Capítulo 18
Junghee
Nunca podría haberme imaginado que llegaría a estar en este tipo de situación, con un hombre. He tenido sexo con chicas antes, como tres veces con dos chicas diferentes, pero en esas oportunidades yo no estaba en mi mejor momento.
La primera vez ambos estábamos borrachos, ella hizo todo el trabajo y cuando terminamos dijo que no podía estar con un hombre tan pasivo y manejable, que le gustaban más salvajes. No pensé que fuera mi culpa, esos son sus gustos ¿Qué podría hacer yo?
Luego encontré una novia, Jaesoo Noona, era alegre y divertida, ahora que lo pienso ella se parece mucho a Harold. Era la mejor animando las fiestas, siempre estaba jugando y bromeando, haciendo que todo el mundo se sintiera cómodo. Tuvimos sexo un par de veces, ella dijo que le gustaban los chicos pasivos y realmente no fue desagradable estar con ella, era justo lo que yo estaba buscando en ese momento. Sin embargo, ella terminó conmigo porque decía que siempre que estábamos juntos, ella no podía hacerme sonreír ni aunque lo intentara.
Traté de explicarle que así era yo, que no tenía nada que ver con ella. Pero me dijo "no lo entiendes, yo sabría si solo fueras callado y serio... pero no es así, simplemente estás buscando algo que yo no puedo darte. Sugiero que estés con alguien que pueda hacerte sonreír, no importa quién esa persona sea, con tal y sea buena, no importa lo demás". Supongo que ella se dió cuenta de algo que yo no podía ver en ese entonces, no lo tomé como que estaba hablando de un chico pero ahora puedo ver claramente que ella se refería a que sabía que me gustaban los chicos. Era muy atenta a los detalles, así que no me sorprende.
Puedo ver claramente ahora por qué no funcionó con chicas; no puedo no sonreír cuando estoy con Harold, incluso si lo intento, no podría no hacerlo. Yo realmente pensé que era normal no sentirse así de drogado cuando estabas con una persona que se supone que es tu pareja... pero es tan natural sentirme irremediablemente enamorado de Harold.
Espero que él sienta lo mismo.
Está bajo mi cuerpo, con sus piernas rodeando mi cadera. Su labio inferior está siendo apresado por sus dientes mientras sus párpados permanecen apretados con fuerza. Estoy tratando de entrar en él, empujando mis caderas con suavidad, mientras más empujo más puedo sentir mi sangre hirviendo por la excitación. Desciendo sobre él y lo beso en los labios levemente.
Él sonríe y su sonrisa me ilumina; si él está feliz entonces todo está bien.
Pone sus brazos a mi alrededor y empuja sus caderas hacia arriba, tratando de que llegue más profundo dentro de él. Suelto un gemido, no puedo parar de quejarme porque esto es tan diferente a cualquier otra cosa que haya sentido antes. No se siente como solo sexo, hay algo más... algo más profundo, algo que jamás imaginé que llegaría a sentir por otra persona.
—Sé cuidadoso —murmura Harold, sosteniendo con su mano mi cadera para moderar mis movimientos—. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que hice esto.
Asiento, bajando la velocidad.
—¿Lo estoy haciendo bien? —interrogo, dejando caer mi frente contra la suya.
—Sí, gatito —él resopla y echa su cabeza hacia atrás cuando choco mis caderas contra él en una estocada profunda—. ¡Sí! Dios, continúa... uff mierda, eres bueno.
Sonrío y me dispongo a hacerlo sentir tan bien como me es posible. Él gime, pero muy bajo, casi parecen gruñidos cuando se queja, sus músculos se flexionan cuando levanta sus brazos para sostenerse de la sábana. No puedo detenerme a mí mismo cuando bajo y pruebo la piel de sus pectorales con mi lengua. Muevo mis manos hacia sus bíceps y los aprieto. Realmente disfruto del cuerpo musculoso de Harold, es increíble la manera en me atrae.
Termino antes de lo esperado, con él apretándome entre sus brazos mientras muerdo uno de sus pezones. Somos un desastre de gemidos, resoplidos y cuerpos pegajosos en la oscuridad mientras tratamos de separarnos. Me acuesto a su lado y me acurruco junto a él, luego de echar el condón al bote de basura a un lado de la cama. Él se coloca sobre su costado y me mira expectante.
—¿Qué tal estuvo? —susurra, pasando su dedo a través de mi abdomen.
—Increíble —respondo, volteando a mirarlo—. Nunca había tenido sexo tan bueno.
—Es bueno escucharlo —él besa mi mejilla, mi cuello y mi clavícula, dejando su cuerpo parcialmente sobre el mío, luego sube hasta mi oído y susurra—: No te preocupes, tendremos una repetición en poco tiempo ¿Te sientes listo?
Lo miro a los ojos cuando su mano se enreda alrededor de mi miembro ahora semi erecto. Asiento varias veces, poniendo mi mano sobre su pecho. Estoy ansioso por una segunda vez, pero con su cuerpo totalmente cubriéndome, su calor sobre mí. Tanto como me he gustado mi primera vez, estoy más acostumbrado y me gusta más cuando él está sobre mi, cuando todo su peso cae sobre mi cuerpo y jadea en busca de aire sobre mi cara. Me hace sentir como un ganador cuando Harold se siente de esa manera por mí.
Doy la vuelta sobre el colchón, colocándome sobre mi estómago para que pueda prepararme. Volteo para verlo sobre mi hombro, él está sonriendo mientras se levanta para alcanzar el lubricante que se encuentra en la mesa de noche, él lo deja a mi lado en la cama y pone sus manos sobre mis glúteos. Los masajea y aprieta, casi me hace cosquillas por lo que río. Él se inclina sobre mi hasta llegar a mi oído, su pene choca contra mi trasero debido a esto. No se siente desagradable... se siente bien, de hecho, lo único que quiero en este momento es que caiga sobre mí y me aplaste con todo su peso.
—¿Seguro que quieres hacer esto? —pregunta, pasando la punta de su miembro a través de mi trasero.
Ahogo un gemido cuando besa mi cuello.
—Sí —respondo, casi perdiendo mi aliento—. Solo hazlo... quiero que lo hagas, por favor.
—Bien, cariño —Harold deja un beso sobre mi nuca.
Baja más, dejando besos sobre mi espalda, todo el camino hasta una de mis nalgas. La besa suavemente, luego siento como la muerde. Me estremezco antes de soltar una risa y tratar de alcanzarlo para darle un manotazo, él me besa de nuevo el lugar que mordió y entonces procede a separar mis glúteos para prepararme.
No puedo evitar estar nervioso, al principio se siente muy extraño y pegajoso, incómodo y trato de morder mi labio para soportarlo. Él entonces mete un primer dedo y salto en un respingo, es incómodo, pero al mismos tiempo se siente bien. No es algo que pueda describir pero no es del todo desagradable, solo muy extraño. Harold sigue empujando hasta que mete otro dedo. Va con calma y con mucha lentitud, le toma unos minutos hacer que me acostumbre, pero yo lo siento como segundos cuando toca un punto dentro de mi que me empuja hacia adelante, sacándome un gemido sonoro de la garganta.
—¿Se siente bien, bebé? —él pregunta con su voz gruesa y pesada.
—Sí —asiento.
Él saca sus dedos y me deja vacío y deseando algo dentro de mí. Retuerzo mis dedos y me quejo, me siento tan necesitado de su calor y su contacto, tan necesitado de él en general.
—Voy a entrar ahora —murmura.
—Hazlo, por favor... lléname.
No sé dónde está saliendo todo este valor para decir todo lo que pasa por mi cabeza pero ni siquiera me importa. Subo mis caderas de manera que él pueda alcanzar mi entrada. Él me acaricia la espalda como si quisiera decir que lo estoy haciendo bien.
—Sobre tu espalda —él me ordena.
Me volteo, encontrándome con sus ojos oscuros y llenos de deseo, si mirada me quema y me avergüenza un poco pero al mismo tiempo me excita tanto que no puedo soportarlo.
—¿Listo? —él interroga mientras la punta de su miembro presiona contra mi entrada—. No puedo esperar, Junghee... dime de nuevo —él cierra los ojos, echando su cabeza hacia atrás.
—Lléname —susurro.
De alguna manera sabía que era lo que estaba esperando escuchar, él se veía satisfecho cuando empujó dentro de mi con cuidado. Las venas de su cuello se veían tensas y estaba prestándole tanta atención que ni siquiera sentía la presión en mi entrada. No fue hasta que él empujó más profundo que pude sentir como mis ojos se llenaron de lágrimas ante el inminente dolor de él entrando en mi interior. No es que fuera intenso pero sí era algo incómodo. Tuve que cerrar los ojos y agarrarme de sus hombros, morder mi labio y tratar de no gemir para no avergonzarme a mí mismo.
—Shhh... —él besó mi frente con suavidad, pasando sus manos por mis hombros—. Lo sé, cariño... ¿Duele demasiado?
—Está bien —asiento—. Puedo con ello.
—Eres adorable, Junghee —Harold empujó sus caderas, sacándome un gemido, mis piernas se enredaron a su alrededor y mientras mis brazos lánguidos solo descansaban sobre la cama—. Quiero hacer un desastre de ti, gatito... quiero marcarte, quiero que seas mío para siempre... nunca había sentido algo tan fuerte y aterrador por una persona.
Su mirada es seria y profunda cuando cae sobre mis ojos, todo lo demás está lleno de bruma, solo puedo concentrarme en su cara, en sus labios hinchados y lo bien que lucen diciendo esas palabras. Me hace sentir una satisfacción que definitivamente no conocía antes, como si esto fuera algo que no sabía que quería hasta que salió de su boca.
—Yo tampoco —respondo con sinceridad—, quiero ser tuyo... vamos, continúa.
Él vuelve a entrar en mi y choca sus caderas sobre las mías, con fuerza, pero no puedo pensar en el dolor, no puedo pensar en nada que no sea el placer de tenerlo entre mis brazos, la excitación del momento, el calor de su piel quemando la mía. No sé que estaba pensando cuando le dije que no era gay y que nunca podría estar con él. Definitivamente lo soy, definitivamente lo quiero, para siempre, quiero esto para mi vida y no creo que esté mal o sea antinatural.
En este momento, esta acción es la más natural del mundo, estos besos son los mejores y no hay otra persona que pueda considerar para pasar mi vida aparte de él.
¿Es solo el momento o esto es real?
Harold no me deja pensar demasiado con sus estocadas, cada vez más fuertes y profundas, mis uñas arañan su espaldas y no puedo cubrir mi boca ni evitar que salgan gemidos de ella. Estoy sollozando en sus brazos y ni siquiera me importa.
—Oh hyung... hyung... nomu chuja.
Él de repente me voltea, levantándome completamente de la cama para ponerme a ahorcadas sobre su regazo.
—Vamos, toma el control antes de que yo lo pierda —exige, está sudando y su cabello se pega a su frente haciéndolo lucir tan sexy y hermoso—. Móntame, cariño.
Le enseñó entonces que realmente no soy del todo un gatito bueno como él insiste en llamarme. Llegamos a un punto en que la cama de agua suena como olas rompiendo contra las rocas en la playa, es casi vergonzoso y tenemos que bajar un poco la velocidad por el bien de las personas que aún deben estar abajo.
Ambos terminamos, el uno sobre el otro, exhaustos y enredados, echos un desastre de piel pegajosa y suspiros. Pero estoy tan inexplicablemente feliz que bien podría morir ahora.
Harold besa mi frente y mi toma mi mano para besar el dorso una vez que nos cubre a ambos con una sábana. Ambos nos miramos el uno al otro con sonrisas pero no decimos nada por un largo tiempo, solo estamos nosotros y las estrellas del techo brillando en la oscuridad, pero es perfecto... maldita sea sí sé por qué.
Se siente como un hogar, él huele como un hogar, aún después del sexo, él huele tan familiar y cómodo, tan dulce... como un lugar en el que siempre quiero estar.
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