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9 ✗ La pequeña caja de secretos

»Mantengo mis secretos, aun cuando se trata de ti«

°°°


Dos años después.

La noche cuanto Bruce por fin dejó de ser virgen, fue a manos de James. Sucedió un año después de que Jerome muriera. Bruce decidió que era tiempo y estuvo feliz de que fuera James, o al menos eso le dijo al mayor cuando estaban en su habitación.

-Ah, J...ames- suspiró cuando Jim tomó sus caderas y besó su cuello. Su piel ardía y ansiaba el momento. Echó su cabeza hacia atrás cuando entró por completo, lento y pausado. Gimió de gusto y envolvió sus brazos en lo ancho de la espalda de su amante.

-Bruce -el nombrado abrió sus ojos cuando los pequeños movimientos empezaron. Solo fue un segundo, pero vio claramente una cabellera rojiza.
Los dulces movimientos lo trajeron de regreso y disfrutó el momento.

Jim lo besó delicadamente y Bruce solo gimió suavemente. Sintió sus dedos recorrer cada centímetro de su piel, suspirado en su mente otro nombre. Los besos fueron delicados, tanto que extrañó esa gota de adrenalina, perteneciente a aquella noche. James fue gentil y tan romántico, tal y como pudo haber imaginado alguna vez, pero faltó alto. Jamás lo mencionó, a nadie. Ambos explotaron en un mar de sentimientos y emociones prohibidas.

•••

Después de que Bruce se entregara por completo a James, todo fue cuesta arriba. James amaba demasiado a Bruce para dejarlo ir, Bruce no tenía pensando pasar el tiempo con nadie más, a excepción de una persona, pero él ya no estaba. Entonces James pensó en esa loca idea durante todo un año. Para cuando Bruce cumplió los veinte años, James le preparó la más grande sorpresa de su vida.

Ambos estaban en el jardín de los Wayne. James tuvo ayuda de Alfred en cuando la cena y la decoración del lugar. Era una pequeña mesa con copas de vino, todo con la luz de la luna como testigo. James estaba nervioso, jamás pensó en hacer algo como esto, aun cuando habían discutido el que James se mudara a la mansión. Bruce llegó, tan radiante como siempre.

-Jim -Bruce lo besó suavemente y se sentaron a comer. Él acababa de llegar de una importante junta en las empresas Wayne, y no sabía sobre que se trataba toda la sorpresa.

-Bruce -Jim trató de sonreír pero parecía forzado. Bruce supo que algo pasaba con solo esa leve mueca.

Comenzaron a comer, pero Bruce seguía viendo levemente a Jim con interrogación. Jim pareció consternado durante toda la cena y Bruce no lo soporto más.

-Bien. Estuvo muy buena la cena pero necesito que me digas sobre que se trata. Has hecho esa misma cara durante toda la noche, y sé que te encanta como cocina Alfred -Bruce alzó una ceja y se inclinó para ver mejor a su novio.

-Si, tienes razón-Jim pareció asustado por un momento, pero se repuso rápidamente aclarando su garganta.-Esto...esto es una especie de entrada a lo que he querido hacer toda la noche.-su expresión se convirtió en una seria y Bruce adoptó la misma-No soy un hombre de sentimientos abiertos, pero puedo expresar a los cuatro vientos cuanto te amo...y cuando no deseo desperdiciar mi tiempo con alguien más...

-¿A qué te refieres?

-...Quiero que te cases conmigo, Bruce. Quiero amanecer a tu lado por el resto de mi vida. Que no te vayas de la mía, ahora sin ningún obstaculo-

Bruce abrió la boca y la cerró. Las palabras de James se repetían en su mente. Repasó cada una, tratando de descubrir algo, que no sabía encontrar. Su boca hizo una mueca al escuchar "ahora sin ningún obstaculo", pero sonrió enternecido al saber que James quería estar solo con él. Para el final de los tiempos.

Alzó su vista a James, quien parecía morir lentamente. Bruce sonrió y soltó una pequeña y tierna risa.

-Si. Acepto casarme contigo, y pasar cada día de vida por igual.

James solo necesitó eso para lanzarse a besarlo. Ambos pasaron la noche en otro tipo de celebración, y en la mañana Jim dio las buenas nuevas a Alfred. Todo parecía estar bien ahora...o eso querían creer.

•••

-Pensé que le gustaría este presente por su reciente compromiso.-Alfred habló y Bruce posó su vista en el enorme vehículo de color negro ubicado en el gran lugar.

Cuando Bruce cumplió dieciocho, encontró por accidente una puerta secreta en el despacho de su padre. La puerta contenía unas escaleras para bajar a un cuartel secreto. Todo debajo de la mansión. Lo primero que Bruce vio, fueron miles de murciélagos salir y asustarle. Después de ese momento, siguió vagando y así encontró una computadora. Tenía clave, pero por alguna razón pudo saber cual era.
Fue emocionante, espeluznante, y tranquilizador, saber que esa computadora fue de su padre. En ella encontró todos los sucios secretos de Wayne Enterprise, y asi todo Gotham. Bruce no sabia que hacer después de eso, así como a quien contarle lo que acababa de descubrir. Pasó un mes sin contarlo a nadie, y cuando pensaba hacerlo, Alfred lo descubrió. Le hizo prometer que no le contaría a nadie, ni a James. Bruce tenía muchas razones para no contarle a James. Sabía que él tendría esa loca idea que estaba sintiendo. James seguro tomaría todo y haría lo correcto, pero Bruce tomó la idea primero. Así que Bruce ideó su plan, se preparó bien y mantuvo su otra identidad.

Ahora Bruce estaba comprometido con el-recién nombrado-comisionado de Gotham, aun manteniendo muchos secretos. Sobre todo uno muy importante. Él era ese nuevo vigilante, aquel que seguiría su pista día y noche.

-Wow, Alfred, eso es...en realidad no sé que decir-Y Bruce en realidad no sabía. Es hermoso, pero muy despampanante.-Supongo que, ¿gracias?-

-Oh, de nada. Esto le servirá mucho en su otro oficio. Si va a hacer algo tan descabellado como ser un vigilante y mentirle eso a su futuro esposo, al menos debe hacerlo con estilo y seguridad.

-En serio, gracias por todo, Alfred -suspiró y se acercó, dejando la computadora de lado.-Sé que no te gusta que le mienta a Jim, pero sabes como yo, que él haría lo mismo, y hasta peor, pondrá su vida en un riesgo mayor. Al menos así sabre que estará bien.-Alfred hizo una mueca desaprobatoria y Bruce suspiró -Ya sé que igual me estoy poniendo en peligro, pero nadie sabe la identidad de este vigilante. Además, todo lo que pasó con Jerome me hace sentir que les debo algo. Como si en lo que se convirtió fuera mi culpa...

-Lo que pasó...

-No fue mi culpa, pero así lo siento.-lo interrumpió con una mueca triste. Siempre que pensaba en Jerome era muy doloroso.-Solo haciendo esto siento que contribuyo en algo a esta deuda -

Alfred lo miró detalladamente durante uno segundos, después suspiro y asintió. Él no podía hacer nada ante los oscuros pensamientos de su joven pupilo. Bruce tenía que descubrir su camino por él solo.

•••

Era una oscura noche, perfecta para él. Jim estaba aun en la estación con un caso, según él llegaría tarde y Bruce solo necesitaba un momento. Observaba todo con calma, buscando donde empezar. Había estado investigando durante mucho, lo que parecía de mayor importancia para él. Primero debía empezar por su empresa, y de ahí a toda la ciudad. Empezó a buscar con Wayne Enterprise, así descubriria porque fueron asesinados sus padres.
Las pistas lo estaban llevando a Arkham, donde había un enorme proyecto de ciencia que su empresa financiaba. Proyecto del cual Bruce no tenía idea.

Entró por la ventilación, violando antes la seguridad de la entrada. Llegó al lugar donde estaba el encargado. Hugo Strange. Miró en silencio como hablaba con una enfermera. Escuchó algo de un suero, de como pensaban usarlo. Bruce memorizó todo y salió de ahí, o al menos eso intento cuando cayó por una ventila vieja.

El sonido del estruendo trajo mala suerte para Bruce. Los enfermeros del lugar empezaron a perseguirlo con armas y calmantes en inyecciones. Bruce tenía todo un traje a prueba de balas, y una pasamontallas, pero aun asi podían atráparlo y hacerle muchas cosas malas.

Bruce corrió y esquivo golpes. Dio pelea a quienes querían hacerle daño, pero jamás lastimaba más de lo necesario. Eso era algo muy importante para él. Jamás matar.
Logró salir por apenas poco, pero su vista fue registrada por las cámaras del lugar y Hugo supo de su existencia.

-¿Que debemos hacer, señor?-preguntó su ayudante viendo el video del desconocido salir del lugar.

-Debemos poner en marcha el plan. Usaremos la formula de Fries y lo traeremos a la vida

-Pero aun no se ha puesto a prueba. Traerlo a la vida y dejarlo salir puede ser peligroso, considerando que no es una persona estable.

-Esa es la mejor parte, señorita Peabody.

•••

-¿En dónde estabas? Alfred tampoco sabía. Entonces fui a la empresa y me dijeron que no estabas ahi, en realidad no has estado en varios días -Jim se plantó asustado y enojado cuando Bruce apareció ya en la mansión.

-Eh, yo...he estado ocupado con otros asuntos

-¿Otros asuntos? ¿Cómo qué? ¿Qué puede se muy importante que tengas que mentirme, que ni Alfred puede saber?-Jim alzó una ceja y se cruzó de brazos.

Bruce se alzó en defensa y mostró una cara de seriedad, aun cuando por dentro tenía miedo. Miedo de que Jim descubriera la verdad, que se fuera y perdiera todo lo que aun tenía. Jim era la única opción que quedaba, y si a él lo perdía igual, no sabría como seguir.

-No te he mentido. No has preguntado si he estado en la empresa, y si, no he ido en dos días. Estaba ocupado con algo más, algo sobre la boda-

James bajó los brazos y suspiró en vergüenza. Bruce no sería capaz, no él.

-Lo siento.

Bruce sonrió levemente y lo besó con ternura. Ambos se acostaron, olvidando un secreto más. Solo uno más.

Esa noche, cuando Bruce durmió entre sus brazos, el mayor lo observó con miedo y anhelo. Jim recordaba perfectamente las marcas en el cuello de su novio la noche en que mató a Jerome. Jim sabía demasiado. Tanto que deseaba negar.

•••

-Supe que te casaras con el comisionado Gordon. Felicidades, supongo -Selina apareció en el techo donde estaba escondido. A ella la había encontrado cuando estaba en modo vigilante. Ella lo reconoció y tuvo que hacer que guardara el secreto. Ahora le ayudaba cuando lo necesitaba, a cambio de dinero claro.

-Que rápido corren las nuevas noticias

-Esto en Gotham, niño -rió y él sonrió. -Pero en serio espero que tengas una buena vida de matrimonio, no todos funcionan.-

Bruce sintió un poco de pena por ella. Selina no conocía mucho del amor, menos de alguna pareja. Bruce pensó en que era linda y probablemente pudo haber tenido algo con ella, pero amaba a Jim. Él se repetían aquello a diario.

-Gracias.

Ambos sonrieron y siguieron con el trabajo. Aun debía saber más de Arkham, y ayudar un poco en pequeñas tareas. Como ese robo que iban a evitar.

•••

-¿Hay algo nuevo, Hardy? -Jim llegó a la patrulla con un paquete de donas y café para empezar el día. El día de vigilancia nocturna.

Ya habían pasado días desde que habían hecho publico su compromiso y ahora toda la ciudad sabía que el joven millonario Bruce Wayne contraeria matrimonio con el nuevo comisionado, James Gordon.

-¿Además del hecho que te vas a casar? Si-comentó en broma y Jim rodó los ojos.-Aun no entiendo como no viven juntos de una vez. Digo, duermes ahí, comes ahi, ¿qué mas necesitas?-

-En realidad, hablamos esta mañana. Me mudaré el fin de semana, asi que ve haciendo espacio en tu agenda porque me ayudarás. Además veremos lo de la boda, ahora con más control estado juntos-

-Uhg, eres todo un costal de amor y buenas intenciones. Me das asco.

Dejaron de bromear y siguieron patrullando. Aun cuando Jim fuera comisionado, quería seguí haciendo el labor que debían hacer todos. Vigilar y proteger.

Comían tranquilos, hasta que escucharon sonidos de pelea y gritos. Ambos corrieron con sus armas en manos. Bajaron el arma cuando vieron el cuerpo del ladron en el piso, a la mujer temblado y una sombra negra subir por el edificio. Solo basto un momento para que Jim viera a un sujeto enmascarado escapar, después de haber ayudado a esa mujer.

•••

Bruce corrió con la adrenalina bombeado en sus sistema. Se quitó la mascara y trató de respirar. Selina estaba callada a su lado, mientras tenía su pequeño ataque.

James lo había visto.

Llevaba su mascara y traje, pero lo vio. No vio que era Bruce, pero supo que había alguien desconocido por la ciudad, tratando de hacer el bien.

-Bruce, tranquilo. No sabrá que eres tu, tienes que tranquilizarte-

Bruce suspiró y asintió. Se despidió de Selina, prometiendo que se verían luego, y corrió a la mansión. Llegó y guardo todo. Se bañó y preparó para dormir. Esperaba que Jim entrara por esa puerta y lo acusara de mentirle, que cancelara la boda y se fuera. Pero no sucedió. Jim no apareció hasta la siguiente mañana, cuando amaneció entre sus brazos. Bruce suspiró de gusto y se quedó entre ellos. Se quedó ahi, aun cuando sabía que no era real.

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