Capítulo 8
N/A: Capítulo dedicado a Barbie, la uss de Junghee en Instagram porque es la mejor y la quiero y me ha dado muchas ideas. Muack.
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Harold.
No pude despertar más feliz esta mañana sabiendo que vería a mi pequeño gruñón adorable hoy.
Me apresuré en arreglarme y poner en una maleta todo lo que iba a llevar. Me aseguré de que Gerald, Funk y su novia —que insistió en ir también para pasar tiempo con Fun— estuviesen listos e incluso preparé el desayuno para todos. Gerald me maldijo y dijo que estaba volviéndome loco pero él no rechazó mi desayuno. Después de recibir el mensaje de Junghee que me deja saber que ya está bajando del avión, todos subimos al auto de Gerald y comenzamos el viaje. Marilyn y Funk están emocionados, Gerald es el único que no está disfrutando y no entiendo por qué, si por problemas de pareja, puede juntarse con Jungho, después de todo, esa es mi intención, mantener al hermano distraído así pedo pasar momentos románticos con Junghee.
Cuando por fin llegamos al aeropuerto y me reencuentro con Junghee, mi corazón parece que va a salirse de mi pecho. Es demasiado hermoso de ver. Me doy cuenta entonces de que no hay vuelta atrás conmigo en lo absoluto, este chico me tiene enredado alrededor de su dedo. Ni siquiera puedo lamentar el haber perdido todos mis contactos, ya no quiero a nadie que no sea él.
¿Es así como se siente estar enamorado? Así lo describía mamá, pero yo nunca pensé que fuera así del todo por nunca pude sentir algo como eso por nadie, pensé que yo era extraño... ahora lo comprendo.
Lo abrazo en cuanto me acerco, él me mira con una sonrisa, pensé que se alejaría porque estamos en público pero en vez de eso él pone su mano sobre mi nuca y me da un gran beso. Lo rodeo con mis brazos aun cuando estoy sorprendido y levanto un poco sus pies del piso. Junghee ríe en mi boca y no nos separamos hasta que oímos a alguien carraspear. Yo lo bajo y miro hacia un lado, Jungho está allí parado mirándonos con extrañeza y una pizca de incomodidad.
—¿Cómo supiste cuál era cual? —interroga Funk—. Son exactamente iguales, vienen vestidos casi igual incluso.
—Las mejillas de Junghee son más abultadas —respondo— ¿Cómo no reconocerlo?
—Son iguales —Funk le susurra a Marilyn—. Completamente.
—No seas grosero —dice ella—. ¡Un gusto en conocerte, Junghee, soy Marilyn! Soy la novia de Funk —le tiende la mano, Junghee la estrecha.
—Funky, no sabía que tenías novia —dice él—. El gusto es mío.
—Oh, de verdad te llama así —Marilyn sonríe cubriéndose la boca al instante con la mano, Funk la mira de reojo—. Que gracioso.
—Basta —dice Funk—. ¿Nos vamos? Hay mucho que ver.
—Vamos —dice Jungho—. Esperen ¿Esto es un viaje de parejas? ¿Qué hago yo aquí?
—Lo mismo me pregunto —Gerald dice cruzándose de brazos.
—Ustedes serán una pareja, tómense de las manos —respondo, pasando mi dedo de Gerald a Jungho—. Así no van a perderse.
Jungho le dice algo en coreano y a Junghee y este se encoge de hombros. Jungho rueda los ojos antes de que nosotros sigamos caminando. Había estado antes en San Francisco y sé que hay muchas cosas que ver, por lo que le pedí a una amiga de mis padres una pequeña guía de ciertos lugares de interés. En la lista hay museos y lugares turísticos; lo primero es ir al Golden Gate donde Funk y Marilyn toman muchas fotos. Al parecer ella no había tenido la oportunidad de viajar con Funk y tampoco de venir a San Francisco a turistear así que está disfrutando lo más que puede.
Junghee y su hermano también toman fotos del paisaje, hasta que tomo a Junghee por la cintura para que ambos nos tomemos una foto con el paisaje de fondo, la cual será mi nueva imagen de perfil en todas mis redes sociales. Él está bastante tranquilo por los momentos, no me ha soltado la mano, no hay tirado se ha alejado de mi porque la gente nos está viendo... parece que algo en él ha cambiado. Sea lo que sea, estoy feliz por ello, no hay nada que me haga más feliz que caminar de la mano con la persona que me gusta mientras hacemos nuevos recuerdos.
Es curioso como pensé que este día nunca iba a llegar.
Luego del Golden Gate nos dirigimos a Presidio Park para ver un par de museos de la zona. A Junghee le gusta el arte, por lo que me dijo así que este lugar es perfecto para él. La mitad del tiempo estuvo del brazo de Marilyn —con quien parece haber congeniado bastante—, yendo alrededor del museo y comentando las obras. Marilyn estudia historia mención arte, así que Junghee y ella tienen gustos en común. Ella le suelta un montón de datos en cada obra frente a la que se paran como si fuera una guía turística y él escucha con atención mientras sus ojos recorren cualquiera pieza de arte frente a ellos. Junghee en su estado concentración es una obra de arte en sí mismo para mí.
—Veo que vas en serio —mientras caminamos hacia Fisherman's Wharf luego de ver el museo, Jungho me alcanza para decirme eso—. Con mi hermano, me refiero.
Junghee está lejos de mí, aun va con su brazo enredado a Marilyn. Puedo decir que no es grato para mí ni para Funk pero los estamos dejando solos porque parecen felices y realmente interesados en la conversación, parece que serán buenos amigos y Junghee no parece tener muchos amigos, así que supuse que sería bueno para él.
—Sí —asiento—. Es serio.
—Bien —Jungho asiente—, solo no hagas lo que estás haciendo y luego des un paso atrás de repente, no quiero tener que ver a mi hermano sufrir por ti.
—¿Realmente te preocupas por tu hermano? —alzo las cejas, mirándolo con escepticismo pero al parecer mi criterio no le ha caído demasiado bien puesto que la mirada de odio que me dirige no es nada normal.
—Desde luego que me importa —espeta—, está herido por lo que pasó con nuestros padres... él está buscando refugio en ti, está tratando de hacer un nuevo camino para sí mismo y eso me agrada, no pienses que esto cualquier cosa, si lo echas a perder...
—No creo que puedas hablar de echar a perder cosas para Junghee, yo no lo haría nunca ni aunque mi vida dependiese de ello, pero según sé no eres realmente considerado cuando se trata de tu hermano...
Él se echa a reír sin gracia alguna y sacude la cabeza antes de decir—: No tienes hermanos ¿verdad?
—No —frunzo el ceño.
—Eres justo como Taesung —él rueda los ojos—. El hecho de que haya arruinado cosas para mi hermano no significa que supiera el daño que le hacía, aun así, quiero lo mejor para él ¿Entendido?
—Supongo —ruedo los ojos—. Me caías bien antes pero ya no sé que pensar.
—Si eres el novio de mi hermano ya no somos amigos —él se mete las manos en los bolsillos y me mira—, porque tengo que tenerte vigilado y uno no fraterniza con el enemigo.
—Claro.
Él se adelanta y me deja caminando solo, Gerald pasa por mi lado con la capucha puesta y se empieza a reír de mí. Es un idiota, solo quiere vengarse porque lo arrastré hasta aquí pero todo corre por mi cuenta así que no sé de qué se queja.
Paseamos por el muelle un rato, por suerte Junghee alcanza mi mano cuando Marilyn lo deja para ir con Funk. Decido caminar lento para dejar que los demás se nos adelanten. Él me mira con una mirada acusadora cuando se da cuenta de lo que trato. Aprovechando esto me pide que le tome una foto junto al muelle, lo cual hago. Él lleva esta mascara alrededor del cuello que parece una máscara de las que usan los doctores, solo que es negra. Oí cuando Marilyn preguntó, él dijo que es para viajar pero no sé exactamente por qué, aun así luce muy lindo cuando se la pone, siempre haciendo el signo de la paz en las fotos.
—Estás muy animado hoy —le digo, cuando volvemos a tomar el rumbo detrás de los chicos—. ¿Estás feliz?
—Muy feliz —él me sonríe y sus ojos se cierran cuando lo hace, porque sus sonrisa llega hasta sus mejillas—. Me gusta viajar y tomar fotos, es tan divertido, me siento genial.
—Te gusta ¿eh? —digo, maquinando algo dentro de mi cabeza—. Para la próxima semana tengo vacaciones definitivas, empezará un nuevo semestre y... mientras tanto iré a casa de mis padres... planeaba hacer un viaje de carretera, desde Arizona sería mucho menos, solo dos días... con paradas para dormir y echar gasolina, tres o cuatro, pero será divertido ¿Te animas a venir conmigo?
—Oh Dios... —él cubre sus ojos con sus manos—. Eso es mucho tiempo en la carretera.
—Pero será divertido, como si estuviéramos escapando —yo beso su mejilla—. Y puede venir Panqueque, conocerás a mis padres, volveremos en avión, voy a rentar un auto de cualquiera manera, hay una sucursal en Nueva Jersey donde puedo devolverlo, así que no tienes que preocuparte.
—Debo avisarle a mis tíos —él se muerde el labio cuando baja sus manos—. ¿Solo seremos tú y yo?
—Solo tú y yo.
Beso sus labios, fuerte y profundo hasta que alguien silba detrás de nosotros, es un desconocido burlándose. Él esconde su cara en mi pecho y yo le doy una mirada asesina al tipo por tratar de avergonzarlo. Mientras, maquino en mi mente como será pasar de dos a tres o cuatro días en carretera con mi pequeño gruñón, quedándonos en moteles, tomando fotos alrededor, viéndolo dormir todas las noches, con suficiente tiempo para hacer cualquier cosa que él me deje. No puedo esperar.
Seguimos con el recorrido después de comer cangrejo en un restaurante cerca del muelle y cuando se acerca la noche nos dirigimos a la posada de la tía Irma, quien es una amiga muy cercana de mamá quien me invitó en cualquier momento a venir. Su posada para mochileros no es nada glamuroso, pero tiene un aire bohemio que hace que me guste mucho más que cualquier habitación de hotel cinco estrellas. Además, el ambiente es como estar en casa.
Sin embargo, la tía Irma me da una triste noticia cuando llegamos.
—¿Cómo que no hay más habitaciones? —le digo—. ¿Solo dos?
—Sí —ella luce apenada—. Nos llegó de sorpresa otro grupo muy grande, lo siento, mi niño.
—Tía... —hago un puchero—. Dime por favor que al menos hay una con una sola cama para dos.
—La hay —ella sonríe brillante.
—Entonces se la daremos a Marilyn y a Funk —dice Junghee.
—¿Qué? —lo miro frunciendo el ceño.
—Marilyn no puede dormir con un montón de hombres, Funk no se sentiría bien con eso, ella seguro tampoco y Gerald es sucio, duerme desnudo —dice Junghee arrugando su nariz.
—Tiene razón —Gerald asiente.
—¡Marilyn es una chica fuerte, puede cuidarse por sí sola! —exclamo.
—Harold... —la tía Irma me mira cruzada de brazos—. ¿Por qué estás actuando tan egoísta? ¿Qué te sucede?
—Tía Irma, es... es algo que...
—Está enamorado —espeta Gerald—. Es asqueroso... Junghee está siendo muy blando y Harold se está volviendo duro, es increíble cómo se imprimen en el otro.
—Oh, que maravilloso —la tía Irma ríe y me mira—. Tu madre estará sorprendida, ella siempre me ha dicho que eres muy solitario.
—¿Solitario? —todo el mundo excepto Junghee dejan salir esa pregunta con tono de escepticismo.
—Bueno, bueno, aquí están las llaves —la mujer deja dos juegos de llaves en mis manos—. Hay un club para jóvenes que acaba de abrir en frente, pueden ir a divertirse esta noche allí, solo no regresen demasiado tarde ¡Nos vemos! El desayuno se sirve a las ocho.
Tomamos las llaves y subimos a ver cual pertenece a cual habitación, luego Funk y yo decidimos hacer una batalla de piedra papel o tijeras, como no está funcionando, Junghee rueda los ojos y hace caso omiso de mis súplicas, poniendo su mochila en la habitación que tiene dos camas de dos plazas una junto a la otra. Marilyn interrumpe de repente para decir que ella de hecho se sentiría más cómoda durmiendo con Funk en la habitación para dos personas. Me rindo entonces, porque no la conozco casi y no quiero ser grosero con ella y que Funk me odie el resto de mi vida y se voltee contra mí, ya tengo suficiente con Gerald.
Acomodándonos en nuestras respectivas habitaciones, yo decido darme una ducha para repasar una vez mi fallido plan y encontrar una nueva solución. Esto no está saliendo como lo esperaba.
Junghee.
—Gracias por decir que estabas incómoda, me salvaste —le digo a Marilyn mientras ambos bajamos las escaleras de la posada con la excusa de ir a la cafetería de al lado—. No es que no quiera quedarme solo con él ¡Yo quiero! Pero es que... no estoy listo para eso.
—¿Estás seguro de que es lo que él quiere hacer justo esta noche? No creo que él se enoje o algo así solo porque no quieres hacerlo —ella me dice—. Además, han pasado la noche juntos antes.
—No, es que... yo no sé si pueda detenerme, es lo que me da miedo, no es acerca de él... soy yo —estrujo mis manos entre sí—. Mi primo y su amigo me dieron una conferencia sobre el sexo gay y... es aterrador, realmente aterrador, todos los pros seguro que son geniales pero los contras dan mucho miedo.
—Comprendo —ella asiente procesándolo—. Yo nunca he pensado en eso, aunque mi hermano menor es gay... pobrecito y pensar que siempre le digo que es débil.
Nosotros entramos en la cafetería y hacemos la fila para pedir dos panecillos y un par de cafés. Está haciendo algo de frío aquí ahora que está cayendo la noche, por lo que con la excusa de que teníamos frío y queríamos calentarnos un poco los dejamos tomando una ducha para poder hablar en paz.
Marilyn me agrada, sabe mucho de arte y habla un montón pero también sabe cuando callar y escucharme. Hablamos un poco en el museo y luego de camino a la posada le comenté mi pequeño problema, ella no me juzgó o me dijo nada ofensivo lo que realmente aprecié porque necesito a alguien con quien pueda discutir estas cosas y no puedo escribirle a Taesung porque está ocupado con todo lo de su baile.
—¡Tengo una idea! —Marilyn pone sus manos sobre la mesa y me mira con emoción—. ¿Por qué no tratas tú de ser el activo? ¡Así no te dolerá!
—¿Eh? —abro los ojos—. ¡No lo había pensado!
—Y Harold ya tiene experiencia en eso, yo sé porque Funk me contó.
—Oh —asiento, pensando que eso tiene sentido—. Sí... ¡También soy un hombre! También puedo hacerlo.
—¡Exacto! —ella me palmea el hombro—. Tienes que planteárselo... ¡O mejor! Solo impone tu poder, dile "abre las piernas" o algo así.
—Buena idea —yo asiento—. Me gusta, gracias Marilyn.
—¡De nada, cuando quieras! —ella levanta su pulgar—. Cuéntame cómo te va.
Creo que tengo una nueva amiga... nunca había tenido una, eso es genial.
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