💕 Visita Inesperada.💕
Después de realizar las compras correspondientes, se dirigieron hacia el estacionamiento de la tienda de autoservicio, junto al carrito que cargaba todo el mandado. Tanto Alfa como Omega se encontraban sumidos en un silencio, y Aunque no molestaba a ninguno de los dos el Alfa se moría por romperlo con una pregunta, pero temía a arruinar aquella comunión que había creado con el Omega. Sin embargo, no perdió el tiempo y se armó de valor para poder realizar aquella pregunta.
-Emh, JiMin... ¿Puedo preguntarte algo que posiblemente hará que me golpees en la cara por meterme en tu vida personal?-preguntó al Omega, quien se encontraba divertido con la pregunta del Alfa, mas no lo mostró.
-Adelante-accedió.
-Hace un rato dijiste que confiabas en que NamJoon protegería a SeokJin porque a ti te había protegido de niños abusones en el orfanato, ¿O me equivoco?
El Omega levantó levemente las comisura de sus labios, escondiendo una sonrisa burlona, pues el Alfa desprendía un aroma que le hacía saber sobre su nerviosismo y aquello no pudo evitar darle ternura.
-Eso es correcto. ¿Qué hay con ello?-volteó a mirar al Alfa con una ceja alzada, quien sintió miedo de inmediato. Maldiciendose por haberse dejado llevar por su curiosidad y haber arruinando el momento.
-A-ah, no es que me quiera meter en tu vida privada, ni en la de NamJoon, es sólo que me intrigó por un momento, pero no dije nada porque no quise incomodarte...-admitió nervioso.
-Tranquilo, no pasa nada-sonrió el Omega, permitiendo que el Alfa liberara todo el aire que habían estado reteniendo sus pulmones-. NamJoon Hyung fue a parar al orfanato cuando su familia murió en un accidente sobre la carretera cuando el tenía ocho años. Mientras que los míos murieron cuando tenía apenas seis, mi madre tenía una enfermedad que no se podía curar, a los días, mi padre falleció por el fuerte lazo que tenía con ella. Fue así que terminé en el orfanato-contó, sintiendo una opresión en su pecho al recordar un poco de lo que aún permanecía en su memoria sobre sus padres-. A los pocos días de haber llegado, unos niños comentaron a molestarme con mi aspecto, hasta el punto de hacerme llorar y no querer comer. Fue entonces que un día, mientras me molestaban, NamJoon Hyung apareció y los amenazó.-una sonrisa radiante apareció en su rostro al recordar como su salvador había aventado a uno de los niños en el suelo hasta el punto de hacerlo llorar-. Desde ese día no volvieron a molestarme y yo no volví a separarme de NamJoon Hyung y de otros dos chicos que se convirtieron en nuestros amigos. Después, pasaron los años, nos presentamos, el como Alfa y yo como Omega, claro. Sin embargo, nunca existió entre nosotros una atracción romántica, y a pesar de ello decidimos intentar ser algo más, pero afortunadamente no funcionó y continuamos con nuestra amistad como si nada hubiese sucedido-contó, para después mirar a el Alfa, quien parecía entretenido con su relato-. Es por eso que estoy muy feliz que NamJoon Hyung haya encontrado a su destinado. Ya que siempre espero por él...
-Eres un buen amigo, JiMin...-le reconoció Suga con orgullo, causando un sonrojo en el Omega.
-¡Pues no lo seré si no llegamos con las compras!-le contestó en un intento de evadir su comentario, para después sacar las bolsas de mandado del carrito y comenzar a caminar.
-Cuanto me arrepiento de no haber traído mi carro...-se quejó el Alfa, para después comenzar a caminar con pesadez hasta poder alcanzar a JiMin...
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A
l Alfa se le había ocurrido una maravillosa idea.
La casa de Jin se encontraban rumbo hacia la casa de JiMin. Suga siempre contaba con la llave del auto de su amigo SeokJin, el cual había sido un obsequio de su padre, mismo motivo por el cual no lo usaba y prefería caminar. Suga sabía perfectamente que el Omega vivía resentido con sus padres y por supuesto que lo entendía, sin embargo, tampoco estaba del todo a favor que odiara a sus padres, ya que ellos no sabían el monstruo que era Ken y tal vez nunca lo sabrían por este sabía muy bien como esconder sus sucias huellas...
-Tranquilo, sólo tomaremos el automóvil de SeokJin y nos iremos a tu casa.
-¿Qué hay del idiota que se encuentra persiguiendo a SeokJin Hyung?
-Debe estar buscando a SeokJin como loco, por eso las luces del apartamento se ven apagadas.
-No lo sé. Siento como si estuviéramos a punto de cometer un robo.
-No es un robo porque tengo las llaves del automóvil.
-Pero no la autorización de SeokJin Hyung.
-Ese engendro ha tomado mil veces mi auto para escaparse, ¿Por qué yo no puedo tomar el suyo? Además, aún falta mucho para llegar a tu casa y tenemos mucho peso sobre nosotros...
Aquella explicación con buenos argumentos del Alfa, lo habían llevado a considerar robar el automóvil de SeokJin. Estaba cansado y no quería caminar hasta su casa, sin contar con que faltaba mucho y comenzaba a oscurecerse.
-Esta bien. Pero tendremos que ser muy silenciosos...-accedió el Omega, no sin antes poner una condición.
El Alfa sonrió triunfante, para después llevar consigo al Omega hacia el automóvil último modelo de su amigo. Quitó la alarma de seguridad, tratando de ser lo más discreto posible, una vez que la alarma fue desactivada, abrió la puerta del auto para que JiMin pudiera entrar y liberarse de todas esas incómodas y pesadas bolsas con las que cargaba.
Una vez que el Alfa también se deshizo de su porción de pesadas bolsas, prendió el motor el automóvil, quien al ser un carro de último modelo no hizo sonido alguno, aliviando al par. Una vez que se encontraban adentro del automóvil, Suga se dirigió hasta la casa del Omega para poder reunirse con NamJoon y SeokJin.
Sin embargo, no contaban con que un inesperado auto los siguiera a una distancia favorable para ver cual era su paradero...
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C
uando por fin habían llegado a la casa de JiMin, bajaron del automóvil, para volver a repartir su porción correspondiente de bolsas. Sin embargo, sus acciones se vieron interrumpidas cuando un automóvil intruso se estacionó justo detrás del auto de SeokJin. Por aquellas luces cegadoras que el automóvil intruso irradiaba, no pudieron divisar muy bien de quién se trataba, hasta que lo vieron bajar del auto...
Fue entonces que Suga tuvo un poco de miedo de ser atrapado.
-Ja, ¿Ahora robas autos?-soltó Ken con burla, al mismo tiempo que llevaba la vista hacia el automóvil de su esposo, para después dirigirse al Alfa.
-Lo necesitaba, por eso lo tomé-respondió Suga con naturalidad, tratando de mantenerse sereno ante la presencia de aquel Alfa idiota.
-Pues te recuerdo que también es mi auto, porque todo lo de SeokJin es mío. Así que tomaste algo mío...-reclamó con un tono amenazador, pero Suga en ningún momento se inmutó.
-¿Y cuándo le darás de lo tuyo a SeokJin?-enarcó una ceja, retador.-No eres más que un Alfa cobarde que se aprovecha del dinero de su esposo.
-Ja, ja, se ve que no sabes cómo funciona esto-rió el Alfa sin vergüenza. Después, su mirada fue a parar al Omega que acompañaba a Suga, el mismo por el que su mejor amigo babeaba y el mismo que se encontraba detrás de Suga por instinto.-¿Dónde está?-preguntó ferozmente, dejando el drama para después.
-No sé de qué hablas-frunció su ceño, fungiendo no saber a lo que se refería.
-Sabes muy bien que desde la mañana he estado buscando a SeokJin-gruñó con molestia.
-Y yo no he hablado con él. Si tanta curiosidad tienes por saber dónde está, ve y pregúntales a sus papás. Yo no soy su niñero.
-No, pero si eres su amiguito y sé bien que se mantienen en contacto. Aunque si fuera por mí, SeokJin ya no sería amigo de un Alfita de cuarta...-se burló, provocando enojo en Suga.
-Cuidado con lo que dices, imbécil.-le amenazó una vez que se apresuró a estar a centímetros de su rostro.- Si fuera por mí, ya te hubiera matado desde hace mucho tiempo...-gruñó, al mismo tiempo que sentía como la vena de su cuello comenzaba a brotar y sus colmillos de Alfa puro comenzaban a brotar.
Ken se encontraba divertido con la situación, pues era muy sencillo hacer enojar al mejor amigo de su esposo, ese escudero que se encontraban cuidándolo día y noche y justo por eso le extrañaba no verlo junto a SeokJin, en lugar de eso parecía estar teniendo una cita con el Omega pelirrojo. Y al no ver a su Omega ni oler su aroma característico por ningún lado, decidió que estaba perdiendo el tiempo y que era mejor seguir buscando.
-Volveré por sí te encuentras escondiendolo.
-Sigue buscando, puede que en una de esas encuentres tu dignidad, idiota.
-También fue un placer verte, Suga.-dijo sarcástico, para después dirigirse hacia su carro y adentrarse a este.
JiMin aún se encontraba temblando de miedo al haber presenciado aquello. Por un momento temió que una pelea surgiera y Suga saliera herido en el proceso, es por eso que parte de que Suga evitara abalanzarse sobre el idiota fue la mano de JiMin, la cual fue entrelazada con la suya, en modo de súplica silenciosa para parar.
-¿Estás bien?-preguntó con dulzura al Omega, una vez que el automóvil del maldito se había marchado.
Tomó el rostro del Omega entre sus manos y con sus pulgares limpió aquellas lágrimas silenciosas que se encontraba resbalando por las mejillas del pelirrojo.
-Tuve miedo de que te hiciera algo...
-Y yo tuve miedo de que te hiciera algo a ti.
JiMin no lo soportó más y con un movimiento rápido, abrazo fuertemente al Alfa, en busca de su tranquilizante aroma.
-Por favor ya no te metas en problemas-pidió en medio de hipidos, a lo que el Alfa asintió para poder tranquilizarlo.
-Ven, vamos a adentro.-le animó para llevarlo al interior de la casa, mientras aún se mantenía abrazándolo.
Ya después se encargaría de llevar las compras al interior de la casa, por ahora lo único que le importaba era poner a salvo al Omega y tranquilizarlo con su aroma...
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