Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

#Verdad

[Hoseok]

Chang justo bajaba del auto cuando salimos por la puerta del hospital. Su cara pasó de la sorpresa a la alegría. Corrió y abrazó a HyungWon tan fuerte que este casi pega un grito de dolor.

—Chang, Chang —dijo intentando deshacerse del abrazo. Me apresuré a ayudarlo—. Me duele todo todavía.

Chang lo soltó y luego le dio un golpe en la nuca.

—Eso es porque eres un imbécil
—HyungWon frunció la boca pero asintió y se metió en el auto.

El viaje fue corto y solo hablamos Chang y yo. Cuando bajamos, el muchacho se ofreció para ir a comprar algo para desayunar y HyungWon se sentó.

—Deberías llamar a tu madre —dije. HyungWon estuvo de acuerdo—. Te recuerdo que ella no sabe nada de todo esto ni que yo estoy aquí.

Se metió en su habitación y yo comencé a alistar las cosas. No había llegado a desempacar por lo que solo alineé todo contra la puerta y llamé a Min.

—Quédate tranquilo. Él está bien y ya está conmigo —le dije. Me comentó que el señor Chae estaba evolucionando bien pero que quedaría en observación algunos días más.

HyungWon salió poco después.

—Él está bien —dijo limpiándose los ojos. Había llorado. Me acerqué y lo abracé de nuevo. Se aferró a mí pero no lloró.

—¿Por qué? —preguntó.

—¿Por qué, qué?

—¿Por qué rompió su compromiso?

Me separé apenas y busqué sus ojos.

—¿De veras quieres saberlo?

No dijo nada por lo que imaginé que estaba confundido.

—Porque no quiero mentir más. Porque no puedo hacerle eso a él ni a ti. Ni a mí.

Frunció los labios y ladeó la cabeza. Sus manos estaban aún en mi cintura. Me tomé mi tiempo para mirarlo a la cara. Había rememorado esa cara millones de veces en los últimos meses. Soñado con sus ojos grandes y expresivos, con su sonrisa preciosa y su boca con sabor a fresa. HyungWon era precioso, aún más de lo que lo recordaba. En mi interior estaba luchando por no abalanzarme sobre él y tumbarlo contra el sofá de la sala de su pequeño departamento holandés.

—Eso significa...

—Significa que si me das una última oportunidad quiero intentar hacerte feliz.

Los silencios estaban a la orden del día aquel día. Chang llegó y nos encontró mirándonos, aún abrazados. Y por su cara se veía que no entendía nada. Se limitó a pasar su mirada de uno a otro.

—Emm... ¿Se pusieron al día?

HyungWon se aclaró la garganta y se separó de mi.

—No tenía idea de que se llevaban tan bien —observó—. ¿Qué harás? —le preguntó a su amigo— ¿Te vas o te quedas?

—Me iré a casa —dijo. Chang asintió.
—Quiero ver a mi padre y mi madre me necesita.

—Si, por supuesto. ¿Se irán esta noche o...?

HyungWon me miró, esperando a que le dijera qué hacer.

—Bueno, honestamente no había planeado nada. Sólo vine a buscarte... —me encogí de hombros y me rasqué la nuca. Lo vi sonreír y volteó la cara—. Em, llamaré para ver si hay algún vuelo para esta noche.

Al final el único vuelo que pude conseguir recién salía al día siguiente por la tarde. Le comuniqué las novedades y aproveché para hablar con Chang cuando HyungWon avisó que iba a darse un baño.

—¿Sabes de algún hotel donde pueda quedarme esta noche? —le pregunté.

—Puede quedarse aquí si no le molesta. Yo voy a salir. Puede usar mi habitación.

—No quiero molestarlos y no tengo problemas en quedarme en un hotel. Solo sería por hoy.

—Como usted guste. De todas maneras no me gustaría dejarlo solo —señaló con la cabeza al pasillo—. ¿Puedo preguntarle qué fue lo que le pasó?

—El médico dijo que lo habían drogado. Él lo confirmó. Lo golpearon. Pero no se acuerda mucho más.

HyungWon entró en ese momento a la pequeña sala de estar, secándose el cabello.

—¿De qué hablaban ustedes dos?

Chang farfulló una excusa y nos dejó solos.

—Estaba preocupado. Creo que deberías disculparte.

HyungWon volteó a mirar hacia la puerta que se cerró. —Si... He sido un idiota. No sé cómo me soportó todo este tiempo.

—Si, lo sé. Tiendes a ser un poco autodestructivo a veces —dije. Me echó una mirada fría y se encogió de hombros.

—Supongo que es mi manera de convencerme de que soy fuerte.

—Lo eres —le dije. Revoleó los ojos—. Lo digo en serio.

—No puedes decir eso cuando tú solo me conoces comportándome como un malcriado.

—Todos lo fuimos alguna vez. ¿Quieres hablar de ello?

Su mirada se suavizó un poco.

—¿Sobre qué exactamente?

—Lo que pasó —Se sentó en el sofá.
—¿Dijiste que estabas intentando convencerte a tí mismo de que eres fuerte? ¿Por qué tenías que serlo exactamente?

Se cruzó de piernas y se inclinó hacia adelante. —No lo sé. Me sentía como la mierda.

Me senté a su lado y le tomé la mano.

—Te fuiste sin despedirte —dije.

Frunció la boca y mordisqueó la esquina de su boca. Había extrañado ese gesto.

—Yo dejé mi carta de renuncia... —susurró.

—Tú sabes a lo que me refiero —le aparté un mechón de cabello que había caído sobre sus ojos.

—Yo... -suspiró y vi el esfuerzo que estaba haciendo para no llorar. Parecía un HyungWon completamente diferente. Más vulnerable y de alguna manera más pequeño—. ¿Qué querías que hiciera?
—me miró a los ojos y mi corazón empezó a latir con fuerza—. Tú te habías comprometido.

—¿Te fuiste por eso? —Me sentí el más idiota del mundo.

—¿Qué querías que hiciera, Hoseok? Yo... Bien, admito que fue inmaduro de mi parte pero no podía seguir fingiendo que estaba bien —apartó su mirada y la bajó al piso.
—Estaba sintiendo cosas por usted... Por ti y no sabía cómo manejarlo. Verte con él...

—Lo siento. Por favor, perdóname. Me asusté —dije apretando su mano.

—¿Te asustaste? —parecía confundido.

Sus ojos grandes parpadearon y asentí.

—Lo que pasó en Japón. Lo que me pasaba contigo. Lo que me pasa contigo.

Todavía tenía los ojos brillantes del llanto anterior y mi cabeza dejó de funcionar correctamente. Me acerqué a su boca y dejé un beso que fue más un roce. Suspiró y cerró los ojos, apoyando su frente en la mía.

—Bésame, Hoseok. Por favor...

Fue todo lo que necesitó mi corazón para empezar a latir de nuevo. Lo besé. Por supuesto que lo hice.
Lo besé declarándole mi amor y pidiéndole perdón por haberlo hecho sufrir. Por mi culpa había pasado por todo eso solo. Yo lo había empujado a eso, a hacer locuras.

—¿Podrás perdonarme alguna vez? —le pregunté una vez que rompimos el beso.

Hundió la cara en la depresión de mi cuello y suspiró contra mi piel.

—No tengo nada que perdonarte —susurró haciéndome cosquillas— no fue tu culpa el que me haya enamorado de ti. No supe cómo controlar lo que sentía.

Lo alejé un poco tomándolo por los hombros. —Estaba aterrado por lo que estaba sintiendo. Siempre llevé una vida ordenada, haciendo lo que se suponía que tenía que hacer. BaekHo es un buen hombre. Fue mi compañero por unos maravillosos años pero yo nunca quise dar el siguiente paso. Cuando él me lo propuso yo... Simplemente acepté porque no podía con la culpa de haber estado contigo y de seguir pensando en volver a tus brazos.

Sus ojos se abrían con cada palabra que salía de mi boca.

—¿Tú...?

Asentí. —Desde que pusiste un pie en mi oficina no pude sacarte de mi cabeza
—tomé su cara entre mis manos para volver a besarlo—. Entonces, ¿me darías otra oportunidad?

Se rio y se frotó los ojos. —¿Cómo puedo decirle no a esa propuesta? Después de todo cruzaste medio mundo para venir a buscarme.

—Necesitaba verte. Todos estos meses fueron una tortura. No contestabas mis llamadas ni mis mensajes. Pensé que te había perdido.

—No puedo decir que no te odié por momentos. Mi orgullo estaba algo dañado. Pero tampoco pude dejar de pensar en ti.

Un largo rato después, yacíamos abrazados en el sofá, con su cabeza apoyada en mi pecho. Yo feliz, llenándome de su perfume.

Chang salió de su habitación, ya vestido para salir. Se quedó mudo cuando nos vio acurrucados en el sofá. Sus cejas se alzaron y se cruzó de brazos.

—¿Debo preocuparme de dejarlos solos?

HyungWon rió y se acurrucó más en mis brazos.

—Vete, aguafiestas. ¿O vas a llamar a mi papá para contarle?

Sonrió y agarró las llaves de su auto.

—Bien, compórtense, niños. Y por favor, señor Shin, si se pone rebelde, sólo nalguéelo.

—Oh, esa es una excelente idea, ¿qué dices? —le susurré a mi chico en el oído.

Soltó un gritito sofocado y sacudió la cabeza.

—Se supone que eso no debería excitarme.

Me eché a reír y dejé algunos besos en su cuello.

—Pequeño pervertido.

—Tu pequeño pervertido.

—Si. Mío. Solo mío.

Hola, chingus. Sé que dije que este iba a ser el último capítulo, pero he estado algo disconforme con lo que estoy escribiendo en general y no quiero entregar cualquier cosa y, aunque este cap no es lo mejor que escribí, voy a extenderlo uno más. Discúlpenme... Honestamente estuve haciendo otras cosas y no me senté a escribir como la historia lo merece. De todas maneras gracias por seguir apoyándome. Esta historia nació de la nada, como casi todas mis historias. Vi una foto, me gustó e inventé una historia a su alrededor. Me sorprendió que les haya gustado y la hayan ido votando hasta hacerla una de las más leídas. En serio, gracias. Son geniales. Las quiero.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro