Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO 17

Capítulo especialmente dedicado a sad_iced_coffee Gracias por leer comentario y votar a diario es para mí un honor que me leas. Espero que te guste (ʃƪ^3^)




- ¡Alexander! ¡Izzy! –Llamé desesperado. Seguía corriendo, aunque los tiros se habían detenido–. ¡Alexander por favor respóndame! –Grité lleno de pánico–. Por favor, que esté bien, por favor, por favor...

- ¡Magnus! –Se escuchó a lo lejos y yo solo pude correr más rápido. Tenía que huir–. ¡Magnus! –Volvió a escucharse, pero pude detectar la voz de Alec e inmediatamente salí corriendo en aquella dirección.

- ¡Garbancito!

- ¡Magnus! -La voz se estaba acercando.

Seguí corriendo hasta que choqué con algo y caí al suelo... no, no con algo, con alguien. Había caído al suelo y me había lastimado, pero no me importó. Alcé mi mirada y allí en el suelo se encontraba... había chocado con él.

-Alexander –casi lloré de alivio mientras me ponía en pie para arrojarme sobre él. Alec me tomó en brazos para apretarme contra su pecho con tanta fuerza que casi me hizo daño. No me importó.

-Magnus –la voz de Alec al parecer expresaba el mismo alivio que yo sentía–. ¿Estás bien? ¿Te han herido? Oh por el Ángel, estaba aterrado, escuché aquellos disparos y no sabía si te habían herido, ¿pero estás bien? ¡Por favor respóndeme! –Sus manos acariciaban mi rostro y luego por mi cuerpo–. ¿¡Estás bien!?

-Estoy bien –respondí con suavidad–. ¿Y tú? ¿Te encuentras herido?

-Yo estoy bien, Isabelle y yo estábamos rondando por el bosque cerca de ti, corrimos hacia el claro cuando escuchamos los disparos.

- ¿¡Están locos!? ¡Pudieron herirlos! –Gruñí aterrado–. ¿¡Dónde está Isabelle!?

-Corrió hacia la academia para buscar ayuda, pero ya no importa, se han marchado.

- ¿Cómo lo sabes?

-Escuché un helicóptero –anunció Alec.

- ¿¡Cómo!?

-Al parecer había gente en el bosque...

-Podían escucharnos mientras hablaba con Ragnor...

- ¿Y aun así permaneciste allí? Oh por el Ángel, Magnus estás completamente loco, te pudieron haber herido.

-Eso no importa, pero si te hubiera pasado algo a ti o a Isabelle, no me lo hubiera perdonado.

-No importa, estamos bien. Tú estás bien –Alec me besó con fervor mientras que sus manos recorrían mi rostro y mi cuerpo completamente desesperadas.

Entendí que Alec aún buscaba alguna herida en mí, cuando pareció no encontrarla, se separó y me abrazó contra su pecho con fuerza. Permanecimos allí unos minutos antes de ponernos en pie. Alec me tomó de la cintura con fuerza y me abrazó nuevamente contra su pecho.

-Vamos, tenemos que ir a la academia, hice que Isabelle fuera a pedir ayuda.

- ¿Estaremos en problemas? –Pregunté preocupado.

-Ni te imaginas, Jem debe estar hecho una furia, no estará nada contento con lo sucedido.

- ¿Por romper el toque de queda? ¿Por qué me haya reunido con Ragnor? ¿Por qué hayan intentado matarnos?

Alec me miró con seriedad.

-No estará contento con nada de lo sucedido –volvió a repetir.

Yo tragué grueso, y tras tomarnos de la mano, corrimos por el bosque dirigiéndonos a la academia. Tardamos un rato en llegar, pero cuando por fin miramos el imponente edificio, lancé un suspiró aliviado. Allí estábamos a salvo. Una vez nos acercamos a la puerta principal, pudimos ver a Jem, a su lado estaba Luke Garroway, Hodge Starkweather, Jocelyn Fray y Víctor Aldertree; todos estaban conversando enérgicamente.

Hodge fue el primero en vernos y se lo comunicó a Jem. Mi director precio aliviado, pues tan pronto como nos vio allí, salió corriendo para tomarme en brazos antes de apretarme contra su pecho.

-Estás bien, estás a salvo –musitó meciéndome entre sus brazos–. Creí que te había pasado algo.

-Estoy bien –aseguré, aunque me sentía aturdido por aquella bienvenida.

-Si lo estás, estás bien pequeño –Jem besó mi frente–. No podía perderte, no después de perderla a ella –lanzó un suspiro aliviado antes de girarse para ver a Alec aún sin soltarme–. Y tú, Alexander, ¿los dos están locos? ¡Los tres! Isabelle también.

-Por cierto, ¿dónde está Izzy? –Preguntó Alec con alarma en su voz.

-Está en la cafetería con Simon, estaba un poco enloquecida cuando llegó. Hizo un gran escándalo, despertó a todos los maestros. Algunos están internados en el bosque buscando los intrusos.

-Es inútil –señaló Alec–. Se han ido, escuché un helicóptero alejándose.

- ¿Un helicóptero? –Jem parecía aturdido y pasó su mano por su rostro antes de asentir–. Tienen mucho que explicar jovencitos, y tú Jem –me tomó con fuerza de los hombros–. ¿Sabes el peligro que corriste? ¿Que corrieron los tres? Iré por Isabelle y los cuatro conversaremos muy seriamente en mi oficina. Esto no se puede volver a repetir. Los veo en cinco minutos. Hay mucho que hablar –declaró Jem entrando en la academia.

Miré como mis otros maestros seguían hablando con voces preocupadas, quise quedarme para escucharnos, pero ya Alec me estaba arrastrando dentro del edificio camino hacia la oficina de Jem.

Los disparos aún seguían resonando en mi oído, al igual que mi corazón estaba contraído de preocupación al recordar la expresión aterrada de Ragnor.

¿Qué estaba sucediendo?














(╯◕_◕)╯
















-Alec tenía razón. Hemos peinado el bosque, pero no hemos encontrado nada, si había alguien afuera se ha ido –informó Luke.

Jem suspiró y pasó sus manos por su rostro antes de asentir y sentarse completamente agotado en su silla frente al escritorio.

-Está bien Luke, muchas gracias, creo que es hora que todos ustedes descansen. Mañana tendremos que estar listos.

-Por supuesto.

-Y recuerda, el personal del servicio tiene que despertarse más temprano. Tendremos que alistar todo. Necesito las armaduras lustradas, el piso brillante, las ventanas relucientes y que todo el lugar huela como nuevo.

-Así será Jem, no te preocupes, todo estará perfectamente arreglado para su llegada.

- ¿La llegada de quién? –Preguntó Isabelle con curiosidad. Luke y Jem se miraron, pero ninguno dio explicaciones, tras un asentimiento de Jem, Luce se retiró de la oficina y entonces sólo quedamos nosotros cuatro.

Jem, el cual tenía grandes bolsas bajo los ojos y se veía totalmente cansado.

Isabelle, cuyo cabello estaba pegado a su nuca y frente por el sudor, pero se veía casi completamente intacta, aún sin dormir y completamente agotada, seguía viéndose perfecta, ella estaba sentada en uno de los sillones.

Alec estaba en el sofá junto a mí, también se le veía agotado, pero después de acomodarnos en aquel asiento, no me había soltado.

Yo estaba entre sus brazos y allí me sentía seguro.

Jem se puso en pie y caminó hacia nosotros, se sentó en el sillón restante, junto a Isabelle.

-Chicos lo que han hecho ha sido la mayor imprudencia del mundo. Pudieron haberlos heridos...

-Pero no lo hicieron –musité y Jem me lanzó una mirada terriblemente oscura.

- ¿¡Como fuiste tan irresponsable!? ¿¡Cómo fueron tan irresponsables!? ¿¡Qué hubiera hecho yo si alguno de los tres hubiera resultado herido!? ¡Isabelle tú tienes un compromiso con tu reino! ¡Al igual que tú Magnus! Y Alec... Alec se supone que tú eres el más centrado de todos, eres la mano derecha de Isabelle en su puesto, ¿por qué estabas allí?

-No iba a dejar a Isabelle y a Magnus juntos, y no había nada que yo pudiera hacer para impedírselos, los conoces lo suficiente para saber que irían sí o sí.

Jem suspiró cansado.

-Isabelle llegó gritando incoherencias, apenas sí pude entenderle que estaban siendo atacados... pero nunca supe qué pasó en realidad.

Alec acarició mis hombros y yo asentí antes de relatarle toda la historia a mi director. Él la escuchó atentamente haciendo muecas de vez en cuando. Su ira iba creciendo.

- ¡Esto es increíble! –Gruñó cuando por fin terminé de relatarle lo sucedido–. Así que tu amigo en realidad está vivo...

-Muy vivo... aunque Jem, hay algún mal en él. Está en peligro, lo sé.

-Por lo que parece Magnus, en realidad creo que se estaba aguantando el estar capturado sólo por ti –señaló Jem.

- ¿Crees que esté capturado? –Preguntó Alec.

-Magnus dice que se veía aterrado y le advirtió que debía retirarse, tanto de Idris como de ser rey. Dudo seriamente que en realidad el amigo de Magnus esté voluntariamente con quien sea que no se vea interesado en qué Magnus siga los pasos de su abuela.

-Pero... –habló Isabelle–. ¿Quién es?

-No parecías muy sorprendido cuando Magnus te dijo que Ragnor le comentó sobre un infiltrado –marcó Alec.

-Y no lo estoy... verás Magnus, tan pronto como entraste a la escuela, empezamos a recibir amenazas.

- ¿¡Amenazas!? –Pregunté sorprendido.

-Decía que teníamos que eliminarte. No lo vamos a hacer, por supuesto. Desde que se recibió la primera amenaza, tu abuela ha estado haciendo hasta lo imposible para saber quién está dentro haciendo esto. Las amenazas aparecieron sobre mi escritorio.

-Así que debe ser una persona de suficiente confianza para que no sospeches que entre en tu oficina –señaló Isabelle. Jem asintió.

-El último estudiante que estuvo aquí fue Jonathan Morgenstern. Nadie más ha entrado a este lugar.

- ¿Y no podría ser él? –Preguntó Isabelle recelosa.

-Es un idiota y está celoso –señaló nuestro director–. Porque Magnus le arrebató a su novio, pero en realidad no creo que sea Jonathan Morgenstern. Lo hemos estado observando, sin embargo, pero aparte de ser un adolescente idiota, no ha cometido ningún crimen.

- ¿Entonces quién es? –Presionó Alec.

-Es un maestro, de eso no hay dudas. Y es un maestro de mi entera confianza. Miembros importantes del consejo.

-Hay decenas de maestros aquí –gruñó Isabelle frustrada.

-Pero sólo algunos pertenecen al consejo –aseveró Alec.

- ¿Quiénes? –Pregunté curioso.

-Luke Garroway, Jocelyn Fray, Hodge Starkweather, Víctor Aldertree y Patrick Penhallow –contó Alec.

-Es solo que... bueno, todos llevan aquí años. No podría sospechar de nadie, aunque quisiera.

-No es Jocelyn Fray o su esposo Luke Garroway...

-Espera un momento –interrumpí a Isabelle–. ¿Jocelyn y Luke son esposos?

- ¿No lo sabías? –Preguntó Isabelle mirándome como si fuera un idiota.

- ¿Clary es hija de Luke?

-En realidad es un poco más complejo... –empezó a responder Alec, pero Jem lo interrumpió alzando su mano.

-Este no es momento para explicar los lazos sanguíneos de Clary, ¿podemos centrarnos en lo importante? –Preguntó antes de mirar a Isabelle–. Tampoco creo que sean Jocelyn o Luke.

- ¿Crees que pueda ser Víctor Aldertree? –Pregunté. Jem se encogió de hombros.

-Siempre ha sido tan fiel a la escuela, que me parece imposible. Lleva más de dos décadas en Idris.

-Hodge Starkweather es demasiado bueno –aseguré yo–. Desde el momento en que llegué, me tendió su mano.

-Patrick Penhallow no es –aseguró Alec.

-El problema es que volvemos al inicio –Jem suspiró y se puso en pie–. No podemos sospechar de ninguno de esos maestros, pero tampoco podemos confiar en ellos. Magnus –Jem me miró con seriedad–. Tu amigo Ragnor tiene razón. No puedes despegarte de Isabelle o Alec. Trata de estar acompañado de alguno de ellos siempre.

-Eso es fácil. Magnus y yo compartimos clases –señaló Alec–. Así que no debería suponernos un problema el estar juntos.

-Perfecto. Y aunque odio decirlo, tendré que levantarles el castigo. No es seguro para ustedes estar rondando por la escuela solos. No hasta que encontremos el infiltrado. No hay tiempo, las decisiones de ahora en adelante las tomaremos los cinco.

- ¿Los cinco? –Preguntó Isabelle confundida.

-Isabelle, Alec, Magnus y yo –respondió Jem.

-Pero esos son sólo cuatro personas –musité confundido. Jem me miró con preocupación y asintió.

-Tienes razón. Hay una quinta persona que mañana llegará.

- ¿Quién es? –Preguntó Alec.

- ¿Es la razón por la cual el personal tiene que arreglar la academia? –Quiso saber Isabelle y Jem asintió.

- ¿Quién es? ¿Quién viene? –Escudriñé yo.

-Mañana decidiremos cómo darte la seguridad que necesitas, Magnus –Jem se sentó junto a mí y puso una de sus manos sobre la mía–. Lilith vendrá mañana a la academia. Mañana conocerás a tu abuela, Magnus.

- ¿¡Qué!? –Gritó Isabelle poniéndose en pie–. ¿Lilith viene para acá? –Sus ojos brillaban con emoción.

-Diablos, esto es grande –soltó Alec sorprendido, yo por otro lado, tragué grueso antes de negar.

-No, no, yo no... no me siento listo. No la quiero ver...

-Magnus, lo entiendo, pero lo que sucedió esta noche ha sido muy grave. Alguien intentó matarte –Jem suspiró–. Intentaron matarte de nuevo.

- ¿Qué quieres decir? –Pregunté confundido.

- ¿Crees que fue una casualidad lo qué sucedió aquella noche que tu amigo desapareció? Magnus, pudieron matarte aquella noche.

- ¿Y sospechas que fueron las mismas personas? ¿Y que intentaron matarme hoy? –Pregunté y Jem me miró agotado.

- ¿Tú no? Magnus, esto es delicado. Hay alguien. Hay alguien allá afuera que no le conviene que tú seas rey...

- ¿¡Y qué importa!? Rechazaré el puesto, no lo quiero, no me interesa, no sabía que lo tenía...

-Magnus... –el que habló fue Alec y parecía sorprendido e incluso un tanto dolido–. Me prometiste que lo pensarías.

-Lo sé Alexander, pero todo ha cambiado.

- ¿Cómo? –Inquirió sin entender.

-Ragnor está en peligro. Lo miré, estaba aterrado. En este momento no me interesa ser o no ser rey. Ni siquiera permanecer en Idris. Quiero salir allá afuera a buscar a mi amigo. Salvarlo... lo vi, Alexander, Ragnor estaba aterrado.

-Estaba aterrado por ti –aclaró Isabelle–. Magnus a esa gente no le interesa Ragnor, le importas tú...

-Sí, y lo lastimarán para llegar a mí. Eso es lo que están haciendo...

-Él se veía muy bien Magnus –aseguró Alec–. Saben que él es tu debilidad, mientras lo tengan vivo, podrán manejarte a su antojo. ¿Crees que es casualidad que te hayan dejado verlo este día? Sabían lo que te iba a hacer volverlo a ver. Te iba a hacer tomar este tipo de decisiones.

-Bueno pues lo lograron, si mi renuncia es todo lo que quieren para dejar en paz a Ragnor, la tendrán. Escribiré una carta. Renunciaré al puesto. Haré lo que sea para rescatarlo.

-Magnus por favor –Jem tomó mis manos con suavidad–. Te lo imploro, no tomes ninguna decisión precipitada.

-Tal vez es precipitada, pero Ragnor está en peligro...

-Sólo espera que llegue tu abuela, habla con ella y tomaremos una decisión, pero por favor ahora sólo mantén la calma, todo estará bien.

-Ahora, creo que todos estamos muy cansados para pensar en algo –señaló Alec–. Debemos ir a dormir.

-Sí, sí, por supuesto que sí –Jem se estiró como si fuera un gato. Su espalda tronó–. A sus habitaciones.

-Esta noche me quedaré con Magnus –el tono de voz de Alec dejaba claro que no estaba preguntando. Jem lo miró ceñudo.

-Alec, ya sabes que tenemos reglas...

-Sí, reglas que en este momento no podemos cumplir. No dejaré a Magnus sólo, no después de que lo intentaran matar.

- ¿Estás seguro que no quieres sólo meterte bajo sus sábanas?

-Creo que me siento muy cansado incluso para quitarle la virginidad a Magnus –refunfuñó Alec.

- ¡Oye! –Gruñí–. No soy virgen.

Alec chasqueó la lengua y rodó los ojos.

-Como sea, me quedaré con él y no hay nada qué puedes hacer para impedírmelo. No estaré tranquilo si no sé qué Magnus está a salvo.

Jem enterró su rostro entre sus manos, por un momento creí que discutiría con Alec, que le negaría su petición, pero el chico asintió.

-Sí, tienes razón, después de esta noche creo que es demasiado arriesgado que se quede solo. Quédense juntos hoy. Mañana encontraremos una solución, pero por ahora Magnus tiene que estar vigilado constantemente. Ragnor podría volver.

-O cualquier persona que quiera lastimarlo –señaló Isabelle.

- ¡Ragnor no quiere lastimarme! –Protesté–. Él me advirtió, lo están lastimando. Yo tengo que hacer algo por él.

-Y lo haremos –aseguró Jem–. Yo te juro que lo haremos. Magnus, salvaremos a tu amigo, pero ahora tú eres nuestra prioridad. Y por favor, estoy furioso contigo –Jem me miró con ternura–. Pudo haberte pasado algo terrible. Por favor no vuelvas a cometer una imprudencia como ésta. No hagas nada estúpido. Puedes confiar en mí. Debiste venir corriendo tan pronto como encontraste aquella carta.

-Temí que me detuvieras.

-Lo hubiera hecho –aseguró mi director y yo negué.

-Exactamente, por eso no te lo dije. Sé que te preocupas por mí, sé que quieres protegerme, pero Ragnor no es sólo mi mejor amigo, es mi hermano. Quería encontrarme con él. Quería verlo nuevamente. Creí que estaba muerto, ahora que sé que no lo está. Haré todo para salvarlo –miré a Jem con tristeza–. ¿No lo harías si fuera mamá?

Jem hizo una mueca de dolor y yo temí haber hablado de más.

-Sí, claro que sí, sin dudarlo... y eso es lo que me preocupa... no puedes poner en riesgo tu vida.

-Él está poniendo en riesgo su vida por mí. Lo mínimo que puedo hacer es buscar que esté a salvo.

-Lo sé, lo sé y hallaremos una solución. Ahora a la cama todos... y mañana... mañana las clases quedarán suspendidas. Magnus, Alec e Isabelle, ustedes serán quienes recibirán a Lilith, así que, por favor, quiero que utilicen sus mejores ropajes. Arréglense bien –Jem se puso en pie–. Tendremos que estar listos. La reina vendrá a vernos.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro