Cass miraba el techo de su habitación. Había llegado a las seis de la mañana a su casa intentando no despertar a sus padres. Destrozado se había arrastrado por las escaleras y había mirado en la habitación de Gabriel. Su hermano estaba tumbado de espaldas a él. No sabía si dormía o no pero ahora mismo no se sentía con ganas de nada.
Llegó a su habitación y se tumbó en la cama, a mirar el techo.
Se tocó su labio herido, maldito Dean Winchester. Era un maldito criminal. Besar, huir y acostarse con strippers, criminal en toda regla. Además, siendo su primer beso era más lamentable todavía y un chico encima de todo. Castiel hundió la cara en la almohada. Recordó la escena en el vestuario con Dean y lo enlazaba con la fiesta y el beso. A Cass le gustaba Dean, y eso lo mataba. Ya Dean había demostrado huyendo lo que opinaba de todo aquello. Era su primer enamoramiento y ya era un caos. Menuda mierda.

Dean Winchester pasó un tiempo con las strippers hasta que llegaron a la habitación para follar. Dos chicas mimaban a Dean hasta que lo recostaron en la cama. Eran muy guapas y juguetonas, todas unas monadas pero Dean no estaba bien. Por supuesto que le gustaban, pero había algo que no encajaba. Era recordar el labio sangrante de Cass y le temblaba el cuerpo, de la excitación. “ Olvídate “ se decía, pero era imposible. Porque Castiel Novak se había metido en su cabeza, en su vida más bien cambiando todo. Había que joderse, lo había besado y huido. Pero lo peor era que ya no podría mirar esos ojos azules sin sentirse culpable. Notó las manos de la chicas por su cuerpo, empeoró la situación. Les pidió que pararan por un momento:

-¿ Eres gay ? - preguntó una de ellas.

Dean la miró seriamente, ¿ qué ?  Esa pregunta le vino grande. Había besado a un chico, pero solo uno, nunca le había pasado nada igual. Cass era la única excepción del mundo y había que joderse porque lo había encontrado  en todo el puto mundo. Miró a la chica:

-¿ Sabes qué ?  Te voy a contar una cosa. Acabo de besar a un chico, que me ha levantado la polla más que tú.

Las dos chicas abrieron la boca impresionadas pero Dean ya se había largado. Salió del local y empezó a andar solo a las seis de la mañana. Esperaba el amanecer mientras andaba hacía su casa pensando en el dichoso Castiel Novak.

El domingo llegó cargado para los hermanos. Los Novaks no salieron de sus habitaciones solo para comer e ir al baño. Los Winchester estuvieron un poco más ocupados. Sammy ayudaba a su padre en el taller de mecánica, aunque fuera domingo siempre había algo que hacer, además así no le daba vueltas al asunto de la  “ piscina. “ Su padre John lo miraba extrañado por su actitud seria y despistada a la vez. Dean se había prestado a ayudar a su madre Mary, y ella aprovechando la extraña ocasión de la ayuda de su hijo, lo llenó de recados prometiéndole que le haría una tarta al volver. 
Sammy y Dean no se sentaron juntos hasta llegar la noche. Estaban cansados del día, pero más psicológicamente. Sammy quería explotar, decirle a su hermano todo:

-Dean… Tengo que hablar contigo.

Su hermano lo miró con una cerveza en la mano:

-¿ Qué pasa Sammy ?

-Tenías razón con lo de Gabriel. El sábado…

Dean lo miraba con los ojos muy abiertos, como quien espera una gran revelación:

-¿ Te follastes a Gabriel Sam ?

-¡ No Dean no !- Sam miró a los alrededores, no estaban sus padres cerca- Solo… Nos besamos en la piscina. Bueno fue él quien me beso y luego desapareció.

-Un momento, ¿ qué coño estabais haciendo dentro de la piscina ?

Sammy miró a su hermano con cara de no entender una mierda. ¿ La piscina era lo que más le preocupaba ahora ? Estaba en shock:

-Dean olvídate de la piscina, tengo un problema muy gordo.

-Ya creo que lo tengas.- le dio un sorbo a su cerveza.

Sam suspiró:

-Me gustó besar a Gabriel.

Dean empapó la alfombra de su casa con la cerveza, la escupió por todo el suelo. Luego tosió y miró a su hermano:

-¿ Qué ?  Chaval tienes novia, besastes a un tío y te gusto. Sam vas muy mal.

Sammy parpadeó y miró a su hermano con una sonrisa se lado:

-Dean, yo creo que podría decirte lo mismo de besar a un chico, porque besastes a Castiel.

Dean volvió a escupir cerveza en el suelo, su madre lo iba a matar. Miró a su hermano con los labios mojados de la bebida:

-Vi tu marca en el labio de Cass. Lo besastes y huisteis. ¿ Cuándo pensabas decírmelo Dean ?

-A ver primer pregunta. ¿ cómo vistes a Cass ? Segunda pregunta ¿ qué cojones hacías con Cas ?

Sam movió los ojos molesto:

-Os fui a buscar después de enterarme de la pelea. Y me encontré a Castiel sangrando por el labio y en shock. Fuimos juntos a llamarte.

-¿ Espera que ?

Dean dejó su cerveza en la mesa y miró a Sam serio:

-Dean, Cass estaba fatal. Yo tenía razón, te gusta Castiel, acéptalo. Yo no se si es recíproco, pero ayer estaba como una gelatina mientras esperábamos que contestaras al teléfono. Y después…

-Sammy sigue- Dean apretaba su mandíbula nervioso.

-Cuando dijisteis que habías hecho algo malo y que necesitabas acostarte con alguien, pensé que Cass iba a llorar, lo vi muy mal.

Dean se levantó angustiado, la cosa se estaba poniendo cada vez peor:

-Sam, te juro por nuestros padres que no follé esa noche al final. No pude, me negué.

-¿ Por… Cass ?

Miro a su hermano apretando los labios y relamiéndose los:

-Creo…que si. Es verdad lo bese y lo marqué. Fue un instinto, me lancé contra él.

-Enhorabuena fiera, porque Castiel se fue destrozado a su casa pensando en ti.

Dean tenía ganas de romper algo, se estaba agobiando mucho, no había vuelta atrás:

-Sammy, tenemos que dejar de ver a los Novaks, esto no es normal.

-Dean, no hay vuelta hacía atrás. Hay que luchar, mira yo soy el primero que está confundido pero… Tú lo tienes más fácil, tienes vía libre con Castiel:

-¡ Cass me tiene que odiar Sam !- le dio un golpe a la mesa tirando la cerveza.

Sam se levantó del sillón pero Dean ya se había largado por la puerta principal. Sus padres vinieron corriendo preguntando por su hermano. Sam lo excusó con que tenía que tomar aire, que le dolía la cabeza. Dean pasó unas horas fueras hasta que vió todas las luces de su casa apagadas, luego entró y se acostó molesto.

A la mañana siguiente, los hermanos hablaban poco. Podrían cruzarse con los Novaks y todo sería muy violento. En el  Impala de camino al instituto se respiraba nerviosísimo y una vez llegaron a su destino, seguía siendo igual. Entraron juntos observando a todas las personas de su alcance. Sammy le hizo un gesto de despedida a su hermano y se largo. Dean lo vió irse y empezó a andar en otra dirección. Pero una mano fuerte lo agarro y lo empujó a la sala  de las fregonas del conserje cerrando la puerta. Todo fue tan rápido que Dean no vió a su agresor, pero no tardó mucho en darse cuenta al ver unos ojos azules intensos a escasos centímetros de él.