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capítulo 2

Era un maldito irlandés. Irlandés. Y ruidoso. Temerario, entusiasta, más rico que los siete mares y muy, muy irlandés.

¿Es que ese pequeño acento nunca iba a volverse viejo? Probablemente. Porque Louis no era más que un amargado crítico y el volumen de esa bola de energía de mejillas rosadas era horroroso, psicópata.

"Soy Niall, Niall Horan" su voz retumbó de inmediato en la entrada, levantando una mano para estrechar fuertemente la de Louis. Enjambres de hombres entraron al piso, cargando maleta tras maleta tras cajas cuidadosamente embaladas. Porque, al parecer, el nuevo compañero de piso había traído toda una casa con él "Encantado de conocerte, amigo. Supongo que vamos a vernos un poco de aquí en adelante" continuó sin problemas con un tono que Louis sólo podía describir como alegre, para su horror. En el rostro del muchacho se encontraba plasmada una sonrisa permanente, aparentemente todo el tiempo al borde de la risa, y tenía una aureola de cabellos dorados. El brillo de sus ojos celestes era adorable, igualando perfectamente a su entusiasmo.

Pero a Louis no le importaba porque él ya había decidido que odiaba a esta abrumadoramente ruidosa persona que había destruido completamente el tiempo de Louis, pisando sus alas. Mucho.

Por no hablar de su estilo, que era atroz. Prácticamente tenía un ejército de sirvientes y sin embargo, ¿optaba por llevar una camiseta de Las Tortugas Ninjas? Nada chocaba más con Guilty de Gucci.

"Bueno. No necesariamente" Louis respondió sin formalidades, retirando su mano casi inmediatamente después del contacto, cruzando sus brazos. Se quedó erguido, manteniéndole la mirada. Louis era muy bueno manteniendo la mirada.

Niall (que es un nombre feo, había decidido Louis) inclinó la cabeza perplejo, sus ojos libres de cualquier ofensa y sus manos apoyadas en las caderas en dominante casualidad.

"¿Qué quieres decir?"

Louis resopló despreocupadamente, deslizándose lejos.

"No importa. Voy a dejar que deshagas las maletas mientras busco algo de comer" sacó su cartera y es justo en ese momento, cuando una mano pastosa se asentó en su brazo.

Espléndido.

"¿Puedo ayudarte?" Louis, sin molestarse siquiera en filtrar su disgusto, dirigió una mirada mordaz a los cálidos ojos azules ante él.

Pero Niall, aparentemente sin darse cuenta de cómo interpretar señales de comportamiento, simplemente sonrió y respondió.

"Mi asistente va a deshacer las maletas" ¿asistente? "Así que voy contigo. Yo invito"

Louis cruzó sus brazos una vez más.

"Eso es realmente dulce de tu parte, cariño. Pero puedo pagar por mí mismo, gracias"

"¡Por supuesto que sí! Pero eso no cambia que yo lo esté ofreciendo. Vamos, creo que el chófer aún se encuentra afuera. Gracias, amigos" el muchacho añadió, deslizando casualmente dinero en las manos de los hombres que llevaban las últimas pertenencias de Niall.

¿El chófer aún está fuera? Louis definitivamente no va a ser capaz de manejar este mundo.

"Por mucho que me guste un buen chófer, prefiero caminar. Así que-

"¡Excelente! Necesito un poco de aire fresco después de estar atrapado en ese maldito coche todo el día. No puedo soportar estar sentado tanto tiempo. Es jodidamente aburrido"

Y antes de que Louis logrará entender lo que estaba pasando, estaba siendo acompañado por la calle y aturdido por una vivaz y abrumadoramente entusiasmada charla ¿existe tal cosa? Louis habría dicho que no hace cinco minutos.

No. Louis definitivamente no iba a ser capaz de manejar esto, en absoluto.

Niall Horan no dejó de hablar durante dos días.

Su voz atravesaba todo el piso, llenando cada espacio y estableciéndose en las maderas del suelo, y Louis no podía recordar cómo se sentía la soledad porque, ¿qué es estar solo cuando existe Niall Horan?

Apenas tenía tiempo para cepillarse los dientes en silencio, siempre encontrándose contestando alguna ridícula pregunta formulada desde la otra habitación o, peor aún, encontrándose cantando junto a cualquier cancioncilla que Niall estuviera componiendo en el piano o la guitarra. Porque ahora la vida de Louis se basaba en un rubio irlandés impetuoso, en pantalones de chándal caros y jerséis de muy buen gusto, sudando dinero por cada uno de sus poros mientras le cantaba serenatas a Louis y le dejaba whisky por la mañana, y hierba a la noche. Y aunque no era su amigo (pues no, porque Louis nunca podría llegar a ser amigo de un sobre privilegiado engranaje de la máquina), estaba dispuesto a apostar por la posibilidad de que sabía todo lo que había que saber acerca de ese por lo general borracho, a veces drogado, sonriente rayito de sol, que tocaba música clásica en el piano al amanecer y, torpemente, punteaba solos de guitarra en las horas más oscuras de la noche con elegantes artefactos electrónicos rodeándolo, consumiendo montones de comida a cada paso.

Ese primer almuerzo había sido una buena experiencia de aprendizaje.

Sólo habían estado allí durante unos ligeros veinticinco minutos, (Niall había insistido en ir a ese elegante bar de moda, donde te servían el agua en copa, las servilletas era suaves y te ofrecían tontas sonrisas cuando Louis sólo quería algunas patatas fritas, ¿tal vez un poco de pollo?) y Louis ya sabía dónde había nacido Niall, cuál era el oficio de su padre, un gran productor musical, cosa que Louis encontraba a regañadientes intrigante, la razón por la cual sus padres se divorciaron, e incluso cuándo y cómo surgió la decisión de asistir a una universidad aquí en lugar de en Irlanda, cuáles son sus cuatro quesos favoritos (cheddar, brie, gouda, y camembert) y su marca favorita de whisky (Macallan).

También le ofreció un puro a Louis tres veces porque, al parecer, era un viejo de cuarenta y cinco años.

Ahora, Louis nunca había sido una persona tranquila. Nunca había sido de esos que se sientan en la parte de atrás y sólo observan, pero por más que fuera muy escandaloso quedaba absolutamente opacado por Niall, que, seguramente, podría hacerse amigo hasta de un palo de escoba.

Era horrible, era molesto, y era extrañamente fascinante. Una clase de "puedes parar ahora" fascinante.

El resto de la tarde, dos de cada tres palabras pronunciadas por Niall fueron mierda o imbécil, un flujo constante de bebidas y una historia tras otra de situaciones aparentemente exageradas, que Niall lograba minimizar a su improvisada y liberal manera de relatarlas; continuamente tanteando entre revisar el menú, rebotar su pierna mientras escuchaba las respuestas de Louis, tamborilear los dedos sobre sus muslos, y reírse de, bueno, básicamente todo.

A carcajadas.

Carcajadas que pasaban a través de los decantadores de cristal y se arremolinaban en el licor, haciendo todo más brillante y, sólo, más.

Era jodidamente agotador.

"Pero ¿qué más puedes esperar cuando asistes a una entrega de premios, sabes? Un puñado de peces gordos observando cada movimiento que haces y susurrando su mierda a los grandes. Te lo digo en este momento" continuó, sacando el puro de su boca mientras se inclinaba hacia adelante, sucios mechones rubios pegados a la ligera capa de sudor en su clara frente "Cuando me meta en el negocio, no voy a jugar sus juegos. Te lo digo tal cual es. No estoy para andar siendo una maldita arpía, la vida es demasiado corta para eso. Y yo no respeto la deshonestidad ni la cobardía"

Físicamente, Niall Horan es la viva imagen del cielo.

Sin embargo, bajo la iluminación ambiental del lujoso restaurante en aquella primera tarde, con humo saliendo de su nariz y con su brillante Rolex, la presencia de Niall poseía una fuerza que Louis no había sentido la primera vez que lo vio; era la viva imagen de un pequeño dragón alegre, sentado en sus montañas de oro, con aliento de fuego retorciéndose alrededor de su sonrisa mientras se lamía las garras afiladas.

Era casi impresionante.

"Esas son palabras mayores, hombre. Pareces bastante seguro de ti mismo" Louis formuló su respuesta, arqueando una ceja.

Niall se encogió de hombros, apagó su cigarro y puso sus claros ojos sobre él.

"¿Por qué no serlo?" respondió simplemente, con una sonrisa magnífica.

Y Louis no pudo encontrar una respuesta.

Había querido dejarlo allí, descartar cualquier forma de continuar la conversación (porque sí, Louis había decidido odiar a esta persona, con o sin cara de bebé), pero su molesta curiosidad había sacado lo mejor de él, como de costumbre, y así se encontró preguntando.

"Entonces, ¿qué vas a estudiar estudiando?"

"Comunicación audiovisual. Al igual que mi padre" fue la respuesta inmediata.

"Un fanático de la música, ¿eh?"

"La amo. Nunca es suficiente" un trago de whisky. El hielo tintineó contra el cristal.

Louis asintió lentamente, observando.

"Qué encantador. Parece que estás en el camino correcto entonces, muchachito"

Él asintió con la cabeza, sonriendo ligeramente.

"Por supuesto, ¿qué hay de ti?"

"¿Este viejo caso perdido?" Louis bromeó, reclinándose en su silla y estirando sus brazos. Suspiró, llevando una mano a su pelo artísticamente desaliñado "Oh, no lo sé. Drama, supongo"

"¿Actuación?"

"Te lo haré saber. Hasta entonces, solicito que no hagas ninguna pregunta, por favor" dijo Louis con un resoplido, bebiendo un sorbo de su whisky Sour (que era una mierda, por cierto, desde entonces no iba a dejar que Niall pidiera sus bebidas, nunca más) cuando sintió los ojos de Niall observándole.

"Los estudiantes de drama sois especiales" su voz sonando más divertida que iracunda.

"¿Dramáticos?" Louis facilitó, sonriendo traviesamente.

"Muy dramáticos. Ahora, vamos a comer. Estoy malditamente hambriento y quiero volver antes de que llegue el piano" Louis miró.

"¿Antes de que llegue el piano? ¿estás bromeando? ¿vas a traer un maldito piano? ¿a nuestro piso?"

"No te preocupes, va a entrar. Ya lo hemos medido"

Louis casi presionó un poco más el asunto porque, honestamente, ¿pensó que el tamaño era el problema? Pero en cambio, lo dejó pasar, desdoblando la servilleta sobre su regazo.

"Un piano ¿hablas en serio? No me había dado cuenta de que estaba viviendo con la reina" murmuró.

"Yo podría decir lo mismo" sonrió Niall.

"Grosero" concluyó Louis con los labios fruncidos.

Después, el camarero llegó, Niall ordenó suficiente comida para alimentar a todo el personal de la cocina y, después de una intensa batalla interior entre Louis y su orgullo (no iba a permitir que ricos desconocidos cuidaran de él como si fuera un caso de caridad, no señor), ordenó exactamente lo mismo para Louis. Para su mortificación.

"¿Estás insinuando que soy un gordo? ¿Cómo mierda voy a ser capaz de comer tanto?"

Niall se encogió de hombros.

"Yo puedo comer todo eso"

"Eso es una maldita mentira, nadie puede comer tanto"

Nota: Niall no estaba mintiendo. Niall puede comer todo eso. Incluso terminó con la comida de Louis.

Fue una intensa sesión de introducción, que dejó a Louis agotado, pero como Niall había servido las bebidas y se rió de todos los chistes de Louis, este sentía que le podría haber tocado algo peor.

Hasta que llegó el piano.

Cuando volvieron a su piso y mirando hacia atrás, Louis se quería patear por no haberse negado, Niall inmediatamente hizo unas cuantas llamadas preguntando por el paradero de dicho piano mientras Louis se dirigió directamente a su habitación. Porque la dulce soledad era la única cosa en la mente de Louis después de ese torbellino de almuerzo que fue casi un infierno.

Fue mientras tarareaba su canción favorita de Disney, mirando las molduras de las cornisas del techo de su habitación (realmente necesitaba comenzar a comprar algunos adornos) cuando Louis escuchó el inconfundible sonido de un condenado piano siendo acomodado, pasar a través de su maldita puerta.

Con cuidado de mantenerse alejado del desastre (pero incapaz de resistirse a observar a través de la rendija de la puerta los traseros de los hombres en movimiento) Louis se acurrucó dentro de las capas de mantas sobre su cama, escondiéndose de su realidad como cualquier hombre en su sano juicio haría.

Finalmente, los sonidos metálicos y los golpes se apagaron, al igual que las órdenes alegremente ladradas de Niall que fueron salpicadas con risas, gritos, fuertes apretones de manos (¿hay alguien con quién no se lleve bien? Su jovialidad es preocupante) y Louis casi comenzó a arrullarse a sí mismo en un sentido de normalidad, cuando el tronido de teclas comenzó a reinar su pacífica soledad.

Y así es como la habitación de Louis dejó de ser un refugio seguro alejado de la existencia de Niall Horan.

Fue la exasperación de la situación que llevó a Louis a estar delante de Niall, que ahora estaba tocando sin esfuerzo una pieza ligeramente familiar que era a la vez audaz y hermosa. En ese momento, Louis estaba un poco maravillado por el chico frente suyo, mientras este le explicaba a Louis lo simple que era el piano, cuánta libertad les daba a los dedos. Todo esto mientras vestía una camiseta de gran tamaño, pantalones de chándal grises y una gorra colocada al revés.

Elegante.

"Obviamente no es tan fácil tocarlo, si no todo el mundo lo haría" Louis razonó, y podría o no haber rodado sus ojos. Con gusto.

"Realmente lo es. Pero no tan divertido como la guitarra"

Y Louis recordó claramente haber pensado, Oh, genial. Toca la guitarra, también. Jodidamente excelente.

"Puedo enseñarte si quieres" Niall continuó, mirando a Louis.

Louis se burló en ese momento, causando que Niall sonriera.

"Voy a enseñarte"

Quería quejarse, pero no lo hizo, en cambio vio las manos de Niall revolotear sobre las teclas.

"Ellos te obligan a aprender mierda como esta" explicó mientras Louis lo observaba, con los brazos cruzados, negándose a estar impresionado "Tus padres y todo eso. Todo es parte del show"

"La buena educación" Louis murmuró con un destello de desdén.

"Sí, la buena educación" Niall se rió, sin dejar de mirar el instrumento que se erguía ante él "Superé a Beethoven antes de la secundaria"

"Por supuesto que sí. Eres un presumido" y Louis vagamente se preguntó si el muchacho lo tomaría como un insulto, pero Niall se limitó a reír.

"Es fácil, te lo digo"

Y así Louis lo miró, y se dio cuenta de que la única vez que Niall estaba callado era cuando tocaba un instrumento.

"¿Por qué lo dejaste?" preguntó repentinamente. Y exactamente cuándo comenzó a importarle la vida de Niall Horan, no lo sabía.

Un encogimiento de hombros acompañado de un me gusta más la guitarra. Y eso fue todo.

Después de un rato, Niall había vuelto a cantar una canción no identificada de los años 80 mientras rebuscaba en los armarios de la cocina y se lamentaba por la falta de alimentos.

Así que Louis había intentado escapar.

"Voy a dar un paseo" dijo suavemente, deslizándose en sus zapatos y con ganas de poder escuchar sus propios pensamientos.

"¡Voy contigo!"

Maldición.

"En realidad, mierda, acabo de recordar que tengo que enviar un correo electrónico a algunos amigos" todavía existe el correo electrónico, ¿verdad? "Así que creo que me voy a quedar, después de todo"

Con un encogimiento de hombros, Niall hizo algunas bromas de despedida antes de salir. Lo cual era una buena cosa sobre el muchacho, tenía una mente fuerte y hacía lo que quería, acompañado por otros o no. Pero eso era lo único bueno.

Louis estaba tan agradecido por la inesperada paz, que casi besó el suelo.

Bien. Quizás lo hizo, nada de lo que avergonzarse.

Pero, a medida que pasaba el tiempo, en lugar de disfrutar el muy necesario tiempo de Louis como estaba previsto se encontró a sí mismo aburrido. Muy aburrido.

Fue con horror que Louis comenzó a sospechar que, dentro de las pocas horas que había conocido a Niall Horan, casi había comenzado a disfrutar de las conversaciones del muchacho. Era una persona después de todo, por más que fuera parte de la alta sociedad irlandesa o no.

Pero este irlandés era un niño muy consentido con una afición por los cigarros, el golf, la cerveza, el whisky, y la guitarra. Ah, y el piano. No olvidemos el piano. Y era ese maldito piano que tenía a Louis tan intrigado. Eso lo llevó a sentarse casi con cautela en el banquillo y presionar las teclas con una curiosidad tentativa que normalmente era bastante ajena a Louis Tomlinson.

Fue cuando Louis estaba empezando a sentirse cómodo con la intimidante bestia de ébano, que Niall regresó.

"¡Estás tocando!" anunció felizmente en la entrada, quitándose los zapatos y aplaudiendo hacia Louis, que salió disparado del banco como un resorte.

"No. Sólo me he caído encima. Obviamente" Louis frunció el ceño en buena medida.

Pero Niall lo ignoró, tomando asiento en el banco, su colonia y sudor invadiendo la firme burbuja de espacio personal de Louis.

"Siéntate. Te voy a enseñar"

Instintivamente, Louis quiso protestar. Pero cuando escuchó una vez más el tintineo de coloridas notas llenar el espacio de su elaboradamente excesivo departamento, Louis se sentó al lado de Niall, y llegó a la conclusión que siempre podía negar este incidente después.

Y así fue como Niall dio a Louis su primera lección de piano. Algo así.

Después de muchas repeticiones, algarabía y frustrantes errores, Louis resopló.

"Esto es mucho más difícil de lo que parece" y se apartó de las teclas, cruzando los brazos tercamente en señal de protesta.

"En realidad no" Niall respondió con toda la facilidad de alguien que ha sido entrenado desde su nacimiento.

Louis miró

"Bueno, ¡por supuesto que vas a decir eso! Has estado tocando desde que eras un feto"

"Estoy bastante seguro de que no había ningún piano en el vientre de mi madre"

"Ah, ¿sí? ¿No te llegó uno por delivery?"

Niall se echó a reír.

Y desde ese primer día de llegar a conocerse y sobrecargas sensoriales, había sido una prueba continua de la paciencia de Louis versus la vivacidad de Niall.

Y dos días seguidos de la voz de Niall Horan.

Así que, naturalmente, Louis no estaba encantado de ser despertado de nuevo esa mañana, por segundo día consecutivo, por tintineantes notas muy suaves que se colaban alegremente por su habitación que estaba demasiado oscura para que ese momento pudiera ser llamado mañana.

"Tocas maravillosamente" Louis sonrió falsamente con dientes afilados, pelo despeinado, en pijama y voz demasiado grave por la falta de sueño, mirando hacia abajo a un despistado irlandés.

"¡Gracias, amigo!" Niall sonrió alegremente mientras sus dedos bailaban por las teclas, su torso adornado con un maldito albornoz ¿en qué tienda compraba la ropa este muchacho?

"¿Has terminado ya?"

"No del todo ¡un movimiento más!"

¿Es en serio? Los ojos del chico brillaban, claramente imperturbable; o, tal vez, simplemente sin comprender la gravedad de la perturbación de Louis. Lo cual no era algo que Louis tomase a la ligera.

Inmediatamente presionó sus manos sobre las de Niall, reteniéndolas, encontrando su mirada con la del rubio.

"Niall. Amigo. Deja. De. Tocar. El. Piano." Louis esperó hasta que un destello de comprensión se iluminó cobrando vida detrás de los brillantes ojos ante él.

"Oh" y retiró sus manos.

Asintiendo con firmeza y sintiéndose muy enamorado con el sonido del silencio, Louis se enderezó y se dio la vuelta para irse, esperando ansiosamente acurrucarse en su cama afelpada bajo una montaña de mantas.

"¿Quieres desayunar?"

Louis dio un largo suspiro de sufrimiento.

"Niall-

"Vamos andando, ya que está amaneciendo"

"No voy a salir a andar tan temprano, ¡estoy agotado! Primero me despiertas con ese chirriante pedazo de madera y ahora tu-

"¡Yo invito!"

"..."

"¿Y bien?"

"¿Dónde propones?" Louis resopló, negándose a ceder por el momento mientras estaba de pie con los brazos cruzados, con la mirada pintada en evidente descontento.

"Esa cafetería de la esquina. La que viste anoche con las bolas brillantes"

"No eran bolas brillantes. Era iluminación ambiental"

"Bolas brillantes. Así que, ¿qué te parece?"

Louis inspeccionó el rostro de Niall, con los ojos entrecerrados.

El cansancio estaba arrastrándose en sus párpados.

"¿Puedo pedir lo que yo quiera?"

"¡Por supuesto!"

"Voy a estar listo en diez minutos" Louis canturreó.

Que se joda el orgullo, si estos niños ricos van a desperdiciar su dinero, mejor que lo desperdicien en él.

El día continuó como los dos anteriores: Louis intentando repeler su entorno con cada distracción concebible disponible (teléfono, iPod, TV, dormir) pero cada vez que encontraba un poco del tiempo de Louis, era interrumpido por un golpe en la puerta, una ráfaga de carcajadas, una invitación para jugar al FIFA, o una guitarra eléctrica chisporroteando en el calmado aire.

Esto simplemente no iba a funcionar.

"¿Quieres fumar compañero?" Niall preguntó de repente, mientras Louis estaba debatiendo si las cortinas doradas contrastarían mejor que las púrpuras.

Louis apretó los dientes.

"¿Tienes que llamarme cada diez minutos? Realmente eres un niño, ¿no es así?"

"¿Eso es un sí?"

A la mierda, que se vaya todo al infierno.

Exasperado, Louis consideró la oferta momentáneamente (podría necesitar una buena calada en ese momento) antes de que repentinamente se acordase que las clases empezaban mañana.

¡Mañana!

¡Y ni siquiera había preparado sus cuadernos! No es que haya hecho eso alguna vez en su vida. Pero esta era una universidad adecuada y debía tener la cabeza concentrada. Sopesó los pros y los contras de su situación, y por más que quisiera tirar a la mierda el dinero de su padre, él tenía la obligación con sus hermanas y su madre, especialmente con sus hermanas, de no joderlo todo. Y aunque no sabía qué cojones quería hacer con todo eso, y aunque eso lo aterrorizaba, iba a hacerlo bien. Tenía que prepararse para las clases.

"¡Niall!" gritó de repente, la determinación fluyendo por sus venas. Entró decididamente en la sala de estar y Niall levantó la mirada desde el sofá, su boca rellena con patatas fritas y un pequeño bol en su regazo, rodeado de ordenadores portátiles.

"Tenemos que prepararnos para mañana ¡Coge tus cosas, vamos a una tienda de té!"

¿Por qué demonios había invitado a Niall? Mientras Louis había estado organizando sus carpetas y cuadernos, y comprobando con esmero sus e-mails de la escuela, Niall estuvo mirando la pantalla de su iPhone, de vez en cuando mostrando de lleno una imagen no divertida en el rostro de Louis que había encontrado en Tumblr.

El asesinato era inminente.

"¿Me traes una bebida, Louis?" Niall pidió distraídamente, ojeando su teléfono.

Louis estrechó sus ojos.

"No soy tu sirviente. Pídete una tú mismo"

"Oh, ¿por favor, compañero?" preguntó, ahora mirando hacia arriba, con el pelo desordenado y sobresaliendo en todos los extremos debajo de su gorra "No sé qué pedir en estos sitios"

Louis suspiró con gran sufrimiento.

"Bueno, chico, puedes tomar té. O café"

"No me gusta ninguno"

"¿Qué? ¿A qué te refieres con que no te gusta ninguno?"

"Justo lo que he dicho ¿tienen helado?"

"¿Helado? ¿qué demonios? ¡No, no tienen helado! ¿dónde exactamente crees estamos?"

"Bueno, consigue algo de comer entonces. Estoy hambriento"

"¡Pero si acabas de comer! ¡Literalmente!"

"¡No puedo evitarlo!"

Y Louis estuvo cerca de romperle el maldito iPhone en esa cabeza, pero como estaban en público, se conformó con tomar una respiración profunda y calmarse en su lugar.

"Sólo porque tienes la posibilidad de comprar una pequeña isla, no significa que voy a atender todos tus caprichos. Es la gente como tú que dilapidan la fuerza de la vida de nuestra sociedad. Y es la gente como yo que necesita ponerse de pie y-

"Yo voy a traer la próxima ronda. Cómprate todo lo que quieras y consígueme algo para comer"

Sólo porque su estómago hizo un ruido y tenía demasiado dolor de cabeza para continuar discutiendo, de mala gana, Louis aceptó.

"¿Cuáles son las palabras mágicas, irlandés?"

"Por favor" y las palabras se curvaron en una sonrisa.

"Entonces, ¿qué te traigo? ¿quieres agua? ¿una galleta? ¿bizcocho? ¿tarta? ¿sentido de la decencia?"

"Sí a todo, menos a la decencia. Compra todo" pausa "Por favor"

Louis lo miró.

"¿Así que quieres literalmente cualquier cosa?"

"Todo"

"Todo ¿quieres literalmente todo?"

"Confío en tu juicio" Niall concluyó, y volvió a mirar a su teléfono, con el ordenador portátil sin tocar ante él, una señal clara de que había terminado con la conversación.

Pues bien.

Si esa era la forma en que eso iba a funcionar, con un rebote de suficiencia a su paso, Louis caminó hasta la barra.

"Hola, cariño. Quiero todo lo que tenéis de comer"

La chica le miró.

"¿Perdón?"

"Quiero toda la comida, todo lo que tienes. Hasta la última miga" sacó la tarjeta de crédito de Niall.

"No te preocupes. Pagaré generosamente"

Por eso, cuando Louis finalmente volvió a su mesa, varios camareros lo escoltaron transportando bandeja tras bandeja de cada producto que la tienda había tenido alguna vez, estaba esperando ser recibido con una rabieta. O al menos una mirada enfadada. Pero ¿qué es lo que obtuvo?

"¡Oh, compañero! ¡Esto es impresionante! ¡Oh, esto es genial!" el chico se rio a carcajadas, y casi todos los rostros de la tienda se volvieron a mirar con leve curiosidad. Niall dio palmadas en la espalda de Louis, quitándole el aire brevemente "¡Eres un buen hombre, Tommo!"

"¿Cómo me has llamado?" Louis respondió, y lo observó mientras se componía antes de sentarse.

Niall asintió en agradecimiento a los camareros, parpadeando muchas veces, y Louis no fue ajeno a ese encanto irlandés, antes de mirar a la gran cantidad de comida delante de él como un niño en una tienda de dulces. Lo cual no estaba demasiado alejado de la realidad.

"Se supone que debes estar enfadado conmigo. He gastado un montón de dinero en eso" dijo Louis deliberadamente, porque mierda, ¿este chico nunca se enfadaba?

"Me lo puedo permitir" Niall se encogió de hombros, antes de ofrecer un pastelito a Louis.

Miró un minuto el producto mencionado antes de finalmente, suspirando con derrota, agarrarlo y cortarlo en pedazos para luego hacer estallar un trozo en su boca.

"Por supuesto que puedes" murmuró mientras masticaba, y Niall le devolvió la mirada.

Sólo habían estado en la tienda de té un total de dos horas, pero Niall ya se había comido la mayor parte de los productos de pastelería y Louis estaba jugando con su pelo con puro aburrimiento.

"¿Listo para irte?" Niall preguntó por quinta vez, con la diversión escrita clara en su rostro.

"¡No! Me estoy preparando para mis estudios" Louis resopló, y volvió a pretender estar leyendo su e-mail. Era de un profesor, un saludo estándar, que realmente no debería ser difícil de leer, pero no había logrado superar la parte de: 'Saludos, futuros estudiantes'

Mierda.

Estaba a punto de exigir a Niall que le trajera otro té, cuando de repente la puerta de la tienda se abrió, y el claro aroma a riqueza y trajes a medida fue flotando a través del aire.

Su vista estaba bloqueada, pero el interés de Louis se despertó de inmediato, una fedora y un surtido de trajes de color crema son apenas visibles a través de una pandilla de chicas Topshop.

La imagen de un coche antiguo, tres muchachos riendo y una botella de champagne le fue a la mente. Louis sabía, sin ninguna razón sólida para creerlo, que eran ellos.

La habitación estaba atestada de adolescentes elegantes esparcidos por todas partes y bullicio, y cuando Louis estiró el cuello para detectar a los recién llegados, se las arregló para casi caerse de la silla.

"¡Oye!" Niall exclamó inmediatamente estirándose para estabilizarlo.

"Lo siento" dijo Louis a toda prisa, con los ojos todavía atentos mientras alejaba las manos de Niall ¿dónde estaban los recién llegados?

"¿Has visto quién acaba de entrar?"

Niall parpadeó, miró a la multitud con ojos vigilantes.

"No. ¿Por qué?"

"No, por nada" pero Louis siguió observando, finalmente encontró a la fuente de su búsqueda.

Tenían sus espaldas hacia él (por supuesto) y estaban sentados, pero aun así Louis podía detectar la jerarquía del grupo. El chico de la fedora, piel caramelo y pelo negro apenas asomándose por debajo, se sentó en el centro, rodeado de devotos seguidores. (Triste). A su izquierda había un muchacho de apariencia agradable, Louis atrapó un breve vistazo de su perfil, de características suaves y dulce piel crema, que se reía cortésmente, sin dejar de lado al chico fedora. Todo el resto era una borrosa masa de excentricidad y elitismo.

Bueno, bueno, bueno. Parece que esta universidad tiene a sus propias "Chicas Malas"

"Odio a la gente rica" Louis se encontró murmurando con vehemencia.

"Yo también te quiero" Niall respondió inmediatamente, y cuando miró hacia arriba, estaba sonriendo "Vamos Louis. Volvamos. Quiero ver el partido"

"Sí. Sí, está bien" Louis estuvo de acuerdo, y mientras se ponía de pie y empezaba a guardar sus cosas, la puerta se abrió de nuevo, con otra ráfaga de 'pretencioso niño rico' flotando por el aire.

Se dijo que no tenía que mirar, porque entonces parecería que le importaba, pero no pudo evitar echar un vistazo mientras seguía a Niall por la puerta trasera.

Era otro chico, muy alto, vestido con un traje verde menta ¿alguien usaba pantalones vaqueros por aquí? Era en serio, maldita sea, pero, una vez más, había demasiadas personas yendo y viniendo que no permitieron que Louis consiguiera un buen vistazo.

Lo último que observó antes de deslizarse por la puerta fue la alta y esbelta silueta del muchacho verde menta, inclinándose para presionar un profundo beso al de fedora.

Entonces la puerta se cerró, y Louis se olvidó de la escena por completo.

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