Capítulo 4
Capítulo dedicado a @IvnSalvatierraVillan por insistir hasta que no se me olvidó dedicarselo :3 un verdadero guerrero.
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Harold.
Junghee es como un niño pequeño y amargado. Me ha tocado lidiar con niños como él antes, su comportamiento encaja justo con un el de un par de chicos que solía cuidar para los amigos de mis padres en el pasado. Eran como gatitos asustadizos, muy cuidadosos de los extraños, muy ariscos. Junghee es exactamente así. Sin embargo, cada vez que yo les daba dulces a aquellos niños, ellos se volvían dóciles. Sucede lo mismo cuando beso a este chico, él deja de quejarse, deja de fruncir el ceño, es como si le diera chocolate a un niño berrinchudo. Me encanta ver esa transición entre la persona que trata tan duro de ser y la persona debajo de esa máscara bien trabajada.
—No hay realmente mucho que ver aquí en Berkeley —le digo mientras caminamos alrededor—. San Francisco es más bonito ¿Quieres ir el fin de semana? Podemos pasar la noche allí, mis padres tienen unos amigos que manejan una posada de mochileros allí, no es la gran cosa pero será divertido.
—¿Seguro? No quiero molestarte y hacerte gastar dinero —él no me mira a los ojos, mantiene su mirada hacia el frente pero estamos caminando muy juntos por una acera mientras volvemos hacia nuestra calle—. Vi un poco de San Francisco cuando mi tía Eunji y Donnie-ssi vinieron a California la última vez, antes de que decidiera venir aquí y molestar a Taesung.
Pienso por un momento entonces que el tal Donnie-ssi que paga por todas sus cosas es el padre de Ty. Ya comprendo por qué tiene una tarjeta de crédito sin límites. Si el abuelo de Ty es dueño de una cadena de restaurantes, una firma importante de arquitectos y otro montón de bienes que ni siquiera puedo imaginar, no me sorprendería que Donnie-ssi fuera la cuarta parte de rico de lo que es su progenitor y aun así le sobraría dinero a montones. Y quiero decir, ya lo conocí, parece un hombre demasiado amable y carismático para todo el dinero que tiene, realmente no estoy sorprendido de que quiera adoptar a los gemelos, como dice Eric.
—Pues a mí no me molesta, estaríamos algo cortos de dinero pero... —suspiro entonces pensando en una mejor idea—. ¿Qué tal el próximo fin de semana? No quiero hacerte pagar otro boleto de avión pero... ¿Qué te parece esto? La próxima semana tendré la semana libre desde el jueves hasta el lunes, por lo que tendría todo ese tiempo para ti ¿Quieres ir a turistear en San Francisco? Podemos hacer muchas cosas, pero no quiero que gastes dinero, podrías hablar con el padre de Ty, tal vez, no lo sé.
—Um, bueno, está bien —Junghee asiente—. Parece un buen plan ¿Puedo invitar a mi hermano?
¿Eh?
—¿Eh? —frunzo el ceño—. ¿Tu hermano? No te ofendas, lindura, no me gusta el twincest.
—¿Qué es eso? —Junghee frunce el ceño, luego sacude la cabeza y procede a explicarme—. Es solo que Jungho no ha visto mucho de América, queríamos viajar, al menos un poco... ¿Podría venir él? Aunque... tal vez estoy pidiendo mucho.
—No, es completamente comprensible —digo—. Claro que puede venir Jungho ¿Por qué no? Él es agradable.
También un poquito molesto e impertinente cuando está a tu lado y su presencia arruinaría el gran plan romántico que tenía contigo pero ¡Seguro! Traigamos a tu hermano, seguro amará el maldito San Francisco.
Son las palabras que quiero decir, pero no puedo.
—¿Seguro que está bien? —Junghee me hace mirarlo, está ladeando la cabeza adorablemente—. Estás haciendo una cara rara, no quiero disgustarte, si quieres no le diré.
¿Cómo puedes decirle que no a esa carita? No, no puedes.
—Estaría más que alegre de que Junghee viniera con nosotros —le digo—. Y ya que estamos ¡Invitemos a Gerald y a Funk! Nuestras vacaciones empiezan a partir del lunes, yo tengo cosas que hacer después, asuntos extracurriculares, pero Gerald está libre los mismos días que yo y Funk también y como Eric tiene que ir al baile de Ty, entonces seremos solo nosotros ¿No te agrada la idea?
—Sí —él asiente—, parece bien, ellos no me disgustan.
Él no puede decir que algo o alguien le "agrada" directamente y creo que eso es adorable.
—Entonces les diré —beso la mejilla de Junghee y tomo su mano—. Volvamos a casa.
Mi plan de invitar a toda esta gente, tiene un propósito y es solamente evitar que Jungho nos arruine el viaje haciendo a otras personas hacerse cargo de él. Voy a rogar de rodillas a Gerald si tengo que hacerlo pero conseguiré que Junghee y yo pasemos un buen rato en San Francisco mientras su hermano está ocupado viendo Alcatraz o yo que sé. No es que no me agrade Jungho, pero cuando él y Junghee están juntos, creo que se ven obligados a actuar de cierta manera frente al otro y quiero que Junghee se mantenga suelto y libre como ahora.
Sin embargo, cuando le explico a Gerald y a Funk, Geral no parece dispuesto.
—Por favor, por favor, por favor —ruedo juntando mis manos—. ¡Por favor, Gerald, te lo deberé toda la vida! He hecho tanto por ti ¿Por qué no puedes retribuirme un poco?
—La última vez que miré el marcador de favores, íbamos empatados ¿Por qué quieres desemparejarlo de nuevo? —él sacude la cabeza—. Te pagué el ultimo favor, tú tendrías que hacerme uno a mi ahora.
—Yo solo iré si Marilyn dice que no tiene nada que hacer o quiere venir —dice Funk—. De otra manera, quiero pasar tiempo con ella, nunca tenemos tiempo el uno para el otro, así que debo esperar su respuesta.
—¿Ves? Funk al menos tiene una excusa válida —le reclamo a Gerald—. Vamos, Ged, mi cita te está haciendo la cena, no seas egoísta.
Junghee dijo que quería cocinar algo para nosotros hoy así que pasamos por la tienda y él compró varias cosas que iba a notando en su pequeña libreta de rana por alguna razón y ahora nosotros discutimos en el cuarto de lavado mientras Eric está charlando con Junghee en la cocina, todo porque Funk insistió en terminar de lavar su ropa mientras charlábamos ya que después de todo, no logró salir.
—Bien, iré —Gerald suspira—, pero me debes dos favores seguidos.
—Dos favores seguidos será —le guiño el ojo—. Funk, habla con Marilyn.
—Le enviaré un mensaje —Funk pone su pulgar en alto.
Gerald y yo salimos del cuarto de lavado y nos dirigimos hacia la cocina solo para encontrarme con el horror de Junghee alimentando a Eric en la boca con una cuchara—. ¿Está bien? —el descarado pregunta.
—Sí, está bien, sabe como el de la madre de Ty, eres bueno —Eric le sonríe.
—Ty se enterará de esto —digo cruzándome de brazos.
—¿Qué dices? —Eric frunce el ceño.
—Eric, tienes el tuyo, aléjate por favor —lo empujo fuera de la cocina con una patada antes de voltearme hacia Junghee—. Lindura... ¿Puedo ver si está bien también?
—Sí —él me da la cuchara en la mano—. Prueba la salsa si quieres.
—¡No, dámela tú, coquetea conmigo! —sacudo mis brazos, sintiéndome dejado de lado.
—Yo quiero probar la carne —Gerald se pone a un lado de Junghee con una sonrisa.
El pequeño descarado toma un trozo de carne de la cacerola con el tenedor y lo sopla él mismo antes de ponerlo en la boca de Gerald. Ese gesto rompe mi corazón. Él no quiere alimentarme a mí pero claro, seamos románticos con todos mis compañeros, eso seguro que le hace bien a mi ego.
Gerald se aleja después de guiñarme un ojo con cinismo y yo me quedo al lado de Junghee, mirándolo cocinar, pasándole lo que necesita para preparar lo que sea que esté preparando, no he preguntado que es pero huele bien y a los demás parece gustarles, así que supongo que aunque no lo pruebe puedo estar tranquilo. Aun así echo un gran suspiro al aire, esperando que él capte la indirecta.
Un momento después Junghee se dirige hacia mí con una cara muy seria mientras sostiene la cuchara en su mano.
—Hyung, prueba —él no me mira a los ojos aun cuando tomo la cuchara en mi boca, y entonces comprendo que yo tengo cierto efecto sobre él que no tienen los demás y que está avergonzado de mostrarlo, por eso me ignora, es como un niño gustando de alguien.
Aprieto su muñeca y tiro de ella, envolviendo mi otro brazo alrededor de su cintura, estampando mis labios contra los suyos. Al principio él no responde, pero después, como siempre que lo beso, él se deja caer contra mi cuerpo, se vuelve suave y abre sus labios, así que suelto su muñeca y él la coloca sobre mi hombro, moviéndola lentamente hacia alrededor de mi cuello. Para no dejarle más opciones, lo acorralo contra el mesón y tomo sus muslos con fuerza para subirlo sobre este. Él está usando un delantal y eso juega en mi contra porque no puedo meter mis manos debajo de su ropa, entonces bajo mis besos por su cuello antes de que la cuchara caiga al piso haciendo un sonido que rompe nuestra burbuja.
Él toma una bocanada de aire y dice—: Se está quemando —luego me empuja y se baja del mesón para atender algo en la cocina.
Yo suelto una risa y sacudo la cabeza.
Qué lindo es.
Finalmente él termina la cena y todos nos reunimos en la mesa para probarla, es algún platillo coreando que se las arregló para preparar, cuyo nombre no puedo pronunciar pero sabe realmente rico. Es increíble lo que puede hacer con un par de especias. Mi chico es talentoso.
Así paso el rato, sorprendiéndome a mí mismo llamándolo "mi chico", regañándome mentalmente y luego distrayéndome porque siento celos de que está siendo lindo con mis compañeros y no conmigo. Y creo que no puedo seguir haciéndolo. Junghee va a matarme. Yo no suelo pasar tanto tiempo con las personas con las que me acuesto, no suelo analizarlas, ninguna persona me ha dejado lo suficientemente impresionado como para tomar el riesgo. Sabía que esto podía pasar, sabía que estaría todo loco y desesperado por el chico tan pronto me sonriera y ni siquiera lo ha hecho todavía, que es lo peor.
He cavado mi propia tumba al decirle que sí a todo esto.
De cualquier manera, seguiré adelante porque es la única manera en que esto puede terminar, bien o mal, como sea, necesito un cierre.
Él no parece pensar lo mismo, puesto que cuando lo arrastro a mi habitación luego de dejar a los chicos lavando los platos, Junghee no está muy convencido. Tengo que prometerle que no saltaré sobre él para que acceda a entrar en mi habitación sin llevar un spray de defensa personal en la mano. Al parecer no le gusta cuando soy directo. Dios, justo como un gatito. No creo que pueda soportar tanta ternura.
—¿Te gusta la música? —interrogo luego de cerrar la puerta.
Él parece relajarse.
—Sí —dice—. Tocas la guitarra ¿no? —él apunta hacia la guitarra sobre mi cama.
—Síp —me lanzo sobre la cama y tomo la guitarra, sentándome contra el cabezal, él se sienta a mis pies—. ¿Quieres que toque algo? Me gusta presumir mis habilidades.
Él rueda los ojos pero se quita los zapatos y sube sus pies a mi cama para mirarme con atención, flexionando sus rodillas contra su pecho.
—De acuerdo —dice—. Yo solía tocar el violín, estaba en una orquesta.
—¿Y por qué lo dejaste?
—Tenía que estudiar.
Hago una mueca.
—¿Tu abuelo? —alzo una ceja—. Estoy seguro de que tiene que ver con él.
—Él dice que la música solo distrae —Junghee se encoge de hombros—. Él quiere empresarios, no músicos, así que dejé la orquesta. Me gustaba mucho, Jungho no estaba allí pero aun así mis padres me dejaron hacerlo solo, era divertido.
—Tendrás que mostrarme tus habilidades algún día —le sonríe, tomando su manos levemente, nuestros dedos apenas se tocan, él sacude la cabeza en negación—. ¿Por qué no?
—Porque ya no soy bueno, perdí practica —él abraza sus piernas contra su pecho más fuerte—. Tendría que comenzar de nuevo... no es que fuese increíble cuando lo dejé, así que debo empezar de cero.
—No importa, aun así quiero escuchar... ¿Quieres escucharme tú a mí ahora?
—Sí —él asiente—. Canta algo.
—¿Cómo sabes que canto?
—Los guitarristas siempre cantan, además... tienes buena voz.
—¿Te gusta cómo suena mi voz?
—Sí...
No lo presiono más, no creo que pueda decirme más allá de eso, ya está lo suficientemente sonrojado para ello, por lo que procedo a tocar un par de acordes con suavidad. Él mira mis manos con atención. Jamás me sentí tan nervioso tocando la guitarra, lo he hecho desde los ocho años, no debería sentirme así pero sus ojos son muy intensos, la manera en que muerde su labio mientras está concentrado. Él incluso se acerca más cuando empiezo a tocar y a cantar una canción específica. A Little Death, de The Neighbourhood. La escogí a propósito, con el objetivo de subir la temperatura, cuando él por fin me mira a los ojos tengo una respuesta a lo que había estado esperando.
Suelto la guitarra dejándola de lado sin desconectar nuestras miradas y alargo mi mano hacia su nuca para empujarlo hacia mí y unir nuestros labios en un beso. Un beso que no termina siendo interrumpido, él tampoco me empuja o tiene un momento de lucidez. Él enreda sus piernas alrededor de mi cadera cuando lo pongo debajo de mí en la cama y deja que lo bese a mi gusto. Quisiera que participase un poco y que me besase de vuelta pero estoy demasiado desesperado para pensar en ello en este momento. Cuando Junghee gime mientras beso su cuello, suelto un suspiro antes de presionar mi cadera hacia abajo, sobre la suya, haciéndolo consciente de su reacción en mí.
Sus manos empujan mi pecho y él dice algo en coreano mientras me aleja, así que me incorporo. Él sale de debajo de mi cuerpo y se sienta en el borde de la cama respirando irregularmente.
—¿Te hice daño? —es lo único que puedo preguntar.
—No puedo hacer esto —susurra, parece que está asustado y desesperado—. No puedo, no puedo, quiero volver a casa.
—Oye, lindura, tranquilo —trato de tocar su hombro, cuando no reacciona me acerco más, tanteando el terreno por si se le ocurre golpearme—. ¿Quieres un vaso de agua? No puedo llevarte a casa pero puedo llamar a alguien ¿Quieres hablar con tu hermano?
—¡No! Quiero volver a casa —él empieza a llorar, de verdad está llorando—. Eomma... ottoke?
—¿Mamá? ¿Quieres a tu mamá? —murmuro—. Dios mío, esto nunca había pasado.
—No puedo, Harold, lo siento —él se levanta—. Yo... tengo miedo.
—¿Por qué? Estás bien con los besos —resoplo, levantándome también para tomar su mano—. No te digo que no lo comprendo, es solo que... quiero ayudarte, por favor.
—Esto es horrible, es tenebroso, yo... nunca me había sentido así, yo... —él mira hacia abajo, yo miro también, tiene una erección—. Estoy con un hombre, no puede ser... —empieza a caminar por la habitación como si fuera a hacer una zanja alrededor.
Al parecer la crisis que hacía falta está llegando en este momento.
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