero Rog... — él rubio no la dejo seguir hablando porque inmediatamente regreso a su asiento de piloto y puso en marcha el coche; se acercó lentamente a los vándalos y corrió hacia la ayuda de la morena.
Tomó al tipo por la solapa de su ridícula chamarra y puso él puño en alto, estaba a punto de golpearlo.
— ¿Porque no te metes con alguien de tu tamaño, maldito idiota? — de reojo pudo observar a la chica; le pareció conocida.
—¡Taylor! — gritó Jeremy — no me golpees, por favor — él tipo comenzó a temblar — solo nos queríamos divertir un rato, no hicimos nada malo.
— ¿Te diviertes viendo sufrir a una mujer? — Roger le atestó en él rostro, el primer y único golpe que le daría — jodidos patanes.
Señaló a los otros chicos, quienes salieron disparados del lugar, dejando sólo a su líder.
— Tú — señalo al chico — no quiero que vuelvas a hacer algo así, no solo a ella — señaló ahora a la morena — si no a cualquier mujer, si lo haces de nuevo; le haré lo mismo a tú hermana, maldito idiota.
Él chico se estremeció de solo oír aquello, asintió eufórico para después ponerse de pie y salir corriendo hacia quien sabe donde.
La chica aún le miraba anonadada, y es que no podía asimilar lo que había pasado; por beber de más habia estado en este tipo de situaciónes, otra vez. De solo pensar que hubiera pasado si el rubio no se hubiera aparecido.
Roger le observó dudoso, Angelique estaba de pie, intentando tapar el frío de sus brazos con sus manos, temblaba.
Taylor tomó apresurado la chaqueta de la chica y la colocó en sus hombros.
—¿Estas bien? — hubo un silencio que duro segundos, antes de que él rubio insistiera — hey — movió un poco a la chica.
Observó sus ojos un momento, parecía estar en cualquier otro lugar, menos ahí. Y fue en ese momento en que la recordó.
La había visto un montón de veces en donde tocaban, era la chica que siempre estaba con Freddie.
— Oh dios... — fue lo único que pudo decir.
Se inclinó un poco para pasar su brazo izquierdo por debajo de las rodillas de la chica para después posar su mano derecha en su espalda, la cargo cuidadosamente y la llevó a su auto.
La puerta se encontraba abierta así que no le resultó difícil posar a la chica en el asiento del piloto. Una vez colocada perfectamente, acomodó un mechon de cabello que le caía por el rostro, lo acomodo detrás de su oreja, asi podía apreciar la belleza de Angelique.
— Oye linda... — habló Roger, su rostro se notaba preocupado, Angelique estaba completamente ida, se notaba consternada.
Tomó su mentón lentamente, acariciándolo un poco con su dedo índice, la chica repentinamente pestañeo un par de veces, saliendo de su pequeño trance.
— Hey... — habló Taylor de nuevo — ¿estas bien cariño? — Angelique le observó detenidamente, sus labios se encontraban entre abiertos; sus profundos ojos verdes observaron al rubio, inmediatamente recordó de quien se trataba.
Sus rostros estaban a escasos centímetros uno del otro, Roger recorría con sus ojos cada detalle del rostro de Angelique; su respingada nariz, sus pobladas cejas, sus pequeñas mejillas, sus escasas imperfecciones, sus rosados labios; en ellos se detuvo un par de segundos más.
Se consideraría un loco si negara que la morena era hermosa, porque vaya que lo era.
Pero si consideraría una locura propasarse con ella ahora, en su estado actual seria una completa majadería.
Pero no podía dejar de observar sus labios y la tentación inundó su cuerpo, pero una estruendosa voz lo interrumpió.
— ¡Angelique, con un carajo!
Youngblood again, ah me encanta esta historia alv, no saben cuanto shippeo a estos dos, son mis favs.
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