#Preparativos
[Hoseok]
—Buen día, mi amor.
Me giré para ver a BaekHo entrar a la cocina con el periódico en la mano.
—Hola...
BaeKHo se acercó y me dio un beso para luego sentarse a la mesa. Le serví una taza de café.
—¿Tienes tiempo hoy para ir a ver unas cosas? —preguntó sin mirarme.
—¿Qué cosas?
—Sé que es precipitado pero me gustaría ir viendo algunas cosas para nuestra casa.
Ahí estaba otra vez esa sensación horrible.
—Yo no sé, déjame ver mis horarios.
—Descuida. Podemos hacerlo el fin de semana. Es que estoy algo entusiasmado.
Asentí. No tenía las fuerzas ni el corazón para echarme para atrás. Pero yo seguía pensando en HyungWon. Me había dicho que no me acercara a él. ¿Cómo iba a hacer eso? Me estaba volviendo loco.
—BaekHo... —dije. Dobló el periódico por la mitad y me miró.
—Ya sé —dijo. Mi corazón se detuvo un segundo—. Estás entrando en pánico con lo del compromiso, ¿no es así? Mira, hace más de dos años que estamos juntos y sabes que yo siempre quise esto. Pero siento que estoy presionándote. No sé en qué estaba pensando cuando te lo propuse y sé que quizás aceptaste para no hacerme sentir mal, cielo.
Me quedé en silencio. No tenía nada para decir. Era verdad todo lo que estaba diciendo. Y si había aceptado había sido por culpa. Nunca había tenido intenciones de comprometerme. El casamiento, simplemente no estaba en mi lista de prioridades. Habíamos tenido un noviazgo cómodo. Muy alejado de esos amores de locura o de sentir que estábamos perdiendo la cabeza por el otro. Nos habíamos conocido, teníamos muchas cosas en común, salíamos a comer y luego a mirar alguna película. No había nada emocionante en nuestra historia. Pero no me quejaba, teníamos algo bueno y estable. Sólo que yo no contaba con que se me cruzaría en el camino un chico de mirada incendiaria y labios de algodón que hiciera hervir mi sangre con solo una mirada.
—Lo siento —dije finalmente soltando todo el aire que tenía en mis pulmones.
BaekHo se quedó un largo rato mirando sus manos sobre la mesa.
—Yo te amo, Hoho —dijo entonces— pero aspiro a que amen de la misma forma. Yo sé que me quieres, pero no de la misma manera que yo a ti. Quiero casarme, quiero adoptar hijos, quiero todo eso pero con alguien que quiera lo mismo que yo.
Lo miré. Yo sabía que BaekHo aspiraba a tener todo eso pero yo no buscaba lo mismo.
—Yo te quiero —dije.
—Pero no me amas —no lo dijo como un reproche, sino con la certeza de que ambos estábamos precipitándonos a algo que no tenía futuro.
No dije nada, sólo lo miré. No había mucho más que decir. Nos abrazamos por mucho tiempo hasta que se hizo muy tarde. Ambos teníamos mucho que pensar.
[HyungWon]
—¿En serio aceptaron nuestras solicitudes? — casi grité al teléfono. Poco rato después bajé a cenar. Mis padres estaban conversando cuando irrumpí en la sala.
—Em, necesito hablar con ustedes.
Mis padres se callaron de golpe y me miraron.
—¿Qué hiciste ahora? —preguntó mi padre.
Mi madre le pellizcó un brazo. —Deja al nene en paz, siempre piensas lo peor. ¿Qué pasa, hijito? Ven, siéntate al lado de mamá.
Tomé asiento a su lado y ella comenzó a acariciarme el cabello, cosa que siempre hacía y yo encontraba extrañamente relajante.
—No hice nada, papá. Pero quería comentarles algo. Me ofrecieron una beca de estudios —dije. Mi padre asintió y prestó atención.
—Bueno, eso es algo bueno, hijo.
—Lo sé, pero sería en el extranjero.
Mi madre aplaudió. —Oh, hijo. Eso es sensacional. Yo estudié en Inglaterra. Es una experiencia maravillosa. ¿Dónde serían los estudios?
—Países bajos —dije.
—¿Y tú quieres ir? —la pregunta de mi padre me tomó desprevenido. Él jamás pedía mi opinión para algo, simplemente me ordenaba que lo hiciera y eso era todo.
—Bueno, si. Creo que es una buena oportunidad para mejorar mi inglés también. ¿No crees?
—Por supuesto —dijo.
—Pero el trabajo...
—Tú no te preocupes por eso, el proyecto está marchando sobre ruedas y esto te servirá mucho. Si estás seguro, entonces no hay nada más que decir. ¿Cuándo te irías?
—En poco más de una semana.
—¿Tan pronto? —preguntó mi madre que de repente ya no estaba tan entusiasmada.
—Lo sé, Chang me avisó esta mañana.
—Bien, entonces tienes mucho que hacer antes, hijo. Tienes que presentar la carta de renuncia a Hoseok.
Hoseok. El estómago me dio un vuelco.
—¿Tengo que hacerlo? Soy tu hijo.
—Y su empleado. Es lo correcto. ¿Hubo algún problema del que no me haya enterado?
Ah, no, sólo que me empaló toda esa semana en Japón y luego se comprometió con su pareja. Nada de otro mundo.
—No, pa. Es sólo que sabes como es, insistirá en que me quede y... ¿Puedo dejar la carta para último momento? Si digo que me iré ahora, Min no me dejará en paz.
Mi padre se quedó mirándome un rato, no entendiendo muy bien por qué debería darle importancia a lo que pudiera decirme un compañero de trabajo pero confió en lo que hacía.
—Bien, pero hazlo. No dejes todo para el último día.
Al día siguiente, lunes, me desperté un poco más animado, dejé dicho a la mucama lo que necesitaba prepararme. Busqué las maletas y algunas cosas más. Un año es mucho tiempo y no iba a ser fácil decidir qué llevar y qué dejar. Luego me di un baño rápido y me vestí para la oficina.
Iba pensando en todo lo que debía hacer antes de viajar cuando llegué al edificio. Estaba agarrando las cosas para bajar cuando vi el auto de BaekHo llegar. Yo y mi mala suerte. Vi a Hoseok en el asiento del acompañante, si bajaba ahora me verían y no tenía ganas de hablar con nadie. Hablaron unos segundos, se abrazaron y BaekHo lo jaló hasta juntar sus frentes. Suspiré y ahuyenté el nudo de mi garganta. Unos días y no tendría que ver esas postales.
La noche de la 'reunión', cuando él se acercó a mí en el jardín, estuve tentado a echarle los brazos al cuello y besarlo. Recuperar de alguna manera lo que habíamos tenido en Japón. Pero también pensaba en que no tenía derecho a hacerlo. El tipo había ido con su pareja que estaba a unos metros de nosotros y estaba diciéndome que me extrañaba. No podía secundar eso. Yo lo quería para mí. Poder besarlo y abrazarlo sin sentirme con culpa, sin pensar en que alguien nos viera, sin tener que despedirme de él para después enviarlo a dormir a los brazos de otra persona. Estar enamorado apestaba. Me quedé muy quieto, medio escondido para que no me descubrieran, con la mirada perdida en mi celular. Minutos después levanté la mirada y ya no había nadie. Bajé y me alisté para entrar.
Min estaba marcando unas cosas en unas planillas cuando llegué.
—Hoy es un día infernal —dijo.
—Min, tengo que hablar contigo.
Cerró la planilla y se giró en su silla.
—Joo me lo dijo. Y estoy enojado.
—Sólo será un año...
—¿Por qué no me lo dijiste?
—Bueno, no estaba seguro de que nos fueran a aprobar las solicitudes. Chang me lo dijo anoche.
Min se quedó en silencio unos minutos, mientras jugueteaba con la lapicera hasta que se levantó y me dio un abrazo.
—Te voy a extrañar —dijo—. ¿Me llamarás?
Reí contra su hombro y le golpeé la espalda. —Claro que si, idiota.
—¿El señor Shin ya lo sabe? Supongo que tendrá que buscarte un reemplazo.
—No se lo dije, pero mi padre dijo que se encargará de eso. De todas formas no le comentes nada todavía, debe estar estresado con sus cosas, ya sabes, el compromiso y eso, no quiero sumarle más problemas. Le presentaré la carta antes de irme. Ya hablé con mi padre y él arreglará lo del reemplazo.
Min aceptó todo lo que dije sin chistar y nos pusimos a trabajar. No vi a Hoseok en toda la mañana, cosa que agradecí, cuanto menos lo viera, mejor para mí.
Dos días y adiós a todo.
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