Grabriel penso que se le había caído la mandíbula al abrir la boca por el factor sorpresa en la última frase de Sam. El chico de la puerta no paraba de mirarlos a los dos con una cara gran sorpresa:

- Guau Gabriel, te has superado esta vez con este chaval.

- Lárgate.- repitió Sammy.

El oponente miro a Sam, sin duda era jugador de baloncesto. Gabe no hablaba, no le salían las palabras. No entendía nada, era una situación surrealista. Sammy había sacado los puños de la chaqueta y lo miraba fijamente:

- Esta bien, está bien, me iré.

El desconocido paso por al lado de Sam rápido y se perdió entre las calles. Hasta que no lo vieron perderse, no se miraron entre ellos.
Gabe no podía ver a Sam por la gran vergüenza en su rostro, miraba cualquier cosa menos la cara de Sam:

- Gabe.- lo llamo.

No, no podía mirarlo después de todo lo pasado y ahora esto. Sam dio un paso hacia delante, bajo un poco la cabeza y le sostuvo la mirada:

- Vengo a hacerte el amor.

Y seguidamente, le dio un dulce beso. No iba a dejar que esta vez escapara de él.

No era mentira lo de la biblioteca, tenía que ir a por unos libros para un trabajo recién mandado. Era la primera vez que iba y se llevó una buena impresión de ella. Muy iluminada y con un olor a libro antiguo recorriendo todo el lugar, estaba bien para distraerse del horrible día. Castiel se sumergió en la búsqueda de sus materiales por los amplios pasillos de la biblioteca, sin prestar atención a nada más:

- ¡ Hola ! Creo que eres de mi instituto.

Cass se giró incrédulo, era una chica de melena corta rubia que lo miraba atentamente, no tenía ni remota idea de quién era. Al ver que Castiel no respondía la chica se presentó a sí misma y le pregunto que si por casualidad estaba allí buscando libros para X trabajo. A lo que Cass afirmó:

- Esta biblioteca no tiene todos los libros necesarios. Pero hay otra biblioteca que si, más abajo, no muy lejos. Iba a ir, ¿ vienes ?

- Claro, gracias.

No muy lejos de allí, Lisa y Dean reían juntos tomando una bebida sentados en el capó del Impala. Dean se había olvidado de la charla de esta mañana con Castiel y Lisa de las ranas. Se estaban riendo de algunos profesores del centro mientras brindaban sus bebidas al lado de una tienda en frente de la biblioteca. A Dean le agradaba Lisa, podría replantearse tener algo con ella. Pero le vino una imagen de Cass riendo, con él. A Dean se le paro el cuerpo y por unos segundos se quedó mirando la nada mientras escuchaba a Lisa reír en la lejanía. Maldita sea su suerte y su boca por problocarle tantos problemas con Castiel. En esos segundos perdidos en pensamientos, lo vio salir, a Cass y lo peor es que iba acompañado.

Castiel también lo vio, allí, a pocos metros con una chica y su coche. Los dos chicos sintieron la mirada del otro, tal vez, pidiendo atención:

- ¡ Oh pero si es Lucy ! Dean vamos a saludarla- dijo Lisa levantándose y tirando de Dean

La acompañante de Cass también dio un gritito de sorpresa al ver a Lisa y se precipitó escaleras abajo para saludar a su amiga, seguida de un lento Castiel. Los cuatro jóvenes estaban allí cara a cara. Dean se mordía el labio inferior mientras intentaba no sentirse incómodo bajo la mirada de Cass, porque a este otro no le importaba ahora mismo aplicar una mirada cargada hacia Dean. Las dos chicas hablaban y reían:

- Lucy a propósito, ¿ él es tu novio ?

Los tres jóvenes miraron a Lisa rápidamente, sobre todo Dean con cara de sorpresa, Castiel lo miraba de reojo. Antes de que la tal Lucy hablara, Dean abrió la boca:

- No.- contestó Dean rápido y fuerte.

Ahora los otros tres miraron a Dean. Cass enfrente de él, lo miraba tan atento como sorprendido. Esos ojos azules que lo miraban hasta el alma, los quería debajo suya juntos con todo lo demás del  cuerpo, gimiendo por él. Fue justo lo que pensó Dean Winchester, como Castiel vio que Dean respondía, contestó él:

- Dean me comió la boca hace poco, y me gusto mucho. Así que no creo sinceramente que puedo ser ni seré el novio de esta chica.

Las dos chicas abrieron la boca y empezaron a parpadear casi locamente. Dean miraba a Cass, sorprendido. Le había gustado, le había gustado aquel beso que en su momento avergonzó tanto a Dean Winchester y lo hizo huir. Definitivamente Castiel Novak era su perdición.

Las chicas soltaron algo contra ellos y se largaron, dejándolos allí en mitad mirándose. Se sostenían la miradas y tras unos segundos no pudieron ocultar una sonrisa, que acabó en carcajada:

- ¿ Qué ha pasado con la charla de esta mañana ?

- Se quedó allí metida en ese minúsculo sitio.- sonrío Castiel.

Dean se quemaba por dentro al verlo sonreír, además, sonreía para él:

- ¿ Porque no me dijisteis lo del beso ?

- Lo iba a hacer, pero vinisteis dispuesto con todo a huir de la situación.

Dean suspiro:

- Soy un tremendo imbecil… Lo siento Cass.

El corazón de Castiel bombeaba como loco y sus mejillas se colorearon de rojo al darse cuenta, de que estaba en esa situación de ensueño con Dean Winchester.
Dean lo vio ponerse rojo y mirar a otro sitio para que no lo viese con los ojos llorosos. Le había hecho daño y lo sabía:

- Espero, que me puedas perdonar.- le dijo Dean, relamiéndose el labio.

Cass lo miró fijamente, se rió y le pregunto sutilmente:

- ¿ Me vas a acorralar otra vez en las duchas ?

Dean sonrió y se colocó al lado de Castiel para susurrarle algo:

- Mejor que eso, en la cama.