#Novedades
[HyungWon]
Me arrastré a la cocina a tomar agua. Miré el reloj y vi que aún tenía un par de horas para dormir antes de ir a la oficina. La fiesta de Joo había sido una locura total. Tanto que se había prolongado hasta el domingo a la tarde. Minhyuk había terminado en los brazos del cumpleañero como ya me había imaginado que pasaría. Sólo esperaba que a mi amigo le durara el entusiasmo con Min como para no tener que quedar en el medio de reclamos despechados de ambas partes.
Tomé un baño relajante y me vestí para salir. En el camino pasé por una cafetería y compré dos americanos para llevar.
—Buenos días, chicos —saludé a los muchachos de seguridad y pasé a los ascensores. No había nadie esperando así que subí contento de poder tomar mi café sin que nadie me molestara. Cuando la puerta se iba cerrando vi que alguien puso la mano y la puerta de volvió a abrir. Era Kihyun.
Me sonrió tan falsamente que estuve tentado a vaciarle el vaso de café en la cabeza. Enano presumido.
—Buenos días, Wonyo.
¿Wonyo? Rodé los ojos y conté hasta diez para calmarme.
—Hola, Kimchi —dije con mi sonrisa más deslumbrante.
Su cara se puso súbitamente roja y me fulminó con la mirada.
—Mi nombre es Kihyun —dijo cortante.
—Oh, pensé que era el día de cambiarle el nombre a los empleados. Mis disculpas.
Iba a contestar pero la puerta se abrió y entró el moreno que siempre estaba con Hoseok. Automáticamente Kihyun relajó esa postura que lo hacía parecer empalado por un poste y sonrió con toda la cara. Así que al enano pedante le gustaba el moreno. Interesante.
—Hola, Son —dijo centrando toda su atención en el recién llegado.
—Hola KiK... KiHyun —dijo el grandote mirándome. Me hizo una inclinación de cabeza.
—¿Almorzarás conmigo hoy? —Kihyun miraba su celular.
—No puedo. Tengo que pasar por los laboratorios y no sé cuánto tiempo me va a ocupar.
Kihyun levantó la mirada unos segundos y luego miró al frente acomodándose la corbata.
—Ok. —Dijo.
El moreno suspiró y ninguno de los dos dijo nada más hasta que bajamos en nuestro piso.
Minhyuk estaba hablando con Hani en la recepción.
Kihyun salió apurado y el moreno lo siguió intentando alcanzarlo. Min y Hani miraron al par que se alejaba por el pasillo.
—¿Qué pasó ahí? —preguntó la chica.
—Ni idea, pero va a correr sangre. El petiso ese tiene un carácter del demonio —me encogí de hombros y les sonreí.
—¿Pudiste descansar algo? —Min se puso todo colorado y me agarró del brazo para llevarme a la cocina.
—¿Te dijo algo Joo?
—¿Sobre? —me eché a reír, pero Min me golpeó con una carpeta en el brazo.
—No te hagas... ¿Te habló de mi?
—Jooheon aún debe estar inconsciente —dije terminando mi café—. ¿Pasó algo de lo que no esté enterado? —vi que Min tenía un pañuelo anudado al cuello. Rápidamente moví mi mano y lo corrí apenas descubriendo unas frutillas muy rojas en el cuello blanco. —Ah, bueno veo que estuvimos viendo documentales sobre sanguiijuelas. Creo que una saltó de la pantalla y se adhirió a tu cuello. ¡Savage!
Min frunció los labios.
—Cierra la boca. ¡Es tu culpa!
—No veo cómo eso —señalé su cuello y él se llevó la mano al pañuelo, ajustándolo en su sitio— sea mi culpa. Yo no puse la boca de Joo en tu cuello. Además, parecías muy contento, hacías unos ruiditos muy felices...
Un rubor violento le cruzó la cara.
—¿Estuviste espiándonos? —se tapó la boca con ambas manos, horrorizado.
—No hizo falta. Ustedes dos son muy escandalosos. Pero debo admitir que escucharlos calentó el ambiente. Terminé con uno de medicina en cubierta...
—Ejem, ejem —ambos nos giramos asustados y vimos a Hoseok apoyado en el marco de la puerta. Traía varias carpetas en las manos.
—¡Señor Shin! —Minhyuk se apresuró a agarrar las carpetas—. ¿Cómo está el día de hoy?
—Muy bien, gracias Minhyuk. ¿Puedes llevar eso al despacho de Kim?
Min asintió y salió disparado. Yo le hice una inclinación de cabeza y me dispuse a salir.
—Veo que ya te sientes mejor... —dijo con un tono que no supe cómo interpretar.
—Eh, sí. Gracias por preguntar.
Alzó la mano y vi que tenía una bolsa negra.
—Tu camisa —dijo.
—Oh, gracias —agarré la bolsa y lo miré—.¿Puedo ayudarlo en algo más, jefe?
Lo vi morderse el interior de la mejilla y sacudió la cabeza.
—Si, cuando vuelva Min vayan a mi oficina. Iremos a visitar a algunos socios.
Una hora después, los tres partimos en el auto de Hoseok. Yo me senté en el asiento trasero respetando la antigüedad y experiencia de Min. Un par de veces levanté la mirada para encontrarme con la de Hoseok por el espejo retrovisor. ¿Qué diablos le pasaba? Decidí no darle demasiada importancia y traté de prestar atención a lo que los demás hacían. Necesitaba ganar experiencia en el campo si alguna vez iba a dirigir la empresa.
—¿Crees que el jefe nos escuchó hablando? —me preguntó Minhyuk cuando llegamos y Hoseok se puso a conversar con algunos hombres de traje.
—No sé. Igual, no estábamos hablando de nada malo.
—Wonnie, no quiero que mi vida sexual sea de dominio público...
Me eché a reír.
—Deja de hacer tanto drama, ¿tú crees que el jefe no tiene sexo? Con el trasero ese que se carga yo estaría cabalgándolo día y noche...
—¡Ay, dios, cállate! Nos van a despedir por esto.
—Pero mira eso, Min —ambos nos dispusimos a mirar a nuestro jefe que de espalda se veía como todo un snack ambulante.
—Si, honestamente tiene un cuerpazo —dijo mi amigo.
En ese momento Hoseok se giró y nos hizo señas para que lo siguiéramos al interior del edificio.
—Min necesito que tomes notas de los enfoques clínicos sobre las enfermedades inmunológicas. Dentro de poco tendremos que hacer un viaje para los laboratorios de Japón y tenemos que tener toda la información actualizada. —Min asintió y muy eficientemente tomó notas en su libreta. Hoseok luego se giró hacia mí. —Y tú, HyungWon, toma notas de todo lo que hablemos en general. Ahora nos van a dar un panorama general sobre los tratamientos para enfermedades cardiovasculares...
La mañana se me hizo eterna, la industria farmaceútica era interesante, pero no divertida y no pude evitar algunos bostezos. Salimos del edificio casi al mediodía.
—Iremos a almorzar —anunció Hoseok.
Nos llevó a un restaurant lujoso que yo no conocía y que se especializaba en comida italiana y los tres nos sentamos.
—Jefe, ¿cuándo será el viaje? —preguntó Minhyuk.
—Está planeado para dentro de tres semanas. Solo será una semana, pero sabes como son de intensos los días previos.
MinHyuk asintió. Yo no decía palabra ya que hablaban sobre las investigaciones que se estaban llevando a cabo en Japón y no tenía nada que agregar. Todavía estaba algo perdido con algunos temas y trataba de ponerme al día escuchándolos.
Cuando terminamos de almorzar miré la hora y me sobresalté al ver que tenía clases en cuarenta minutos.
—Em, disculpe jefe —dije interrumpiendo— pero debo irme ahora. Olvidé que tenía clases...
Hoseok asintió y se levantó. Lo seguimos afuera y nos subimos al auto. Llegamos y corrí la oficina a buscar mi mochila.
Cuando ya estaba subiendo al ascensor, Hoseok me tomó del brazo. Lo miré sorprendido.
—¿Crees que puedas pedir una semana en la universidad?
Me quedé perdido en mis pensamientos.
—¿Una semana?
—Si, vendrás conmigo a Japón.
Me soltó y la puerta del ascensor se cerró sin darme tiempo a responder.
Una semana de viaje con mi jefe. El de arriba me estaba poniendo a prueba...
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