Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO 6

















Capítulo especialmente dedicado a returnstigma, gracias por siempre apoyarme con todas mis obras. Espero que te guste <3 















-Ragnor, ¿seguro que sabes a dónde vamos? –Pregunté temeroso.

Sí, ya sabía que había accedido a salir de la academia, pero al otro lado de la verja el bosque era más frondoso, y eso sin contar que estábamos en la oscura noche. Ni siquiera la luz de la luna podía pasar, los árboles no lo permitían. Se escuchaba el ulular de los búhos y alguno que otro animal que me hacía brincar cuando corría a nuestro alrededor.

-Sólo tenemos que seguir la carretera –aseguró Ragnor–. Mientras no la perdamos de vista, estaremos bien.

-Si tenemos que ir por la carretera, ¿por qué estamos entre los árboles? –Sonsaqué, irritado.

-Magnus, ¿no crees que Jem y Alec ya salieron en nuestra búsqueda? –Obvió mi mejor amigo–. Si pasa algún auto, no tendremos oportunidad de escapar, así que nos escondemos entre la maleza, pero sin perder nuestro camino –explicó Ragnor.

Aquello tenía sentido, y aun así me sentía irritado. No me gustaba el bosque... bueno dentro de la academia era otra cosa. El bosque dentro de la academia parecía un parque recreacional, era lindo y muy cuidado, Kieran se aseguraba de eso, al igual que los demás empleados. Aquel bosque era hermoso, pero este bosque era demasiado frondoso. Se escuchaban los animales y me sentía totalmente inseguro. En la academia tenía cien guardias vigilándome; acá me encontraba solo con Ragnor, estábamos demasiado expuestos a cualquier peligro, pero yo había tomado la decisión y ahora tenía que seguir adelante.

Y así lo hice.

Junto con Ragnor caminamos horas y horas, hasta que por fin en el espeso bosque y por medio de las ramas de los árboles, se coló un rayo de luz. No pude evitarlo, solté un bostezo.

- ¿Qué hora es? –Pregunté agotado, mis pies me dolían en demasía y mis ojos se estaban cerrando solos.

-No lo sé –Ragnor se encogió de hombros.

-Tú te criaste en una granja a las afueras de Nueva York, debes saber leer el sol o algo así.

- ¿Leer el sol? –Ragnor arqueó una ceja mientras me miraba confundido–. Magnus yo soy casi tan citadino como tú, no sé leer el sol.

- ¿Falta mucho? –Inquirí haciendo un enorme puchero; Ragnor se encogió de hombros sin dejar de caminar.

-No lo sé, creo que ya casi llegaremos.

-Hemos caminado horas y horas y nada que llegamos –un nuevo bostezo se escapó de mis labios antes de mirar ceñudo a Ragnor–. ¿Estás seguro que sabes dónde estamos y para dónde vamos? 

-Si te soy sincero no tengo ni idea dónde estamos, pero sí sé para dónde vamos. El pueblo no debe estar tan lejos.

-Eso dijiste en un principio...

-Lo sé Magnus –Ragnor chasqueó la lengua–. Pero ya hemos caminado muchísimo, estoy seguro que... espera –Ragnor se calló de golpe y yo lo miré confundido.

- ¿Pasa algo?

-Silencio –demandó él. Sin saber por qué, obedecí y a lo lejos se escucharon varias voces y algunos bocinazos de autos–. ¡Estamos cerca! –Gritó Ragnor emocionado antes de tomarme del brazo y arrastrarme fuera del bosque, hacia la carretera.

Corrimos, corrimos a gran velocidad, y pasados al menos diez minutos, llegamos al pueblo. Mi mejor amigo sonrió victorioso mientras me arrastraba hacían un andén para sentarnos allí. Vaya que mis pies lo agradecieron.

-Me siento agotado –me quejé y Ragnor asintió.

-Yo también, hemos caminado demasiado.

-Tengo sueño –me volví a quejar–. Y hambre.

-Lo sé Magnus, yo me siento igual, y no tengo ni un centavo.

-Yo tampoco, nunca lo habíamos necesitado en Idris –refunfuñé mientras apoyaba mi codo en una de mis piernas y dejaba reposar mi mandíbula sobre mi mano–. ¿Ahora cuál es el plan?

-Tenemos que buscarlo –señaló Ragnor en medio de un bostezo.

- ¿A quién?

-A la persona que nos puede ayudar –obvió Ragnor, rodando los ojos.

- ¿Y cómo lo vamos a buscar? –Pregunté arqueando una ceja.

-No sé... creo que este es el lugar, pero no estoy seguro.

- ¿¡No estás seguro!? –Exigí saber con gran histeria–. ¿¡Es decir que he caminado horas para llegar a un lugar donde ni siquiera estás seguro que encontremos a la persona que nos puede ayudar!?

-Magnus no conozco bien la zona, pero... –Ragnor frunció el ceño mientras miraba a su alrededor; sus ojos se abrieron de golpe cuando al parecer encontró lo que estaba buscando–. Perfecto.

- ¿¡Qué!? –Pregunté con desconfianza.

-Sí, este es el pueblo –aseguró mi amigo.

- ¿Cómo lo sabes?

-Él me lo dijo, me dijo el nombre del pueblo en donde me encontraba secuestrado –Ragnor señaló un letrero y yo fruncí el ceño.

"Bienvenido a Thule", se leía en aquel trozo de madera viejo y con letra un tanto borrosa.

-Perfecto, estamos en el lugar, ¿y ahora qué?

Ragnor se mordió el labio mientras rascaba su mandíbula, estaba claro que se estaba matando sus últimas neuronas en recordar algo. Me pregunté que sería exactamente.

-Por supuesto –Ragnor se puso en pie y me tomó del brazo arrastrándome con él.

- ¿Qué? ¿Por supuesto qué?

-Necesitamos ver la hora.

- ¿La hora? –Pregunté arqueando una ceja–. ¿Por qué de pronto esa urgencia de ver la hora?

-Todas las mañanas él viene a desayunar en un restaurante frente a la estación de autobuses –explicó Ragnor mientras caminaba y miraba a su alrededor.

- ¿Cómo lo sabes? –La curiosidad cada vez era mayor; Ragnor se encogió de hombros.

-Hablábamos mucho, ya sabes, estuve encerrado demasiado tiempo, fue la única persona que fue gentil conmigo –la expresión de mi amigo se llenó de ternura–. Me contaba sobre su vida y yo le contaba sobre la mía... creo que es lo más cercano a un amigo que tuve en ese entonces.

- ¿Me dirás quién es?

-Creo que es mejor que lo conozcas en persona.

- ¿No me puedes decir si quiera un nombre?

-Ten paciencia –Ragnor me arrastraba por las calles de aquel pueblo, las personas se nos quedaban viendo y aquello me causó un escalofrío.

¿Es que acaso nos conocían?

No, no para nada, esto era un pueblo, seguro nosotros éramos novedad allí. Estaba paranoico, debía tranquilizarme o me daría un ataque.

- ¿Conoces siquiera el lugar? –Pregunté frunciendo el ceño mientras dejaba que Ragnor me arrastrara.

-No, no exactamente, pero no es tan grande el pueblo, seguro...

-No podemos perder tiempo –reprendí–. Si dices que el informante viene todas las mañanas a desayunar, nuestro tiempo es limitado.

Mi amigo frunció el ceño, pero asintió dándome la razón y me soltó la mano para acercarse a una pareja joven. Ragnor conversó unos segundos con ellos, probablemente preguntándoles dónde quedaba la estación de autobuses. Cuando consiguió la dirección, nuevamente me tomó del brazo y me arrastró.

- ¿Sabes? No hay necesidad de esto –refunfuñé, pero aun así me dejé llevar por mi mejor amigo–. Puedo caminar solo.

-Lo sé, pero no pienso descuidarte ni cinco minutos. ¿Magnus no lo entiendes? Me tuvieron apresado cerca de este lugar, no sé en quién podemos confiar y en quién no, no pienso descuidarte ni alejarme de ti.

-Lo hiciste para preguntarle a la pareja –señalé divertido.

-Bueno sí, pero jamás te dejé de ver. El asunto es, estamos demasiado expuestos y tú te vas a quedar a mi lado para que nadie te haga daño –aseveró.

-Ragnor –me quejé–. Ya no soy un niño, no tienes que cuidar de mí.

-Por supuesto que tengo que hacerlo, eres un idiota que siempre se mete en problemas –refutó mi mejor amigo y yo le saqué la lengua.

-Bueno en teoría, sí tendré un problema ahora, y es porque me escapé de la academia contigo.

-Cállate –refunfuñó Ragnor mientras caminábamos, y así lo hicimos durante cinco minutos más hasta que por fin miramos la parada de autobuses. Ragnor suspiró pesadamente y juntos nos dirigimos hacia el restaurante que quedaba al frente. Mi mejor amigo, con gran cautela, se asomó por el ventanal del local–. Odio decir esto, pero quédate aquí Magnus –musitó con suavidad.

- ¿Qué? ¿Por qué? Dijiste que...

-Ya sé lo que dije, pero si bien es cierto que la persona que puede ayudarnos desayuna aquí, alguien más de esos psicópatas podría hacerlo también, prefiero arriesgarme yo y no que lo hagas tú.

-Ragnor puede ser peligroso –señalé con preocupación.

-Magnus, por favor, solo quédate quieto y ten cuidado.

Yo asentí y me quedé de pie junto a la parada de autobuses, intentando lucir casual, mientras Ragnor se acercaba aún más al ventanal. Miré como lo golpeaba con suavidad, tardó un momento, pero divisé como mi mejor amigo, a través del vidrio, saludaba a alguien y le hacía señas para que se acercara. Ragnor habló por medio de señas por un rato más antes de acercarse a mí.

-Perfecto, dice que nos encontremos en cinco minutos en el parque central, así que debemos ir para allá –anunció tomándome de la muñeca.

- ¿Sabes dónde queda?

-No, pero llegaremos –aseguró.

Yo tragué grueso.

Confiaba en Ragnor, pero la persona que supuestamente podía ayudarnos era una desconocida para mí.

Recé en silencio para que no nos metiéramos en problemas... bueno, en más problemas.

























⊙▂⊙



























- ¡Demonios Ragnor! ¿Qué haces aquí? Creí que ya habías huido, que te habías escondido, que estabas a salvo –reprendió el chico que encontramos sentado en una de las bancas del parque.

-Lo sé, lo sé, pero en realidad estuve todo este tiempo en Idris.

- ¿En Idris? –El chico parecía alucinado–. ¿Es tan hermoso como dicen? ¿Qué hacías allí?

-Es genial, mucho mejor de lo que creíamos –los ojos de Ragnor brillaron emocionados–. Lilith cree que estoy seguro allá.

-Por supuesto que sí... bueno, en teoría. Al menos estás más seguro que si estuvieras afuera –el chico le dio un fuerte golpe en la cabeza a Ragnor–. ¿Por qué demonios saliste? No sabes el riesgo al que te estás exponiendo y... –al parecer el joven me miró por primera vez antes de fulminar con la mirada Ragnor–. ¿¡Estás con Magnus Bane acá afuera!? ¡Demonios Ragnor! ¿Están buscando que los maten?

-No, por supuesto que no, pero necesitamos un favor y sólo tú puedes hacerlo.

- ¿Qué? –Preguntó el chico frunciendo el ceño–. Ya sabes qué he hecho mucho por ti, y me he metido en grandes líos –el joven, que llevaba una bufanda alrededor de su cuello, se la bajó y yo tuve que ahogar una exclamación horrorizada. El joven me lanzó una suave sonrisa antes de volverse a cubrir aquella enorme cicatriz en forma de x–. Horrible, ¿verdad? –Preguntó–. Pero valió la pena.

- ¿Por qué demonios te han hecho eso? –Preguntó Ragnor afligido.

-A papá no le gustó ni un poco qué te dejara libre –señaló el contrario.

-Ash, lo siento mucho –se disculpó Ragnor.

-No te preocupes, ya te lo dije, valió la pena, no podía soportar cómo te golpeaban, menos aquel día que te saqué. Creí que te iban a matar.

-Yo también lo creí –Ragnor hizo una mueca antes de verme–. Lo siento, Magnus, no te lo he presentado, él es Ash –me dijo mientras señalaba el contrario–. Por supuesto, Ash, tú ya conoces a Magnus.

- ¿En esta época quién no? –Preguntó el chico lanzándome una sonrisa ahora más deslumbrante.

Me sorprendió lo bello que era, su cabello era rubio, casi blanco, tenía rasgos muy afilados y elegantes, pero lo que más me sorprendió fue el color de sus ojos; aquel verde ya lo había visto antes, pero no recordaba donde. Una sensación de déjà vu me invadió.

- ¿Te he visto antes? –Pregunté sin poder evitarlo.

Ash negó mientras dejaba escapar una cantarina risita.

-No, seguro lo recordaría, aunque muchos dicen que me parezco a mis hermanos, a los que por supuesto sí conoces.

- ¿Los conozco? –Curioseé sorprendido. El chico sonrió de lado.

-Me llamo Ash Morgenstern, soy hermano de Clary y de Jonathan, creo que los conoces.

- ¿Cómo? –Aquella información sí que me asombró–. ¡Por supuesto que sí! –Recordé–. Aquellos bellos ojos verdes ya los había visto en Clary, y el idiota Jonathan, al igual que esa piel pálida. Demonios, sí que te pareces mucho a Jonathan, lo siento tanto por ti.

- ¡Magnus! –Reprendió Ragnor horrorizado y el rubio lanzó una risita musical.

-Entiendo, seguro ya conociste lo encantador qué es mi hermano –habló con evidente sarcasmo y yo hice una mueca.

-Sí. algo como eso –admití y Ash asintió.

-Un gusto conocerte Magnus, me alegra saber que compartimos el resentimiento, creo que ya me agradas.

-Tú igual –solté divertido–. Pero bueno Ragnor, ¿por qué estamos aquí?

-Sí, yo también quisiera saber eso –indicó el rubio–. ¿Qué es lo que necesitas Ragnor?

-Hay algo que se encontraba en la casa donde me tenían. ¿Recuerdas aquella vez que estaba solo contigo y llegó tu padre? –Preguntó Ragnor y Ash asintió–. Él sacó algo de abajo de las escaleras y dijo que Lilith mataría por eso...

- ¿Ragnor estás hablando de...?

-Sí –se apresuró a responder mi amigo–. Tú sabes lo que es, ¿cierto? Ash, hay algo ahí que necesito ver... creo que, con eso, podemos saber que quiere tu padre y poner a salvo a Magnus.

-Ragnor no lo sé –Ash pareció realmente dudoso–. No quiero meterme en problemas con papá. Si Lilith quiere eso, papá lo protegerá más que a cualquier cosa, ya sabes cómo es...

-Sé que Valentine puede dar miedo... no quiero ser egocéntrico, pero sin mi ayuda, Jem jamás se hubiera enterado que detrás de esto estaba él... y se lo dije porque quiero que lo detengan. Y sé que te pido mucho, pero tú sabes que hay algo ahí que nos pueda ayudar. Tú quieres saber por qué tu papá está haciendo todo esto... y yo quiero tener a mi hermano a salvo. Todos ganaremos, ¿puedes?

Ash suspiró pesadamente mientras enterrada su rostro entre sus manos.

-Quiero saber muchas cosas –admitió el rubio–. Quiero saber por qué papá me tiene escondido, quiero saber porque no puedo moverme de este pueblo, quiero saber porque no puedo ir a Idris con mis hermanos y quiero que me conozcan...

- ¿Jonathan y Clary no saben quién eres? –Pregunté sorprendido.

-No... los he visto muchas veces en videos... sé qué Jonathan es grosero y que Clary es pura ternura, pero ellos no saben nada de mí –Ash parecía realmente devastado–. A veces papá pone cámaras escondidas para que los vea en vacaciones... pero ellos jamás me han visto... así que no le puedes decir nada –refunfuñó Ash mirándome con seriedad–. Tengo entendido que Clary y tú son muy buenos amigos.

-Lo somos... Clary es muy buena... seguro la amarás... si la conoces.

Ash se quedó un rato largo mirándome con tristeza, antes de asentir y girarse hacia Ragnor.

-Bien, te daré eso que papá esconde, pero debes prometerme que harán lo posible para derrotar a papá y darme mi libertad.

-Ash, yo no...

-Lo prometo –interrumpí a Ragnor–. Si nos ayudas, serás libre... y conocerás Idris, ¿quieres hacerlo o no?

La expresión de Ash mostraba tanta alegría, que desee con todas mis fuerzas cumplirle aquel sueño.

-Bien, por favor esperen aquí...

-No podemos –habló Ragnor con desesperación–. Nos hemos escapado de la academia, nos deben estar buscando por cielo y tierra, necesitamos escondernos.

- ¿¡Ragnor te has vuelto loco!? ¿Te escapaste de Idris junto con Magnus? –Ash soltó un coro de maldiciones antes de asentir–. Perfecto, simplemente perfecto... Ragnor, hay una cafetería frente a la iglesia –el rubio señaló el lugar–. La gente no suele frecuentarla mucho y menos la gente que trabaja con papá, jamás van allí. Estarán a salvo, escóndanse, trataré de llegar lo más rápido.

- ¿Una cafetería? –Hice un puchero y como reconociendo mis quejas, mis tripas sonaron fuertemente–. ¿No hay un lugar donde no huela tanto a comida?

- ¿Tienen hambre? –Preguntó Ash; Ragnor y yo sentimos.

-No pudimos tomar nada, salimos en la noche –relató mi amigo.

-Ustedes dos están locos –el rubio metió su mano al bolsillo de su pantalón y de allí sacó unos billetes antes de dárselos a Ragnor–. Coman algo y espérenme, volveré pronto –prometió antes de salir corriendo lejos de nosotros.

- ¿Crees que volverá? –Pregunté preocupado mientras miraba mejor amigo, pero su expresión era seria.

-Yo sé que lo hará –aseguró Ragnor.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro