Los pasos de él joven Bulsara, eran seguidos delicadamente por Angelique; rápidamente entraron a aquel bar.
Freddie era él más emocionado, ya que vería a su banda favorita del momento, sentía una gran admiración por aquellos chicos que se animaban a hacer lo que les apasionaba.
La morena observó el bar en él que ahora se encontraban, mientras tomaban asiento para después pedir un par de cervezas.

—¿Y bien? — preguntó Freddie a la chica curiosa que tenía enfrente de él.

—Es... —. quedó en silencio, tal vez analizando la situación en la que se encontraba, aquel bar se notaba ser bastante animado, en especial para los jóvenes que buscaban diversión nocturna.
— es diferente.

Freddie fruncio el entrecejo, algo extrañado a la lenta respuesta de la morena.

— ¿Solo eso, solamente diferente?

La chica afirmó con la cabeza, siendo interrumpidos por un joven mesero quien les entregó sus bebidas.

— Gracias querido — habló él chico, aquel joven se disculpo con un asentimiento de cabeza para acto seguido marcharse a atender las demás mesas.
Cuando se encontraron solos, el moreno observó detalladamente a la chica.

—¿Que pasa? — pidió saber, las cejas de Freddie se movieron repetitivamente hacia arriba y hacia abajo, incitando a la mujer a hablar.

— Oh... —. La morena no había comprendido a que se refería, hasta que recordó a su padrastro, de pie en aquella calle, a unos metros alejado de ellos; observando a diestra y siniestra hacia todos lados — bueno yo...— hizo una pausa, no encontraba las palabras correctas para explicar aquella situación en la que estaba metida.
Su cabeza estaba envuelta en una maraña de pensamientos complicados a tal nivel que solía estresarse fácilmente; es por eso que aquella salida en busca de empleo le había favorecido un poco.

Los ojos de Freddie seguían haciendo un severo escrutinio hacia su interpelada; en espera de alguna respuesta.

— Es... o bueno era; mi padrastro.

Le fue imposible evitar inclinar su cabeza, y es que le apenaba por completo hablar de aquel tema tan incómodo.

— Él, él no es una buena persona que digamos; o bueno al menos no conmigo.

Sus mejillas se enrojecieron ante tal vergüenza, al momento la mente de Freddie volvió a hacer click por segunda vez en la noche.

— Oh cariño...—. Dejó la cerveza a un lado, y tomo fuertemente las manos de la chica, ocasionando un calor gratificante para ella — no tienes que explicármelo ahora, puede ser después en la ocasión debida.

Ella sintió alivio internamente, y es que aquel tema era tan complicado que no se le hacia correcto hablarlo en un bar y con un chico que acababa de conocer.

— Gracias Freddie, por entender.

Él moreno le regaló una cálida sonrisa, haciendo a la chica sonrojarse por completo; y es que ante aquella profunda mirada le fue imposible.

— Eres tan hermosa ¿lo sabías? — las manos del chico juguetearon un poco con el negro y largo cabello de Angelique.

— Gracias cariño, y tu eres tan... — le miró por un momento, intentando encontrar las palabras correctas para describirlo — exótico; quiero decir, solo mirate — le señaló — podrías lucir cualquier cosa y verte tan masculino al mismo tiempo; cualquier chica seria afortunado de tenerte.

Bulsara río fuertemente, vaya que lo había descrito a la perfección, y eso que la chica había dicho, le encantó.

— Soy una diva, amor— se encogió de hombros — que te puedo decir.

Ambos jóvenes rieron simultáneamente, pasando completamente desapercibidos ante los demás chicos a su alrededor; cosa que tranquilizó a Angelique.

Un chico subió animado a él pequeño escenario montado; la mirada se dirigió hacia aquel joven sonriente.
El chico golpeó un par de veces el micrófono, comprobando que este se escuchara.
Sonrió al notar que estaba en perfectas condiciones.

—¡Hey gente! Les habla Tim.

La reducida multitud alardeó con emoción y eufória ante la presentación del chico.
La sonrisa de Freddie se ensanchó de apoco, procediendo a tomar la mano de Angelique y estirarla para caminar rumbo al escenario.

—¡Con calma, Fred! — le gritó, pero toda queja fue ignorada por Bulsara, que seguía súbitamente extasiado ante la presentación de sus amigos.

— Bueno ya nos conocen, somos Smile — un par de chicos más comenzaron a subir al escenario, bastante dispuestos a tomar sus instrumentos.
Angelique observó al primer chico en entrar; un joven alto, delgado de cabellos rizados pero cortos, traía consigo una guitarra y saludaba alegremente a la multitud enardecida.
Tras de él, entró un rubio bastante eufórico, gritando estupideces a diestra y siniestra, mientras dos chicas lo acompañaban a su batería, una vez colocado en ella; las jóvenes le plantaron un par de besos y se fueron rápidamente para dejar al chico hacer su trabajo.

“Vaya idiota” pensó la morena, pero sus pensamientos no lograron adueñarse de su estabilidad, ya que aquella banda comenzó a tocar inmediatamente.
El ritmo resonaba en todo el lugar, mientras las personas se movían al compás.

— Esta se llama “Step on me” — habló Freddie — ¿no son maravillosos? — preguntó orgulloso, Angelique sonrió sarcásticamente.

— Freddie, la canción acaba de comenzar — la morena río fuertemente.

— Oh vaya, pero igual lo son, querida.

La canción siguió avanzando y detrás de este la cabeza de Angie se movía al compás.

— ¿Así que esto es Smile, eh? — preguntó la morena.

Una chica rubia a su lado, le hizo una seña para que guardara silencio, a lo cual a la morena le pareció ridícula. Torció los ojos para después mirar a Freddie.

— ¡Si cariño, no me puedes negar que mis amigos son muy buenos! — gritó él moreno para lograr que su amiga lo escuchara perfectamente.

La rubia golpeó bruscamente el hombro de la morena, a lo que ella le miró indignada.

—¡Pendeja! — justo cuando estaba a punto de levantar su mano en un puño, Freddie la detuvo.
Evitando así una fuerte pelea entre las mujeres; nadie se percató de este hecho, más que aquel curioso baterista que se encontraba en plena presentación musical, teniendo una amplia vista ante el hecho de la morena queriendo golpear a la rubia; le pareció una situación bastante divertida.

—Calmate Angie, por favor—. exigió él moreno, Angelique le miró por un par de segundos, deteniéndose en los ojos suplicantes de su compañero, suspiró fervientemente y asintió, tranquilizando así al chico.

Se dedicaron a seguir escuchando las agradables melodías de la banda, y de pronto Freddie recordó algo que ocurrió durante el altercado.

—¿Pendeja? — le preguntó a la interpelada; ella sonrió alegremente.

— Es una grosería — explicó ella — muy usada en mi país, de hecho.

— Diablos Angie, aprenderé español contigo y aprobaré la materia de ahora en adelante.

La mujer soltó una fuerte carcajada que pudo ser escuchada por la mayoría de los presentes, ya que al mismo tiempo la música había dejado de escucharse, observó a su alrededor mientras varios de los presentes le miraban; para algunos se trataba de una belleza exótica, traída de algún otro lugar; para otros, una loca risueña.
De lo que ella no se percató; fue de la penetrante mirada color azul que le observaba desde el escenario.

Miren no más esos ojazos, quien no se enamora alv.

Espero y les gustará tanto como a mi.
Los amito <3