08 • EASTER BUNNY •
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— ¿Tienes idea del por que nos citaron? Quedé con Theo de ir a desayunar y no comer me pone irritable, me conoces.— le digo a Elena mientras bajamos del auto
— No lo sé, Stefan solo me dijo que nos reuniéramos en su casa.— suspiro abrumada — Y eres irritable aunque no comas.— se burla y volteo a verla
— Oye, es muy temprano para hacerme enojar.— se ríe y caminamos a la casa — Sólo quiero que esta charla termine rápido.
Tocamos la puerta y rápidamente la abren
— Bienvenidas, Gilbert.— Damon nos recibe y resoplo
— ¿Stefan está? — cuestiono a secas — Sólo vine por el que tengo hambre.— bufea
— Tu siempre tienes hambre.— se burla y entrecierro mis ojos molesta
— El nos llamó. Dijo que era importante.— interviene Elena rompiendo la tensión
— Por aquí.— nos da el pase y siento su mirada incrustada en mi
Lo que pasó anoche fue tenso, y extraño. No esperaba que Damon fuera algo gentil. En realidad no creía que tuviera alguna pizca de amabilidad en su enorme cuerpo, pero parece que aún tiene un pequeño gramo.
— Hola.— nos saluda Stefan tan pronto nos ve en el pasillo
— ¿De que se trata? Quiero panqueques, y sólo estoy aquí porque Elena dijo que era importante.— pregunto y Stefan se hace aún lado;
a lo lejos veo a la vampiro de ayer con una rubia de compañía en la sala. Una que no conocía en lo absoluto. El día de ayer no la vi, y me hacía sospechar.
Su atuendo era exquisito. Su aura gritaba elegancia junto a su cabello bien arreglado y el estilo impecable. Las uñas hechas, los ojos verdes resaltados y aquella expresión seca en su angelical rostro, podía decirse que le quitó el puesto de Barbie a Caroline, y quiero ver eso.
Voltee a ver a mi hermana para asegurar que ella tenía la misma expresión de confusión que yo, y en efecto. Ambas no sabíamos de los que se trataba o el porque ambas estaban aquí.
— Tú.— Elena rompe el silencio y solo observo a la vampiro;
La castaña sólo nos dedica una sonrisa cálida con un corto saludo. La rubia sólo mantenía la postura firme y parecía examinarnos.
La respeto por eso, soy igual. Y el estilo también, me agrada, respeto a alguien que se viste bien.
— ¿Alguien me puede decir que está pasando? — insisto aturdida y Stefan me da una mirada para darme confianza
— Solo escúchenla.— nos pide Stefan e inhalo hondo viendo a mi hermana
Ambas caminamos a la sala y nos sentamos en el sofá. No estaba muy de acuerdo con esto, me era extraño, pero al final, quería saber; ¿por que rayos los Salvatore metían a una lunática a su casa?
Y los principales factores para que se la llevaran en primer lugar. Elena casi no me habló en toda la noche, se veía muy afligida.
— Esto es están confuso, ¿por qué ella está aquí como si nada? ¿Soy la única cuerda por aquí o que? ¿Y la rubia que? — bombardeo todo lo que corre por mi mente
— La rubia tiene nombre.— me corrige — Soy Kaela, por cierto. No lo olvides.— alzo mis cejas
Tenía una personalidad autoritaria, como si quisiera que todos en la habitación supiéramos quien era y de alguna manera, el impacto de su llegada.
Desconfiada es como mi segundo nombre, y había algo en ella que me decía que no confiara.
— Y yo me llamo Rose.— añade la vampiro — Creo que no nos conocíamos antes.— suspiro
— No, porque a la que robaste fue a mi hermana.— me levanto — ¿Qué es esta estupidez?
— Cálmate, mamá oso.— interviene Damon — Discúlpala, no es muy amigable— cierro mi mano y reviento focos —. Como dije.— la bajo
— Quiero escuchar, Angie.— volteo a ver a mi hermana — Ayer estabas muy abrumada y no quise preocuparte más por tu condición. Pero si lo que dice es cierto, quiero saberlo.— arrugo mis cejas
— ¿Sobre que? — insisto y sólo me da una mirada afligida — Elena.— suspira
— Pues si dejas hablar a Rose, tal vez te enteres, Angie.— Interviene la rubia — Hablas mucho.
— Y tu menos. ¿Quien rayos eres? — cuestiono autoritaria y encorva una sonrisa malévola
— Una aliada. Sólo vengo a ayudar.— levanta sus brazos para darnos confianza — Quiero venganza, y si son inteligentes, me querrán de su lado.
— ¿Venganza? — los veo a todos aturdida — ¿Venganza de que? No estoy entendiendo nada.— dejo caer mis brazos sin paciencia
— Angelina, puedes confiar en ella.— Stefan interviene rompiendo mi caos — Anoche vino, y nos habló un poco de esto. Sólo escucha a Rose.
Doy un suspiro largo tratando de bajar mi paranoia, si, soy paranoica. Odio cuando las personas me ocultan cosas y lo hacen a mis espaldas; me siento fuera de lugar y algo tonta. Mi hermana se ve tan pálida como si hubiera visto un fantasma. No se que pensar. Mi mente está corrompida.
— Bien, lo haré.— me acomodo en el sofá — Escucharé lo que tienen que decir. Van.— ambas asienten — La rubia. Kaela.— recalco y sonríe — ¿Que eres? Percibo desde aquí que no humana.
— Vampiro. Algo común, ¿no? — informa sonriente y asiento — Esta casa está a reventar de ellos, se sienten cómodas, ¿no? — ironiza y suspiro
— Graciosa. Es graciosa.— menciono entre dientes y me sonríe con burla
— De acuerdo yo solo sé lo que he escuchado durante años. Y no se que es cierto y que no lo es. Ese el problema de los vampiros. Pero se que Klaus es real.— explica Rose caminando de un lado a otro
Ella se veía nerviosa a diferencia de Kaela, la rubia tenía una postura seria aún lado de Rose. Como si ella fuera sólo una acompañante o quien manejara la situación, una de dos.
— ¿Quién es el? — pregunto con interés
Tenía un nombre bastante ridículo, parecía sacado de un libro de Dickens. O de una leyenda urbana y pagana. Pobre de él. Suena viejo.
— Uno de los originales. El es una leyenda.— explica Damon y frunzo el ceño
— La primera generación de vampiros.— complementa Stefan y los veo algo desorientada
— Como Elijah.— añade Elena incrédula
— No, Elijah era un conejito en comparación con Klaus.— corrige Rose — El era un soldado. Klaus es la verdadera amenaza.— suspiro tensa
Me sentía en territorio desconocido. No sabía porque hablábamos de vampiros más viejos que el descubrimiento de América y lo hacían sonar demasiado aterrador. Como el apocalipsis.
Pongo mi mirada en la rubia y noto una pequeña sonrisa burlona, como si lo que dijeron le causara gracia, pero trataba de esconderlo.
— Se dice que Klaus es el más viejo.— agrega Stefan y veo a mi hermana
Ella extrañamente se veía muy tranquila pero preocupada a la vez, lo que era extraño. No podía descubrir exactamente que era lo que estaba pensando o lo que sentía.
Parecía un enigma y ella nunca lo ha sido. Sólo está tan callada, y eso me alarma. Sospecho que tiene otros planes que fingir que no está asustada.
— Muy bien, ¿entonces estás diciendo que el vampiro más antiguo en la historia del tiempo me persigue?— interroga Elena vacilante y mis ojos se abren de par a par
— Si.— afirman Rose y Kaela, una punzada me brota en el pecho
Últimamente me dan unos sustos, para darme un infarto cada veinte minutos.
— Disculpa, ¿qué? — solté mostrando mi desconcierto
— Angie, cálmate.— me pide mi hermana y arrugo mis cejas
— ¿Como quieres que me calme? Parece que Drácula viene por ti, ¿como me calmo? — bombardeo saturada
— Es decir, si lo que ella dice es verdad...— interviene Damon y volteo a verlo
— Lo cual es.— defiende Rose y sólo me quedo procesando todo
Esto no podía estar pasando, no puede ser que siempre tengamos tan mala suerte.
— ¿No estarás diciendo esto para que no te matemos? — le cuestiona Damon a Rose
Yo estaba viendo al suelo razonando que un vampiro persigue a mi hermana y no se porque lo hace. ¿Qué tiene ella que el quiera?
Elena sólo es una adolescente de 17 años que sale con un vampiro, o algo así, y libra la muerte cada que le viene encima. No tiene sentido.
Se que estoy exagerando, pero estoy muy preocupada por su seguridad.
— Wow, haces que esto se trate sobre ti, Damon.— habla Kaela rompiendo su silencio — Tienes un fastidioso don.— levanto la cabeza — Nosotras no venimos por eso. Es sólo la verdad.
— Tal vez estamos viendo algo sólido.— anuncia Damon mirándonos a ambas
No sabía como actuar, solo nos bombardeaban de información que no entendía. Lo único constante es que el silencio era angustiante.
Podía sentir que la habitación se hacía chica y que el aire quemaba mis pulmones. No podía creer que Elena estuviera tan tranquila.
— Mira, Elijah está muerto, ¿cierto? Nadie más sabe que existes.— aconseja Stefan tratando de darle confianza
El se desplazó con mi hermana y se sentó a su lado. Parecía que Kaela lo seguía con la mirada. Tenía sus ojos bien puestos en el.
— Nadie que ustedes sepan.— añade Rose y arrugo mis cejas
¿Que no tiene un botón de tacto? Parecía muy insistente con meternos miedo.
— Eso no ayuda.— se queja Damon y sobo mis manos inquieta
— No conozco a nadie que lo haya visto. Hablamos de siglos de verdad mezclados con ficción. No sabemos que es verdad. El podría ser algún tonto cuento infantil.— explica Stefan y no evito sentirme muy asustada
— El es real. Y jamás se rinde.— insiste Rose y trago saliva
— Si quiere algo, lo toma. Si no le temen a Klaus son unos idiotas.— añade Kaela sin tacto
Noto que Elena solo esta estática en la habitación, parecía procesar todo pero no quería que ellos lo vieran, así es ella.
— Muy bien, estamos temblando. Ya te entendimos, gruñona.— refiere Damon con fastidio y la rubia alza una ceja molesta
— ¿Como me llamaste? — menciona sin paciencia
Parecía que ellos dos no se agradaban, ya la amo. Entiende la vibra de mi vida desde que conozco a Damon Salvatore.
Sonrío y de reojo veo a Elena ponerse de pie y dirigirse a la salida
— Elena ¿a donde vas? — pregunto confundida y se da la vuelta para verme
— A la escuela. Vamos tarde.— informa y por su tono, se escuchaba aturdida
— Creo que se te zafó un tornillo.— me levanto — No podemos ir a la escuela sin discutir esto. Hoy me entero que mi hermana es perseguida por gente más vieja que Damon.— refiero abrumada
— Graciosa.— se queja el vampiro y ruedo los ojos
— Angie, ahora no. Necesito espacio.— pide con frustración — Entiéndeme.— inhalo hondo y nos vemos fijamente
— Lo que yo quiero entender, es que rayos está pasando. Estoy preocupada por ti.— la señalo
— Entonces ven conmigo, y hablemos en el auto. No quiero seguir aquí.— sugiere y asiento
— Bien, hablemos.— voy hacía ella
— Tomaré mis cosas. Voy con ustedes.— nos dice Stefan y veo a Elena esperando que de una respuesta
— Esta bien. Se dónde queda.— le dice en seco y alzo una ceja sorprendida
Elena ha estado rara desde que llegamos, y la entiendo. Yo me siento muy desorientada porque mi hermana no ha hablado de nada de esto conmigo, y estoy muy preocupada.
Todo suena irreal cuando comienzan a hablar sobre vampiros viejos y el secuestro, si, secuestro. Esto se nos sale demasiado de las manos, y no se hasta donde lo pueda manejar. Menos con mi situación médica, soy inestable.
Primero, ocultándole a toda la familia que Theo es hijo de mi papá Grayson; yo con Bonnie al no decirle que soy su prima; engañar a Jenna sobre la vida sobrenatural y ahora Elena teniendo un blanco en la frente que grita "mala suerte."
— ¿Ya podemos hablar? — insisto y agarro la manija del auto — Me has ocultado muchas cosas, Elena.— suspira y nos subimos
— Porque no puedo preocuparte.— arrugo mis cejas y volteo a verla — Estás enferma.— le señalo
— Elena, ya basta con eso.— me pongo el cinturón con molestia — Mi trabajo es cuidarlos. No me pidas que no me preocupe por ti, eres mi hermana.— deja sus manos en el volante pensando
— Rose me dijo que soy parte de un extraño ritual, donde me deben sacrificar para romper una maldición.— expone y mi mandíbula casi se desborda de mi boca
— ¿Qué? — solté sin aliento
— Parece que al ser la doppelgänger Petrova, soy necesaria. Por eso me querían entregar a Elijah.— siento mi corazón latir con fuerza — Sólo quiero entender porque me dijo todas esas cosas. Suena a una locura. No se que maldición debo romper o mi muerte debe hacerlo.— informa y bajo la cabeza esa procesando todo — ¿Estás bien? — niego
— Mi hermana me dice que la van a sacrificar en un extraño ritual pagano. Creo que mi estoy para nada bien.— aclaro con el nudo en la garganta
— Tengo un plan.— volteo a verla — Uno que me dará respuestas.— enciende el auto
— ¿De que hablas? — inhala hondo y comienza a conducir
— Iré con Katherine.— mis ojos se abren como platos — Ella los conocía, y también creo que a Klaus. Tal vez conozca una forma de salirme de esta.— meneo mi cabeza
— ¿Hablamos de la loca que está encerrada en una tumba por darme una sobredosis? — solté desconcertada — No creo que Katherine Pierce haya dicho la verdad alguna vez en su vida. Hasta su nombre es falso.— suspira
— Es todo lo que tengo, Angie. Ella es una doppelgänger Petrova, y se libró de esto. Necesito saber como para llegar a los dieciocho— me llevo los dedos a la boca —. Confía en mi.— muerdo mis uñas con ansiedad
— Si confió en ti, no confío en que Katherine te mienta y manipule tu mente.— bajo mi mano y voltea a verme — Hará lo necesario para dañarte, es todo lo que desea.— suspira
— Se lo que hago. Sólo necesito tu ayuda en una cosita.— pide y frunzo el ceño
— ¿Qué? Porque no puedo darte cordura ni coherencia.— ironizo y juega con sus dedos la volante — Ojalá y si.
— Les dirás a todos que no me sentía bien, y luego me fui a casa.— informa y suspiro
— No se como me convenciste para esto.— me cruzo de brazos indispuesta — No soy tan buena para mentir.
— Distrae a Stefan. No quiere que sepa lo que hago.— insiste
— Soy aún peor para eso. Y tu lo sabes. El siempre me descubre.— le discuto
— Escondiste el suéter favorito de Jeremy un mes porque se comió tu cereal.— expone y bufeo — Mantuviste tu mentira hasta que mamá te obligó.
— Si, porque tenía un motivo. Quería hacerlo pagar por no respetar mis cosas.— me defiendo y noto que vamos al bosque
— Angie. Como hermana, ¿lo prometes o no? — inhalo hondo y se estaciona
— Tenías que usar nuestro código de hermanas.— ruedo los ojos y sonríe — De acuerdo. Lo prometo.
—Está bien.— apaga el auto
— ¿Por que no quieres que Stefan lo sepa? — me desabrocho el cinturón y ella abre la puerta
— Porque no le va a gustar nada lo que hago.— ambas nos bajamos y ella va a la cajuela
— Si, porque es una pésima idea.— la abre y veo una pequeña maleta — ¿Que tienes ahí?
— Carnada.— la toma y cierra la puerta — Espero sirva de algo.— frunzo el ceño
— ¿Carnada? — caminamos al bosque — ¿Sangre y eso? Porque yo le metería una estaca por la garganta.— se ríe
— Ya, deja de ser tan agresiva.— me freno al ver a Caroline
— Hola, chicas.— alza su mano saludando y frunzo el ceño
— ¿Qué haces aquí? — pregunto confundida
— Alguien tiene que abrir la tumba, y Elena me sobornó con el código de la amistad.— explica y volteo a ver a mi hermana, me sonríe
— Si, seguro.— refiero entre dientes — Conozco esa. Manipulación.— me cruzo de brazos
Al llegar a la tumba, comenzamos a bajar por el pequeño túnel. Era como estar de excursión por algún tesoro, sólo que aquí no había ningún tesoro y menos oro. Sólo una perra loca apunto de volverse momia y hacerle justicia al mundo.
— ¿Estás segura de que quieres hacerlo?— le cuestiona Caroline nerviosa
— Si. Ella es la única que sabe la verdad sobre Klaus...quien puede decirme como detenerlo.— aclara mientras veo alrededor
La última vez que estuve aquí, la abuela de Bonnie, mi abuela, perdió la vida. No lo olvido.
— Pero tú quieres la verdad de alguien qué tal vez jamás la ha dicho.— insisto y da un suspiro largo
— Tiene un punto.— apoya Caroline — ¿Estás segura sobre esto? — volteo a verla
— Si, no quiero sentarme a esperar. Tengo que saber, chicas.— deja en claro y la vemos no tan dispuestas — Por favor.— la rubia asiente y camina a la gran piedra en la pared
— No creo que sea una buena idea, pero aquí vamos.— me quejo y cruzo de brazos — Cuando alguien me escucha en realidad.
Caroline mueve la piedra para dar acceso a donde estaba Katherine, la pone por un lado y mi hermana se acerca
— ¿Katherine? — la nombra y me pongo aun lado de ella.
Todo se veía tan oscuro, incapaz de poder ver que hay dentro.
— Estaré bien desde aquí.— nos dice y le doy una mirada en desapruebo
— Elena, no se si...— me pauso al escuchar el sonido como si alguien se arrastrara.
Vemos a Katherine salir entre las sombras y ella llega hasta la orilla de la barrera.
— Hola, chicas.— nos saluda y una ira crece dentro de mi
La odiaba por lo que me hizo, la odiaba como a nadie en toda mi vida.
— Vaya karma.— me burlo y entrecierra sus ojos
Lucía demasiado demacrada, pálida y débil. Se veía que estaba sufriendo y yo lo disfrutaba demasiado.
— ¿Vinieron a ver cómo me seco? — sugiere y ladeo una sonrisa
— Sería como ir al cine. Sólo que no traje snacks y así no es divertido.— expreso con sarcasmo y resopla con fastidio
— Siempre de insoportable.— refiere molesta —Adiós, chicas.— me ve fijamente
— Y tu siempre tan patética.— añado con odio — Se te está haciendo costumbre, linda.— me fulmina con su mirada — Vas a pagar por lo que me hiciste.
— Has fila. Es larga.— ironiza — Ahora, adiós.
— Mientras yo esté de este lado de la puerta, ella no puede lastimarme.— explica Elena y no le quito la mirada de encima a Katherine — Por favor.— me da las llaves del auto
— Angelina, prometo no cenarla.— intento acercarme y Elena me frena
— Tranquila, yo me encargo.— Katherine juguetea con su mano despidiéndome — Por favor.— suspiro
— Le pones una mano encima, y yo meto una estaca por la garganta hasta que sientas lo que eres para mi.— amenazo y sonríe — Nos vemos luego. Cuídate.— le doy un abrazo y camino a la salida con Caroline
— No me gusta que esté ahí con ella. Estoy muy nerviosa desde que me enteré del tipo de nombre ridículo.— expongo mientras salimos de la tumba
— Es normal, es tu hermana.— opina y vamos por el bosque — Preocuparte es algo que no puedes controlar. Siempre quieres cuidar a los demás.
— Es una locura, Caroline. Una locura que mi hermana sea parte de un ritual extraño y la estén buscando vampiros viejos. Esto suena a la saga de crepúsculo.— exploto y mi respiración se agita
Sentía un pequeño cosquilleo en mis dedos, y una incomodidad en los pulmones. El cuerpo algo pesado.
— Oye, tranquila.— Caroline me frena — Tú corazón late como loco, tienes que cuidarte.— siento un dolor en el pecho
— Caroline...— toco mi tórax con incomodidad — Me falta el aire.— la luz lastima mi vista
— No, Angie.— me tambaleo — Angie, tranquila, te llevare al hospital.— me agarra del brazo sosteniéndome
De pronto todo se volvía oscuro y frío. Similar a la muerte. Es a lo que temo cada que esto pasa. Cerrar los ojos y no despertar.
— ¡Angie!
[ ... ]
— Vine tan pronto pude. ¿Como está? — pregunta mi tía Jenna entrando al consultorio de mi doctor
Me sentía como una niña pequeña cuando mi papá me recetaba medicamento y me regalaba una paleta de cereza. Esperaba mi paleta.
— Estable, le dimos su medicamento.— recalca y bajo la cabeza avergonzada
Siempre olvido tomar esas malditas pastillas. Se suponen que abren mis venas para que la sangre llegue a mi corazón, pero soy pésima para seguir horarios.
— Angelina Heather Gilbert.— me regaña Jenna y cierro mis ojos — Ya hablamos de esto. No puedes ser así de imprudente, tu salud está en juego.
— En mi defensa...— me pauso y me fulmina con la mirada —. No, no tengo nada.
— Angie, tienes que cuidarte más.— me pide mi tía Meredith — Si quieres un trasplante, tienes que estar viva para eso.— doy un suspiro hondo
— Me voy a esforzar más, lo prometo.— impongo sincera — No más errores.
— Tu nombre ha sido en la lista.— indica el doctor y volteo a verlo — Estas en espera. Aún no te ponen en prioridad, y puede ser prolongado. Por el momento, sólo no debes dejar de tomar tus medicamentos.— asiento — Tu corazón no bombea la sangre suficiente a tu cuerpo, por eso, las pastillas te ayudan. Si no las tomas, te vas a desmayar y le pones más carga al corazón.
Cuando lo dice así, suena muy serio. Debo poner más de mi parte. Un gran esfuerzo.
— Si, lo siento. No volverá a pasar.— confirmo y asiente
Después de charlar algunas cosas con el médico, ya estaba lista para irme. Al salir de la habitación, una sonrisa enternecida se formó en mi rostro.
Caroline, Theo, Isaac y Stefan estaban en la sala de espera. Charlaban y parecían llevarse bien, me hacía sentir muy querida.
— No tenían que venir.— opino y se levantan enseguida
— ¿Estás bien? ¿Que te dijeron? — me bombardean todos con preguntas
— Alto— hago una seña —. Estoy bien. Sólo no tomé mi medicamento. Mientras lo esté tomando y no me salté ninguna, no habrá recaídas.— explico y asienten
— Y yo me encargaré de eso.— demanda Caroline y ladeo una sonrisa
— Si, a ver si a ti te hace caso.— opina Jenna y va la recepción
— ¿Pero estarás bien? — insiste Isaac — No quiero que te mueras antes que yo— Caroline le da un golpecito —. Es cosa de nosotros, bromeamos.— sonrío
— Si, es un poco nuestra cosa.— chocamos puños
— Nunca los entenderé.— se queja Caroline
— ¿Aún quieres panqueques? — me pregunta Theo con una sonrisa cálida — Trabajo ahora en Grill, tengo descuento de empleado.— asiento
— Me encantaría.
— ¿Puedo unirme? — me pregunta Stefan — Me gustaría hablar contigo.— asiento — Sólo quiero hablar con Elena para ver qué esté bien. Últimamente con todo esto me preocupa.— veo de reojo a Caroline
— Ella está en casa.— solté nerviosa — Se sentía mal, quería descansar.— frunce el ceño
— Entonces debería ir a verla, no quiero que esté sola con esto...— toco su mano para darle calma
— Necesita espacio y yo necesito hablarte de algo importante.— impongo y nos vemos fijamente — ¿Por favor? No lo pediría si no fuera...— suena mi celular —importante.
Veo el nombre de Damon en el teléfono, me había enviado un mensaje.
"Iremos a buscar información de Klaus con Rose y la loca vampiro rubia, pensé que querrías saber ya que casi enloqueces."
— Angie.— me habla Stefan y alzo la cabeza — ¿Todo bien? — asiento y veo a Caroline
— Caroline tiene que decirte algo importante primero.— la sujeto del brazo acercándola
— ¿Qué? — refiere confundida — ¿Yo? — asiento y Stefan arruga sus cejas
— No, Angie, espera.— me voy alejando
— Prometo que iré más tarde, tengo algo que hacer antes. No tardo.— escucho que me vocean de fondo
Necesitaba respuestas del repentino villano de nuestra historia, y no puedo perderme esta oportunidad. Debo salvar a mi hermana y conocer a lo que me enfrento. Así podré destruirlo.
[ ... ]
Narrador omnisciente
— ¿Cómo encuentro a Klaus? — curiosea Damon con las vampiro
— No lo buscas, el te encuentra a ti.— confirma Kaela a secas — Creí que ya había quedado claro.
— Alguien debe conocer a alguien que sepa donde esta el.— insiste desesperado
— Añade otras 200 personas a esas y no estás ni cerca.— opina Rose y se sienta en el sillón
— Compláceme. Tú encontraste a Elijah. ¿Como lo hiciste? — le rubia desliza su mirada afilada a la castaña
Parecía que ambas pudieran leerse la mente, como una conexión psíquica que les dijera lo que tenían que decir y hacer. Pero sólo una de ellas parecía tener el control.
— A través de alguien muy bajo en la escalinata. Un tipo llamado Slater en Richmond.— explica sincera y el vampiro sonríe complacido
— Perfecto yo conduciré.— impone con ánimo y ambas vampiros niegan
— Yo no soy tu sirviente. No voy a donde tú me dices que vaya. Así no funciona.— se queja Kaela y tiene contacto visual con el vampiro
A él no le agradaba la actitud autoritaria que tenía la rubia, le era difícil poder manejarla. Le generaba un conflicto fascinante.
— Aparte, olvidas que no todos toleramos el sol.— añade Rose y Damon voltea a ver por el ventanal
— Entonces, tu conduces.— impone y Rose voltea a ver a la rubia — Kaela, sabes que también lo quieres. Esto nos guía a una ventaja para vencer al gran malvado, Klaus.— la rubia dio un pequeño mordisco en su labio inferior
Le entraba la duda de ponerse en riesgo a que la descubran, o que algo salga mal.
— No sólo iremos nosotros, si no la bruja insoportable, Angelina.— Damon va al mini bar
— Genial, como si no fuera suficiente una persona irritante al día. Empiezo a amar este pueblo.
[ ... ]
Angelina
Había llegado a la mansión Salvatore, donde me esperaban tres vampiros. No se porque razón me sentía como una brocheta humana en medio de esos tres, pero tal vez es porque lo era.
— La puntualidad no es tu fuerte.— se queja Damon mientras me acerco a la camioneta
— Y a ti pensar, pero aquí estamos.— sonríe fingido y me abre la puerta — Que caballeroso. Sigue así, y puedo creer que tienes modales.— me subo
— Vete al infierno.— cierra la puerta y sonrío burlona
— Hola, Angie.— doy un sobresalto al escuchar la voz seductora de Kaela
No niego que tiene una voz dulce, pero de alguna forma cautivadora. Era el signo de atracción.
— Debes ponerte una campana o algo.— ironizo y me pongo el cinturón — Eres sigilosa.— sonríe
— O tal vez es tu conciencia.— volteo a verla — Cualquier posibilidad.— tenemos contacto visual
— Bueno, aquí vamos.— pongo mi mirada al frente y veo a Damon de copiloto — Espero soportar este transcurso y no morir en el intento.
— No me disgustaría.— me burlo y veo a la ventana
Noto que extrañamente están blindados, como una camioneta que vende drogas. Me sentía una gangster, lo que jamás en mi vida.
Después de un largo y tedioso viaje, llegamos a donde se tenía planeado. Rose estacionaba su auto en un subterráneo, siendo todo muy privado.
Posteriormente nos bajamos e inspeccioné el lugar al sentir una vibra tétrica.
— Entrada oculta. Qué conveniente.— menciona Damon con sarcasmo, lanzando una mirada desconfiada a Rose.
— Tiene sentido. Rose no tiene anillo solar.— aclaro siendo obvia
— ¿Lo ves, Damon? Ella sí usa el cerebro. Deberías tomar notas.— añade Rose señalándome con una sonrisa
Me encojo de hombros con gracia, mientras Damon giraba la cabeza hacia Rose con una expresión cargada de fastidio.
— ¿Y cómo sabes que ese tal Slater está aquí? — curiosea Damon
— Lo llamé. Siempre está aquí.— aclara Rose
— Bien. Sólo algo más.— responde Damon bajando su voz a un tono sospechoso
En un instante, el la tenía acorralada contra la pared dándome un sobresalto.
El era igual de paranoico que yo, pero lo de él nunca tenía sentido. Sólo desconfía del mundo, hasta de su sombra.
Suelto un suspiro con fastidio, esperando de jun acto donde la chica le de una paliza, pero aún no llevaba esa buena parte.
Noto como Kaela se gira a verme con una expresión en su rostro con exasperación
— ¿Siempre es así de idiota? — ladeo una sonrisa con gracia
— De hecho, es mucho más idiota que esto.— refiero con fastidio
— Lo suponía.— alardes Kaela con una sonrisa fría
Damon, ignorando por completo sus comentarios, clavó sus ojos en Rose.
— Si nos estás tendiendo una trampa, te arrancaré el corazón y te lo meteré por la garganta. Créeme, soy muy bueno en eso.— amenaza
Rose lo observó durante unos segundos. Con un movimiento rápido, lo tomó por el cuello y lo apartó de un empujón, como si no fuera más que una molestia.
— Soy más vieja que tú y mucho más fuerte. No pruebes mi paciencia, Damon.— advierte con firmeza soltándolo.
Kaela dejó escapar una leve risa sarcástica y sonreí ante eso. Me comenzaba a agradar.
— ¿Terminamos con el teatro o vamos a seguir jugando a quién tiene más ego? — pregunta caminando hacia el interior del edificio.
Damon se ajusta la chaqueta lanzándole una última mirada a Rose, me acercó a él antes de que vaya tras ellas.
— No arruines esto. No es que me importe, pero ella te puede matar.— me ve fijamente — Quiero descubrir en que está metida mi hermana.— suspira
— Ambos estamos aquí por ella, ¿no? — inquire y asiento — Entonces, tenemos algo en común.
— Compórtate.— dejo en claro y le paso por un lado para unirnos a la excursión
Ambos entramos después de las chicas a una cafetería con enormes ventanales que dejaban pasar la luz del sol.
Damon y yo echamos un vistazo al lugar mientras el se quitaba la chaqueta y se sentaba con aire despreocupado.
— ¿Y la luz? — pregunta señalando los rayos que iluminaban el interior.
— Es vidrio polarizado. Los ultravioleta no pueden entrar.— aclaro mientras me siento frente a él—. Es un diseño inteligente.— Kaela suelta un suspiro y se sienta junto a mi
— ¿Ven el encanto ahora? — pregunta señalando con un gesto el lugar.
— Eso y el Wi-Fi gratis.— interrumpió una voz masculina.
Los tres gíranos la cabeza para ver de donde provenía el ruido y vimos a un joven acercarse. Su sonrisa parecía amigable.
Rose se levanta y se acerca para abrazarlo.
— Slater, ¿cómo estás?
— Bien. Te vi entrar, ¿qué te trae por aquí? —le responde cálido
— Es una larga historia. Pero quiero presentarte a...
— Damon Salvatore.— la interrumpe Slater, girando su atención hacia él —.Convertido en 1864 en Mystic Falls por Katherine Pierce, también conocida como Katerina Petrova.— expone y Damon frunce el ceño;
Noto que el sujeto desvía su mirada hacia mi y Kaela. Tratando de descifrarnos, estudiándonos.
— ¿Y ustedes...? — pregunta con curiosidad
Me mantengo con la postura seria, a diferencia de Kaela, que se inclinó ligeramente hacia adelante, para señalarle superioridad.
— Somos las que están aquí para asegurarse de que esto no termine siendo un desastre monumental.— respondo con una pequeña sonrisa para romper nuestro silencio
— Bueno, al menos una de nosotras puede ser diplomática. Aunque, francamente, no me importa si esto termina mal, siempre y cuando no sea yo quien limpie el desastre.— añade Kaela y Slater arquea una ceja.
— Interesante grupo. Rose, ¿de dónde sacaste a estas dos?
Lo interrumpo antes de que Rose pudiera responder, siendo muy directa y sin tacto.
— De un lugar donde las conversaciones inútiles no son tan bienvenidas. Ahora, ¿vas a ayudarnos o prefieres seguir con tu monólogo? — impongo y noto que Kaela me dedica una sonrisa de aprobación
— Que gentil.— ironiza y sonrío forzado
— Aprendes a soportarla.— le doy un golpecito en el brazo — No del todo.— meneo mi cabeza
— Es un placer conocerte.— Slater le ofrece a Damon su mano y el la estrecha viendo a Rose — Tal vez ¿Qué ocurre aquí Rose? ¿Dónde esta Trevor? — se queda un silencio incómodo
Yo no tenía idea de quién era Trevor, pero suponía que estaba muerto. Apenas conozco a Kaela y Rose. Las enigmas del grupo.
— Ah, sí, está muerto. Literalmente le arrancaron la cabeza.— menciona Kaela con una frialdad escalofriante
Slater se quedó congelado en su lugar, procesando lo que acababa de escuchar. La rubia no tuvo tacto o emoción en su voz; a veces se me hacía muy escalofriante.
— ¿Tienes algún lugar para conversar más tranquilamente? — agrega Kaela, arqueando una ceja con una calma perturbadora.
Slater, aún atónito, señaló una mesa cercana sin decir una palabra.
— Vengan, aquí podremos conversar.— sugiere y nos vamos a una mesa
Rose comenzó a darle un storytime de lo que sucedió ayer para ponerlo al tanto. Yo estaba contando pajaritos en mi mente, pensando en que momento podría comer algo.
— ¿Ustedes están seguro de que Elijah está muerto? — cuestiona incrédulo y bebo de mi café
Claro que iba a beberlo con harto chisme. Iba a necesitarlo.
— Más que muerto.— confirma Damon
— Trevor era un buen hombre. Me ayudó con mi tesis de desviaciones sexuales en el periodo barroco. Iba a hacer mi doctorado en psicología.— explica con nostalgia y bebe de su vaso
— Slater ha estado estudiando desde el 74.— agrega Rose y elevo mis cejas asombrada
— Vaya, y yo que creí que la inmortalidad hacía divertida a la gente.— ironiza Kaela y ladeo una sonrisa
— Cuando me hicieron. Tengo 18 títulos, tres maestrías y cuatro doctorados.— expresa con orgullo y doy un suspiro largo
— A mi no me gusta la escuela. Soy muy inteligente y eso, pero no es algo que llame mi atención.— agarro una galleta — Tengo otra ambición.— como
— ¿Y no has pensado en algo que te apasione? Tienes vibra de abogada.— sugiere y niego sacudiendo mis manos
— El sistema judicial es un asco en cualquier país, no haría la diferencia. Cuando me gradúe de la preparatoria, que a este ritmo sería un milagro, me gustaría ir a una escuela de música. Se que algunos lo ven tonto, pero...
— Si tú crees en ese sueño, lo demás no importa. Es mejor vivir haciendo algo que te de una razón, que hacerlo sin sentido.— aconseja y sonrío cautivada
Debería abrirse una cuenta de Instagram y ser influencer de coach de vida. Sería millonario.
— ¿Y el punto? — señala Damon hostil y se me baja la sonrisa
— Exacto. ¿Cuál es el punto? ¿Qué debería hacer con mi eternidad? Si tienes respuestas, por favor dímelas.— pide Slater con un tono irritante
— Necesitamos ayuda. Si alguien quisiera llegar a Klaus, ¿qué tendría que hacer? — interviene Rose para romper lo incómodo
— Craigslist.— sugiere y frunzo el ceño
— ¿En serio? — refiere Kaela incrédula y volteo a verla — ¿Ese es el artefacto mágico? Esperaba código morse o alguna cosa cifrada. Son viejos.
— Si, en serio, yo respondo un anuncio que se le envía a alguien que conoce a otro que conoce a Elijah. Qué esta muerto. Y ahí es donde termina mi colección.— explica y frunzo mis labios confundida
Sonaba como los blogs donde gente random publica todo tipos de cosas traumantes. Más en las páginas de multifandoms, te encuentras cada cosa.
— Entonces, todo esto se va al demonio.— suelto al aire — ¿Por que tanto enigma en su paradero? ¿A que le tendrá tanto miedo para esconderse? — divago bajando la cabeza
— Elijah podía estar por ahí durante el día. Es decir que Los Originales conocen el secreto de las sortijas para el día.— sugiere Damon y volteo a verlo — Bien, ¿por qué Klaus querría levantar la maldición del sol y la luna?
— Para que no lo hicieran los lobos.— alzo mis cejas — Si un vampiro rompe la maldición del sol los licántropos quedarán malditos por siempre y viceversa.— explica Slater
— Pero los licántropos están extintos.— añade Rose y Damon y yo cruzamos miradas incrédulas
Ambos sabíamos que teníamos a uno viviendo en nuestro pueblo, uno que conozco de toda la vida.
— Cierto, yo no he visto uno, pero el rumor existe.— incita y paso saliva
— No es rumor.— confirma Damon y Slater lo veo con asombro al igual que Rose
Parecía la revelación del año, y si, lo es. Digo, no en cualquier sitio hombres de vuelven bestias. No sólo metafóricamente, literalmente.
— ¿Mystic Falls? — deduce y asentimos — Dios, tengo que visitar ese lugar. Suena increíble.
— Y no has conocido a una bruja.— lo saludo — Somos más divertidas.— sonrío y bebo café
— Increíble es poco para describirlo.— alardea Slater con mucha emoción
— Demasiada adulación para mi gusto.— añade Kaela con fastidio — ¿Podemos seguir? — suspiro
— ¿Podemos evitar que se rompa la maldición? — planteo con interés
— ¿De que hablas? — cuestiona Slater confundido
— Si la piedra de luna fuera inservible, la maldición no se rompería.— propongo y me ven sorprendidos
— Bueno, si, probablemente, pero, ¿por que querrías hacer eso? — argumenta y deslizo mi mirada al Salvatore
— Dime cómo.— le ordena Damon
— ¿Crees que te diré cómo hacer algo que molestará a un Original y que evitará que yo salga al sol? — refiere incrédulo y hago una mueca
— Tiene un punto.— añade Kaela y la fulminamos con la miradas — Sólo decía.
— ¿Quieres salir al sol? Yo puedo ayudarte si tu me ayudas. Angie podría...— algo provoca que el cristal se rompa por completo cayéndonos todos los vidrios encima.
Gritos retumbaban por la habitación. Unos que me erizaban la piel; eran lamentos de agonía al ser quemados por los rayos ardientes del sol. Jamás había escuchado algo tan horrible en mi vida.
Estaba el suelo sintiendo como una cosa afilada perdonaba mi piel. Apenas sentía dolor, estaba en shock. Tenía un pedazo de vidrio enterrado en mi abdomen haciéndome sangrar.
— Damon...— lo nombro con la voz quebrada y ladeo la cabeza
Veo a Kaela cubrir a Rose con una chaqueta, la estaba cuidado. La ayudaba a salir.
Mi respiración se entrecortaba y sentía como perdía sangre a una rapidez impresionante. Mi cuerpo se sentía frío y por alguna razón, el dolor era poco persistente, como si se abstuviera.
— Aún no te puedes morir.— impone y comienzo a toser sangre — Mi hermano y tu hermana me harían la vida de cuadritos.— muerde su muñeca
— Vete al infierno.— suelto un quejido de dolor y pone su muñeca en mi boca
— Pero parece que tú primero.— succiono la sangre sintiendo alivio al instante — Vamos.— la quita y jala mi brazo para levantarme
Al hacerlo, sus brazos quedaron sobre mi cintura levantando un poco mi blusa de la parte inferior, en un segundo momentáneo estaba entre sus brazos como si fuera lo más casual.
— ¿Qué esperan? — interrumpe Kaela y me separo de él — Esto es una estampida, es mejor que vayamos a la camioneta, ahora.— asiento y voy hacia ella
Todos salimos corriendo por aquel edificio. Se encontraban tan desesperados por huir que era como ver el centro comercial en navidad. Era un verdadero y extraño caos.
Llevamos a la camioneta y Damon ayuda a Kaela a meter a Rose. Se miraba muy aturdida. Su cuerpo contaba con quemaduras alrededor.
No me imagino el dolor tan fuerte que debió de haber sentido. Literalmente fue quemarse en vida.
— ¿Estás bien? Tienes tú blusa cubierta de sangre.— pregunta Kaela y bajo la mirada a verme
— Si, no fue tan grave. Mala suerte.— alzo la mirada y asiente — ¿Y tu? — levanta la mano enseñando su anillo solar
— Uno de mis privilegios.— asiento y veo a Rose
— ¿Quien hizo eso? — interroga Damon mientras se acomoda en el asiento
— No lo sé. ¿Y Slater? — pregunta angustiada
— Lo perdí de vista. ¿Quien sabe? — refiere Damon sin interés
— El no lo hizo, el es un tipo bueno.— confirma Rose alterada
— ¿Entonces quién? — alego y menea su cabeza con los ojos húmedos
— Es Klaus. ¿No lo entiendes? — se le quiebra la voz — No conoces a ese hombre. Estamos muertos. Todos muertos.— ella comienza a llorar y la abrazo
— Damon, por favor, sólo vámonos.— pido y asiente abriendo la puerta del piloto
Me acomodo con Rose darle algo de tranquilidad porque estaba muy alterada. Podías sentir su miedo y paranoia con sólo tocarla.
Lo que había pasado fue un acto inesperado y atroz. Rose tenía todo derecho a enloquecer, hasta yo me siento consternada.
Casualmente vamos a investigar sobre Klaus: ¿y el vidrio se rompe a media conversación? No tiene mas que sentido que fue el o envió a alguien.
Sea lo que sea, indica una sola cosa. Qué debemos temerle. Y seríamos idiotas si no hacemos.
[ ... ]
Habíamos regresado al pueblo y estábamos en la casa de Damon. Yo me encontraba en la cocina terminando de hacerme un té para calmar mis nervios. No quería llegar a casa con la cara pálida.
— Dicen que el té es una fuente medicinal para calmar partes del cerebro sin causar somnolencia. Como las drogas.— llega Kaela y sirvo el agua caliente en la taza
— Y mi abuela siempre decía que el té ayuda en todo. Aunque soy más de café.— pongo el sobre
— ¿Qué crees que sucedió? — cuestiona y ladeo la cabeza levantó mi taza
— Que Klaus sabe que le pisamos los talones y quiere que lo sepamos.— le soplo — De otra manera, ¿por que montar un espectáculo? El quiere que tengamos miedo.— bebo
— Suenas convencida.— se sienta en la silla redonda de la barra
— Soy mujer de hechos. No es casualidad que fuimos a hablar de él, y de pronto un vidrio polarizado se reventó en un sitio de vampiros. ¿Quien más sabría de este lugar? — insinúo y alza sus cejas pensativa
— Eres diferente a las chicas de tu edad que he conocido. Ves todo el panorama y armas los esquemas en tu cabeza.— me señala y bebo más té — Tienes un buen sistema de intuición.— se levanta
— Me lo dicen a menudo.— pongo la taza en la mesa
— Damon no es para ti.— camina a la salida — Usa la cabeza y aléjate de él. Tipos como el solo atraen una sola cosa...
— ¿Qué es?
— Desgracias.— soltó sin tacto y salió de la cocina
Me era extraño que ella nos viera como símbolo de pareja, eso era denigrante para mi persona. No tenía idea de donde sacaba eso, pero esta muy equivocada.
La última persona con la que saldría en este planeta, sería con Damon. Me arrepentiría toda la vida. Ya no tomo malas decisiones.
Después de terminar con el té, me sentía más calmada. Tenía que regresar a casa y hablar con Theo, le debo una plática.
— Vaya día, ¿no? — me habla Damon y me freno cerca de la puerta
— Parece ser. No conseguimos nada, más que una perforación. Yo la quería en el ombligo.— sonríe y me veo la ropa
— ¿Crees que deberías ir así a tú casa? — suelto un suspiro largo
— Me arrepentiré de esto.— se cruza de brazos — ¿Me prestarías una playera? Es mejor pedirte a ti que a chicas desconocidas.— ladea una sonrisa
— ¿Angelina Gilbert pidiéndome algo? Debe ser el fin del mundo.— ruedo los ojos — ¿Estoy soñando?
— Olvídalo.— le paso por un lado y me frena tomándome del brazo
— Ven, te presto una. Pero me la regresas limpia o nueva. No quiero tu aroma.— exige y caminamos a su habitación
— Yo espero afuera.— señalo mi posición en la puerta
— Angie, serías la última persona en el mundo con la que me acostaría.— se burla entrando a su cuarto
— ¿Y eso que? No soy como las otras chicas que se mueren por un poco de tu atención.— dejo en claro y escucho su risa — Ni te me haces tan guapo, la verdad.— se me acerca con una playera en la mano
— Mientes.— tenemos contacto visual, y la agarro de su mano — Se que soy atractivo.— sonrío con burla
— Decirlo te hace patético.— refiero con burla y suspira — Pero ya lo eres.
— Me hace narcisista y confiado.— alardea y suspiro — Se lo que soy.
— Adiós, Damon.— me voy alejando con la ropa en mano
Salgo de la casa y me visto en el auto. La playera tenía su fuerte aroma, algo fresco y profundas, su perfume era agradable, y me hacía muy presente que era de él. Era extraño.
Conduzco a casa y veo a mi hermana discutir con Stefan, decido acercarme.
— ¿Todo bien? — mi hermana voltea a verme con sus ojos húmedos — ¿Qué pasa? — volteo a ver a Stefan y el menea su cabeza
— No soy yo sólo yo la que está en peligro.— expone y arrugo mis cejas — Son...Son Caroline, Tyler, Bonnie y tú.— se le rompe la voz — Todos son parte de romper la maldición. No puedo culpar a nadie más.— me acerco a ella y noto el dolor en su mirada — Todos los que amo están en peligro por mi. Todo es mi culpa y yo...— rompe en llanto y la rodeo con mis brazos
Simplemente estalló y yo sabía que en algún punto lo haría. Que todo lo que sentía lo estaba reteniendo y me dolía tanto su sufrimiento. Mi hermana no lo merece, y me duele no poder ayudarla.
Pero haré todo lo posible por salvarla y que nadie haga ese sacrificio en mi pueblo. Este es mi hogar y voy a defenderlo hasta mi muerte.
[ ... ]
Elena se quedó con Stefan en el portico y yo entré a la casa para darles espacio. Tenía tanta información en la cabeza que podía sentir que me zumbaba.
— Angelina, ¿dónde estabas? — me pregunta Jenna mientras subo las escaleras
— Haciendo unas cosas con Bonnie.— tartamudeo mintiendo
Me examina con la mirada, notaba que llevaba una playera de hombre. Podía ver como se molestaba.
— ¿Por que me mientes? — doy un suspiro hondo
— ¿Puedo ir sólo a la cama? Tuve un pésimo día y sólo quiero dormir.— señalo a mi habitación
— Y yo quiero confiar en ti, Angie.— arrugo mis cejas — No tomas tus medicamentos, mientes sobre dónde estás, ocultas cosas. ¿Te drogas de nuevo? — alzo mis cejas
— ¿Qué? — solté sin aliento — ¿Por que dices eso? — sus ojos se cristalizan
— Porque me preocupo por ti.— siento el nudo en mi garganta — Y mírate. Llegas con ropa de otro hombre, mientes...— me apunta — ¿Qué se supone que debo creer? — se rompe su voz
— En mi. Deberías creer en mi.— subo a mi habitación casi huyendo
— ¡Angie! ¡Angelina!
Entro a mi habitación azotando la puerta con coraje.
Entiendo porque desconfía de mi, pero trato de dar lo mejor de mi, me esfuerzo. Se que le debo mentir porque no puede saber lo que pasa en realidad, pero me duele que crea lo peor de mi. Es algo que no puedo evitar sentir.
Trato de ignorar todo y ponerme la pijama. Sólo quería olvidar el horrible día que tuve. Mañana aún tengo que lidiar con lo de Elena y Klaus.
Escucho que tocan la puerta y doy un suspiro con fastidio. No tenía ganas de ver a nadie.
— Puedes pasar.— termino de bajarme la blusa y entra Theo
— Parece que me evitas.— sugiere y meneo mi cabeza sentándome en la cama
— Últimamente todo lo que hago es meterme en problemas o descubrir cosas que no quiero. No he tenido ni un momento libre.— me llevo las manos a la cabeza
— Entonces, no te gustará lo que tengo que decirte. Algo que descubrí.— bajo mis manos y lo veo con atención
— ¿Qué sucede? — inhala hondo y me da algo que llevaba en las manos
Una clase de fotografía vieja doblada a la mitad.
— Conocí a Bonnie Bennett y el apellido me sonó por completo. No sabía que tan familiar sería todo y quise investigar.— explica y arrugo mis cejas
— Son dos bebés con una mujer, ¿eres tú y quien más? — interrogo y bajo la foto
— Somos tú y yo.— expone y lo veo perpleja — Somos mellizos, Angie. Rosalie es mi madre.— se me va el aliento — Somos todo lo que queda.
No me jodas.
NOTA;
Recuerda que tiene colaboración con astromithv El fic de llama "wildflame" y ahí van detalles que aquí no. Cosas interesantes que serán canon en el fic. Para que no olviden darle una leída y agregarlo a su biblioteca. Lqm, su escritora, Jo
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