Danielle pensaba que se demorarían en llegar a la casa de la amiga de Haerin, pero en realidad sólo fueron algunas cuadras. Lo único que sabía era que se quedarían toda la noche hasta el día siguiente allí, más no sabría para que necesitaba su “ayuda”.

— Haerinie ~ — saludó Hyein al abrir la puerta y ver a su amiga a la cual recibió con una abrazo — Oh, tu debes ser Danielle, un gusto. — se dirigió hacía la mayor.

— Lo mismo digo.

— Bueno, pasen, pasen. — Hyein se hizo a un lado para que ambas ingresarán a su casa.

Lo primero que pudo ver y distinguir bien Danielle fueron niños.

¿Niños? ¿Necesitaban su ayuda para cuidar niños? Danielle no era buena para eso, bueno, no mucho.

Se quedó mirando al par de amigas reír y hablar con diversión, al parecer ya se tenían confianza. Genial, serían como ella y Hanni.

Haerin se acercó a Danielle al verla alejada de ambas y muy cerca de los niños que parecían querer usarla como arma.

— Unnie, ¿qué haces tan alejada? — preguntó Haerin pero Danielle seguía viendo a Hyein — ¿Qué pasa?

— Mm, se ve pasiva. Está bien, no me preocupo. — miró a Haerin esta vez.

— ¿Qué dices? No digas eso frente a ella, aún es una bebé y muy inocente, no puedo decir lo mismo que mí. — murmuró.

— Vaya.. Tu mirada tímida oculta muchas cosas. — se burló.

— Ya~

— Aunque siendo sincera, no parece una bebé como dices.

— Ay por favor.. Hyein a penas salió del jardín de niños.

— ¿De verás? — Haerin asintió — ¡Hyein! — habló llamando la atención de la más pequeña de las tres.

— ¿Qué haces? — murmuró Haerin haciendo que Danielle la mirara de reojo.

— ¿Cuántos años tienes?

— Uh, quince. — sonrió.

— ¿Así? Bueno.. — Haerin trató de taparle la boca a Danielle pero no pudo — Tu amiga me dice que tienes la tercia parte de eso.

Hyein rió. — Sí, suele hacer eso. La bebé en realidad es ella. — molestó haciendo que Haerin la mirara.

— Lee Hyein, no ayudas.

— Opino lo mismo. —habló Danielle. — Pero de preferencia mi bebé, ¿está bien? — la menor rió y asintió.

— Deja de decir esas cosas, hay niños aquí. — dijo Haerin.

— Oigan..— llamó una pequeña niña junto a su hermano. — ¿Es tu bebé? Pero parece muy grande.

— ¿Lo ves? Soy grande, no puedo ser tu bebé. — se puso de lado de la niña.

Danielle rió. — Verás pequeña, ella es mi novia y por eso la llamo así. — explicó con una sonrisa.

— No le digas eso — le pegó suavemente a Danielle en la cabeza.

— ¿Novia? ¿Y por qué?

— Pues... — Danielle pensó un momento — ¿Por qué es mi novia? — dijo obvia.

— Pero ambas son chicas. — dijo confundida la niña.

— Ya ves lo que hiciste. — y otro golpe por parte de Haerin.

— Verás somos.. Una pareja especial. — la niña ladeó la cabeza — Somos hadas.

Haerin golpeó un poco más fuerte a Danielle mientras la niña solo se emocionaba ante lo que dijo.

— Auch, ese si dolió.

— ¿Por qué le dices esas cosas? — regañó Haerin.

— Haeee — fue Hyein junto a ella — ¡Qué buena idea traer a Danielle! Me dió una idea para el cuento de hoy. — sonrió ampliamente.

Todos los niños presentes gritaron emocionados.

— Bueno, iremos a lavarnos las manos para cenar y luego ir a la cama. — anunció Hyein.

— Vaya, soy una buena influencia. — chocó los cinco con la menor antes de que esta se fuera con los niños.

— Me siento traicionada.. — habló con un puchero Haerin. — Me estás robando a mi amiga. — se quejó.

— ¿De verdad crees eso?

— No... — Haerin pensó un momento — ¡Hyein me estás robando a mi novia, mala amiga! — puchereo.

— ¡Claro que no! —gritó desde lejos.

Danielle simplemente rió.

— Tú eres mi Dani — abrazó a su novia.

— Y tú mi Haetty. — le dió un beso en la frente.

Haerin se separó del abrazo y se cruzó de brazos.

— Ese apodo me cae mal, ya no quiero, iré a ayudar a Hyein con los niños mejor.

Hyein se había dormido junto con los niños. Haerin no podía dormir y se fue a la sala donde Danielle se encontraba dormida en el sofá, había insistido en que ella dormiría allí para que los demás pudieran dormir cómodamente en la gran cama.

Haerin se acercó a Danielle y le sonrió, acarició su cabello como si fuese una niña pequeña que esta llevando a dormir.

— Te pareces a un gato con esa pijama. — habló de repente Danielle haciendo que Haerin sobresaltara un poco en su lugar.

— Me asustaste. — murmuró.

— No era mi intención. — abrió por completo los ojos, se sentó en el sofá y encendió la lámpara cerca a ella. — ¿No puedes dormir?

— No.. Quería ver si caminando un poco de daba sueño pero me da miedo cuando todo está oscuro. — confesó Haerin juntando los labios alineados.

— Entiendo, ¿quieres estar aquí un momento? — la de ojos gatunos asintió.

— Pero... Es un espacio muy pequeño. — dijo nerviosa.

— Oh, si quieres podemos estar sentadas. — le hizo un espacio a Haerin. — ¿Sigues usando lentes de contacto?

— Uh, sí. Pensé que me vería mejor así.

— Extraño cuando usabas lentes.

— Me veía como una nerd.

— Una nerd muy linda.

— Yah~, dices eso sólo para conquistarme más.

— ¿Y eso es malo? — preguntó acercándose a Haerin para abrazarla.

— Mm depende de tus intenciones.

— Sí tienes una mente sucia. — murmuró.

— ¿Qué? — preguntó mirando a la mayor — Yo no estaba pensando en eso Dani, ¿sabes qué? Mejor me voy. — dijo, más no hizo ningún movimiento para irse.

— Era bromita Hae, eres una bebé. — habló con una voz tierna.

— No soy ~ — puchereo.

— Sí, un gatito bebé.

— Mira que te estoy dejando que me pongas apodos raros.

— No lo son. Yo sé que en el fondo te gustan, admitelo.

— Mm

— Admitelo, admitelo. — insistió Marsh.

— Está bien, si me gusta. Excepto el de Haetty.

— Bueno, pronto haré que te guste.