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#Japón en la noche.

—Escucha, podemos esperar a que el anciano de al lado se duerma y salir a tomar algo —Min lo miró, todavía no creyendo que su amigo hablaba en serio.

—Sabes que si tu padre se entera, va a matarte. Y de paso me despedirá a mi por no haber atado ese trasero flaco a la cama.

—Ahh, eres de esos. ¡Qué suerte la de Joo! —HyungWon frunció la boca en un gesto claramente provocativo—. Y con esa cara de no mato una mosca...

Una almohada voló hacia su cabeza pero HyungWon la esquivó, echándose a reír. Un ruido de cosas cayendo al piso hizo que ambos se taparan la boca y echaran a reír con más fuerza.

La puerta se abrió y su jefe, vestido solo en un short corto rojo, entró a la habitación. Los chicos lo miraron, entre sorprendidos y asustados por la repentina aparición.

—¿Qué pasó? ¿Se lastimaron?

Ninguno de los dos dijo nada. Ambos seguían mirándolo boquiabiertos.

—¡Hey!

Min sacudió la cabeza y se levantó de la cama.

—Lo siento, Jefe. Fue mi culpa, le quise pegar a Wonnie con una almohada y me falló la puntería.

Hoseok miró el revoltijo de productos para el cabello y de belleza que estaba tirado en el suelo.

—Por favor, no rompan nada. ¿Si? Yo voy a darme un baño. Pueden empezar a prepararse, tenemos que visitar varios lugares hoy.

Cuando Hoseok cerró la puerta tras de sí, Min miró a HyungWon, que aún seguía con la mirada fija en la puerta.

—Hey, ya escuchaste —dijo empezando a rebuscar en su maleta pero al ver que su amigo no respondía se paró frente a él y chasqueó los dedos frente a sus ojos. —¿Qué bicho te picó?

Wonnie agarró su celular.

—Siri, dime cómo ser un short.

Min le dio un ligero golpe en la nuca.

—Basta. ¿Acaso no dijiste que ibas a hacerte a un lado? El jefe tiene pareja. Deja de estar zumbando como abeja a su alrededor.

—Espera —HyungWon se llevó una mano al pecho— ¿Tú viste lo mismo que yo?

—Repito, dijiste que ya no ibas a hacer o intentar nada con él, Wonnie.

—Eso fue antes de que lo viera semi desnudo. Ahora quiero verlo como dios lo trajo al mundo, entre mis piernas —Se abanicó con la mano—. ¡Santo cristo, ese hombre me pone a mil! Quiero ir a espiarlo mientras se ducha.

Min corrió hacia la puerta y se cruzó sobre ella con los brazos y piernas abiertas.

—Basta, nos vas a meter en problemas. Intenta mantener a tu pequeño basilisco en tus pantalones y piensa en lo que te hará tu padre y su novio si se enteran de que quieres comerte su entrepierna. En serio, Wonnie, estamos aquí para trabajar.

HyungWon no le prestó atención y siguió pensando en esos shorts rojo pasión y en las mil maneras en las que podría quitárselos.

—Iré a ducharme y cuando salga quiero verte en esa misma posición, ¿ok?

HyungWon le tiró un beso y cruzó las manos detrás de su cabeza. Min tenía razón, nada bueno iba a salir de todo eso.

—...ha experimentado una notable expansión a lo largo de los últimos años, el sector generó en su conjunto productos por valor de más de 238.000 millones de euros, lo que supone un incremento del 90% con respecto al año...

HyungWon cabeceó y recibió un codazo de MinHyuk. Se enderezó e intentó enfocarse en la charla que estaban teniendo con el jefe de laboratorio de una de las plantas que estaban visitando.

—El jefe te dijo que tomaras notas —le susurró el rubio—, así que al menos mueve la lapicera.

Se aclaró la garganta e intentó sacar en limpio algo de todo lo que se estaba diciendo pero su cabeza seguía vacía de toda información. Miró hacia la ventana y pensó en que debería llamar a Jooheon para pedirle una lista de lugares a dónde podría salir a divertirse. Solo, ya que Min no tenía intenciones de dejar que la diversión entrara a su vida.

—¿O sea que la mitad de los fondos está destinado a ensayos clínicos? —preguntó Min anotando cifras en su libreta.

—Así es —respondió el hombre señalando los números en una pizarra blanca—. Igualmente casi la mitad de toda la inversión corresponde a proyectos de investigación...

HyungWon se apresuró a escribir cuando vio que todos estaban mirándolos mientras Min hacía preguntas. Luego de una hora más de charlas incesantes sobre cifras, porcentajes y medicamentos, los hombres los invitaron a almorzar.

—¿Es necesario que vaya? —le preguntó a Min cuando todos se dirigían afuera de la planta.

—Si, no se te ocurra dejarme solo. Vamos, ¿no es apasionante todo lo que dijo el señor Hashimoto?

—¿Quién? —preguntó ya distraído porque Hoseok apareció en su campo de visión. Todavía tenía el par de shorts rojos dando vueltas por su cabeza.

—Eres un caso perdido —dijo su amigo revoleando los ojos y arrastrándolo hacia el auto.

El almuerzo fue relativamente ameno, la charla se desvió hacia temas menos serios y pronto todos reían e intercambiaban opiniones sobre el clima y otras cosas.

Hoseok aprovechó para echarle algunas miradas disimuladas a su empleado que estaba claramente aburrido e intentaba disimularlo a fuerza de sonrisas que Hoseok sabía que eran más falsas que sus intenciones inocentes con el chico.

Una vez que todas las actividades del día terminaron, los tres respiraron aliviados cuando cruzaron la puerta de la habitación.

—¡Estoy muerto! —exclamó Min frotándose los pies—. Pero fue una experiencia gratificante.

HyungWon lo miró como si acabara de decir que le gustaba cazar focas bebé con un bate de baseball.

—¿Gratificante? Dios santo, eres la persona más aburrida que conozco. En serio, me preocupas.

—¡Cállate! —Min le revoleó una media.

—¿Pueden dejar de tirarse con cosas? —Hoseok salió de su habitación y caminó hacia el minibar donde se sirvió un licor. Luego abrió su laptop y se sentó en la mesa a terminar algunas cosas.

—Lo sentimos, jefe —dijeron al unísono ambos chicos.

Hoseok los miró sobre los lentes de marco dorado y HyungWon mordisqueó sus labios intentando ahuyentar los miles de ratones que ahora estaban corriendo por su cabeza al ver a ese hombre sexy vestido de esa manera tan provocativa. No eran los benditos shorts rojos pero una bata azul oscura era igual de sugerente y le daba un toque sensual de película erótica. Hoseok un sexy profesor y él podía ser el alumno que le pide consejos sobre un trabajo práctico.

—¿Te sientes bien?

Hoseok y Min lo miraban, preocupados. Diablos, había dejado el filtro pornográfico activado.

—Eh... Sólo me duele un poco la cabeza, ¿hay algún analgésico que pueda tomar?

—Sería raro que no hubiera siendo que trabajamos en una farmaceútica —masculló Hoseok levantándose para ir a buscar algo a su habitación.

—Deja de ser tan obvio —lo retó Min en voz baja y apretándole un brazo—. Eres un idiota.

—Pero se ve tan sexy, quiero arrancarle esa bata con los dientes —susurró mirando por encima del hombro de su amigo cuidando de que su jefecito no escuchara todo lo que quería hacerle a su cuerpo.

—Ve a darte una ducha fría y acuéstate. Yo iré en unos minutos. Pero deja de hacer papelones. No sé en qué estaba pensando tu padre cuando te puso a trabajar con el señor Shin.

—Bien, bien. Mejor me voy a duchar, necesito aliviar a mi amigo que ya estaba desperezándose...

—Ewww —le golpeó el hombro— ¡Asqueroso! No quiero saber qué haces bajo la du...

—¿Otra vez peleando ustedes dos? ¿Debería cambiarlos de habitación? Yo podría dormir con alguno de los dos.

¡Si! —gritó HyungWon en su cabeza.

—¡No! —gritó Min en voz alta porque sabía lo que su amigo estaba pensando en ese momento. —No peleamos, solo estábamos bromeando. ¿No es así, Wonnie?

HyungWon sonrió y asintió, tomando el analgésico que Hoseok le estaba dando. Luego se despidió de ambos y se metió en su habitación. Un rato después salió y se recostó, esperando que su amigo se durmiera. Había hablado con JooHeon que le había pasado una pequeña lista de lugares donde ir a tomar algo y bailar un rato. Cuando vio que Min ya había caído en los brazos de Morfeo, se levantó cuidadosamente y se metió en el baño para prepararse.

Salió en puntas de pie, con su abrigo y sus botitas en la mano.

Se acercó despacio a la puerta de Hoseok y chequeó que no hubiera ruidos. Luego salió de la habitación, la noche recién empezaba.

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