Algo que Izuku Midoriya siempre tenía en cuenta, era lo mucho que a su novio, Todoroki Shoto le gustaba el ser mimado. Con caricias, besos o palabras, Izuku no podía pasar mucho tiempo sin darle aunque fuese un apretón de manos.

Quizás ese fue su error.
Descuidar a su novio durante dos horas, por tener su entrenamiento con Kacchan y otros de la clase fuera del horario escolar.

¡Era algo que necesitaba para ponerse al día luego del castigo que recibió! Por haberse peleado con Katsuki en GroundBeta, esas ciudades simuladas...

—¿Todoroki-kun...?

Musitó el peliverde, su novio llevaba ya un día entero sin dirigirle la palabra, ni siquiera lo miraba, y cuando alguien preguntaba que sucedía él sólo respondía un «Cosas nuestras».

Izuku no entendía.
Uraraka y los demás seguían preocupados...

—Deku-kun... Ten cuidado.

Dijo la castaña, antes de dejar a su amigo solo en el salón común, mirando la televisión. Midoriya suspiró.

No quería creer los rumores, o que Shoto en serio fuese... Así, como decían Yaoyorozu y las demás. Él prometió jamás nunca lastimarlo.

¿Que tan seguro podía estar, de que él iba a cumplir aquella promesa?