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❁;cinco

Una carcajada abandono los labios de JiMin, se retorció y apretó su estómago con los brazos. Había sido tan fuerte su risa que la mayoría de personas presentes en el salón de clases giraron en dirección al grupo de chicos en el fondo, en donde el responsable de la repentina atención parecía convulsionar en su asiento. TaeHyung por su parte sonreía y le daba leves golpeas en la espalda a su amigo para que se tranquilizara y callara, mientras que Jungkook se tapaba la boca con una mano, para que los pedazos de su chocopie no saliesen volando de su cavidad bucal.

El chiste contado fue... demasiado malo, ni valía la pena repetirlo, y sinceramente ni siquiera los dos menores sabían cómo es que a JiMin le había causado tanta gracia; hasta daba pena. Pero no negaban que en tan sólo escuchar la risa del ahora rubio les había contagiado y actualmente el trió de amigos se encontraba convulsionando de risa, recibiendo una que otra mirada extraña por parte de sus compañeros. Era muy escandaloso ¿Cómo podrían ignóralos? Hasta la delegada de la clase había salido en busca del tutor para quejarse, porque supuestamente ellos estaban estudiando y tener las escandalosas risas de los chicos resonando en todo el salón era molesto.

Jungkook miró de reojo a TaeHyung, como este mostraba su característica sonrisa rectangular y achinaba los ojos. La palabra tierno lo definía perfectamente en esos momentos, aunque también le quedaba corta a su persona. TaeHyung era más que eso para el menor, demasiado y no podría expresar con palabras lo que sentía y sentiría por él. Podría hacer una lista y nunca acabar, pero estaba al 100% seguro que agregaría varias palabras como: imbécil, idiota, mastica agua, no capta indirectas, egocéntrico (lo heredó de su madre), estúpido, etc. Sólo por lo incrédulo que era.

No obstante, era consiente que el castaño era como un lujó inalcanzable para él y esto lo decepcionaba y lastimaba.

Días atrás había pensado en dejar esta ridiculez atrás, de dejar su capricho por TaeHyung y centrarse en solamente ser su mejor amigo. Le costó y dolió al principio; se encerraba en su habitación y ponía música a todo volumen mientras se acostaba en el frió piso a llorar, como si se tratase de una fangirl que se acabase de enterar que su ultimate bias había comenzado una relación con una zorra básica.
Alrededor de cuatro días estuvo así y su madre había comenzado a preocupase e intento varias veces charlar con él, saber qué le sucedía y cómo podría ayudarlo, pero el menor se negaba a abrirle la puerta y derrumbarse frente a sus ojos.

Hubo otras ocasiones en donde JiMin intentó animarlo de distintas maneras pero solamente lo deprimió más; como esa vez que lo invitó a caminar al parque para despistar un poco su mente, pero parecía que la parte de "trató de olvidar a TaeHyung" no entendió ya que el mencionado apareció segundos después de que JiMin y Jungkook llegasen a dicho lugar, invitado también por el mismísimo JiMin.

Pero el azabache no lo culpaba, en lo absoluto; era una manera de que se diera cuenta que TaeHyung quizás nunca lo miraría como él lo hacía. Que su cerebro se rayaba y tenía que ser formateado cada vez que Jungkook trataba con una nueva indirecta. Era como si esas indirectas fueran un virus.

Ambos mayores siguieron hablando cuando por fin pudieron cesar sus escandalosas carcajadas, Jungkook por su parte se mantenía callado y expectante mientras terminaba de comer su chocopie que por cierto fue irónicamente TaeHyung quien se lo había regalado.
Aunque éste fuera como un cavernícola que acabase de recién descubrir el fuego, se la había pasado estos últimos días regalándole dulces a Jungkook; y él lo tomaba como una forma de disculpa a su estúpida incredulidad.

Su mente comenzó a distanciarse de la charla de sus amigos, dejando vagar sus pensamientos mientras miraba un punto fijó en el suelo y disminuía su masticar.

El no ser directo desde un comienzo fue su problema y de tanto intentarlo se dio cuenta de la realidad; estaba llorando sobre la leche derramada. No veía otra manera más que por fin echarse para atrás con todo el asunto.

Y cuando por fin estaba por firmar un contrato imaginario en su cabeza, el timbre sonó y lo brusco que fue JiMin al levantase hizo que Jungkook dejara de babear con la mirada perdida. El rubio arreglo su corbata, arreglo y sacudió un poco su uniforme, debido a que al levantarse tan repentinamente asustó a Jungkook y éste sin querer dejó escapar algunos pedazos de su boca al chaleco del mayor. Asqueroso; pero el azabache culpaba a NamJoon, aunque esta vez no estuviera presente ahora mismo, siempre era culpa de NamJoon para el grupo de amigos.

— Ya me tengo que ir. — Dijo mientras suspiraba. — No me extrañen. — TaeHyung rió entre dientes.

— Oh, voy a extrañar tanto tu pequeña ausencia. — Contestó en tonó burlón mientras le dirigía un puchero al contrarío. Mientras que NamJoon ganaba la culpa, JiMin recibía el bullying; era un raro grupo pero se divertían y ninguno se quejaba.

— Ja-Ja-Ja, me parto de la risa, TaeHyung. — Rodó los ojos, agarrando su mochila y pasándola a su hombro. — Ya, los veo en el recesó. — Acordó y ambos menores asintieron, despidiéndose de JiMin agitando sus manos cuando éste comenzó a caminar dirección a la puerta e irse a su clase.

En el momento de escucharse la puerta cerrarse, TaeHyung suspiró y giró a mirar a Jungkook, quien todavía no acababa su dulce. Parecía como un conejo comiendo una zanahoria, se le inflaban los cachetes y sus ojos permanecían abiertos y brillantes por el delicioso sabor.
Éste no tardó en notar la mirada de TaeHyung y se movió incómodo ¿Por qué lo miraba tan extraño? ¿Acaso se había corrido su delineador? ¡De seguro parecía un mapache! Un color carmesí apareció en sus mejillas al mismo tiempo que miles de teorías aparecían en su mente. Y lo peor era que no podía terminar de comer ya que tener los ojos de TaeHyung centrados en su cara lo incomodaba demasiado, así que solamente dejó de devorar el chocopie y miró de reojo al castaño; deseaba tener telepatía para que TaeHyung se diera cuenta que parecía un violador con esa mirada.

Que Dios le perdone por querer huir si seguía mirándolo de esa manera, como si fuese un... ¡Oh dios! Era un pedófilo; ahora entendía el tema de los dulces ¡¿Dónde estaba la camioneta negra?!

— Jungkookie. — TaeHyung intentó llamar su atención, llevando su mano al hombro del susodicho.

— No me toques. — Se sobresaltó Jungkook, queriendo darse una bofetada al ver el asustado rostro del castaño ante su abrupto carácter. De nuevo siendo suspicaz y diciendo estupideces, al final era tan idiota como el mayor o incluso más; pero él no admitiría esto en voz alta, claro. Bajó la mirada, algo avergonzado por lo que acababa de decir. — Lo siento. — Una disculpa en voz baja pudo salir de su garganta, pero perfectamente audible para el otro.

Una leve risa por parte del mayor hizo que sus hombros se relajaran, para luego levantar la cabeza y sonreírle. Pero la mano de TaeHyung fue más rápida y se posó en la mejilla de Jungkook, entrecerrando los ojos mientras acercaba un poco su rostro con el ceño fruncido y sonriendo después de unos segundos. Jungkook moriría en ese momento por la cercanía y por el contacto del mayor contra su piel; pero lo que realmente le daría ese infarto fue que ¡TAEHYUNG LO IBA A BESAR!

¿Nervioso? ¡¿Nervioso?! Jungkook iba a explotar, ni siquiera se había preparado mentalmente para ese momento. Había pensado que tal vez a TaeHyung se le prendería la bombilla de su cerebro y reaccionaria pero jamás se le cruzó que su primer paso sería con un besó, porque vamos, es TaeHyung.
Ahora Jungkook entendía como Katy Perry se sintió cuando los fuegos artificiales salieron volando de su cuerpo, sólo que él se estaba quemando. Y por inercia cerró sus ojos, ansioso.

Su boca de seguro sabía a chocolate, por el chocopie que estuvo comiendo hace minutos atrás y que lastimosamente tuvo que abandonar, pero estaba seguro que la de TaeHyung sabía cómo el mismísimo cielo.

Y lamentaba decir que el único contacto que tuvo no fue los de unos labios estopándose contra los suyos, sino algo áspero por encima de dicho lugar; y estaba seguro que a TaeHyung no le había crecido la barba en esos cinco segundos en los que mantuvo los ojos cerrados. Rápidamente los abrió, encontrándose al mayor refregando la manga de su abrigo contra su rostro.

— ¿Qué haces? — Preguntó confundido Jungkook, y decepcionado.

— Si Jin no está aquí, yo soy el que tiene que cuidarte y no dejare que mi bebé ande con la cara sucia por los pasillos. — Aclaró, apartando su manga y sonriendo. — En serió, pareces un niño comiendo y embarrándote toda la cara. — Se burló, despeinando el pelo azabache de su "bebé", quien agachó su cabeza.

Si no fuera porque era su amor platónico, Jungkook lo mataría y lo enterraría en el jardín de un extraño.

— ¿Estás bien? — El menor quería soltarle mil y una cosas en el rostro, comenzando por lo ilusionado que lo había dejado. Pero era el viejo mal entendido, el típico cliché ¡Y él había caído! Años anteriores hubiera dicho que jamás tendría una situación parecida, ya que la captaría pero ahora se estaba comiendo sus propias palabras. Intentó recuperar el aliento, quizás alguien desaparecería si el profesor no llegaba a tiempo.

Pero se limitó a asentir, aclarando su garganta mientras levantaba la cabeza y daba algunos pequeños golpes a su pecho.

— Sí, sólo me atragante pero ya estoy bien. — Se apresuró a decir con voz ronca ¡¿Dónde estaba el profesor cuando más se necesitaba?! TaeHyung sonrió y asintió, desviando su mirada del menor.

— Espero que te atropelle una bicicleta de niños. — Masculló Jungkook, sacando su libró de lengua.

❀ ❀ ❀

— ¡Lencería! — Dijo con los brazos abiertos y una sonrisa de oreja a oreja. Los cuatros chicos giraron a mirar a recién llegado, quien se sentó tan felizmente mientras miraba solamente a Jungkook. 

— Eh- ¿Consoladores? — Siguió NamJoon, sin entender qué sucedía y a dónde se dirigía la conversación ¿Se suponía que debían mencionar lo que contenía un sexshop? Porque él tenía varias ideas.

— También. — Contestó YoonGi, sin apartar la mirada del menor del grupo, quien se tensó. — Tienes una lista grande, Jungkook. — Su sonrisa se intensificó y el susodicho quiso golpear a JiMin en la cara ¡Le había contado a YoonGi su secretó!

— ¡¿Se lo contaste?! — El rubio se sobresaltó y lo miró espantado.

— Tal vez se me escapó. — Rió nervioso y Jungkook levantó amenazante su puño. — ¡Esta bien, está bien! — JiMin cubrió su cabeza con sus brazos, intentando protegerse. — Sí se lo conté y lo siento pero en mi defensa tú necesitabas ayuda. — Enterrar dos cuerpos en una casa extraña en un día no sonaba nada mal en esos momentos. 

El azabache suspiró cansado, bajando su puño y mascullando maldiciones al aire.

— Sólo suéltalo. — Bufo.

— Sedúcelo. — Contestó secó YoonGi. NamJoon no entendía la conversación pero era entretenida. El menor alzó una ceja, no se le había ocurrido antes y no era mala idea pero tampoco buena; y no metería consoladores en medió.

— ¿Cómo? — Se atrevió preguntar y la sonrisa diabólica del blancuzco nuevamente apareció.

— Hay demasiadas, busca en internet; una de las más clichés es acariciarlo con la pierna por debajo de la mesa. — Guiñó un ojo y Jungkook sintió que vomitaría. Él no quería sexo, sino algo serió con TaeHyung. — Ahí viene, sólo observa. — Moviendo la cabeza en dirección al susodicho, todos se callaron y miraron como éste se sentaba con un paquete de galletitas a su lado.

— ¿De qué hablaban? —TaeHyung los observó uno por uno, y NamJoon fue el único que le sonrió mientras movía ambas cejas de arriba abajo.

— NamJoon tiene una prueba de biología. —Habló JiMin, pateando la pierna del mayor cuando intentó negarse. El castaño asintió, desinteresado.

— Oye, TaeHyung. — Miró a YoonGi mientras se llevaba una galleta a su boca. — Hablando de biología, ¿Te gusta la lencería?

« ¡Que alguien golpee a estos chicos! » pidió Jungkook, apretando su mandíbula y pidiendo desaparecer en ese instante. Nunca debió contárselo a nadie, parecían viejas pasándose un chisme entre sí, y no era cuestión de tiempo que el instituto se enterase o aun peor, que TaeHyung lo supiera.

— ¿En mujeres? No tanto, no es la gran cosa. — El castaño se encogió de hombros, quitándole importancia.

— ¿Y en hombres? — ¿Dónde había un objetó para lanzárselo a la cabeza? Oh sí, con el profesor de lengua de los menores. Cuando más se necesitaba algo o alguien, no estaba.

— No lo sé, tal vez. — Sonrío y ese fue el momento en donde la tan esperada luz te llamaba, sólo que esta vez no era para morir. Jungkook lo miró por unos minutos, quizás YoonGi tenía razón y debía intentar seducirlo. Y, sin perder el más mínimo segundo, llevó su pierna a la de TaeHyung y comenzó a acariciarla.

— Eh, Jungkook. — NamJoon agitó su mano delante de su rostro para que le prestara atención.

— ¿Qué?

— Esa es mi pierna, no la de TaeHyung. — Rió tímido, recibiendo la confusa mirada del mencionado.

— ¿Por qué querías mi pierna? — La frase "Trágame tierra" se había convertido en una de las favoritas de Jungkook en tan poco tiempo, ya que con frecuencia la repetía y ahora no era una excepción. Rápidamente pateó la pierna de NamJoon.

— Para golpearte. — Contestó rápido, TaeHyung no quitaba la confusa mirada. Hoy había sido un raro día para él. — Lo siento, NamJoon. — Se disculpó y éste frunció el ceño. YoonGi también los miró extraño pero llamó la atención del castaño para que Jungkook se sacase un poco de peso de encima, porque era posible que el moreno le devolviese el golpe en cuanto se despistara, igual que a JiMin.

El menor pasó sus manos por su cara, deteniéndose al nivel de las sienes para masajearlas.

Que patético era.

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¿Quieren lemon en esta mini historia?

Muchas gracias por los +1k de votos y los +10k de leídas, además porque la historia esta en el puesto #181 en Humor.

¡LXS RE AMO! 💕😭

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