- Gabriel está enfermo en su casa.- le informó Dean a su hermano en el primer cambio de clase.

“ Normal si se fue mojado a las tantas de la madrugada” pensó Sam:

- ¿ Has hablado con Cass ?

Dean hizo un gesto negativo y se alejó a su siguiente clase. Lo vio alejarse, pero ya notaba como Ruby le jalaba el brazo. Suspiro y se fue.


Cass había denominado esa mañana como el peor día de su vida. La conversación en el cuartillo lo había hundido y apena sacaba fuerzas para seguir el hilo de las clases. Si veía a Dean otra vez por los pasillos existía la posibilidad de tirarse contra él por ser tan idiota o simplemente morderse el labio hasta sangrar para no llorar. Ninguna de las dos opciones le agradaba. Iba andando cuando se cruzó con Sam, lo miro con una sonrisa triste:

- Hola Sam, me disculpo por mi corportamiento de la otra noche.

- No te preocupes…Por casualidad ¿ has hablado con mi hermano ?

Castiel dirigió sus ojos azules a cualquier otra parte para esquivar la pregunta, pero Sam lo miraba muy atento:

- Si… Más o menos.

- Aaah bueno…Dean me ha dicho que Gabriel está enfermo.

- Si, tiene algo de fiebre pero en sí, está bien. No tardará mucho en volver.

- Suena bien, me alegro.

Cass lo miró atentamente, sabía lo del beso entre ellos:

- Pero… Tal vez, una visita tuya, lo animara Sam.

Sonó el timbre de la clase siguiente, la última del día:

- No se… Tengo entrenamiento después…

Sam no lo había pensado, ni si quiera había caído en esa opción, se estaba quedando tonto o algo. Castiel se fijó en la cara de su amigo, lleno de confusión. Esbozó con las pocas ganas que le quedaban, una sonrisa:

- Sam, ve a por él.

Luego se dio la vuelta y se largo. El alto de los Winchester suspiró algo agotado. Decididamente, tenía que ir a ver a Gabe.

Dean tampoco estaba en su mejor momento. Se había pasado  parte de la mañana pensando en la conversación con Cass en el cuartillo. Estaba apontocado en su taquilla, sin ganas de ir a clase. Demasiado pensativo y dolido para ir a una clase de matemáticas. Realmente se estaba planteando saltarse la última clase e irse a algún sitio a beber algo:

- Hey Dean.

Por un momento deseo que fuera Castiel, pero era una chica que estaba al lado suyo mirándole coquetamente:

- Hey, ¿ qué tal….?

- Soy Lisa, no te veo muy animado.

- No es mi mejor día.

- ¿ Porque ?

- … He tenido una discusión con un amigo….

- Oh, lo siento. Espero que lo arregléis.

Dean hizo un gesto negativo, basta de pensar y hablar de Cass, lo estaba agobiando:

- ¿ Y tú, no deberías estar en clases ?

- No tengo muchas ganas de abrir una rana en canal y examinarla.

- Suena a planazo.- se fijó más en la chica, era mona. - ¿ Qué te parece si nos largamos de aquí, nos olvidamos de las ranas y nos tomamos algo?

- Me parece estupendo.

Ambos salieron del instituto y se montaron el el Impala. Dean le pondría un mensaje a Sam de que no lo esperara, que ya tenía planes.

Cuando Sammy vio el mensaje de su hermano al salir del instituto, pensó que era una señal más para ir a ver al grande de los Novak. Ruby le había comentado que quería ir al centro de la ciudad, a comprar varias cosas, que lo acompañara. Se excusó en ir a ver a una amigo enfermo,su novia no puso más pegas.

Sam se encontraba mirando la guía de autobuses para ver cuál podría coger para ir al hogar de los Novaks:

- Veo que te has animado a ir.

Se giró, era Cass:

- Tranquilo, yo no voy a casa, me voy a la biblioteca. Tienes que coger el autobús de la línea 17, hay una parada cerca de mi casa.

- Gracias Cass.- le agradeció Sammy.

Castiel empezó a irse cuando Sam le pidió que parara. Los dos hermanos pequeños se miraron:

- Oye yo… no sé de qué habéis hablado Dean y tú pero…. Sea lo que ha dicho….. Te pido perdón yo por él, es muy gilipollas.

Cass suspiró cansado:

- Si, ya me he dado cuenta. De todas maneras, gracias Sam.

- Es que te veías muy mal la otra noche...

- Si bueno, que te besen y salgan corriendo no deja a uno muy bien que digamos.

A Sammy le impresionó la forma de decirlo, se veía algo cabreado pero también abatido:

- Perdona Sam, tu no tienes la culpa.

- Tranquilo, estoy en la misma situación que tú.

Se rieron un poco a la vez, malditos hermanos mayores. Castiel se despidió de Sam y se marchó. Al poco llegó al autobús y se montó.

En el camino iba pensando que decir, pero tenía tal lio que no se aclaraba ni él. Cuando llegó a la puerta de la casa vio una situación un poco rara. Estaba Gabriel alli en él puerta, con una expresión de angustia y preocupación. Pero había otro chico, más alto que Gabe que tenía puesta la mano en la puerta e impedía que se cerrará. Sam se empezó a acercar rápido, algo malo pasaba:

- Te digo que te marches.

- No me pienso ir.

- ¡ Lárgate !

- ¿ O si no qué ?

El individuo hizo presión y cada vez abría más la puerta mientras Gabriel se estaba preparando para dar el primer golpe:

- Hola.

Gabe se quedó congelado, reconocía esa voz. Se asomó tímidamente para ver si de verdad no se equivocaba, efectivamente, Sam Winchester estaba allí, con las manos metidas en la chaqueta y una mirada cargada contra el hombre de la puerta. Gabriel se quedó sin palabras, apenas podía mirar a Sam y nunca se le hubiera ocurrido pensar de que el menor de los Winchester apareciera por ahí tras lo ocurrido:

- Lárgate.- le soltó el forzudo.

Sam lo miró levantando una ceja:
- ¿ O sí no qué ?

- Mira guapearas, no sé quién eres, pero como no desaparezcas te voy a partir la cara en dos.

Sam sonrió un poco y saco las manos de los bolsillos dispuesto a pelear:

- Soy el novio de Gabriel y quiero que te marches de aquí ahora mismo.